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En el día a día del trabajo pasan muchas cosas. Hay días que parece que todo sale rodado y otros que vamos tropezando, que no terminan de salir las cosas como queremos. También hay momentos en los que estamos más distraídos por temas familiares o personales, por nuestra salud o por la preocupación de alguien del entorno.

En el trabajo no solo pasan cosas de trabajo

Sí, no todo lo que sucede en el trabajo es un asunto laboral. Somos personas completas, con diferentes áreas en nuestra vida que nos afectan y que precisamente por pasar la mayor parte de nuestro tiempo en el trabajo, no podemos evitar llevarnos lo de nuestro día a día al trabajo.

Las relaciones humanas no siempre son sencillas y en el trabajo se dan muchos roces, ya sea con compañeros, con jefes o con personal que también trabaja allí, aunque no sean de nuestro equipo. Nos afecta que estén demasiado pendientes de nosotros, así como que nos ignoren. Nos gusta tener autonomía a la vez que estén pendientes de nosotros, que nos valoren, que nos escuchen… en definitiva, que nos cuiden y sentir que importamos. Y una de las mejores formas de conseguirlo es cuidando los detalles

Un detalle es un rasgo de cortesía, amabilidad, afecto… según dice el diccionario de la R.A.E. Sin embargo, no todo el mundo es detallista, aunque quien lo es, se gana a quienes tiene a su alrededor. ¿No crees que es mejor serlo que no serlo?

Si eres líder de un equipo, te merece la pena. Yo diría que, incluso, debería ser un rasgo indispensable y estoy segura que si piensas en algún líder que hayas conocido, es una persona que tenía detalles por los que le recuerdas.

10 claves para ser más detallista en el ámbito laboral

Ser detallista es más bien una actitud, es algo que te nace, que has de querer hacer y también, se puede aprender. Por eso, te voy a compartir algunas claves para ser detallista con quienes tengas a tu alrededor (lo que puede funcionar del mismo modo en tu entorno personal).

