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Estamos en un momento en el que lo que sabemos de los demás, especialmente a través de las redes sociales, parece todo maravilloso. En el que triunfan las frases que nos dan más esperanza, nos hablan de amor, valoración o nos producen alegría. ¿Es un espejismo de la vida o es en realidad un anhelo o un deseo de plasmar los mejores momentos para afianzarlos en nuestra memoria? ¿No queremos mostrar los momentos oscuros que todos vivimos en algún momento? ¿Sabes cómo superar tus momentos oscuros?

Más que nunca necesitamos el calor de una buena compañía, pensar que las cosas van a salir bien, que el esfuerzo se va a ver recompensado, creer que somos capaces de conseguir lo que deseamos, que encontraremos el amor verdadero o que podremos vivir una vida más sosegada, con un mayor bienestar personal y profesional.

Sin embargo, el hecho de necesitarlo es el reflejo de la carencia en la que podemos estar viviendo. Carencia a veces real y otras veces, como un sentimiento, un pensamiento distorsionado o una falta de objetividad ante nuestra propia situación. En cualquier caso, lo vivimos como un “momento oscuro”.

¿Qué son los momentos oscuros?

En mis propias palabras, los momentos oscuros son aquellos en los que sientes que estás como dentro de un hoyo, en el que te cuesta ver la luz o el camino para seguir adelante, por mucho que hagas. Donde las emociones juegan un papel importante, ganando o prolongándose en el tiempo los sentimientos más desagradables, que nos pueden llevar a enfermar.

Los momentos oscuros se nos presentan por diversos motivos y en áreas diversas de nuestra vida: cuestiones de salud, familiares, de pareja, laborales, relacionales, económicos,… Suelen llegar para ayudarnos a darnos cuenta de algo que hemos de aprender para crecer. Son estímulos para llevarnos a cambios.

La situación que lo desemboca nos supone un reto o una exigencia en la que nos vemos envueltos y que nos saca de la rutina o de la sensación de equilibrio. Y ahí es donde surgen las ansiedades, los conflictos, las añoranzas de tiempos pasados mejores, la huida, la autoexigencia, la comparación, e incluso, el vivir “como si” no pasara nada o no fuera con nosotros.

En todo caso, es una situación sobre la que hay que actuar, por nuestro propio bienestar y salud tanto física como mental. Es imperativo aprender a superar momentos oscuros.

¿Cómo manejamos los momentos oscuros?

Suele haber dos tipos de posiciones ante estos momentos:

  • “Yo soy culpable”
  • “Los demás, el otro, el mundo son los culpables”

El primer error es pensar en culpabilidad. No hay culpables. Normalmente hay hechos y consecuencias. Los hechos ya se han dado, así que, la opción que tenemos nosotros es la de actuar en consecuencia o no hacer nada, que también es una forma de actuación que tiene sus propias consecuencias.

La segunda cuestión es que ni todo soy yo, ni todo son los demás. Es posible que los demás y el mundo gire sin nosotros y hemos de darnos cuenta que casi nunca lo hacen por fastidiarnos, sino que cada uno actúa creyendo que hace lo mejor, o puede que no sepa hacerlo de otro modo. También hay sucesos incomprensibles, e ilógicos a nuestro entender, donde el objetivo no es buscar la causa sino cómo vivir tras ello. Por otra parte, es muy probable que yo haya permitido que algo sucediera por no haber puesto límites, no haber tenido el cuidado necesario o no haber tomado otra clase de decisiones. Como ves, hay numerosas variables que tratamos de justificar para buscar explicaciones a situaciones que nos desequilibran porque necesitamos comprender. Nos preguntamos ¿por qué? en todas sus versiones: ¿por qué a mí? ¿por qué hizo…? ¿por qué lo hice?... Y muchas veces cuando no encontramos esas respuestas rellenamos la historia de forma que nuestra respuesta tenga sentido.

¿Cómo nos recuperamos de momentos oscuros?

1º Análisis, enfado, tristeza

Lo principal para superar momentos oscuros es entender que es un proceso. No se cura en un día ni hay método milagroso cuando has de aprender algo para recuperar tu equilibrio. Para los que, como yo, nos impacientamos, has de saber que esa inquietud solo va a hacer que te frustres más. Llevará el tiempo necesario, ni más ni menos.

  • Haz un análisis de la situación en la que te encuentras de la forma más objetiva posible. Afrontar la realidad tal cual es, puede llevarnos a querer negarlo, a no querer ver lo que ciertamente estamos viviendo, sintiendo y pensando porque reconocerlo es asumir que estamos en el hoyo, donde ni en nuestros peores sueños nos gustaría vernos.
  • Una vez ahí, es muy probable que te enfades. Que entres en el por qué del que hablábamos antes. Es el momento de ver lo injusto de la situación. Es tiempo de reproches, de quejas y fastidio con uno mismo y con los demás. Permítete el enfado porque es parte del proceso. Necesitas sacar todo ese cúmulo de emociones generadas y contenidas. La recomendación aquí es que lo escribas. Poniendo todo, con toda tu rabia. Desahogándote. También puedes utilizar técnicas para la gestión de la ira que te permita canalizarla de una forma sana para ti y para tu entorno.
  • Cuando ya hayas despotricado todo lo necesario, la tristeza tocará tu puerta. Es el momento de rendirse a la evidencia. Es el reconocer la pérdida, la carencia, la falta de aquello que pensabas necesitar para haberlo evitado, si es que se podía, o reconocer que no tendrás lo que esperabas. Es un momento en el que las fuerzas fallan porque aflojamos y dejamos de pelearnos con lo sucedido. Aquí es donde nos sentimos más vulnerables. Pero date cuenta de algo: ya estás en la mitad del proceso. A partir de aquí, comienza la verdadera recuperación.
    • Por eso, llora todo lo que necesites, permítete no estar para nadie, o para nada, en la medida de lo posible. No te exijas nada para no gastar tus pocas fuerzas más que en lo imprescindible. Es el momento en que de verdad toca autocuidado. Déjate querer. Pide que hagan cosas por ti, que te liberen de carga.
  • Así podrás ir recuperando la energía, y ayúdate con aquello que te haga sonreír, que te genere bienestar. Es tiempo de hacer lo que te guste, de activar las hormonas de la felicidad, de abrazar, de leer lo que te apetezca, de visitar lugares en los que puedas ser tú y a la vez sentirte cómoda. Es el momento de hacer entender al cuerpo que puede estar bien, por lo que activa tus sentidos con sensaciones corporales placenteras y hazte consciente de ellas.

2º Creatividad, aceptación, aprendizajes

  • Con más fuerza descubrirás que se irán abriendo opciones a las que antes no aspirabas siquiera pero que ahora sí te sientes capaz de acometer. Se irá despertando tu creatividad para plantear alternativas de posibles actuaciones. Con tranquilidad para no caer de nuevo en la exigencia. Valorando qué es más fácil para comenzar, o qué opción es más tú. ¿Qué oportunidades se presentan ahora? ¿Qué no habrías pensado nunca que harías o pensarías y te lo estás planteando ahora?
  • Aceptada la situación inicial, es el momento de dar el siguiente paso para continuar el viaje de tu vida. Aceptar lo que fue (pues ya habrá pasado un tiempo y hay que dejar el pasado en el pasado) y avanzar.
  • Por último, y como algo en lo que no solemos parar a revisar porque ya estamos de nuevo caminando, es la importancia de reconocer lo aprendido. ¿Qué creencias has desterrado? ¿Qué nuevas creencias te han ayudado a seguir adelante? ¿De qué te has dado cuenta en este proceso? ¿Qué nuevas habilidades has desarrollado? ¿Qué actitudes te han sido útiles en este tiempo? ¿Qué has aprendido?

La voluntad, el amor por la vida, la disposición de superación, la resiliencia y sobre todo, el optimismo van a ser tus grandes aliados para superar momentos oscuros. Vas a sanar, porque te lo mereces, porque brillas aun con el alma rota, porque sonríes incluso con lágrimas en los ojos, y este trance solo ha sucedido para demostrarte que has de creer más en ti. Las cosas volverán a ser fáciles.

