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Cuando piensas en alguien a quien consideras que es un líder o una líder, ¿qué cualidades destacas? Seguramente la mayoría de ellas estén relacionadas con la comunicación y con un trato especial hacia las personas.

El foco del liderazgo: la empatía

El liderazgo pone el foco más en la persona que en la tarea o al menos en ambas facetas, a diferencia de cómo suele funcionar la dirección o gestión del equipo, tal y como te conté en el artículo “dirigir o liderar”.  Y en ese “tener en cuenta a las personas” la empatía juega un papel importante.

La empatía, nos lleva a ponernos en la piel de la otra persona, sin ser ella, pero comprendiéndola mental, emocional y conductualmente. Sobre todo, entendiendo su emoción, porque nos informa de cómo se siente por lo ocurrido, con lo que le decimos, el porqué de una reacción, o los sentimientos que le tienen actuando de una determinada manera.

Poner atención a las emociones en el trabajo es esencial sobre todo ahora que se valora tanto la experiencia del empleado, para ser una buena marca empleadora, para que la empresa pueda atraer talento y, sobre todo, para que los mejores quieran quedarse a dedicar su tiempo y esfuerzo en ella.

¿Cómo vas a ser un gran líder si no te preocupas por las emociones de tu equipo? ¿O de su bienestar? ¿O de lo que de verdad les importa a las personas con las que pasas tu día a día laboral? La empatía te será de gran ayuda.

¿Cómo se puede desarrollar la empatía para ser un mejor líder?

Lo primero es poner tu atención en el equipo, hacer un alto en tu discurso para mirar a la cara a las personas que están contigo. No es solo mandar correos y no ver a las personas, como si fuera algo ajeno. Verse y escucharse, es importante. Es necesario dedicarse tiempo para saber cómo van, cómo están, qué tal lo llevan o si necesitan algo. Por mucho que confiemos en que están bien y en que saben hacer su trabajo, la atención es muy importante para generar esa conexión necesaria para poder empatizar.

Escuchar. Escucha de verdad, de forma consciente, centrado en el presente, atento a lo que se dice y lo que no se dice. Averigua lo que hay detrás de lo que se expresa, las emociones, la expresión verbal y no verbal de quien tengas delante.

La escucha es la puerta a la empatía. Si no escuchas, no puedes empatizar. Si no escuchas, ¿con qué empatizarías? La escucha atenta y completa a tu interlocutor, además de hacerle sentir importante, va a reconfortarle. Has de hacerle notar que le estás escuchando y puedes hacerlo con diferentes técnicas muy fáciles para que se sienta escuchado. Es la mejor forma para que una persona se abra, te exprese sus sentimientos y motivaciones, y puedas generar una confianza mayor con tu equipo.

Conocer tus propias emociones. ¿Cómo vas a comprender las emociones de los demás si no las sabes reconocer? Habrás de comenzar por ti, por tus emociones, por cómo funcionan en ti, cómo las expresas, cómo las vives… ¿Qué sientes en este momento? ¿Con qué nivel de intensidad del 1 al 10? ¿Qué haces cuando te sientes así? ¿Cómo te comportas o actúas? Aprende a poner nombre a tus emociones para irlas reconociendo en ti. Trabaja tu inteligencia emocional.

Conocer las emociones de los demás. En esa observación que realizas a tu equipo has de prestar atención a la postura corporal, a los gestos que hacen, a la mirada que entraña mucha información y a  la expresión facial porque es la parte de nuestro cuerpo que más rápidamente nos hace reaccionar con relación a las emociones. Además, has de descubrir cómo les llegan o impactan tus emociones a los demás. Es decir, cuando tú entras por la puerta, ¿cómo actúan? O ¿cómo responden ante una información que les has dado? Cuanto mejor conozcas las emociones de tu equipo mejor podrás empatizar con ellos.

Esforzarte por entenderles. Descubre la razón de las emociones que muestran. Trata de ponerte en su lugar. Si yo pienso como él, si yo escucho lo que acabo de escuchar, si estas fueran mis circunstancias, ¿cómo me sentiría? Para poder hacer este ejercicio habrás de descubrir qué piensa, siente y vive esa persona, si no, negarás sus emociones y con ello, les harás sentir menos escuchados, o que no te importan, que no les tienes en cuenta o que tú no te das cuenta de cómo están. Esto es algo que cada vez es más importante para que las personas estén a gusto en sus puestos de trabajo.

Respetar el ritmo y el espacio de cada persona. No todos reaccionamos igual. A veces como líderes nos entra la impaciencia, queremos todo para anteayer, cuando decimos algo queremos que se cumpla inmediatamente. Y nuestro equipo necesita tiempo para asimilarlo. A veces las personas lo captan rápidamente y otras veces, tienen otras tareas prioritarias en las que encajar lo que les pedimos y por compromiso o responsabilidad han de cerrar. Hemos de tratar de entender en qué punto están para poder incorporar una petición que descoloque toda su planificación. ¿Cómo te sienta que te trastoquen a ti los planes? Si esperabas cerrar algo y no puedes porque ha llegado un tema urgente, ¿qué haces? ¿cómo te sientes? ¿cuánto tardas en reubicarte y recolocar tu agenda? Este es otro ejercicio de empatía.

Identificar el momento más adecuado para intervenir. Precisamente cuando has prestado esa atención a tu equipo, sabes con qué están, además de tener más argumentos para poder ayudarles a encajar nuevas acciones o peticiones, te va a servir para encontrar el mejor momento para hablar con una persona. Si sabes que acaba de terminar una tarea, decírselo antes de empezar con otra es mucho mejor, o incluso un poquito antes, para que le puedas decir que cuando termine se ponga con lo que le pides. También si sabes que un miembro de tu equipo está muy desbordado, agobiado porque no llega, también evitarás sobrecargarle aún más. Pero para eso, has de saber cómo están. La comunicación continua con tu equipo es esencial para poder empatizar.

Mostrar interés verdadero por cada persona. Si no te importa la gente de tu equipo, en nuestra opinión, ya tienes un problema de base. Has de rodearte de personas con las que quieras estar. Si no, no las contrates. Y si te viene impuesto, aprende a quererlas. Trata de conocerlas y descubrirlas. Déjate sorprender. Y muestra de verdad interés por ellas, preocúpate por su bienestar, trata de ponerte en su lugar y así podrás disfrutar mucho más de cada persona. Enriqueciéndote con ellas.

Haciendo todo lo que te acabo de compartir, el líder será más empático, será mucho más querido, una persona con la que se quiera trabajar y en muchos casos, un modelo a seguir. ¿Quieres ser un líder así?

¿Qué vas a comenzar a hacer para ser tú más empático?

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

A finales de abril tuvimos el placer de ser invitadas por el Instituto Europeo de Innovación en Inteligencia Emocional (IEIE) para hablar sobre: ¿Cómo creo yo el mejor equipo del mundo emocionalmente en este momento de crisis? ¿Es posible?

Desde el Instituto nos aportaron sus iniciativas de cara a determinar la huella emocional y todo lo que el Instituto promueve para dar a conocer los beneficios de la gestión emocional en las organizaciones.

Os comparto nuestras reflexiones en este café para todos DUO.

Primero de todo, decir que crear los mejores equipos del mundo emocionalmente es posible y ahora es necesario. Pero para poder gestionar las emociones, hemos de conocerlas.

 

Marco emocional de la situación de crisis:

En estos momentos en los que los equipos están deslocalizados y emocionalmente inquietos, preocupados, extrañados, manejando un alto grado de incertidumbre personal y profesional, las emociones juegan un papel importante en su productividad y en sus resultados.

Podemos encontrar personas que están trabajando en su lugar habitual que pueden estar desgastadas, viviendo situaciones difíciles, incómodas por falta de medios o de personas aunque se sienten activos y útiles.

Los que están teletrabajando, pueden sentirse solos, frustrados por el tiempo, la forma, el uso de la tecnología o la imposibilidad de usarla. O por otra parte, los que estaban deseando teletrabajar que están encantados sobre todo por no ver al jefe o al compañero con el que no se llevan bien o por hacerlo a su ritmo con menos interrupciones, los que querían hacerlo pero quizá no así…

Muchos preocupados por su seguridad laboral, empresas en ERTES o que han cerrado sin fecha de apertura y a saber en qué condiciones.

Y los preocupados por la salud, con miedo, incertidumbre e incluso tristeza si se han visto afectados sus seres queridos.

Así que tenemos a cada persona, a cada trabajador, viviendo una realidad.

Y yo pregunto a cada responsable de equipo: ¿Sabes cuál es la realidad de todas y cada una de las personas de tu equipo?