  1. Escucha. Estar atento a lo que les importa a las personas, sus gustos, de lo que hablan es esencial para poder ser detallista. Porque imagínate que a alguien le gusta la música rock y tú, por tener un detalle con esa persona, le regalas dos entradas para ir a escuchar un concierto de música clásica. Pues puede apreciar tu buena intención, pero seguro que habrá un punto de incomodidad que se reflejará en su cara, que tampoco te hará gracia a ti y te quedarás pensando que no lo ha puesto en valor, y encima de que has conseguido las entradas para él, acabarás como la víctima de tu propio detalle. Así que, para que sea un buen detalle, que se aprecie, escucha.
  2. Sé oportuno. A veces no se trata de que sean detalles de alto valor económico, sino que sea lo que la persona necesita en ese momento. Si un equipo ha estado haciendo muchas horas para llegar a la fecha límite de un proyecto y cuando lo completan y lo presentan en tiempo les dices que se vayan a casa y descansen, que se lo merecen, será un detalle más oportuno que si no haces nada o si solo te fijas en los resultados que obtengan con su trabajo para valorar si cumplen o no los objetivos.
  3. Ayuda a conciliar. La mayor parte de los detalles que se agradecen están relacionados con el poder conciliar la vida laboral con la personal. Por ejemplo, si un padre tiene el festival de fin de curso de su hijo ese día, permite que vaya sin tener que cogerse vacaciones. Si un compañero tiene que llevar a su madre al médico porque es mayor y ya no puede ir sola, valorará que pueda salir ese rato para quedarse tranquilo con lo que el médico diga, en lugar de estar impaciente en el trabajo y distraído esperando noticias.
  4. Mantente atento a lo relacionado con los hobbies. Aunque no te guste entrometerte en la vida privada de quienes te rodean, saber qué suelen hacer en su tiempo libre es muy útil para ser detallista. Por ejemplo, si sabes que una persona es una apasionada del teatro y siempre que puede va, o si sabes que le gusta leer o ir a pescar, ya tienes la pista para el detalle perfecto además de un tema de conversación con el que seguro acertarás.
  5. Anticípate. La capacidad de anticiparte viene de haber hecho todo lo anterior y es el culmen de ser detallista. Para ello, la agenda será tu mejor aliada. Cuando te enteres de que algo pasará que es importante para esa persona, te lo anotas. Así no tienes que tirar de memoria, pues seguramente que se te olvide debido a las mil cosas que tienes en la cabeza. Y cuando vaya a llegar el día, quedarás fenomenal anticipándote con algún detalle que le dé alegría y que le haga sentir que te preocupas por su bienestar. Recuerda apuntarte no solo las fechas de cumpleaños de tu equipo, sino también las de sus hijos, sus aniversarios o momentos especiales como que tengan un evento importante para ellos.
  6. Sé equitativo. Para cada persona el detalle será significativo de una forma diferente. No ha de ser siquiera del mismo valor económico, pero sí ha de ser equitativo. Ha de haber un cierto equilibrio. Y, sobre todo, no le ha de faltar a nadie aunque sea en distintos momentos en el tiempo. Ten en cuenta que un detalle con una persona marcará precedentes porque si ante la misma circunstancia otro miembro del equipo no recibe nada, se sentirá menospreciado. Esto, por desgracia, ha hecho que muchas veces se decida no tener detalles con nadie para que así nadie se sienta ofendido, pero en mi opinión, siempre es mejor dar porque en el día a día, estás recibiendo lo que cada persona aporta en el trabajo.
  7. Mantente al tanto de las emociones. La emocionalidad del equipo puede llevar al éxito o al fracaso. La productividad de una persona se ve alterada por las emociones. Por eso, estar atentos a cómo están los demás es imprescindible. No sobrecargar a alguien que no está en su mejor momento, llevarte a alguien a tomar un café cuando se bloquea o saber cuando sorprender para motivar, reconocer o calmar ánimos son detalles que se agradecen. Y las señales que te van a permitir tener esos detalles van a ser las expresiones de las emociones, que podrás detectar a través del lenguaje no verbal y también de lo que se dice o se rumorea.
  8. Averigua las necesidades subyacentes. Si quieres ser detallista, averigua qué es lo normal en cada una de las personas para poder saber rápidamente cuando algo no va tan bien. Y ten en cuenta que detrás de un enfado, una protesta, un silencio o una justificación hay una necesidad que necesita cubrirse. Ese detalle puede ir justo orientado a facilitarle eso que está demandando.
  9. A veces un detalle marca la diferencia. Pongamos el caso de dos vendedores de ropa encantadores que tras asesorarnos en lo que nos quedaba mejor y atender nuestras necesidades de talla, largo y complementos nos acompañan a la caja. Uno de ellos cuando mete la ropa en la bolsa para darte tu compra, te dobla adecuadamente la prenda. El otro simplemente lo mete en la bolsa como cae. ¿Cuál prefieres? Parece que los detalles con los clientes los tenemos mucho más claros porque buscamos satisfacerles, ya que de ello dependen los beneficios de la empresa y, en consecuencia, que siga perdurando nuestro puesto de trabajo. Ahora piensa en qué hacen las demás personas del equipo para marcar la diferencia, cuáles son esos detalles que tienen en el trabajo diario, si los tienen. Observa cómo se relacionan entre ellos, fíjate en cómo se hablan, cómo visten, cómo caminan, cómo escriben…y trata de encontrar esos detalles que les gustan.
  10. Anticípate a futuros problemas y evita que se produzcan. Ver y abordar los pequeños problemas antes de que se conviertan en mayores es una forma de ser detallista en el trabajo. Cuando conoces a tu equipo sabes lo que le molesta a cada uno, adelantarte a que un pequeño problema o malentendido vaya a más, es un detalle como líder que te evitará grandes dolores de cabeza y que apreciará tu equipo.

Si eres una persona detallista, sorprenderás gratamente a quien te rodea porque la amabilidad, la cortesía y la atención a los demás, hoy, en sí mismas, son un detalle.

¿Cómo vas a marcar la diferencia con detalles que merezcan la pena recordar para ser un gran compañero o líder del equipo?

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

22 mayo, 2023

Querido compañero,

¿Vives experiencias? ¿Te gusta vivir experiencias?

Las experiencias de una persona se forman a través de los pequeños y grandes acontecimientos que forman parte de nuestra vida.

Está demostrado que una persona que tiene una vida rica en vivencias, consigue aprendizajes y recursos que mejoran su capacidad de respuesta y resolución para poder afrontar de forma más adecuada las situaciones cotidianas o a lo mejor, enseñanzas de cómo no volver a hacerlo.

Las experiencias nos vuelven más abiertos, más tolerantes, también más sabios. Nos llevan a entender mejor la vida.

Dice el Dalai Lama que uno entiende el sentido de su vida cuando echa la mirada atrás y ve todo lo vivido; es decir, la vida se construye con experiencias personales.

Para vivir con plenitud es necesario ser consciente de las experiencias que cada uno vive y darlas un sentido: era algo que tenía que aprender, con lo que iba a crecer, que me ayudara a fortalecerme para superar las vivencias futuras, reconocer y apreciar a las personas importantes en tu vida...