También recuerda que pedir ayuda no es una muestra de debilidad, sino que solo los valientes y los que saben hasta dónde pueden llegar y qué se escapa de sus manos, se rodean de aquellos que saben más y que tienen más herramientas para alcanzar el objetivo de forma más fácil y rápida y superar momentos oscuros.

Y si quieres, te acompaño en el proceso, pues como tú, también aprendo en el camino del crecimiento.

Mucho ánimo. Solo es un momento oscuro. Pasará.

Raquel Bonsfills

Querido compañero,

¿Sabes si lideras tu vida? ¿Qué conlleva autoliderarte?

El autoliderazgo es un concepto fundamental en el desarrollo personal y profesional. Se refiere a la capacidad de guiarnos a nosotros mismos de manera efectiva, motivarnos y tomar decisiones conscientes que nos lleven hacia el logro de nuestros objetivos.

Ya en mi libro: Tú puedes ser líder de ti mismo y de tu organización escribo que no se puede liderar a un equipo, si uno no sabe liderar su vida.

El autoliderazgo genera, entre otras cosas: equilibrio emocional, serenidad, cordialidad, afabilidad, respeto, saber estar, ilusión y entusiasmo.

Claves del autoliderazgo en tu vida

La persona que sabe liderar su vida se comporta de forma: clara, trasparente, comprensiva, dialogante, firme, decidida, realista, resiliente, trabajadora, estable, optimista y sabe dar sentido a su vida.

Quisiera compartirte algunas claves de lo que conlleva liderar tu vida:

  • En primer lugar, el autoliderazgo implica autoconocimiento y autoconsciencia, es decir, tener claridad sobre nuestros valores, metas y propósito en la vida. Es importante conocer nuestras fortalezas y debilidades, así como nuestras pasiones y motivaciones. Esto nos permite establecer metas realistas y alineadas con nuestros valores, lo que nos brinda una dirección clara y nos ayuda a mantenernos enfocados en el camino hacia el éxito.
  • Además, el autoliderazgo conlleva asumir la responsabilidad de nuestras acciones y decisiones. Significa reconocer que somos los únicos responsables de nuestro propio crecimiento y desarrollo. Esto implica dejar de lado la mentalidad de víctima y adoptar una mentalidad de madurez, en la que nos empoderamos para tomar el control de nuestras vidas y asumir la responsabilidad de nuestros resultados.
  • El autoliderazgo también supone la capacidad de autorregularnos emocionalmente. Significa ser conscientes de nuestras emociones y saber gestionarlas de manera saludable. Esto conduce a controlar el estrés, mantener una actitud positiva y optimista, y ser resilientes frente a los desafíos y obstáculos que se presenten en nuestro camino.
  • Además, el autoliderazgo trae consigo la capacidad de tomar decisiones efectivas. Significa evaluar las opciones disponibles, considerar las consecuencias y tomar decisiones basadas en la información y el análisis. Esto supone también confiar en nuestra intuición y en nuestra capacidad para tomar decisiones informadas y acertadas, así como el estar abierto a ajustar nuestras decisiones a medida que adquiramos nuevas experiencias y conocimientos.
  • El autoliderazgo implica la capacidad de motivarnos a nosotros mismos y mantenernos enfocados en nuestras metas. Significa establecer hábitos y rutinas que nos impulsen hacia el éxito, como la planificación, la organización y la disciplina. Además, ante los obstáculos es necesario poseer una actitud positiva y ser capaces de encontrar una ventaja competitiva en la adversidad. También comporta mantener una mentalidad de crecimiento, estar dispuestos a aprender y crecer constantemente. Y para motivarnos es necesario valorar tanto o más el proceso que el resultado. Te comparto que las personas que disfrutan del camino y de la meta son capaces de recorrer largas distancias.
  • Por último, el autoliderazgo entraña saber en qué momento es necesario parar o evadirse para evitar la saturación. El que lidera su vida tiene un equilibrio entre tus diferentes roles y responsabilidades, se asegura de tener una vida plena y satisfactoria. Encuentra tiempo para el autocuidado, las relaciones significativas, el ocio y la diversión, y sabe desconectar mental y emocionalmente, lo que le permitirá reducir la ansiedad y el estrés y esto nos llevará a ser más productivos.

En resumen, el autoliderazgo es esencial para nuestro crecimiento y éxito personal y profesional. Nos permite dirigirnos a nosotros mismos de manera efectiva, tomar decisiones conscientes y mantenernos enfocados en nuestras metas. Al desarrollar nuestras habilidades de autoliderazgo, podemos alcanzar nuestro máximo potencial y vivir una vida plena y satisfactoria.

¿Qué otras cosas crees que implican liderar tu vida?

Te recuerdo una frase de Stephen Covey: “El liderazgo personal no consiste en una sola experiencia. No empieza y termina con la redacción de un enunciado de la misión personal. Se trata más bien de un proceso que consiste en mantener en mente la propia visión y los propios valores, y en organizar la vida para que sea congruente con las cosas más importantes.”

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para liderar tu vida?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Acompañar etimológicamente está relacionado con compartir el pan junto a alguien y el diccionario de la Real Academia de la Lengua nos lleva a estar en compañía de alguien. El líder acompaña, el terapeuta acompaña, el amigo, acompaña, el coach acompaña, el colega acompaña, el profesor acompaña, el psicólogo acompaña, tu pareja también te acompaña en tu viaje de vida. Y ¡tantos otros!

¡Te acompaño!” es esa frase que nos ha sacado una sonrisa cuando nos la ha dicho un amigo, esa frase que normalmente se agradece porque suele salir del corazón. Y es que para decirla hay que querer. No es obligado. Quizá sí lo era cuando de niños nos lo imponían nuestras madres para dar seguridad a nuestros hermanos pequeños. Sin embargo, aprendimos a acompañar en situaciones más livianas, que hemos incorporado como parte de la educación social como, por ejemplo, cuando tienes visita acompañar a la puerta para despedirte; o elegimos acompañar a nivel laboral como, por ejemplo, nosotras en procesos de desarrollo personal o profesional.

Sin embargo, hay puestos de trabajo como el de responsable, jefe, directivo, o de toda persona que tenga un equipo a su cargo, que el acompañar toma un sentido aún más necesario, porque ese pan que se comparte es el fin último, el propósito, del trabajo que realizamos y de lo que se trata es de acompañar al equipo a lograrlo. También en equipos de alto rendimiento o los verdaderos equipos, se acompañan mutuamente para lograr sus objetivos.

Y por supuesto, hay profesiones que en sí mismas están creadas para acompañar a las personas que lo necesitan como trabajadores sociales, mentores u orientadores que desempeñan puestos de acompañamiento laboral, por citar algunos ejemplos.

Beneficios de sentirse acompañado

¿Por qué acompañar? Somos seres humanos y seres sociales. Necesitamos generar vínculos porque eso nos ayuda a sobrevivir. Juntos somos más fuertes.

Al acompañar se desarrolla un compartir que ayuda a generar oxitocina, que es una de las hormonas de la felicidad. Si se acompaña de una caricia, un abrazo o de un contacto físico sutil, las células de nuestro cuerpo guardarán la experiencia intensificando la sensación de calidez y promoviendo mayor bienestar.

Sentirse acompañado reduce el miedo ante lo que sucede y alivia. Como decía Sancho en el Don Quijote de la Mancha: “todos los duelos con pan son menos” porque sentirse acompañado reconforta.

No se trata de que haya muchas personas alrededor o solo una, lo que influye es cómo nos sentimos, lo que recibimos de quienes tenemos cerca y si nos dan lo que precisamos de forma oportuna, de si eso nos hace sentirnos más queridos.