 

Desde el marco de la Inteligencia emocional:

• Primero me he de preparar yo como líder emocionalmente inteligente:
La persona que va a ayudar a crear ese mejor equipo emocionalmente inteligente ha de ser un gran líder y además, emocionalmente equilibrado.

Por supuesto, todo empieza con uno mismo, antes de extender el liderazgo a los demás. ¿Eres líder de tu vida?, ¿eres coherente entre lo que dices, piensas y haces?, ¿llevas la vida que has elegido? ¿Reconoces tus emociones, las gestionas, sabes cómo afecta a tu entorno? Un líder más que nunca tiene que ser una persona que sea ejemplo para los miembros de su equipo, que tenga una credibilidad y que sepa empoderar. Y para ello tendrá que evaluarse y capacitarse, formarse para serlo.

• Segundo, acompañar y capacitar a los equipos en la gestión de las emociones.
Siempre digo que en la gestión de equipos hay una clave que quiero destacar, para que no se nos olvide: "Conoce a tu equipo".

Y para ello, como líder, es necesario que te ocupes, que te preocupes, de todos los miembros de tu equipo practicando la escucha empática.

Si tenemos un 61,6% de las compañías de nuestro país que está implementando el teletrabajo frente al 8% que había antes de esta crisis, ahora no podemos verles la cara con la que vienen como para detectar cómo están, ni les estoy oyendo comentar el trabajo ni sus cuitas con los compañeros, ni noto la energía con la que entran a trabajar.

Por tanto, en esta situación, lo primero es escuchar a las personas. Llamarlas. Comprenderlas y entenderlas, cómo están viviendo el confinamiento y cómo se están sintiendo, cuáles son sus necesidades…

En momentos de crisis, nuestra base de motivación se ha desestabilizado si nos guiamos por la pirámide de Maslow. Nuestro ánimo depende de si tenemos nuestras necesidades básicas cubiertas o no. Necesitamos poner en juego los mecanismos de la motivación, también relacionados con la inteligencia emocional, como ya os contamos en nuestro artículo sobre motivación en tiempos adversos. Si no tenemos cubierta nuestra sensación de seguridad, salario, condiciones laborales básicas, es difícil que las personas sientan satisfacción en el trabajo, lo que afecta a su productividad.

Hemos de ofrecer a nuestros equipos la mayor seguridad posible. Ser claros, no generar falsas expectativas del tipo "cuando esto acabe todo será como antes"… puede que ni tú ni ellos queráis que sea como antes. Necesitamos personalizar en la medida que podamos las herramientas de motivación. ¿Sabes qué motiva a cada miembro de tu equipo? Y sobre todo, hay una frase que siempre digo, puede que no motives, pero al menos no desmotives.

El líder como representante de la empresa, ha de prepararse y analizar la situación para saber qué hacer para llevar a los equipos a ser emocionalmente inteligentes. Tiene la oportunidad para mejorar.

Dentro de todo lo que puede ir haciendo el líder, qué puede ir preparando para salir adelante:

a) Revisar los valores. ¿Los que tenemos siguen siendo útiles? o necesitamos darles una vuelta y añadir algunos como la confianza, la innovación, el empoderamiento, la flexibilidad…

b) Es necesario plantear procedimientos y nuevas formas de hacer alineados con los nuevos valores.

c) El líder tendrá que analizar en profundidad los puestos y las tareas a desarrollar.

d) Revisar las herramientas de que disponen actualmente y si se necesitan otras más adecuadas.

e) Saber si las personas que quieres que formen parte de ese mejor equipo son las que forman parte ya o necesita otros miembros que lo impulsen.

Es fundamental que las personas que están en tu equipo sean las que quieres que estén en tu equipo y que las aprecies. Si no las pones en valor o si no confías en ellas, no las vas a tratar todo lo bien que deberías y no se van a sentir valoradas como desearían.

f) Abrirnos a la posibilidad de externalizar procesos. ¿Quién me puede ayudar a hacer esto mejor? Para lo que existen empresas tecnológicas, proveedores de servicios o como 2miradas que pueden ser determinantes a la hora de alinear de nuevos a los equipos de aprovechar los puntos fuertes y talento, de revisar el compromiso y reanalizar los puestos de trabajo y las personas que lo llevarán a cabo, valorando su emocionalidad.

g) Marcar objetivos y metas muy claros, priorizando y poniendo fechas de cumplimiento. Esto emocionalmente nos afecta mucho, porque sin objetivos claros, no sabemos qué hacer. Si los defino mal, pueden ser frustrantes, desmotivantes, exigentes… Pero cuidado, en estos momentos hemos de ser conscientes que obtener exactamente los mismos objetivos que en condiciones óptimas no será posible. ¿Tienen los medios y recursos adecuados para desempeñar 100% su trabajo? ¿Tienen las condiciones propicias para desempeñar 100% su trabajo? Quizá haya que flexibilizar plazos, proporcionar mejores recursos… Para que podamos mantener el trabajo flexible, necesitamos mantener una parte directiva de orientación al logro y a resultados. Definiendo objetivos claros que las personas conozcan y con los que estén de acuerdo, incluso descritos conjuntamente, para estar emocionalmente más comprometidos con ellos y más tranquilos al saber que los pueden lograr.

h) Además de los objetivos empresariales debemos incluir objetivos que promuevan la inteligencia emocional como por ejemplo ¿qué voy a hacer como empresa para dar tranquilidad a mis colaboradores respecto a la seguridad en empleo? o ¿proveo herramientas que les funcionen para que no se frustren? o ¿qué hacer para que puedan superar una pérdida? Y objetivos que cuiden la salud laboral. ¿Qué medidas he de tomar para mantener la salud de mis colaboradores?

 

Actuaciones necesarias:

a) Formar a las personas. Prepararlas para los nuevos entornos laborales, digitales, virtuales, y también en habilidades para saber relacionarse en estos entornos, formarlas en inteligencia emocional, enseñar a los líderes a liderar equipos en remoto o en la modalidad mixta que se considere más adecuada, etc.

b) Es necesario generar en los miembros de nuestro equipo el enganche, que quieran estar y formar parte de ese equipo. Incluso trabajar en busca del enganche emocional que es la base del compromiso. Para ello habrá que transmitir la nueva cultura, aplicar un buen marketing interno.

c) Y hacerlo generando confianza. Para generar esa confianza en un equipo es vital que el líder sea muestra de humildad, que el líder sea capaz de asumir riesgos y acepte cambios, que sea paciente y sincero, que practique la apertura y la persistencia, que haga lo que dice, que sea coherente, como dice José María Gasalla.

c) Un líder que se comunica con sus equipos de forma más eficiente. Preguntar, escuchar, utilizando un buen feedback orientado a corto-medio plazo que evalúe el clima emocional del equipo que es la palanca de la productividad, de su desempeño, de la buena ejecución de las tareas de cada uno de los miembros del equipo, adaptación a las innovaciones y a las nuevas formas de hacer…

Realizar reuniones periódicas, pasar de lo personal a lo profesional. Y reiteradamente voy a ir supervisando el cómo está, el avance de las tareas con reuniones frecuentes, tampoco diarias, para no agobiar salvo que sea necesario. Pero sí realizar alguna videollamada o llamada según se vaya acordando, contribuirá a la productividad, generará una mayor cercanía y eficiencia de las comunicaciones. Acordar qué, cuándo, cuál será el canal de contacto con el equipo para estar y que sientan que estamos a su lado.
Además, es importante mantener la sensación de conexión con el equipo y entre el equipo utilizando aplicaciones colaborativas como Trello, Google Drive, Evernote, Asana, etc. generando una mayor cercanía y eficiencia en la comunicación.

Es fundamental en una crisis que las empresas, que los líderes, acojan y recojan a los miembros de un equipo generando confianza, responsabilidad y compromiso, sacando su mayor potencial.

La vuelta de los colaboradores a las empresas, qué actuaciones hemos de realizar para seguir desarrollando a los mejores equipos del mundo:
Desde luego, no hacer como si no hubiera pasado nada. Las organizaciones que no aprendan al final se quedarán atrás. Es tiempo de enfocarse y aprovechar la oportunidad. Te puedes seguir lamentando o empezar ya a movilizarte para el futuro.

 

Para la llegada de las personas a su lugar de trabajo:

1. Lo primero que sugerimos se haga tras una vuelta de una crisis es alegrarnos de vernos, celebrar el regreso a las oficinas.

Necesitamos acoger a las personas. Alegrarnos de verlas de nuevo. Es como la vuelta al cole de septiembre. Parecerá que haya cambiado la gente, que hayan crecido, que alguno no esté o que sea como si nada hubiera cambiado, con cada mesa y cada planta en su lugar. Va a haber un revuelto de emociones que cada persona vivirá a su manera. Habrá quien pase de todo y quiera ponerse a trabajar, o habrá quien vaya recorriendo con la mirada cada puesto, cada ordenador, cada objeto, cada persona. Todo estará bien. Dar el tiempo y permitir la expresión de las emociones. Tener paciencia. Mostrar apoyo. Estar. Vivirlo.