¿Cómo podemos generar experiencias memorables?

Te dejo algunas claves para que lo logres:

  • Pon consciencia en el presente con los 5 sentidos. Cuando quieras tener una experiencia, para y reconoce dónde estás, qué hay a tu alrededor, qué ves, qué hueles, qué sientes, qué escuchas, qué sabor tiene. Observa todo poniendo atención.
  • Sal de tu rutina. Haz las cosas de diferente manera, genera nuevas rutinas y aunque pueda resultar difícil enfréntate a tus miedos y limitaciones. Hacerlo te genera nuevas experiencias. Siempre se puede añadir un poco de aventura a nuestro día a día saliendo de la rutina.
  • Pasa tiempo con tu familia, pareja o amigos. Las personas importantes en nuestra vida nos ayudan a integrarnos en la sociedad, nos aportan bienestar emocional, incrementan nuestra autoestima, pueden ayudarnos a sobrellevar muchos momentos y nos ofrecen vivir nuevas experiencias.
  • Entrena. Cuantas más experiencias vivas, más entrenamiento vas a tener de abrirte a la vida, a nuevas posibilidades y aventuras.
  • Aprende a aprender de los demás. Te recomiendo te rodees de gente que te ayude a seguir aprendiendo y a desarrollarte personal y laboralmente. Tus niveles de motivación crecerán día a día y podrás generar mejores y mayores experiencias.
  • Haz actividades diferentes a lo que es tu trabajo. Además de trabajar practica cosas que te generen bienestar (salir con amigos, ir a tu restaurante favorito, aprender algo nuevo…) o hobbies que te guste realizarlos (hacer algún deporte, leer, cocinar…) o parar y estar en silencio. Seguro que generarás nuevas experiencias.
  • Reduce tu ocio insano. Deja de gastar tanto tiempo en actividades que no añaden valor a tu vida. Por ejemplo, viendo la televisión sin criterio, usando el teléfono, tus redes sociales o internet de forma compulsiva. Prioriza lo que es importante para ti para dedicar tiempo a generar nuevas experiencias.
  • Viaja, vete a museos o visita lugares desconocidos. Nos da la oportunidad de conocer nuevos rincones y costumbres y, en ocasiones, incluso abrirnos a nuevas ideas. Generarás experiencias que no olvidarás, conocerás personas con las que crecerás, viajar te ayudará a conocerte más a ti mismo, te abrirá la mente a otras culturas y gentes y disfrutarás o no, pero eso también es una experiencia.
  • Practica el modelo EPIC. Jon Levy, autor del libro “The 2 am principle” explica este modelo como un proceso de cuatro partes para generar situaciones extraordinarias en tu vida:
    • E de Establece. Lo primero es poner las bases para vivir una aventura. ¿Qué quieres lograr? ¿Qué es importante y te falta?
    • P de Presiona. Cómo romper miedos y limitaciones que nosotros mismos nos imponemos. Hazlo a pesar del miedo.
    • I de Incrementa. Qué hacer para llevar la aventura al siguiente nivel. No te quedes con lo básico, piensa en cómo hacerlo aún más especial.
    • C de Continúa. Decide si quieres seguir con tu experiencia inolvidable y si no, termínala con estilo.

¿De qué otras maneras generas experiencias memorables?

Según Daniel Goleman  nuestra Inteligencia Emocional y Mental puede modificarse por influencia de las experiencias vividas.

No es necesario ser millonario o extrovertido, en todos lados pueden ocurrir cosas sorprendentes. Vivir experiencias está al alcance de todo el mundo.

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para generar nuevas experiencias?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

¿Te han dicho alguna vez que te estás extralimitando en tus funciones, que eso no te corresponde hacerlo a ti o que no tienes la categoría para hacerlo?

Recientemente he acompañado en un proceso a una persona que lo que está viviendo es justo la sensación de que, por ayudar y sacar adelante trabajo, se ve envuelto en discusiones que acaban con la frase: “estás extralimitándote en tus funciones”.

Yo misma lo viví hace muchos años. Sin pensar en que hacía nada malo, sino ayudar a un compañero que no llegaba a todo, me ofrecí a ayudar ya que no entrañaba ninguna dificultad para mí y tenía el tiempo que mi compañero no tenía, con lo que me lo delegó. Sin embargo, mi jefe en aquel momento se molestó muchísimo, diciéndome que qué me creía yo, que no tenía la posición para desempeñar esas funciones.

La semana pasada en nuestro blog os hablamos de la proactividad como una de las capacidades más demandadas en las empresas por su importancia para anticiparnos a lo que nos pueda demandar el entorno. Pero en la realidad, frenamos y castigamos la iniciativa de muchos trabajadores. ¿Por qué?