Acompañar es un arte

Hemos de saber que para acompañar o más bien para saber acompañar adecuadamente hay unas claves que nos van a ayudar a generar todo eso que de forma oportuna necesita y aporta al otro. Es decir, si queremos acompañar mejor es importante tener en cuenta lo siguiente:

Atención

  • Atención. Acompañar es estar atento a lo que el otro necesita. Es poner nuestra mirada en el otro para percibir sus inquietudes y anhelos. Si prestamos atención sabremos cuándo hemos de quedarnos o irnos porque saber acompañar también es saber dejar tranquilo, dar serenidad, sosiego, no forzar. Solo estando atentos podrá fluir de una forma más sana nuestro acompañamiento.
  • Compañía

    • Compañía. Se trata de ir con el otro, de estar. Siempre doy gracias a la era de la comunicación y a todos los desarrolladores de tecnología que nos facilitan herramientas para estar cerca de los demás aun estando a miles de kilómetros. Y aunque no podamos estar presentes físicamente, deberás tener el pensamiento y el corazón con la persona a la que acompañas.

    Organizarte la agenda

    • Organizarte la agenda. Acompañar requiere un tiempo que has de reservar para esa persona. Según en qué acompañes necesitarás más o menos tiempo y aunque sea para enviar un mensaje que le haga saber que estás ahí, ese tiempo que das es un regalo para el otro que podrías estar utilizando en cualquier otra tarea. Así que si alguien te importa, organiza tu agenda, ponte recordatorios, queda, llama y dedícales tu tiempo.

    Meta

    • Meta. Normalmente al acompañar vas con una meta en mente. Puede que la meta de una pareja sea el “para toda la vida”. La meta de un amigo sea hasta la puerta de su casa, mañana a comer, y así a base de ratitos, puede ser por muchísimos años. La meta de un psicólogo puede ser hasta sanarte o la del líder hasta que se cumplan los objetivos o el propósito que tu trabajo conlleva. Plantéate hasta dónde estás dispuesto a acompañar.

    Plan

    • Plan. Alcanzar cualquier meta requiere de un plan. Incluso cuando acompañamos en un proceso de coaching hemos de seguir unos pasos que hacen que el método funcione. O cuando acompañamos a las personas en su trabajo, como responsables de equipos, hemos de planificar desde la contratación de una persona hasta el seguimiento del trabajo o el entrenamiento que va a requerir para saber desempeñarlo adecuadamente.

    Apertura

    • Apertura. Tanto mentalmente como emocionalmente hemos de abrirnos al otro, a que su forma de caminar sea diferente a la nuestra, a que su manera de ver la vida no sea como la nuestra o a que le resulte más fácil de otro modo a como nosotros teníamos pensado. Así que acompañar requiere de flexibilidad y capacidad para ver el mundo desde los ojos de quien acompañamos.

    Aledaño

    • Aledaño. Hace referencia a que va al lado y a que tiene un límite, que tú no eres el otro. Ahí es donde radica la empatía y desde la Gestalt el entender que yo no soy tú, que en el fondo aunque coincidamos o hayamos decidido compartir camino, cada uno tiene sus propios intereses y motivaciones para caminarlo. Se trata también de respetar a quien acompañas.

    Amor

    • Amor. Seguro que piensas que esto puede ser demasiado si hablamos de líderes o profesionales que te acompañan en procesos. Sin embargo, desde mi punto de vista es todo lo contrario. No podemos acompañar al otro si no le miramos desde el amor, no un amor romántico, pero sí un amor que admira, que cree en su potencial, que sabe ver lo bonito que hay dentro de cada persona, que no juzga, sino que te pone mucha compasión con una mirada apreciativa.

    Real

    • Real. No acompaña el que se imagina acompañando, sino el que lo hace. El acompañamiento requiere de una acción real, aunque sea un whatsapp de estoy pensando en ti. El acompañamiento ha de ser tácito, tangible y que el acompañado sienta que estás ahí. Así que has de encontrar la vía para hacérselo saber.

    Por todo esto, acompañar es un arte que, como casi todo, se puede aprender. Tiene mucho de actitud, de querer hacerlo, de proponérselo y de disfrutarlo.

    Ahora que lo sabes, ¿qué vas a hacer para acompañar mejor a quienes te rodean? Por cierto, la recompensa de acompañar no es solo para quien recibe tu compañía sino también tú al acompañar te sientes mucho más feliz porque la generosidad llena más el corazón de quien da.

    Te acompaño en el camino del crecimiento.

    Raquel Bonsfills

    Querido compañero, ¿Crees que son importantes los objetivos? ¿Qué tienes en cuenta a la hora de fijar tus metas? Para empezar, te diré que está demostrado que, en la medida en que un ser humano va acometiendo y alcanzando los objetivos que se fija, es más feliz. Y tú, ¿quieres ser más feliz?

    La técnica SMART-E para fijar objetivos

    Quisiera compartir contigo la técnica SMART-E para fijar objetivos. Te aseguro, que si la empleas, sentirás confianza y no la frustración por no conseguir tus objetivos. Sigue leyendo y sabrás cómo puede beneficiarte aplicar esta técnica.

    • S de Específicos: tus objetivos han de ser más concretos posibles. "Quiero ser feliz" ¿De verdad consideras que este objetivo es concreto? En este punto, antes de formular el objetivo, viene otra pregunta, el qué. ¿Qué es para ti ser feliz? La respuesta podría ser: tener un coche impresionante. Pero sigue siendo una respuesta poco específica, imprecisa, por lo que tendrías que seguir preguntándote ¿Qué es para mí un coche impresionante? Y así sucesivamente hasta conseguir una respuesta totalmente concreta.
    • M de Medibles: ¿cómo sabrás que vas avanzando a tus objetivos, que los alcanzas? Utiliza indicadores con los que puedas chequear el qué punto del camino hacia tu(s) objetivo(s) estás. ¿Estás al inicio? ¿En mitad del camino? ¿A punto de lograrlo? ¿Cómo lo sabes?
    • A de Ambiciosos: para que, cuando lo consigas, te haga sentir más que orgullo. El objetivo, realmente, tiene que tener un valor extra para ti. Tu objetivo ha de suponerte un reto porque, si te resulta demasiado fácil, acabarás por no importancia. Y créeme: los siguientes pasos serán la apatía,  la desgana para emprender el camino...  Y esto es precisamente lo que hay que evitar si queremos estar plenamente motivados para actuar. Un objetivo debe empujarnos a su logro, y su importancia debe convertirlo en necesidad hasta en los momentos más difíciles.
    • R de Realistas: tienes que poder lograrlo. Un chico con 16 años dice: "el año que viene seré el mejor cirujano del mundo" ¿Realista? Es muy importante  que un objetivo no sea tan costoso como para hacerte caer en la frustración si no lo puedes conseguir. Tienes que poder abordarlo, aunque sea dividiéndolo en pequeñas etapas. Si es demasiado idealista, el no tener los pies en la tierra, te impide afrontarlo desde tu realidad actual.
    • T de Temporizados: es imprescindible que el objetivo esté acotado en el tiempo. Si es un objetivo sin plazos, es un objetivo eterno.

    La Ecología: otra técnica a tener en cuenta

    Por mi parte, además de esta técnica, procuro emplear otra: la Ecología. Según una de las acepciones que recoge la RAE, 'ecología' hace referencia a "una parte de la sociología que estudia la relación entre los grupos humanos y su ambiente, tanto físico, como social". Por tanto, y aplicándolo al tema que nos ocupa, se trata de que tus objetivos no se opongan a tus intereses en otras áreas, sino que tienen que producir un bienestar en ti y en tu alrededor.

    Algunas preguntas que te ayudarán a evaluar la ecología de tu objetivo en el momento en que lo estás fijando son:

    • ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de tu estado actual para ti y tu entorno?
    • ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de lo que quieres conseguir para ti y para la gente de tu alrededor?

    Y tú, ¿qué vas a tener en cuenta para fijarte tus objetivos cotidianos? Y a medida que los vayas consiguiendo ¿qué vas hacer con su logro?