Y como líderes creo que hay algo que todos deberíamos hacer, que es felicitar a nuestros equipos porque somos unos campeones. Estamos aguantando y sobreviviendo, sufriendo y viviendo esta situación que nos ha caído así sin más y estamos reinventándonos, buscando alternativas, haciendo cosas que no pensábamos que haríamos, o sí, pero quizá no ahora, no así, tratando de no dejar caer las empresas en las que trabajamos. Hemos de reconocer las buenas actuaciones. Y creo que es digno de felicitación e incluso de celebración, que se agradece.

2. Por supuesto, después de la celebración alinear de nuevo a los equipos. Hacer un trabajo juntos que nos ayude a determinar qué dejar atrás, qué comenzar a hacer, qué aprovechar a cambiar para estar y hacer las cosas mejor con la base de las nuevas propuestas de mejora que como empresa ya hemos definido. Reescribir las reglas del juego. Esta involucración de los equipos es esencial en este momento. El coaching de equipos es clave para realizar este trabajo. Y no dejarlo para mucho más adelante porque si volvemos a entrar en la rutina anterior nos costará más hacer esos cambios necesarios.

Poner en práctica todas las acciones que hemos estado preparando con una verdadera responsabilidad emocional corporativa para trabajar mejor que nunca.

Dotar a todos los miembros del equipo de todas las herramientas y recursos que les faciliten sus tareas en su día a día y si algo desconocen formarles. De esta forma conseguiremos que el equipo funcione con más seguridad y tranquilidad.

3. Además, el líder tiene que crear entornos en los que permitir la expresión de las emociones, de las necesidades y de que los miembros de su equipo manifiesten libremente su emocionalidad, incluso de que la vulnerabilidad emocional no se convierta en un punto de debilidad para el equipo. Es fundamental que el líder permita, abrace y reconozca los niveles de emocionalidad de los miembros de su equipo para frenar un desborde emocional y su contagio colectivo.

Regenerar la motivación y seguridad en cada participante de un equipo. Cómo puedes motivar a cada miembro de tu equipo? Cómo puedes generar seguridad frente a la incertidumbre que están viviendo?

Equipos con mayor autoestima personal y fuertes emocionalmente obtienen una mayor productividad.

4. Y el liderazgo será esencial porque los líderes han de saber tirar del equipo, recuperarlo. Han de saber ser parte del equipo e inspirar, ser modelo y ejemplo de los nuevos valores, que sepan establecer lazos de confianza con sus equipos. Han de ser líderes que sepan dedicar tiempo a sus equipos sin perderlo, que sepan dirigir a sus equipos, encontrando el equilibrio entre la consecución de los objetivos y la orientación a las personas, que reconozcan sus errores y aprendan de ellos, que ayuden a crecer a sus equipos, constructivos, generosos, creativos… que sepan poner en valor a las personas para dejar que las tecnologías hagan el trabajo mecánico, que sepan reconocer sus propias emociones y aprender a canalizar las emociones de los demás, es decir, que sean líderes emocionalmente inteligentes.

Hoy más que nunca se sabe que para crear los mejores equipos la gestión emocional es absolutamente necesaria y en esta crisis, aquellas empresas que han trabajado con sus equipos: la emocionalidad, el liderazgo, la motivación, gestión de conflictos… recogerán sus frutos.
Como líderes hemos de anticiparnos, saber enfocar y aprender, actualizarnos. El líder que se anticipe al futuro o a futuras crisis podrá prevenir los potenciales riesgos emocionales puedan traer.

Tenemos mucho trabajo que hacer. Y hemos de liderar a nuestros equipos cuidando las emociones más que nunca.

 

Estamos a tu disposición para ayudarte en ello.

Raquel Bonsfills y Milagros García.

En 2miradas hemos plasmado en nuestros libros la experiencia en formación, asesoría y coaching sobre liderazgo y equipos, y os presentamos los  libros que tenemos publicados sobre estos dos temas.

 

"La principal tarea del líder: acompañar personas"  de Raquel Bonsfills

El líder de hoy más que nunca tiene que enfocarse en las personas, acompañarlas. Las empresas crecen porque las personas que trabajan en ellas crecen y como lideres hemos de facilitarles su recorrido en la empresa, sus recursos, creer en ellas. El líder ha de ser el máximo apoyo del equipo.

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"El mejor equipo del mundo" de Raquel Bonsfills y Miguel Can

Este libro es una guía de aspectos a trabajar para desarrollar con el equipo y llevarlo a ser el mejor equipo del mundo.

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"Tú puedes ser líder de ti mismo y de tu organización" de Milagros García Arranz

Mejor persona,mejor líder. El líder ha de comenzar por su propio autoliderago para después llevarlo al equipo con herramientas y técnicas como las descritas en este libro.

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¡Gracias por leernos y aprender con nosotras!

Raquel Bonsfills & Milagros García Arranz

 

 

Querido amigo/a,

¿Estás liderando a tu familia, tu equipo, tu grupo de amigos, o a ti mismo en estas circunstancias? ¿Cómo te está afectando el covid-19 en tu forma de liderar?

En cualquier crisis es necesario un liderazgo. Al igual que el profesor D. José Ramón Pin, yo también afirmo que “Las crisis CREAN lideres” , sin embargo, estoy convencida de que no se puede favorecer la unidad ante un reto común y transmitir seguridad y confianza sin antes saber liderar nuestra propia vida. El liderazgo implica la valentía de dirigir nuestra vida y la capacidad de inspirar a los demás.

En este artículo me gustaría compartir algunos pasos para que puedas liderar tu vida, porque “no se puede ser mejor líder que persona”,en especial, en los momentos que estamos pasando porque “todo empieza en ti”. Cada día al levantarte puedes ver el vaso medio lleno o medio vacío. Si quieres liderar tu vida es necesario que seas una persona positiva. No se puede tener una vida positiva con una mente negativa. “Tu actitud en todo lo que vivas va a marcar la diferencia”.

Algunos pasos para poder lograr liderar tu vida:

1. Conecta contigo mismo. Busca momentos de silencio, de estar a solas, quédate en la quietud descubriéndote, oyendo a tus pensamientos automáticos y rumiantes, y como un espectador ajeno te vendrán intuiciones, y preguntas y respuestas que ayudarán a tu mente a recuperarse del daño que causa esa voz incesante, enjuiciadora y doliente que tenemos constantemente en nuestra cabeza. Conecta contigo y con tu fatiga compasiva, ¿cuánto has dejado de ser tú por ser para los demás?.Y añadiría, al conectar contigo mismo, ¿cómo te comunicas? ¿Qué expresiones utilizas? ¿Te hablas con respecto o despectivamente? ¿Lo haces por aparentar o por ti?. Ya decía el poeta W.B. Yeats, "El verdadero héroe es aquel que tiene el coraje de adentrarse en los abismos de sí mismo".

2. Reflexiona y crece. Reconoce, acepta y vive tus sensaciones, emociones y sentimientos. Piensa y replantéate si tus creencias y modelos mentales actuales te siguen siendo útiles y válidos ahora. Disculpa tus equivocaciones y defectos, busca el lado positivo o lo que puedes aprender de cualquier situación o hecho que te haya pasado y hazte responsable. Recuerda también, que mientras estés aprendiendo y desaprendiendo, no estás fallando a nadie y que tus errores no te definen, lo que sí te define es la actitud que tomas ante ellos.

3. Entrena tu mente y tu cuerpo a vivir en un ritmo más tranquilo, sin tanto estrés. Esto te permitirá disfrutar más de todo. Para lograr esto, por ejemplo, practica la meditación, el minfulness, yoga, haz respiraciones profundas, come con moderación y saludablemente, practica algún deporte, duerme entre 7-9 horas al día, escucha música, canta o baila o cuando acabe el confinamiento, disfruta de una excursión por la naturaleza…o no hagas nada, solo estar en paz con uno mismo. Quiérete.

4. Cuida tu energía y no permitas que nada, ni nadie te la roben.Te recuerdo que la energía ni se crea ni se destruye, sino que se transforma, lo que supone que siempre podemos cambiar y transformarnos con el objetivo de mejorar nuestra vida. Algunos medios y ejercicios para energetizarnos van desde el PNL, la bioenergética a simplemente evitar ambientes y personas toxicas y sobre todo a escuchar y respetar la historia y la forma de ser y de vivir de otras personas, aceptar que cada persona tiene su verdad y no imponer la tuya. Comprender no exige compartir, cuida y cuídate.