2 miradas: desde el trabajador y desde el responsable directo

Vamos a ponernos en dos puntos de vista, aportando nuestras 2 miradas:

Desde el trabajador:

  • Surge una oportunidad. Cuando un trabajador sabe ver una oportunidad ya es de valorar. Normalmente estamos centrados en nosotros, en nuestro trabajo técnico y se nos olvida mirar más allá. Por eso, solo el hecho de levantar la cabeza y prever, conectar ideas como para detectar que hay un filón por el que se puede lograr algo positivo, es una habilidad que merece ser reconocida.
  • Siente que puede. Es cierto que hay personas que son algo temerarias y se tiran al vacío sin paracaídas. Efectivamente eso tendrá después consecuencias. Creer en uno mismo y sentirse capaz es hoy algo a fomentar. La baja autoestima lleva a no atreverse por no sentirse suficiente: suficientemente valioso, suficientemente capaz, suficientemente querido… Así que, si alguien siente que puede, no le pongas en duda, solo hazle asentar las bases para que vaya con el punto de precaución mínimo necesario o hazle ver lo que no ve por sí mismo para que vaya mejor preparado.
  • Tiene la capacidad para hacerlo. “Si no sabes a qué te metes” Este dicho popular suele ser conveniente, aunque solo lo solemos decir cuando vemos el resultado y no ha sido el esperado. Si hubiera salido bien, no lo diríamos, más bien nos sorprenderíamos gratamente. Y, además, si no empezamos a practicar, nunca sabremos, con lo que en algún momento hay que hacerlo regular para llegar a hacerlo bien. Además, cuando conocemos al trabajador en cuestión podemos saber si es una de esas personas ocurrentes, creativas, generadoras de ideas, lúcidas, visionarias y con bases de conocimiento y habilidad, o si, por el contrario, es del tipo temerario que se obceca con algo y no hay quien le pare hasta que lo que se propone no caiga por su propio peso. Con lo que según sea el caso, sabremos lo que hacer. Una idea es permitir que el visionario dé sus ideas a quien tenga el conocimiento para que las ejecute o formarle para que, ya que lo realizará él, que lo haga de la mejor forma posible. Analizar las propuestas siempre será bueno.
  • Querer. Hablamos continuamente de que hagas lo que hagas, hazlo con pasión. Disfruta de tu trabajo porque así lo harás mejor. Y un montón de frases más a este respecto que lo que nos vienen a decir es que cuando quieres hacer algo, tu motivación es mucho mayor, superar obstáculos se hará más sencillo y actuar con determinación te llevará más lejos. Por eso querer ayudar, estar viendo que hay un trabajo que hacer y ponerse a hacerlo porque quieres, ¡es un regalo!
  • Asegurarse que lo propio esté hecho. La voluntad de ayudar al prójimo puede pesarnos cuando por atender al otro desatiendo lo mío. Tanto a nivel personal como laboral. Es maravillosa la generosidad y la solidaridad y también es importante la responsabilidad con uno mismo, con cubrir las necesidades propias o alcanzar los objetivos de cada uno. No es necesariamente lo uno antes que lo otro porque eso va en personalidades. La idea es que se puede compaginar con una buena gestión del tiempo y según las prioridades de cada momento.

Desde el responsable directo:

  • El trabajador que se propone ayudar no es una amenaza. Revisa tus pensamientos sobre las personas que sobrepasan sus funciones. Muchas veces pensamos que nos van a quitar el puesto, que son trepas, que van de que saben mucho, pero luego te toca asumir sus errores, que les gusta hacerse ver, pero luego el trabajo lo hacen otros… Has de conocer a la persona, dedicar tiempo a descubrir qué se le da bien, qué no, ver cómo se relaciona con los compañeros, etc. Básate en hechos y no en prejuicios. Y recuerda que el mejor líder es generador de líderes. Así que si el alumno supera al maestro es porque éste le ha enseñado bien, siéntete orgulloso.
  • Cuidado con proyectar tus miedos. A veces nuestros miedos nos hacen parar iniciativas que no entendemos, que nos parecen una locura o que nos desequilibran de nuestra zona de confort. No siempre podremos tener la certeza absoluta de que irá bien, pero tampoco de que irá mal. Por eso, lo mejor es sentar bases, analizar pros y contras. No es lo mismo frenar a una persona que sentarse con ella a ver la forma de que lo haga mejor teniendo en cuenta las variables que quizá no pueda ver por sí misma.
  • Descubre el talento que hay en tu equipo. Cuando un trabajador muestra su disposición a abordar más trabajo del que le corresponde por su puesto, tiene el tiempo y la capacidad para hacerlo, es una persona a la que tener en cuenta para un posible ascenso porque las empresas para crecer han de permitir desarrollarse profesionalmente a aquellos que proponen, desarrollan, generan ideas, se ponen en marcha y son colaboradores de una causa mucho mayor que ellos mismos porque si no, se irán y lo harán en otro sitio en lugar de contigo. Así que, no pierdas de vista a quienes dan lo máximo de sí mismos.
  • Revisa los puestos. Hoy en día se están redefiniendo los puestos en función de habilidades y conocimientos. Se crean puestos, se deconstruye la estructura tradicional para dar paso a una flexibilidad laboral que permita a la empresa mantenerse en el mercado. Una persona que tiene tiempo de sobra puede tener sus funciones mal definidas mientras que seguro hay otras personas en otros puestos sobrecargados de tareas de forma continua. Revisa y reparte mejor las tareas y funciones, redefine puestos si es necesario. Y si no sabes, acude al equipo de Recurso Humanos para que te ayuden.