    Estoy siempre a tu disposición si quieres comentar tu caso o que responda a tus dudas y preguntas.
    Te acompaño con pasión hacia tu éxito.


    Milagros García

    No nos gusta que nos cambien los planes, ni que nos saquen de nuestro “mundo”. Solo lo aceptamos a regañadientes cuando está justificado o le vemos cierto sentido. Sin embargo, a veces pequeñas acciones o cambios en lo que tenías previsto pueden tener un efecto maravilloso en los demás y, en consecuencia, en ti.

    Se trata de cubrir necesidades o deseos que el equipo o las personas de tu alrededor tienen y que, aunque a nosotros no nos parezcan importantes, la persona que lo recibe agradece. A veces solo es cuestión de ser detallista.

    La dificultad de cambiar lo que tenías en mente

    Cuando tenemos un plan establecido en nuestra mente como, por ejemplo: “cuando llegue al trabajo lo primero que voy a hacer es responder el email de Rocío y después llamar a Juan para resolver el tema pendiente de una vez. Hecho eso, ya me podré poner tranquila con mi parte del proyecto para avanzar, que he de terminarlo para el viernes”, es bastante fácil que algo suceda que interrumpa mis planes. Sin embargo, en ese caso la interrupción no sería algo que yo decido, sería un ladrón del tiempo ajeno que me veo “obligada” a gestionar.

    La dificultad está en recalcular y sucede por varios motivos:

    • Estamos orientados al logro. Cuando nos planteamos hacer algo o conseguir algo, nuestro cerebro se pone en disposición de lograrlo. Esto es bueno para ayudarnos a alcanzar lo que deseamos, no obstante, es un reto cuando nos encontramos con obstáculos que nos quieren desviar del camino.
    • El hacer planes nos da seguridad. Lo conocido nos da mayor seguridad y tranquilidad. Cuando no sabemos lo que va a ocurrir podemos entrar en ansiedad debido a la incertidumbre. De ahí que nos imaginemos diferentes escenarios para que, si se da uno de ellos, nos resulte familiar. Eso hace que nos asuste menos.
    • Las rutinas generan confianza. El hacer siempre lo mismo o, al menos, realizar algo de forma repetida nos lleva a convertirnos en expertos. Al practicar vamos cogiendo habilidad, destreza, y nos llevará a hacerlo cada vez mejor, más rápido y de forma más optimizada. Por eso, vamos ganando confianza en nuestras propias capacidades para abordarlo creyendo que podemos. Sacarnos de lo que nos genera tal sensación nos hace incomodarnos. De ahí el dicho: más vale lo malo conocido.
    • Nos gusta la autonomía. Poder hacer las cosas con la libertad de elegir cuándo y cómo. A mi manera. Incluso cuando nos sumamos a otras causas o a lo que quieren hacer los demás, nos gusta pensar que es porque confluimos, no porque se nos imponga. No nos gusta recalcular por el hecho de vernos obligados a ello.

    Beneficios de hacer pequeños giros a nuestros planes

    Dado que la vida no es plana, sino que tiene la capacidad de sorprendernos a diario, nos vemos en situaciones y relaciones que, si aprendemos a verlas de una forma beneficiosa, acabarán siendo mucho más enriquecedoras para nosotros y para nuestro entorno.

    Cuando viene una persona y nos desmonta el plan, podemos acogerlo como una oportunidad que tendrá una ventaja final para mí o como un fastidio. Según nos lo tomemos, nos sentiremos más motivados a cambiar de rumbo o no. Lo importante es saber que podemos elegir cómo tomárnoslo. “Si tiene remedio, ¿para qué preocuparse?; si no lo tiene, ¿para qué preocuparse?”. Te dejo algunas acciones que puedes realizar según sean las personas de tu entorno para que veas lo positivo que tiene hacer pequeños cambios en tus planes (puede incluso ¡anotártelo en la agenda como tarea a realizar!):

    • Para una persona a la que le importan las relaciones, el hecho de que te pares un minuto a darle los buenos días y preguntarle cómo está marcará la diferencia. Esa persona y tú generaréis un nuevo vínculo que será de gran utilidad y apoyo en el día a día. Por tanto, merece la pena.
    • Para una persona a la que le gusta tener cierta notoriedad, dedicarle un momento a escucharle, que se sienta protagonista, le hará muy feliz. Te valorará más y contará contigo cuando lo necesite, haciéndolo por las buenas y mostrándose más comprensivo con tus necesidades.
    • Para una persona que necesita sentirse valorado, reconocer su progreso será ilusionante. Puede que no lo tenga todo hecho; sin embargo, esa muestra de haber visto lo que sí ha hecho  le animará a seguir con mayor motivación.
    • Para una persona que es metódica y analítica, evitarle distracciones innecesarias o reuniones que le puedes resumir en un mail, será todo un regalo y tiempo que también te ahorras tú. Si le haces notar que es por cuidar de él, también lo tendrá en cuenta para hacer algo por ti.
    • Para una persona a la que le importa que haya coherencia entre palabras y hechos, que te muestres lo más auténtico posible le hará confiar en ti. Y si le explicas con criterio y detalladamente lo que quieres, esperas y necesitas, será más fácil que se una a tu causa y lo dé todo por ti.
    • Para una persona creativa lo más interesante es que le invites a dar ideas y que tenga una participación en los cambios que necesites realizar le puede gustar. Tampoco te olvides de preguntarle en caso de no ver opciones posibles, si estás en un callejón sin salida o te ofuscas con un problema al que no le ves solución.
    • Para una persona con un fuerte sentido de pertenencia y gran confianza en sí misma y en lo que puede hacer, recuerda darle medios para que logre lo que se propone y verás cómo hace crecer lo que le rodea. Se va a implicar al máximo.
    • Para una persona tranquila, a la que no le gustan los conflictos, no le pongas entre la espada y la pared. No le hagas responder delante de todos. Habla en privado, pide su opinión en petit comité, escúchalo… que no sea por el hecho de que no da guerra que se te olvide tenerle presente. Es un corredor de fondo.
    • Para una persona que tiene que tener la razón y que tiene claro cómo deben ser las cosas, dedica un tiempo a entender su visión y a ser posible, dejarle movilizarse hacia ella. Si su visión no es la misma que la tuya trata de alinearlas para que se sienta implicado y dé lo mejor de sí.

    Cada uno somos de una forma diferente y todos tenemos unas necesidades que será siempre mejor tener cubiertas para sentirnos más felices. ¿Podemos hacerlo en el trabajo? Sí, si nos fijamos en cómo somos, si tratamos de conocernos y si nos lo proponemos. Al final, el bienestar es cosa de todos. 

    La capacidad de adaptación de tengamos va a ser muy importante para superar con éxito el día a día, y hacerlo nos ofrece un buen entrenamiento para podernos adaptar a situaciones más complejas con las que nos encontremos, a las que nuestro mapa mental no está acostumbrado.

    Por eso, cuando te cambien de planes, piensa en tus necesidades y en las de quien te lo pide para que juntos podamos más fácilmente superar los giros de la vida.

    Ahora que lo sabes, ¿te sumas a hacer pequeños gestos para llevar mejor y hacer más fácil el día a día de todos?

    Aprendiendo en el camino de crecimiento. Raquel Bonsfills

    En el día a día del trabajo pasan muchas cosas. Hay días que parece que todo sale rodado y otros que vamos tropezando, que no terminan de salir las cosas como queremos. También hay momentos en los que estamos más distraídos por temas familiares o personales, por nuestra salud o por la preocupación de alguien del entorno.

    En el trabajo no solo pasan cosas de trabajo

    Sí, no todo lo que sucede en el trabajo es un asunto laboral. Somos personas completas, con diferentes áreas en nuestra vida que nos afectan y que precisamente por pasar la mayor parte de nuestro tiempo en el trabajo, no podemos evitar llevarnos lo de nuestro día a día al trabajo.