5. Sé autocompasivo contigo. La autocompasión es acallar el crítico interno y remplazarlo por una voz de apoyo, comprensión y cuidado por uno mismo. Vivimos en una sociedad competitiva, la mayoría de nosotros no nos sentimos bien con nosotros mismos y esto se debe a que queremos sentirnos por encima de la media, algo que para muchos no es posible, por propia definición de media, ya que siempre hay alguien más exitoso, más inteligente, más guapo o guapa, con más dinero…Trátate de forma amable y con agradecimiento. Enfadarte con el mundo no te servirá de nada y mucho menos enfadarte contigo, puedes ser más feliz y hacer más felices a quienes te rodean si te tratas mejor.

6. Sé auténtico. No es fácil aprender a no luchar y a vivir desde un lugar genuino, ya Carl G. Jung dijo que nos pasamos la primera parte de la vida intentando agradar a los demás y la segunda intentando agradarnos a nosotros mismos, pocas cosas causan tanto sufrimiento como desear ser aquello que no somos. Atrévete y sé tú mismo sin importarte el ámbito en el que te mueves, muéstrate tal y como eres, esto te hará sentirte mucho mejor y aflojar el miedo al rechazo, además, aquellos que te rodean serán personas que te aceptarán por quien eres y no por lo que quieres aparentar. Cuestiónate lo que te rodea y lo que te han enseñado en tu infancia, no repitas ni vengues biografías ajenas, fomenta tu empoderamiento.

7. Permítete, atrévete y reconstrúyete. Sé flexible contigo, cuando hablo de “permitirte ser” no me refiero a olvidarte de ti, sino todo lo contrario, permítete desconectar del trabajo, de la rutina, de las preocupaciones, de la velocidad del día a día, incluso de no hacer deporte o de romper tus propias reglas… No siempre la mejor opción es ponernos en modo acción aplicando técnicas que nos ayuden a superar ese momento o situación, permítete soñar.

El aceptar y permitirnos vivir lo que nos está sucediendo, ya es de por sí un cambio y si además, después te atreves, y te arriesgas a probar cosas nuevas, a afrontar los problemas de otra manera, a resolver de forma diferente y si necesitas aprender algo hazlo, te estarás permitiendo crecer y mejorar como persona. Siéntete libre contigo, poniendo conciencia en todo lo que sientes y haces…


Si sigues estos pasos seguramente que vas a sonreírte más y vas a sonreír más a los demás y a la propia vida. La sonrisa tiene un gran poder de atracción hacia las personas que nos rodean. Te recuerdo algunas de las ventajas de practicar la sonrisa, te inspira mayor confianza, te hace más accesible, aumenta la felicidad, es contagiosa, libera sustancias relacionadas con el placer, aumenta la credibilidad, relaja…

Te comento algo que seguramente ya sabes, para establecer relaciones sinceras y auténticas y yo diría que hasta con futuro con los demás, primero tienes que centrarte en ti y crear una relación sana y sincera contigo, necesitas liderar y saber gestionar tu vida desde tu verdad.

Hoy más que nunca comienza a liderar tu vida porque es el sentido de nuestra existencia y felicidad.

Con el fin de complementar lo que he compartido contigo te dejo 7 Tips para liderar tu vida de Mario Alonso Puig.

Y además, te dejo mi libro.

 

Después de lo que te he compartido ¿Qué es lo que te bloquea para ser líder de tu vida?¿qué vas a hacer para ser el artífice de tu propia vida?¿Cuándo vas a empezar a hacerlo?

 

¡Tú puedes, puedes lograr lo que te propongas, además, te lo mereces!

Milagros García Arranz

Puede que estés frustrado por la situación, puede que estés preocupado, puede que "tengas" que ponerte a trabajar sin ningún ánimo, puede que estés enfadado con las decisiones que otros toman por ti o para ti. Hay un sinfín de motivos por los que podemos vernos envueltos en tiempos adversos, de crisis o en los que nos encontremos en alerta.

Parece que en esos momentos es difícil conservar la motivación propia y mucho más difícil ayudar a mantener la motivación de los equipos.

The only way is up

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Ya os hemos hablado de la motivación, haciendo referencia a que puede ser:
1. Interna: la automotivación.
2. Externa: la que te pueden ofrecer desde fuera, desde tu empresa, tu entorno,… la que necesitamos, por ejemplo, para motivar a los equipos.
3. Trascendente: la que te inspira hacia algo superior a ti, hacia el bien común, que da sentido y propósito.

Y cuando nos enfrentamos a una situación difícil, necesitamos a veces ¡de las tres!

Necesitamos de la motivación trascendente

La motivación trascendente es necesaria porque como dice Viktor Frankl en su libro "el hombre en busca de sentido" nos resultará más fácil superar una situación complicada cuando tenemos un para qué, cuando hay algo al otro lado de la situación que se vive que merece la pena. Por ejemplo, poder dar un abrazo a un ser querido, poder cubrir unas necesidades básicas a tu familia, poder disfrutar de un lugar especial para ti…

Esta motivación alimenta nuestra esperanza en un futuro mejor, alienta nuestras fuerzas para resistir y nos mantiene con la cabeza alta.

Piensa qué es eso que te puede ayudar: por qué o por quién vale la pena seguir adelante, quién quieres ser, cuál es tu responsabilidad. Recuerda que eres necesario para muchas personas.

Necesitamos de la motivación externa

La motivación externa es la que podemos utilizar para animar a los demás. Esta motivación ha de ser cuidadosamente medida porque puede tener el efecto contrario y desmotivar más que motivar.

En el trabajo, según la teoría de Herzberg, cuando están presentes los factores que él llama motivacionales (reconocimiento, crecimiento profesional y responsabilidad) se contribuye a la satisfacción con el trabajo. Pero cuando se gestionan mal los factores que él llama de higiene (sueldo, condiciones laborales, supervisión y seguridad) puede aumentar la insatisfacción laboral.

Para aplicar la motivación externa, tanto a nivel laboral como a nivel personal, y que motive, tendremos que:

  • Practicar la empatía. Para ello, lo primero que hemos de conocer es a la persona, sus circunstancias concretas, y comprenderla. Recuerda que la empatía está relacionada con la inteligencia emocional, es decir, que has de poner tus emociones en juego para mostrar de verdad que sabes lo que se siente en la situación en la que se encuentra la persona.
  • Evitar falsas expectativas. Por supuesto no engañar. Si sabes que no vas a cumplir lo que dices, no lo digas. No apliques recompensas que no vas a ser capaz de dar, por mucho que te escudes en el "no soy yo, son las circunstancias".
  • Usar una comunicación adecuada. Cuidado con las exigencias, la rigidez y la comunicación no verbal y verbal agresiva. Necesitamos aplicar una comunicación cercana, comprensiva, de escucha, de reconocimiento… Una comunicación que ponga en valor lo que sí es válido o el buen trabajo realizado. Una comunicación que inspire, que anime, solidaria.
  • Relacionarla con los objetivos. No siempre queremos de las personas el extra de "se espera mucho más de ella". Muchas veces lo que se pide es que se cumpla con el trabajo. Y a veces, las circunstancias hacen que no se pueda cumplir con el trabajo al mismo nivel. Así que los objetivos habrán de rebajarse. Revisa el objetivo y ajústalo a las circunstancias.
  • Personalizar. Cada persona tiene sus circunstancias e intereses, así como sus capacidades. Por eso, busca la forma de estimular la motivación interna de esa persona.

Y para poder hacerlo, habrás de conocer cuál es esa motivación interna de cada uno.

Necesitamos de la motivación interna

La motivación interna, atiende a tres necesidades según McClelland:

  • Necesidad de logro: necesidad de consecución de metas, de ir más allá, aceptando responsabilidades que otorguen retos y conseguirlos. Necesita darse cuenta que va logrando los objetivos, por lo que requiere feedback constante.
    En el lado personal, sería la necesidad de ir avanzando en la vida, de ir consiguiendo objetivos vitales, profesionales, personales o incluso diarios. Por eso es importante que si eres una persona con esta motivación te plantees qué quieres lograr antes de que acabe el día, la semana, el mes. Qué reto te propones. Por ejemplo, aprender a hacer pan, no discutir en todo el día con alguien, tener un tiempo para ti...
  • Necesidad de poder: necesidad de adquirir prestigio, status o reconocimiento por parte de los demás. Necesita poder influir en decisiones, en actuaciones, en el comportamiento de las personas, inspirando o liderando.
    En lo personal es la necesidad de ser importantes para los demás. Saber que te tienen en cuenta para tomar decisiones esenciales. Dejar que tomes las riendas, planifiques, desarrolles proyectos familiares, desde vacaciones hasta gestiones del hogar. Si eres una persona con esta motivación, aprovecha tus cualidades de solucionador para tomar la iniciativa y hacer cosas por los demás.
  • Necesidad de afiliación. Es la necesidad de tener buenas relaciones interpersonales. Necesita sentirse acogido y ser parte del grupo porque la sensación de cercanía o amistad y "con quien" vale más que el "qué hacer" o "a dónde ir". Trabajar o hacer actividades en equipo será más gratificante que estar solo.