    Las relaciones humanas no siempre son sencillas y en el trabajo se dan muchos roces, ya sea con compañeros, con jefes o con personal que también trabaja allí, aunque no sean de nuestro equipo. Nos afecta que estén demasiado pendientes de nosotros, así como que nos ignoren. Nos gusta tener autonomía a la vez que estén pendientes de nosotros, que nos valoren, que nos escuchen… en definitiva, que nos cuiden y sentir que importamos. Y una de las mejores formas de conseguirlo es cuidando los detalles

    Un detalle es un rasgo de cortesía, amabilidad, afecto… según dice el diccionario de la R.A.E. Sin embargo, no todo el mundo es detallista, aunque quien lo es, se gana a quienes tiene a su alrededor. ¿No crees que es mejor serlo que no serlo?

    Si eres líder de un equipo, te merece la pena. Yo diría que, incluso, debería ser un rasgo indispensable y estoy segura que si piensas en algún líder que hayas conocido, es una persona que tenía detalles por los que le recuerdas.

    10 claves para ser más detallista en el ámbito laboral

    Ser detallista es más bien una actitud, es algo que te nace, que has de querer hacer y también, se puede aprender. Por eso, te voy a compartir algunas claves para ser detallista con quienes tengas a tu alrededor (lo que puede funcionar del mismo modo en tu entorno personal).

    1. Escucha. Estar atento a lo que les importa a las personas, sus gustos, de lo que hablan es esencial para poder ser detallista. Porque imagínate que a alguien le gusta la música rock y tú, por tener un detalle con esa persona, le regalas dos entradas para ir a escuchar un concierto de música clásica. Pues puede apreciar tu buena intención, pero seguro que habrá un punto de incomodidad que se reflejará en su cara, que tampoco te hará gracia a ti y te quedarás pensando que no lo ha puesto en valor, y encima de que has conseguido las entradas para él, acabarás como la víctima de tu propio detalle. Así que, para que sea un buen detalle, que se aprecie, escucha.
    2. Sé oportuno. A veces no se trata de que sean detalles de alto valor económico, sino que sea lo que la persona necesita en ese momento. Si un equipo ha estado haciendo muchas horas para llegar a la fecha límite de un proyecto y cuando lo completan y lo presentan en tiempo les dices que se vayan a casa y descansen, que se lo merecen, será un detalle más oportuno que si no haces nada o si solo te fijas en los resultados que obtengan con su trabajo para valorar si cumplen o no los objetivos.
    3. Ayuda a conciliar. La mayor parte de los detalles que se agradecen están relacionados con el poder conciliar la vida laboral con la personal. Por ejemplo, si un padre tiene el festival de fin de curso de su hijo ese día, permite que vaya sin tener que cogerse vacaciones. Si un compañero tiene que llevar a su madre al médico porque es mayor y ya no puede ir sola, valorará que pueda salir ese rato para quedarse tranquilo con lo que el médico diga, en lugar de estar impaciente en el trabajo y distraído esperando noticias.
    4. Mantente atento a lo relacionado con los hobbies. Aunque no te guste entrometerte en la vida privada de quienes te rodean, saber qué suelen hacer en su tiempo libre es muy útil para ser detallista. Por ejemplo, si sabes que una persona es una apasionada del teatro y siempre que puede va, o si sabes que le gusta leer o ir a pescar, ya tienes la pista para el detalle perfecto además de un tema de conversación con el que seguro acertarás.
    5. Anticípate. La capacidad de anticiparte viene de haber hecho todo lo anterior y es el culmen de ser detallista. Para ello, la agenda será tu mejor aliada. Cuando te enteres de que algo pasará que es importante para esa persona, te lo anotas. Así no tienes que tirar de memoria, pues seguramente que se te olvide debido a las mil cosas que tienes en la cabeza. Y cuando vaya a llegar el día, quedarás fenomenal anticipándote con algún detalle que le dé alegría y que le haga sentir que te preocupas por su bienestar. Recuerda apuntarte no solo las fechas de cumpleaños de tu equipo, sino también las de sus hijos, sus aniversarios o momentos especiales como que tengan un evento importante para ellos.
    6. Sé equitativo. Para cada persona el detalle será significativo de una forma diferente. No ha de ser siquiera del mismo valor económico, pero sí ha de ser equitativo. Ha de haber un cierto equilibrio. Y, sobre todo, no le ha de faltar a nadie aunque sea en distintos momentos en el tiempo. Ten en cuenta que un detalle con una persona marcará precedentes porque si ante la misma circunstancia otro miembro del equipo no recibe nada, se sentirá menospreciado. Esto, por desgracia, ha hecho que muchas veces se decida no tener detalles con nadie para que así nadie se sienta ofendido, pero en mi opinión, siempre es mejor dar porque en el día a día, estás recibiendo lo que cada persona aporta en el trabajo.
    7. Mantente al tanto de las emociones. La emocionalidad del equipo puede llevar al éxito o al fracaso. La productividad de una persona se ve alterada por las emociones. Por eso, estar atentos a cómo están los demás es imprescindible. No sobrecargar a alguien que no está en su mejor momento, llevarte a alguien a tomar un café cuando se bloquea o saber cuando sorprender para motivar, reconocer o calmar ánimos son detalles que se agradecen. Y las señales que te van a permitir tener esos detalles van a ser las expresiones de las emociones, que podrás detectar a través del lenguaje no verbal y también de lo que se dice o se rumorea.
    8. Averigua las necesidades subyacentes. Si quieres ser detallista, averigua qué es lo normal en cada una de las personas para poder saber rápidamente cuando algo no va tan bien. Y ten en cuenta que detrás de un enfado, una protesta, un silencio o una justificación hay una necesidad que necesita cubrirse. Ese detalle puede ir justo orientado a facilitarle eso que está demandando.
    9. A veces un detalle marca la diferencia. Pongamos el caso de dos vendedores de ropa encantadores que tras asesorarnos en lo que nos quedaba mejor y atender nuestras necesidades de talla, largo y complementos nos acompañan a la caja. Uno de ellos cuando mete la ropa en la bolsa para darte tu compra, te dobla adecuadamente la prenda. El otro simplemente lo mete en la bolsa como cae. ¿Cuál prefieres? Parece que los detalles con los clientes los tenemos mucho más claros porque buscamos satisfacerles, ya que de ello dependen los beneficios de la empresa y, en consecuencia, que siga perdurando nuestro puesto de trabajo. Ahora piensa en qué hacen las demás personas del equipo para marcar la diferencia, cuáles son esos detalles que tienen en el trabajo diario, si los tienen. Observa cómo se relacionan entre ellos, fíjate en cómo se hablan, cómo visten, cómo caminan, cómo escriben…y trata de encontrar esos detalles que les gustan.
    10. Anticípate a futuros problemas y evita que se produzcan. Ver y abordar los pequeños problemas antes de que se conviertan en mayores es una forma de ser detallista en el trabajo. Cuando conoces a tu equipo sabes lo que le molesta a cada uno, adelantarte a que un pequeño problema o malentendido vaya a más, es un detalle como líder que te evitará grandes dolores de cabeza y que apreciará tu equipo.

    Si eres una persona detallista, sorprenderás gratamente a quien te rodea porque la amabilidad, la cortesía y la atención a los demás, hoy, en sí mismas, son un detalle.

    ¿Cómo vas a marcar la diferencia con detalles que merezcan la pena recordar para ser un gran compañero o líder del equipo?

    Aprendiendo en el camino del crecimiento.

    Raquel Bonsfills

    22 mayo, 2023

    Querido compañero,

    ¿Vives experiencias? ¿Te gusta vivir experiencias?

    Las experiencias de una persona se forman a través de los pequeños y grandes acontecimientos que forman parte de nuestra vida.

    Está demostrado que una persona que tiene una vida rica en vivencias, consigue aprendizajes y recursos que mejoran su capacidad de respuesta y resolución para poder afrontar de forma más adecuada las situaciones cotidianas o a lo mejor, enseñanzas de cómo no volver a hacerlo.

    Las experiencias nos vuelven más abiertos, más tolerantes, también más sabios. Nos llevan a entender mejor la vida.

    Dice el Dalai Lama que uno entiende el sentido de su vida cuando echa la mirada atrás y ve todo lo vivido; es decir, la vida se construye con experiencias personales.

    Para vivir con plenitud es necesario ser consciente de las experiencias que cada uno vive y darlas un sentido: era algo que tenía que aprender, con lo que iba a crecer, que me ayudara a fortalecerme para superar las vivencias futuras, reconocer y apreciar a las personas importantes en tu vida...

    ¿Cómo podemos generar experiencias memorables?

    Te dejo algunas claves para que lo logres:

    • Pon consciencia en el presente con los 5 sentidos. Cuando quieras tener una experiencia, para y reconoce dónde estás, qué hay a tu alrededor, qué ves, qué hueles, qué sientes, qué escuchas, qué sabor tiene. Observa todo poniendo atención.
    • Sal de tu rutina. Haz las cosas de diferente manera, genera nuevas rutinas y aunque pueda resultar difícil enfréntate a tus miedos y limitaciones. Hacerlo te genera nuevas experiencias. Siempre se puede añadir un poco de aventura a nuestro día a día saliendo de la rutina.
    • Pasa tiempo con tu familia, pareja o amigos. Las personas importantes en nuestra vida nos ayudan a integrarnos en la sociedad, nos aportan bienestar emocional, incrementan nuestra autoestima, pueden ayudarnos a sobrellevar muchos momentos y nos ofrecen vivir nuevas experiencias.
    • Entrena. Cuantas más experiencias vivas, más entrenamiento vas a tener de abrirte a la vida, a nuevas posibilidades y aventuras.
    • Aprende a aprender de los demás. Te recomiendo te rodees de gente que te ayude a seguir aprendiendo y a desarrollarte personal y laboralmente. Tus niveles de motivación crecerán día a día y podrás generar mejores y mayores experiencias.
    • Haz actividades diferentes a lo que es tu trabajo. Además de trabajar practica cosas que te generen bienestar (salir con amigos, ir a tu restaurante favorito, aprender algo nuevo…) o hobbies que te guste realizarlos (hacer algún deporte, leer, cocinar…) o parar y estar en silencio. Seguro que generarás nuevas experiencias.
    • Reduce tu ocio insano. Deja de gastar tanto tiempo en actividades que no añaden valor a tu vida. Por ejemplo, viendo la televisión sin criterio, usando el teléfono, tus redes sociales o internet de forma compulsiva. Prioriza lo que es importante para ti para dedicar tiempo a generar nuevas experiencias.
    • Viaja, vete a museos o visita lugares desconocidos. Nos da la oportunidad de conocer nuevos rincones y costumbres y, en ocasiones, incluso abrirnos a nuevas ideas. Generarás experiencias que no olvidarás, conocerás personas con las que crecerás, viajar te ayudará a conocerte más a ti mismo, te abrirá la mente a otras culturas y gentes y disfrutarás o no, pero eso también es una experiencia.
    • Practica el modelo EPIC. Jon Levy, autor del libro “The 2 am principle” explica este modelo como un proceso de cuatro partes para generar situaciones extraordinarias en tu vida:
      • E de Establece. Lo primero es poner las bases para vivir una aventura. ¿Qué quieres lograr? ¿Qué es importante y te falta?
      • P de Presiona. Cómo romper miedos y limitaciones que nosotros mismos nos imponemos. Hazlo a pesar del miedo.
      • I de Incrementa. Qué hacer para llevar la aventura al siguiente nivel. No te quedes con lo básico, piensa en cómo hacerlo aún más especial.
      • C de Continúa. Decide si quieres seguir con tu experiencia inolvidable y si no, termínala con estilo.

    ¿De qué otras maneras generas experiencias memorables?

    Según Daniel Goleman  nuestra Inteligencia Emocional y Mental puede modificarse por influencia de las experiencias vividas.

    No es necesario ser millonario o extrovertido, en todos lados pueden ocurrir cosas sorprendentes. Vivir experiencias está al alcance de todo el mundo.

    Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para generar nuevas experiencias?

    Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

    No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

    Milagros García

    Querido compañero,

    ¿Te has propuesto llegar a algún sitio determinado? ¿Qué has aprendido durante el camino?

    He escuchado tantos comentarios sobre lo que ha supuesto a muchas personas hacer el Camino de Santiago como: “te cambia la vida”, “lo mejor que he podido hacer”, “la mejor experiencia de desarrollo personal que he vivido”… así que esta Semana Santa me he animado a realizar una parte del mismo, saliendo de la Virgen Peregrina de Pontevedra y llegando, como no podía ser de otra manera, a la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela.

    En mi caso no me ha cambiado la vida, pero sí puedo decir que el camino me ha llevado a vivir experiencias muy similares a las que pasamos cuando queremos lograr un objetivo con éxito, os las comparto:

    • Mi primera experiencia es que si quieres ser exitoso has de superar tus miedos y limitaciones. Cuando he acometido algo nuevo en mi vida como: realizar una entrevista de trabajo o ser madre… lo primero que he sentido es miedo: ¿seré capaz de lograr este puesto? ¿me elegirán? ¿seré una buena madre?… lo mismo que me ha ocurrido cuando tenía más de 30 km de camino por delante que me decía: ¿podré hacer todo este tramo cuando antes no he realizado una caminata tan larga? ¿me perderé?
      • Cuando crees que ya no puedes más, cuando el Camino o la vida te coloca ante un nuevo reto, no lo dudes, saldrás airoso. Cada paso nos ayuda a superarnos a nivel físico y mental. Te recuerdo que vencer el miedo e intentarlo es ya un éxito.
    • Otra enseñanza que he vivido es que realizar el Camino de Santiago y tener éxito requiere preparación. El conocimiento y la formación te va a ayudar a estar más preparado y alcanzar el éxito que deseas, lo mismo que cuando haces el Camino es necesario: preparar tu mochila, elegir los calcetines antiampollas adecuados, el tener varias deportivas especiales para lo que vas a hacer, el conocer y preparar tu nivel de resistencia, preparar las etapas, reservar (si es posible) los alojamientos donde quieres descansar… te recuerdo una de mis frases: “lo bien preparado resultado esperado, lo mal preparado resultado caótico”.
    • Mi tercera experiencia es desarrollar la paciencia. Para lograr lo que deseas en la vida es necesario cultivar la paciencia para poder superar las dificultades que surgen durante el camino, para dar a cada momento su tiempo, lo mismo que desarrolla un peregrino al que le queda un largo camino por delante.
    • Otro aprendizaje que adquirí durante el Camino es que si quieres algo requiere practicar la disciplina. El éxito requiere planificación, constancia y esfuerzo en el día a día, lo mismo que necesité para realizar mi camino de Santiago para lograr los retos que se interponían en el Camino y poder llegar a la meta. En tu camino para alcanzar tus metas te encontrarás con problemas que te incitarán incluso a querer dejarlo todo, te animo a mostrar que eres perseverante e intentarlo de nuevo. ¡Tú puedes!
    • La quinta enseñanza sobre el Camino es que lo más importante es disfrutar del momento, del viaje y no solo del logro. Los sueños, los propósitos, las metas o grandes objetivos son muy importantes, pero nuestras vidas no sólo se pueden vivir a través de ellos, necesitamos ser flexibles y sobre todo disfrutar el camino, la experiencia. Lo importante es el Camino en sí (lo que ves, lo que te pasa, a quien conoces…), no solo el llegar a Santiago de Compostela.
    • La sexta experiencia del Camino de Santiago que tiene que ver con tener éxito en la vida es que, tanto en el Camino, como para lograr lo que te propongas, que tengas en cuenta tu propio ritmo interior y el exterior. Cada uno de nosotros para conseguir lo que queremos necesitamos hacerlo a nuestro ritmo y eso lo he aprendido como peregrina, mi andar era más rápido que con quienes iba y me di cuenta de que cuando iba muy seguido al ritmo de los demás dejaba de disfrutar. Así que, en muchos momentos, es importante escucharte e ir a tu ritmo y respetar que no todos somos iguales, ni acometemos las cosas de la misma manera, saber esto, además, te ayudará a ser más flexible, autónomo y disfrutón.
    • El séptimo aprendizaje es que si quieres tener éxito o hacer el Camino de Santiago es necesario cambiar en muchos momentos tus hábitos. El caminar, el contacto con la naturaleza, el usar menos el móvil, el no estar tan pendiente de las redes sociales o el escucharte son hábitos muy saludables y positivos para el estado físico y de salud y sin duda necesarios para hacer el Camino o para lograr lo que te propongas en la vida.