En lo personal, trata de hacer que todos estén bien, busca hacer amigos y se esfuerza por ayudar a los demás, por mediar entre personas para resolver conflictos y sentirse queridos. Si eres una persona con esta motivación, mantén el contacto con las personas que te rodean, escribe, llama, chatea, comparte, reúne,…

Cada persona tiene unas necesidades diferentes para sentirse mejor y superar situaciones difíciles. Así que, ¡¡¡descubre la tuya!!!

Si sabemos cuál es nuestra motivación, qué nos hace levantarnos por la mañana, nos será más fácil actuar y ponernos los alicientes que mejor nos estimulen para salir de esa situación.

¿Qué vas a comenzar a hacer para alimentar tu motivación?


Aprendiendo en el camino del crecimiento.
Raquel Bonsfills

Querido amigo/a,

¿Cómo estás? ¿Cómo te está afectando el COVID-19? ¿Qué haces para llevarlo mejor?



Honestamente quiero decirte, como ya he indicado en redes sociales, que no siento miedo por la enfermedad del coronavirus pero sí me apena profundamente los efectos colaterales que todos estamos viviendo como: el sufrimiento de la enfermedad o la muerte de seres queridos, familias y parejas que no pueden estar juntos, economías destrozadas, autónomos, desempleados y pequeños empresarios con mucho miedo a su futuro económico, confinamiento y restricciones difícilmente soportables, personas no atendidas por falta de medios y previsión, el afrontamiento de una soledad no deseada, la psicosis y el miedo que estamos padeciendo globalmente,...

Todos tenemos nuestra opinión sobre las decisiones del Gobierno y la gestión de las medidas por las CCAA que se han establecido para el bien de todos, en muchas ocasiones, nos llevará a sentir rabia e inseguridad y, en otros casos, tranquilidad y sosiego y son emociones perfectamente entendibles.

Yo quisiera centrarme en lo que puedes hacer tú para vivir mejor las prohibiciones a las que estamos todos abocados por un tema de salud pública con la finalidad de que esta fase termine incluso, de una manera positiva y con un crecimiento personal.

Es importante que mantengas una actitud optimista. Piensa en tu privación de libertad como un acto altruista para frenar la expansión del coronavirus y contribuir a que el resto de las personas se mantengan a salvo. Los efectos de no seguir estas recomendaciones podrían ser fatales.

Antes de nada y aquí sí me gustaría ser incisiva, debemos hacernos responsables de que no estamos viviendo unas vacaciones y que hay compromisos, tareas y deberes que cumplir cada día. Planifícate y planifica tu trabajo, y si no sabes, pide ayuda a tus compañeros o en 2miradas estaremos encantadas de acompañarte.

Es fundamental que hagas una vida lo más normal posible, levántate a la hora que irías a trabajar, manten las rutinas y las agendas cotidianas en lo que puedas y, por supuesto, sigue los hábitos adecuados de higiene y prevención.

También puedes aprovechar que tienes más tiempo para reinventarte y puede ser un buen momento ¡ánimo! ¡inténtalo!

No obstante, se te pueden plantear otras situaciones como las que te indico y te dejo algunas claves para que puedas manejarlas mejor:

• Al pasar más tiempo con tu pareja tienes más discusiones. Quizás sois una pareja que por circunstancias habéis pasado de veros a la hora de la cena, los findes o en reuniones de amigos o vacaciones, a pasar las 24 horas juntos y esto unido a que estamos especialmente irascibles. Nos pueden sacar de quicio comportamientos a los que estamos habituados provocando más desencuentros de los que eran habituales en nuestra vida cotidiana.

La psicóloga Harriet Lerner dice que “Cuando una pareja tiene una sólida base de sólida amistad y el respeto mutuo puede tolerar una cantidad justa de emoción en estado puro” y continúa Lerner, "pero pagar nuestros humos y emociones exaltadas y terminar por convertirla en la responsable de nuestro enfado nunca es la solución".

Lener dice que discutir es normal pero que hay que saber hacerlo. “Hay que tener cuidado con las peleas descontroladas e irracionales que pueden erosionar el amor y el respeto que son la base de cualquier relación exitosa”.

Te invito a que tengas algunas reglas que funcionan, según expertos en relaciones, cuando discutimos con nuestra pareja:

1. Una regla de oro para discutir es establecer unas normas y responsabilizarnos de seguirlas incluso en los momentos más acalorados de la conversación.
2. Sentir curiosidad y programar momentos para el conflicto.
3. Llamar a un corte si algún miembro de la pareja lo necesita.
4. Preguntar y hacer peticiones en lugar de quejas.
5. Aprender la forma correcta de disculparse con la pareja.

Está claro que una pareja será más saludable cuando sepa plantear los desacuerdos con respeto, a través de una comunicación asertiva y honesta. Sin embargo, las cosas no surgen por arte de magia y es necesario practicar un ejercicio cotidiano de saber llegar al otro con la palabra y de saber encontrar el momento para hacerlo.

No obstante, si te das cuenta que las cosas no fluyen por mucho que lo intentas, quizás es el momento de tomar otras medidas o decisiones más drásticas.

 

Si te sientes enfadado o frustrado por no poder salir de casa. Es normal sentirse triste, estresado, confundido, asustado o enfadado ante una situación de emergencia.
Si tienes que teletrabajar y tienes hijos acepta que probablemente no puedas hacerlo con el mismo rendimiento con el que lo harías si estuvieras solo. Además, puedes frustrarte si los sistemas informáticos no te funcionan como normalmente. ¡Paciencia! Y no pongas tus expectativas de trabajo como si estuvieses en la oficina porque la situación es diferente.

Te propongo para combatir esto varias técnicas para mejorar tu estado emocional:

 Cambia tu pensamiento. Te invito a cuestionarte la veracidad de tu pensamiento y cómo te hace sentir, quizá haya que cambiarlo. Ya escribí un artículo en el que explicaba 7 Pasos para poder gestionarte emocionalmente.

 Saca hacia afuera y gestiona las emociones desagradables que sientes, que llevas dentro, compartiéndolas con alguien de tu confianza o un especialista. Elsa punset nos explica que si no las exteriorizamos y las hablamos con un amigo o un terapeuta tenemos más posibilidades de enfermar porque nos hace sentir más vulnerables o incluso más temerosos de que nos juzguen, nos desprecien o nos rechacen.

 Emplea la escritura expresiva. En caso de que no quieras hablar con alguien de tus emociones o no quieras sentirte tan expuesto emplea la técnica de la escritura expresiva, te puede resultar muy similar a si hablaras de tus emociones. Es una técnica del doctor James Pennebaker que tiene excelentes resultados comprobados contra la ansiedad, el dolor crónico, el desamor, la tristeza o lo que sea que te preocupe. Los pasos son los siguientes:

o Escribe 20 minutos cada día sobre cómo te sientes durante 4 días para ver un beneficio.
o Expresa tus emociones y reacciones ante algo que te preocupe o te duela. Escribe solo para ti.
o Tras los 4 días de realizar la escritura expresiva, reflexiona sobre los cambios en tu forma de sentir y reaccionar.

 Y por supuesto, si las emociones te desbordan acude, sin duda, a un profesional.

 

Si te sientes estresado o con miedo por contagiarte o infectarte del coronavirus. Al ser la primera pandemia de la era digital tenemos un exceso de información y esto genera un gran nivel de desinformación y más miedo. Con el fin de evitar que tu miedo te bloquee sigue estas recomendaciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos sugiere:

1. Lo desconocido nos afecta más, y nos indica que es importante tranquilizarnos y pensar qué tenemos que hacer. Es importante chequear la información que nos llega porque una gran parte de los mensajes e información que se comparten por redes sociales e internet son falsos o, como mínimo, no están contrastados. Una buena opción para comenzar puede ser el portal que ha habilitado la OMS sobre el coronavirus. O la web del ministerio de Sanidad, que ofrece información actualizada tanto para ciudadanos como para profesionales. Es importante ocuparse y no preocuparse e ir a buscar la información a fuentes fidedignas y no creernos todo lo que nos llega.

2. No replicar las cosas que no sabemos, para no crear una mayor alarma social. Es importante evitar el hablar permanentemente del tema y evitar difundir rumores o informaciones falsas.