    ¿Qué otros aprendizajes, lecciones o experiencias son compatibles entre lo que puedes vivir haciendo el Camino de Santiago y lo que necesitas para llevar a cabo nuevos retos en tu vida?

    Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para lograr más éxitos en tu vida?

    Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

    No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.
    Milagros García

    La capacidad de adaptación, esa habilidad que nos permite sobrevivir y que hace al ser humano capaz de afrontar las diferentes circunstancias con las que se encuentra.

    En las empresas cada día se valora más la capacidad de adaptación. Queremos que nuestros equipos sean capaces de aportar su talento para conseguir que las empresas perduren en el tiempo, que, gracias a su ingenio, sus propuestas, sus actuaciones y sus conocimientos puedan crear los productos y servicios, las herramientas y recursos necesarios para ofrecer al mundo lo que éste demanda o para generar una nueva necesidad que, en principio, facilite la vida.

    Sin embargo, a nivel personal, en nuestro cerebro hay una parte que nos mantiene acomodados, porque si ya sobrevivo así, para qué voy a cambiar. Esto lleva a que solamos tener miedo a los cambios y, muchas veces, a que los hagamos cuando la situación actual se nos hace insostenible o cuando algo trunca lo conocido y no nos queda otra. 

    A pesar de ello, y como decía Rogers: “el ser humano es un organismo con una tendencia natural a desarrollarse de manera constructiva”. Él lo que llamó «tendencia actualizante» que es la tendencia natural e inherente a las personas que posibilita su desarrollo completo. Además, puede autorregularse y tomar una dirección en sentido positivo, con lo que ese desarrollo siempre va a ir enfocado hacia un mayor bienestar.

    ¿Cómo podemos mejorar nuestra capacidad de adaptación?

    Piensa: ¿Por qué haces formaciones? ¿Por qué tienes curiosidad? ¿Por qué quieres saber más de algún tema que te interesa? ¿Por qué vas a hacer deporte? ¿Por qué viajas a lugares que no conoces? Podría seguir preguntándote y la respuesta sería: porque estamos en continuo crecimiento y evolución. Solo que lo llamamos así cuando es natural y no forzado, como parece que es la adaptación.

    Evita la rigidez y plantea la flexibilidad

    Solemos estar acostumbrados a hacer las cosas de una determinada manera. Eso nos da seguridad y confianza. Sin embargo, no nos hará evolucionar, solo perfeccionar lo que hagamos a base de práctica diaria.

    La flexibilidad lleva a dar una oportunidad a que algo pueda resultar diferente a como esperamos o a como solemos verlo. No siempre tiene por qué ser disruptora. La flexibilidad se puede realizar en modo “prueba” y observar y analizar los resultados.

    Si quieres, por ejemplo, probar a cambiar tu espacio físico de trabajo, hazlo en una zona que hayas elegido que puede generar el efecto que buscas y pregúntate: ¿qué tal estás con el cambio, mejor o peor? Si decides cambiar el espacio para tus clientes, pregúntales si eso ha mejorado su experiencia contigo o no, si genera un valor añadido.

    Tienes más información en el artículo que escribí sobre la flexibilidad en el trabajo que además nos lleva a tener empresas más humanas.

    Has de tener un objetivo y un "para qué"

    Normalmente es la subsistencia, pero ¿y si lo aplicamos para generar cambios positivos en nuestros clientes? Imagina que tienes una óptica o una inmobiliaria en un barrio donde hay muchos niños. ¿Qué pasaría si en un lado de tu establecimiento decoras todo para que guste a los niños? Incluso el escaparate, para que tiren de sus padres hacia ti. Igual que en un restaurante familiar dan unas pinturas y una hoja para colorear o tienen menú infantil, solo es hacer un pequeño cambio que guste a tus clientes. Pero ha de ser un cambio con una dirección positiva, como decía Rogers, y saber muy bien y medir el impacto para poder identificar el beneficio del cambio realizado. Si funciona, a lo mejor puedes decidir ampliar tus servicios o productos para este nuevo público.

    No significa que dejes de ser tú

    En ocasiones el tener que adaptarnos nos lleva a pensar que dejamos de ser nosotros mismos por vernos imbuidos en las nuevas circunstancias. Y no, eres tú en las nuevas circunstancias. Nunca te puedes deshacer de ti. Solo que, con tu historia, experiencia y vivencias anteriores, te da unas capacidades y formas de asumir esa nueva situación de una forma muy tú.

    Cuando choca mucho con la forma en la que tú ves el mundo, normalmente como una confrontación a tus valores y principios básicos, es cuando puede costarte más. Si tienes la opción, piensa que quizá no es tu sitio y plantéatelo como algo temporal. Si no tienes la opción, busca entre tus cualidades y valores qué puede hacer que lo lleves mejor.

    La aceptación

    A veces nos peleamos tanto con lo que es que no queremos que sea así, que nos enfadamos y nos frustra. Es como cuando llueve y pensabas ir a la playa. Puedes patalear lo que quieras, pero no por eso va a dejar de llover. No está en tus manos. Igual que cuando estás con alguien que considerabas tu amigo y muestra comportamientos que ya no encajan contigo o que ha pasado el tiempo y uno ha evolucionado y el otro no. Es el momento de asumir que las circunstancias han cambiado, que puede que te gusten más o menos, y que, si de verdad quieres a la persona, acabarás dándote por vencido en la lucha por dejar las cosas como antes y aceptarás que ahora es así, precisamente porque lo quieres.

    ¡Atrévete!

    Si nunca cambias nada, cualquier cosa que se salga de tu rutina te supondrá un esfuerzo mayor. Por eso, atrévete a sorprenderte. Déjate llevar de cierta espontaneidad. No hace falta que sean grandes cosas, pero sí acciones sencillas, pequeños pasos que te sirvan para ganar confianza. ¿Qué te pasaría si vas a llevar a tu hijo al colegio un día sin el móvil? ¿Qué pasaría si cambias el orden de los cubiertos en el cajón? ¿Qué pasaría si en lugar de poner la televisión al sentarte en el sofá, pones la radio? ¡Atrévete! A caminar se aprende andando. Así que a adaptarse se aprende adaptándose.

    Recalcula

    Hay expertos en tener plan A, plan B y plan C. Tener previstas otras opciones siempre te da margen de actuación. Si ante una circunstancia cambiante juegas a plantearte lo que yo llamo: abrir el abanico de opciones, hacer tormentas de ideas, empleando tu creatividad, te va a dar una mayor tranquilidad. Esto sucede porque ya no te enfrentas a lo desconocido, sino a lo que has planteado y analizado. Puede que elegir el plan B no fuese lo que habrías deseado, pero tenerlo bajo la manga por si acaso, te ayudará a adaptarte con mayor seguridad.

    En cualquier caso, haz tuyo el cambio. Plantéate dónde y cómo quieres verte en esa nueva circunstancia. Cómo la puedes aprovechar tú. Cómo vas a hacer de ello una oportunidad en lugar de un problema.

    El mundo gira y seguiremos viviendo numerosas circunstancias antes nunca experimentadas. E igual que has llegado hasta aquí, puedes seguir adelante. Por eso, con esto que te he compartido, ¿qué vas a hacer para aprender a adaptarte mejor a lo que está por venir?