3. No te “infoxiques”; es decir, no caigas en la sobre información, para limitar la angustia y la preocupación sobre la epidemia la OMS aconseja limitar el tiempo que se pasa viendo o escuchando programas sobre el coronavirus que nos pueda llevar al alarmismo.

4. Confía en la ciencia y el sistema sanitario. Es importante seguir las recomendaciones y medidas de prevención que determinen las autoridades sanitarias para protegerse de un posible contagio de Covid-19.

5. Vigílate. Si se tiene fiebre, tos y dificultad para respirar o dudas sobre la posibilidad de haberse contagiado, es importante contactar con las autoridades sanitarias y seguir sus instrucciones para recibir atención médica.

6. Acepta tus emociones. El colegio Oficial de Psicologia de Madrid aconseja reconocer las emociones y sentimientos y aceptarlos. Recomiendan hablarlo con amigos o familiares y, si la angustia persiste, buscar ayuda de profesionales sanitarios.

7. Por último, indicarte que uses el sentido del humor. Otra de las recomendaciones de los psicólogos frente al brote del coronavirus es usar el sentido del humor. “El humor es una emoción que te ayudará a mantener el miedo (que es otra emoción) a raya”, aseguran.

 

Si te aburres en casa en el tiempo que no trabajas. Te propongo otras prácticas en el tiempo que te queda libre para que te ayuden a mejorar personal o profesionalmente y también para que te ayuden a centrarte en aceptar el presente y a sintonizarte con él.

 En el tiempo libre trata de mantenerte ocupado. Planifica el resto de tu día que no es trabajo. Aprende cosas nuevas o mejora habilidades, haz un curso on line de algún tema que te interese, culturízate, por ejemplo, mira museos (10 museos para visitar tour virtual).

 Conéctate on line o llama a tus seres queridos que no puedes visitar en este momento.Las redes sociales pueden desempeñar un papel clave para reducir la sensación de aislamiento, además de pasar un rato agradable y divertido.

 Haz una lista de las cosas que te gusta hacer en solitario y ponlas en práctica.

 Si tienes un compañero y/o hijos. Juega a juegos mentales o de mesa.

 Aprovecha a dormir y descansar más.

 Practica la meditación o el mindfulness o yoga…

 Haz todas esas cosas que por falta de tiempo nunca haces o procrastinas y que puedas hacer dentro de casa.

 Lee un libro, haz garabatos, pinta o dibuja algo, colorea un mandala o haz manualidades.

 Si te gusta cocinar, anímate con nuevos platos o recetas o debuta con la repostería. Ojoooooo, cuida tu alimentación, no te olvides de comer con mesura cinco veces al día.

 Escribe cartas o correos electrónicos a esas personas que te importan y que hace tiempo que no les dedicas un espacio. Escribe un libro o artículos si te animas.

 Haz un poco de ejercicio diariamente o baila con tu cantante favorito. Movimiento, diversión y ejercicio físico. Una combinación infalible.

 Dedícate a un nuevo pasatiempo o una manualidad te garantizará que estarás ocupado durante varias horas.

 Planifica viajes y eventos futuros, ya sea para un futuro cercano o lejano. Ten en cuenta tus posibilidades. Explora el lugar a través de Internet, busca alojamiento, descubre qué lugares visitar o qué restaurantes recomiendan…

 Reorganiza tu hogar. Puedes ordenar tus libros en orden alfabético o colgar tu ropa en el armario. Si estás aburrido, reorganiza un poco tu casa o el trastero.

 Juega a video juegos, ve películas o series o ve vídeos y fotos viejas.

 Escucha música. Nutrir la cabeza y el alma de sonidos agradables ayuda a despejar cualquier mal.

Y lo más importante, dedícate tiempo a ti. Es la actividad que más suspendemos, debido a las obligaciones diarias. Que el aburrimiento sea anfitrión de esta iniciativa autocomplaciente, no tienes porqué ser todo el tiempo productivo. Mira el techo y permítete aburrirte, como dice una amiga, mirar las musarañas además de relajarte, evita la rumiación de pensamientos negativos.

 

Después de lo que te he compartido ¿De qué otras maneras puedes sufrir menos los efectos del coronavirus? ¿qué vas a hacer para sentirte mejor? ¿Cuándo vas a empezar a hacerlo?

¡Tú puedes, puedes lograr lo que te propongas, además, te lo mereces!

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso y que te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

 

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García Arranz

Cómo hemos cambiado! o ¿no? Mujeres con determinación, que han tomado las riendas de su vida, que han podido desarrollar sus inquietudes o que han superado obstáculos en beneficio de lograr sus metas ha habido y habrá. Muchas mujeres que se han hecho más visibles: mujeres ingenieras que han promovido grandes avances, mujeres que han luchado por la salud, la sanidad, la igualdad…

Incluso yo pienso en mujeres menos conocidas como mi madre, que siendo ama de casa, su objetivo en la vida era criar a sus hijos, cuidarlos, estar a su lado, hacerles personas a las que merezca la pena conocer. Y no solo educar a sus hijos, también atender a sus padres y abuelos con amor hasta el final de sus días. No es que ella no pudiera trabajar sino que eligió otra opción.

Ella vio en casa una abuela trabajadora y adelantada a su tiempo, que era propietaria de dos tiendas y con una gran visión de los negocios. Y una madre trabajadora, modista, profesora de corte y confección, la más perfeccionista y detallista del mundo. Mujeres que cuando uno va, ellas han vuelto tres veces. Mujeres que han liderado sus vidas.


Hace tiempo escribí sobre ser madre y empresaria. Hablamos siempre de conciliación pero la realidad es que se nos acumulan las tareas y parte del liderazgo consiste en que decidas lo que decidas hacer, que la proporción de tiempo que dedicas a cada área de tu vida sea la adecuada para ti, para irte sin remordimientos a la cama.

El liderazgo de las mujeres es posible y está siendo una realidad. Como ya contábamos en el whitepaper "Women business inspiration" de LMS (Leadership Management School), cada vez más mujeres se preocupan por su desarrollo profesional. A las chicas jóvenes ni se les pasa por la cabeza lo contrario.

Nosotras, Milagros y yo, en 2miradas también hemos hecho un trabajo de liderazgo personal y profesional para ser hoy líderes de nuestra empresa.

Cada una con una experiencia y una historia. Milagros ocupaba puestos de dirección en un entorno masculino siendo "chiquitilla (en estatura), más joven y mujer" como dice ella. Para ser incluida o para poder estar al nivel muchas veces se vio adquiriendo costumbres "de ellos" como era entonces fumar y hasta llegó a ponerse corbata. Y aunque hoy esto parezca una tontería los tiempos han cambiado.

Sin embargo, yo siempre me he movido en entornos donde he tenido mujeres como jefas. Donde el liderazgo de la mujer se ha visto como algo normal. Simplemente era la persona más cualificada, dando igual si era hombre o mujer. Peeeero sí que viví y escuché mucho a mujeres que preferían no promocionarse a puestos directivos por la exigencia que supondría el puesto en cuanto a horas de dedicación, a no poder ver apenas a sus hijos, o a plantearse no tenerlos (como era el caso de las ya directivas), aunque se sintieran capacitadas para el puesto y para asumir la responsabilidad. Se planteaba como un sacrificio a sus expectativas de crecimiento que les permitía tener un mayor equilibrio personal y profesional.

Hoy ser nuestras propias líderes tiene la gran ventaja de que podamos decidir. Los indicadores generacionales según un estudio de Linkedin, pintan un futuro en el que las personas trabajarán las horas que decidan trabajar (o necesiten), hasta cuando deban o quieran, con opciones de trabajo más flexibles, con más respeto y empatía.

Yo tengo claro y apelo a la responsabilidad y el compromiso. Cada uno sabe cuál es su trabajo, cada uno sabe cómo cumplirlo. Incluso cuando yo fui madre en mi periodo de baja maternal estaba deseando que me contara Milagros cosas de la empresa para seguir al día, me colaba en reuniones y avanzaba trabajo cuando mi bebé me dejaba. No porque tuviera que hacerlo, sino porque quería.

La responsabilidad y el compromiso se desarrolla mucho más cuando nos apasiona nuestro trabajo o cuando tenemos una motivación intrínseca que nos mueve.

Por eso, cada día es más importante que en las empresas facilitemos un entorno agradable de trabajo a donde nos apetezca ir, que proporcionemos las herramientas y recursos necesarios para que las personas puedan abordar las exigencias del trabajo diario, que permitamos la flexibilidad laboral con confianza.

Si yo lo permito nadie se buscará excusas para faltar al trabajo cuando tenga que ir a un médico, a realizar gestiones, o quedarse con los niños si se ponen malos. Eso sí, a cambio se pide cumplimiento de las responsabilidades adquiridas cuando decidiste trabajar ahí.

Así que el liderazgo de las mujeres, como el de los hombres, parte de uno mismo. Parte de perseguir tus metas. Es necesario tener interés por lo que hacemos. Querer ser líderes de nuestras vidas y de nuestro desarrollo profesional. Y lo demás, lo iremos encajando. No hay reglas que valgan para todas. Cada una elegirá su mejor opción encontrando el equilibrio con el que se sienta en paz consigo misma.

Empieza por pensar qué quieres y luego ¡a por ello!

¿Necesitas ayuda? Pídela. Aprendamos de los demás. Quizá nos sirvan sus estrategias. Prueba. Inténtalo. Milagros y yo estamos a vuestra disposición para acompañaros en el proceso. Dos mujeres líderes, 2 miradas, cada una con su estilo, con su forma de llevarlo en lo personal y en lo profesional. Tomando decisiones cada día para conciliar. Eligiendo ser felices. Logrando objetivos.

¿Tú también quieres? ¿Qué vas a comenzar a hacer?
Te dejamos nuestros libros para ayudarte a desarrollar tu liderazgo:



Y recuerda, juntas, somos más fuertes. Formando equipo llegamos más lejos.


Aprendiendo en el camino del crecimiento.
Raquel Bonsfills

¿Cómo realizas una reunión? ¿Qué haces para llevar a cabo una reunión efectiva?

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Antes de nada, me gustaría compartirte la diferencia entre eficacia, eficiencia y efectividad. Según la Real Academia de la Lengua Española, eficacia se refiere a la “capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera”, mientras que eficiencia es definida por la RAE como la “capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado”.

Por aclarar un poco más estos dos conceptos, hablamos de una persona eficaz cuando consigue cumplir con un objetivo en el tiempo señalado y en cambio, será eficiente si alcanza la meta empleando los menos recursos posibles.

La clave está en hallar el equilibrio entre ambos parámetros, lo que se traduce en un tercer concepto, la efectividad, entendida como una solución ponderada entre lograr los objetivos marcados con un gasto adecuado.

Cada grupo tendrá sus propias reglas del juego para que la reunión sea más efectiva. Hoy quiero hablarte de algunas de las reglas que mejor ayudan a ser ágiles, no tener que repetir las cosas, mantener la atención y reducir el tiempo que lleva la reunión.

Haciendo reuniones efectivas ahorramos tiempo, dinero y energía. Te comparto diez reglas fundamentales para lograr realizar reuniones efectivas:

  1. Diseña un plan concreto de la reunión. Antes de nada es fundamental plantearse la pregunta ¿es necesaria la reunión? No hay nada peor que esa manida manía de montar reuniones por el mero hecho de pensar que forman parte del trabajo. Si es necesaria una reunión, es necesario elaborar un plan de cómo irá la reunión y envíaselo a todos los participantes para ello debes fijar: la hora, la duración, el lugar, las personas que asistirán y los puntos y el orden del día de la reunión. Además, es necesario que fijes el/los objetivo/s de la reunión de forma clara y concisa. Antes de convocar una reunión debemos tener claro cuál es o cuáles son los objetivos de la misma y debemos ser capaces de enumerarlos. Organiza la reunión con una semana de antelación, como mínimo. Es muy difícil alinear todas las agendas de los participantes. Diseñar un buen plan nos lleva a todos a saber los temas a tratar.
  2. Convoca a las personas implicadas. Para poder llevar a cabo una reunión efectiva es necesario citar a las personas necesarias y que cada miembro del equipo vaya con la idea de cuáles son sus fortalezas en los temas que se van a tratar en la reunión para conseguir el éxito y que llegue a compartirlas con los demás.
  3. La puntualidad. La puntualidad es un requisito importante en una reunión. Es preciso exigir a todos los participantes, para no perder un minuto y, además, transmitir el valor que tiene el factor tiempo como recurso escaso en una organización y para cada participante de una reunión.
  4. Respetar la palabra. Es muy importante respetar el turno de palabra de cada una de las partes que estén dialogando, facilitando de esta forma el entendimiento de las posiciones que se exponen, para llegar a conocer los argumentos de cada participante.
  5. Ser breve e ir al grano. El principal problema de hablar de más es que sin darte cuenta abrirás muchísimos frentes, y todo esto desvía la atención de tu cliente o desvía la atención de los participantes de la reunión. Es muy positivo ir al grano, no dar rodeos y no andarse por las ramas, esto ahorra en una reunión tiempo y complicaciones.
  6. Explicar el punto de vista calmadamente. Es necesario exponer todos los temas en un tono calmado sin promover agresividad, ni posiciones a la defensiva.
  7. Mantener una mentalidad abierta. Además de acudir con humildad para asumir errores y poder seguir aprendiendo.
  8. Escuchar sin parcialización. En la escucha global o en la escucha sin parcialización, la empatía y la intuición se alían para transcender más allá de las palabras, de las emociones y del contexto pudiendo comprender lo que el otro dice sin interpretarlo.
  9. Evitar conversaciones laterales. Es muy fácil que en una reunión se dé por ejemplo que uno se ponga a discutir prioridades, otro contando chistes, otro comentando un tema nuevo… El mantener una conversación paralela con un miembro en una reunión, mientras otro habla es una de las formas más comunes de perder el tiempo y de perder información.
  10. Respetar las opiniones de los demás. Las soluciones a los problemas se resuelven hablando y no peleando. Nos cuesta muchísimo entender algo tan básico desde mi punto de vista, como es la comunicación y lo más importante, que en esa comunicación se dé la tolerancia a las opiniones de los otros.

Toda regla debe tener una consecuencia en caso de incumplimiento que debe ser:

  • Consensuada por todos.
  • Equitativa con la regla a la que hace referencia.
  • Conocida por todos.
  • Recordada cuando se incumpla. Determinar quién lo hará.
  • Realizada. Asegurarnos que se cumple la consecuencia hará que las personas se comprometan con la regla.

¿Qué otras reglas llevas a cabo para realizar reuniones eficientes?

Con el fin de complementar lo que estoy hablando te dejo un vídeo explicativo sobre reuniones eficaces. Analiza algunos aspectos que es importante mejorar en las reuniones eficaces: claves para mejorar su gestión

Después de lo que acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para mejorar tus reuniones?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso, te responderé a cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

El dinero que me pagan a final de mes es mi principal motivador para decidir trabajar en una empresa. ¿Es tu caso?

Cuando se firma un contrato laboral llegamos a un acuerdo entre la empresa y el trabajador por el que la empresa hace patente que quiere que el colaborador trabaje, dedique su tiempo, capacidades y conocimientos para alcanzar sus metas u objetivos propuestos; y el trabajador deja sellado su interés en hacer todo eso a cambio de unas condiciones establecidas de salario económico, emocional, beneficios sociales, condiciones laborales, etc. Podríamos decir que eso con lo que hemos estado de acuerdo es nuestra recompensa como trabajadores.

Aunque la teoría motivacional de Herzberg nos dice que cumpliendo meramente el acuerdo podemos llegar a la no satisfacción, si queremos algo más de satisfacción en el trabajo vamos a necesitar que nuestros líderes nos reconozcan, nos valoren, nos potencien, nos faciliten el trabajo, nos comprendan, nos den lo que necesitamos para trabajar, ayuden a promocionarnos, nos capaciten…

Las empresas llevan unos años sumándose a la tendencia de en lugar de pagar un mayor salario ofrecer más recompensas no monetarias. Pero cuidado, es importante que se cumpla un mínimo porque si no, por mucha recompensa, las personas que aceptaron trabajar bajo esas condiciones seguirán buscando un empleo con mejores condiciones. Y luego la empresa se encontrará luchando por la retención del talento o el compromiso de los trabajadores.

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Sabiendo que cada generación tiene sus propias necesidades, y que lo que puede satisfacer a una persona con hijos pequeños podría ser diferente de lo que satisface a una persona sénior o a un talentoso joven, cada vez más empresas se plantean recompensas personalizadas. Sin embargo, hay algunos principios importantes a tener en cuenta a la hora de proponer recompensas en nuestra empresa.