    Seguimos aprendiendo en el camino del crecimiento.

    Raquel Bonsfills

    11 febrero, 2023

    Hay un gran número de profesionales que, sin haber cursado estudios de administración y dirección de empresas, tienen sus propios negocios, han montado una empresa y viven de ello como los grandes técnicos y trabajadores que son. Por ejemplo, una persona que ha estudiado electricidad, puede tener su propia empresa y darse a conocer como electricista en el mundo laboral. O un responsable de una inmobiliaria que se ha desarrollado a base de trabajo duro y formación hasta lograr tener su propia oficina y que ha de gestionar, además, a todo un equipo. O un óptico-optometrista que en la carrera universitaria aprende todo lo relacionado con la salud visual y luego pone en marcha su propia óptica. Así podríamos enumerar múltiples profesiones en las que las personas gracias a su destreza acaban trabajando por cuenta propia y dirigiendo sus negocios. ¡Bravo por ellos!

    Cuando emprendemos en un negocio propio y no tenemos la formación en gestión de empresas puede ocurrir que acabemos aprendiendo y se mantenga el negocio en el tiempo, o que el negocio no fructifique y tengamos que cerrar.

    Por eso, es bueno escuchar a los grandes empresarios que saben bien cómo hacer que los negocios se mantengan en el tiempo y, sobre todo, que saben adaptarse a los nuevos tiempos, a las necesidades de los potenciales clientes y pacientes de hoy, y también, a la forma en que el mercado se mueve para no quedar obsoletos e incluso, ser los líderes de cada uno de los entornos en los que se desarrollen los negocios.

    7 claves de management para aplicar desde hoy

    En esta ocasión, quiero trasladarte unas claves que David Grutman, exitoso emprendedor en el sector hostelero, comparte en las sesiones que imparte en la Universidad Internacional de Florida.

    1. Genera relaciones cada día

    Las relaciones se generan comenzando por dar, dar y dar sin esperar nada a cambio. Incluso dando tiempo, que es el recurso más valioso que tenemos, porque muchas veces solo el hecho de estar ahí es más valioso que entregar algo material. Recuerda aportar valor, dejar huella, sé especial en la vida de alguien, porque cuanto más valor ofrezcas, mejor irá la relación.

    En este generar relaciones también está el saber mantenerlas y para ello hay que mostrar interés genuino por la persona. Llama, manda un mensaje, ofrece palabras de aliento y refuerzo positivo, escucha, agradece, reconoce, incluye a la persona en planes, genera confianza y si te equivocas pide disculpas.

    Grutman dice que en los negocios él piensa en el ganar-ganar a través de lo que llama cupones. Cuando haces un favor, ayudas a alguien, en el fondo la otra persona se siente “en deuda” y aunque tú lo hagas sin esperar nada a cambio, queda en el otro una sensación de querer hacer también algo por ti y es algo que, en un momento dado, si lo necesitas, puedes tú pedir un favor a esa persona. El intercambio de cupones por haber hecho favores genera un sentimiento que fortalece la relación.

    Como dice el famoso DJ, productor y cantante Black Coffee: “si alguien te dice que tienes que conocer a ese chico, tienes que hacerlo” porque nunca sabes de dónde puede venir esa nueva relación que cambie tu vida.

    2. Invierte tu dinero para generarte ingresos extra

    Para que puedas desarrollar tu negocio necesitas dinero. Sin embargo, no todo el dinero tiene por qué venir de los beneficios que obtienes de tu propio trabajo. Invertir, por ejemplo, en proyectos y empresas de otros que veas que tienen un alto potencial, que la empresa esté en crecimiento y que realmente te sean cosas que te importan. Pueden estar relacionadas con tu negocio (como tus proveedores) que ya tienen cierto desarrollo en el negocio y eso te dará más seguridad, aunque también es interesante participar en los comienzos (en una startup) porque puedes aportar ideas y conoces el desarrollo del negocio desde dentro en mayor profundidad, aunque sea más arriesgado, si sale adelante los beneficios son mucho mayores. El propio Grutman ha invertido en empresas diversas como Liquid Death, MoonPay, Spaceperspective, Goodles, Gopuff, Last crumb and Olipop.

    3. Ten un buen equipo

    Ya sea porque no puedes hacer todo tú solo o porque necesites de otras disciplinas que te sumen, has de contar con personas que aporten valor. La elección de socios es determinante en el día a día. Y también un equipo puede ser el que formes con esa empresa con la que arrancar un proyecto. Lo importante es pensar ¿qué puedo aportar yo? ¿cómo puedo añadir valor?

    Además, has de tener presente que en esa relación que creas con el equipo el tema está en darse apoyo unos a otros para que la relación funcione, que tenéis que estar alineados y también, dice Grutman, que has de darte cuenta que hay días buenos y malos, que todos tenemos opiniones, por lo que no arruines tu día por una opinión y sigue tu corazón.

    4. No te olvides de la propiedad intelectual

    Todos queremos que nuestros negocios crezcan y para ello, el hacerlo con otras personas es clave, lo hace más rápido y fácil. Por eso, dejar clara la propiedad intelectual de las ideas va a proteger tu marca. La propiedad intelectual va a identificar aquellos activos tangibles e intangibles que hacen que tu marca sea única y que no se pueda replicar o copiar.

    5. Si necesitas un local, mejor haz un acuerdo de gestión

    Puedes alquilar el espacio o puedes realizar un acuerdo de gestión. Si optas por el alquiler has de tener en cuenta varios costes: el precio del alquiler, impuestos, mantenimiento, gastos de comunidad, si necesitas reformas o adecuación del local para tu negocio, etc. Sin embargo, en el acuerdo de gestión todo está pagado y tú tienes el control. Lo que hace es enfocarse en mejorar la eficiencia de las ventas, aumentar la conversión y dar un porcentaje (entre un 10 y un 20%) de los beneficios que se obtengan.

    6. Trata de ser cada día mejor

    Fórmate, mantente en aprendizaje continuo y estate al tanto de lo que ocurre ahí fuera, en el mercado. ¿Eres el mejor? ¿En qué te diferencias? ¿Cómo haces sentir a tus clientes? Investiga a tu competencia, sobre todo para analizar los precios, y antes de hacer nada, de tomar cualquier decisión importante, plantéatelo desde diferentes perspectivas, por ejemplo, colocándote los 7 sombreros para pensar. Prueba lo que ofreces con tus amigos, familia, conocidos, el equipo y que opinen, para poder corregir todo lo que sea necesario y así cuando lo ofrezcas al público sea lo mejor de lo mejor. Sé ambicioso y trata de inspirar, impresionar y desarrollarte para ser el mejor líder que puedas ser.

    7. Tu marca te representa

    Has de ser auténtico y honesto. Ser tú mismo es lo que te diferencia, lo que te hace especial. Si decides tener tu propio negocio, ama lo que haces, ponle tu huella. El éxito no llega de un día para otro, por lo que es importante que disfrutes de cada día siendo tú mismo. Cuando te diviertes sale lo mejor de ti. Así que tienes que desearlo y si te dicen que estás loco, tendrás que hacerlo con más fuerza.

    Grutman recomienda que des importancia a la humildad, la autenticidad, la inclusión, aspiración, pasión, resiliencia y a poner a tu familia primero, porque ellos van a ser tu verdadero apoyo.

    Para terminar, te dejo la clave de los negocios de Grutman, que es: “tener claro que el éxito de una empresa viene de un camino en el que no has parado de intentarlo hasta que lo has logrado, porque si pones el foco en ejecutar y ganar, al final, ¡ganarás!”.

    Después de lo que te he compartido, ¿qué vas a tener en cuenta para lograr el éxito con tu negocio? ¿Qué vas a comenzar a hacer?

    Te acompaño aprendiendo en el camino del crecimiento.

    Raquel Bonsfills