Los principios para tener en cuenta son:

  • Preguntar. Como no tenemos una bola de cristal, ante la duda, mejor preguntar. Podemos organizar grupos de discusión que involucren a colaboradores de distintas áreas y sectores de actividad, de diversas edades o diferentes regiones. Esto nos puede ayudar a decidir qué estrategia de recompensa aplicar, qué incentivos son los más adecuados, qué se puede cambiar para mejorar el modelo de reconocimiento o cuáles son las iniciativas que mejor acogida han tenido.
  • Indagar. Conocer el sistema de recompensas de la competencia contribuirá a evitar problemas de rotación, conflictos individuales y colectivos. Si por hacer el mismo trabajo en la otra empresa me dan mejores condiciones o recompensas, no me voy a quedar en ésta. Para tener a los mejores hemos de tratar a nuestra gente como a los mejores.
  • Ser imparcial. Dentro de un mismo grupo o categoría profesional no tienen que existir grandes diferencias entre sus miembros. Ha de haber unas bases para todas las personas, que si hacen o se consiguen lo mismo, la recompensa sea la misma. Por ejemplo, si por tener un hijo tienes como recompensa salir a las 16h para poder ir a buscarlo al colegio, todo el que tenga un hijo en edad escolar podrá acceder a dicha recompensa.
  • Personalizar. Según la teoría de motivación de Stacy Adams, si yo me esfuerzo más, obtendré una recompensa mayor que otra persona que en el mismo puesto se esfuerce menos. Por lo tanto, hemos de entender también una retribución basada en los resultados y comportamientos de las personas. En los que tendremos en cuenta su iniciativa, interés, creatividad, etc. En definitiva, su rendimiento y desempeño. Además, es importante identificar las preferencias personales para establecer estrategias de reconocimiento que sean acogidas con el efecto deseado. Algunas personas prefieren ser obsequiadas con una comida de reconocimiento con los compañeros y otros con unas entradas para disfrutar de un espectáculo en familia.
  • Equidad. Todo esto no puede hacerse sin equidad. Si se percibe una falta de equidad en el reconocimiento individual de los colaboradores es fácil que se genere malestar y que se inicie un proceso de reclamación y queja constante que afectará sin duda al rendimiento. Equidad no es igualdad. Equidad es dar a cada uno lo suyo, lo que merece, que no tiene por qué ser igual que lo que le damos al otro (igualdad), pero sí similar, equitativo.
  • Que haya congruencia. Tiene que existir un equilibrio entre las recompensas individuales y las grupales. Así como proporcionales de forma congruente con el trabajo realizado, la dedicación, la resolución y el resultado obtenido.
  • Ser oportuna. La recompensa funciona cuando se produce en el momento adecuado. Si el equipo ha hecho un esfuerzo enorme por llegar en fecha a una entrega, darles un día libre será más oportuno a continuación de ese esfuerzo que tres meses después, cuando seguramente se habrá olvidado el objetivo que se consiguió y se habrá entrado en un nuevo proyecto. Para que sea oportuno es indispensable que los responsables conozcan lo que ocurre en el día a día, al equipo y los cambios que pueden ser necesarios para fomentar e incentivar el rendimiento del equipo.  Y también es importante asegurarse de que los mandos son conscientes de la importancia que tiene el feedback, cuándo éste ha de producirse de manera informal o con un agradecimiento público.
  • Comunicación clara. Si estamos introduciendo un sistema de recompensa en la empresa debemos asegurarnos de que todo el mundo es consciente de ello. Es importante que todos tengan claro cuáles son los objetivos, qué es lo que se premia y qué factores justifican la recompensa. Habrá que reforzar el mensaje a través de los diversos canales de comunicación disponibles: reuniones, boletines de noticias, portal de Recursos Humanos… El mensaje ha de llegar a todos y todos tienen que saber las reglas del modelo, ya sea trabajando en las oficinas centrales, en delegaciones o teletrabajando. En general es importante informar a la plantilla de los niveles salariales, de las distintas formas de alcanzarlos, y de los conceptos que comprenden cada una de las partidas.
  • Sencillez. Debe ser fácil de entender por la plantilla, evitando que se pudiesen generar malentendidos. Y han de ser tangibles para evitar subjetividades.
  • Ser estable. Implantar un modelo de recompensas tiene que ser persistente bajo unas mismas condiciones. Si cambia con frecuencia puede generar en los trabajadores desconfianza e inseguridad. Lógicamente, debe adaptarse o flexibilizarse en función de la coyuntura económica y de las exigencias del mercado y de la empresa.

Cuando alguno de estos aspectos falla, normalmente nos desmotivamos. Por eso, aunque no seas la persona que decide si esto es así o no, siempre puedes hacer notar que hay otra forma de hacer las cosas para mantener a los colaboradores más contentos. Yo suelo decir, que es mejor proponer que seguir quejándose. Si sabes cómo mejorar, dilo. Si no, tendrás que conformarte con lo que hay. Y entonces tu recompensa será la que estás aceptando. Si quieres que sea de otra forma, ¡ve a por ello!

¿Cómo quieres que sea tu recompensa? ¿Qué recompensa es la que mejor va contigo? ¿La obtienes ya en tu trabajo? Si no, ¿qué vas a hacer para conseguirla? Ponte en marcha, tienes todo el año para obtener mejores recompensas.

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

¿Sientes miedo a fracasar? ¿Qué haces para superar el miedo al fracaso?

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Realizar una interpretación inadecuada de una situación nos podría llevar a evitarla por considerar que el riesgo es excesivo y que no estamos en disposición de afrontarla.

También, en ocasiones amplificamos las posibles consecuencias de cometer un error al enfrentarnos a la situación, anticipándonos a los resultados y haciendo previsiones con una visión catastrofista y negativa cuando aplicamos el dicho popular de: piensa mal y acertarás.

Además, pensamos que tener éxito o fracasar nos define como personas, confundiendo “tener un fracaso” con ser un o una “fracasada”, y caemos en una simplificación que reduce la riqueza y complejidad de la persona.

Para algunas personas fracasar supone algo irreparable, imperdonable… un resultado que no se “pueden permitir”. Desde esta perspectiva, la presión por evitar el fracaso podría llevar a dejar incluso de actuar.

Las emociones que generan una visión tan “determinante” del concepto de fracaso, limita nuestra capacidad de afrontar las metas propuestas, e implica que la persona tenga la creencia de que no puede asumir futuros proyectos por miedo a la posibilidad de fracasar.

El miedo al fracaso está en gran parte condicionado por tres factores:

  • La interpretación que realizamos de la situación.
  • La anticipación que hacemos de las posibles consecuencias.
  • La valoración que hacemos de nosotras o nosotros mismos a partir del resultado que obtengamos.

Es necesario poner responsabilidad en la gestión de un fracaso:

  • La gestión del fracaso es necesaria para poder innovar en las organizaciones.
  • Es necesario para adaptarnos a un entorno cada vez más cambiante
  • Gestionar un fracaso nos lleva a aprender de los errores cometidos estableciendo un entorno de mejora continua y desarrollando las habilidades de nuestros colaboradores.

Te comparto 9 técnicas para superar el miedo al fracaso:

  1. Establece metas realistas y alcanzables para que tengas la sensación de competencia y de avance en cumplir tus objetivos.
  2. Considera el fracaso como una oportunidad de aprendizaje, un proceso en el que puedes demostrarte tu capacidad para tras tropezar, levantarte y seguir caminando.
  3. Piensa que no hay fracaso si lo has intentado. Sea cual sea el resultado, siempre hay un logro al enfrentarnos a nuestros miedos.
  4. No te recrees en tus errores. Identifícalos y a continuación pasa a otra cosa. Lo importante es tener una perspectiva amplia ante los resultados.
  5. No digas “no puedo”, “esto no es lo mío” o “no lo voy hacer bien”. Piensa de forma realista y cree en tu capacidad para afrontar las situaciones que se presentan. Ten la seguridad de que en el proceso de intentarlo siempre está la mejor manera de realizarlo con la información que posees en ese momento.
  6. No te exijas un resultado perfecto. Acaso ¿todo lo que sale bien es porque se ha llevado a cabo de manera perfecta? Invertir esfuerzo de un modo flexible y adaptativo es siempre la mejor estrategia.
  7. Lo importante no es hacerlo todo bien a la primera, lo que importa es tener capacidad para intentarlo las veces que sean necesarias o valorar otras opciones, y regular adecuadamente nuestra tolerancia a la frustración.
  8. No conseguir algo tal y como esperabas no es fracasar, o ser «un fracaso», sólo significa que en la siguiente ocasión sería conveniente que hicieras las cosas de un modo diferente para obtener resultados diferentes.
  9. Una comunicación transparente a todos los niveles facilitará el análisis de los fracasos pasados que será fundamental para garantizar grandes éxitos en el futuro.

¿Qué otras técnicas manejas para superar tu miedo al fracaso?

Recuerda que con cada fracaso estás un paso más cerca de conseguirlo si aprendes de ello. Con el fin de complementar lo que estoy hablando te dejo un vídeo que habla sobre Cómo superar el fracaso (Claves y ejercicios psicológicos).

Después de lo que acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para mejorar tu miedo al fracaso?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso y que te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García