Y como digo siempre y no me cansaré, dedica tiempo a tu equipo, conócelo, préstale atención pues es la mejor forma de no juzgarlo, de apoyarlo, de saber en qué formarlo, qué delegar y a quién, cómo ayudar a que funcione mejor como equipo y cada persona en particular y, sobre todo, podrás cuidarlo para que quieran seguir aportando sus ideas y propuestas para hacer el mejor trabajo. Reconócelos y dales las gracias porque que alguien se extralimite en sus funciones es buena señal.

Después de lo que te he compartido, ¿qué piensas de que un trabajador haga más de lo que se le pide? ¡Permite crecer!

Te acompaño aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

Querido compañero,

¿Eres proactivo? ¿Te adelantas a lo que puede pasar en tu día a día?

Según la Real Academia de la Lengua Española una persona proactiva es aquella que toma activamente el control y decide qué hacer en cada momento, anticipándose a los acontecimientos.

La proactividad es una perspectiva personal en la que el trabajador asume responsabilidad ante cualquier circunstancia que se presente a nivel laboral. Toma la iniciativa para resolver los problemas y mejorar. Se trata de no dejar que la imprevisibilidad del día a día dicte su actitud y comportamiento

Ante un problema una persona proactiva busca soluciones y mejoras posibles evitando la queja y la procrastinación. Las mueve y motiva la acción, hacen que las cosas sucedan.

Hoy en día, especialmente en las empresas valoran a las personas que sean activas, que tengan una alta capacidad de respuesta, iniciativa y disposición ante cualquier circunstancia o suceso.

Stephen R. Covey, en su libro: “los siete hábitos de las personas altamente efectivas” explica el primer hábito que es ser proactivo y dice que “cuando somos proactivos tenemos la libertad de elegir como actuar, en lugar de reaccionar a lo que va sucediendo a nuestro alrededor. Nos permite forjar nuestro destino”.

Para poder lograr esto es necesario ser responsables de nuestros actos, sin culpar al pasado o a nuestra mala suerte, así como decidir dónde queremos ir y actuar.

Cómo desarrollar tu proactividad

La proactividad se puede desarrollar, por eso, a continuación, te comparto unas claves para ser más proactivo:

  • Observa. Mantente atento a lo que ocurre a tu alrededor. Conoce lo que sería lo “normal” como para saber cuándo está ocurriendo algo extraordinario. Además, obtén una visión amplia de tu rutina de trabajo. ¿Qué puedes hacer para mejorar tu rutina de trabajo? Ver el todo más allá de las partes te será de gran ayuda.
  • Organízate. Ten ordenado tu área de trabajo, esto ayuda también a tu cerebro a ordenarse. Cuando cada cosa está en su lugar, se detecta mucho antes cuando algo falla o falta y eso te permite anticiparte para conseguir restaurar el equilibrio.
  • Planifícate. Aprende a priorizar las tareas para poder cumplir con tus objetivos. Planifica todas las tareas a realizar en orden de importancia y registra el tiempo que te llevará cada una para cumplir con los horarios y tiempos de ejecución. Un poco de esfuerzo por adelantado puede salvarte de una gran crisis más adelante. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. ¿Cuáles de tus tareas son urgentes e importantes?
  • Revisa todo lo que puede desconcentrarte o desconectarte de lo que te has propuesto realizar. No pierdas el tiempo con tareas que no son necesarias o que simplemente te entretienen cuando estás realizando una tarea importante. Si la tarea no es necesaria, no valdrán tus esfuerzos y serán un desperdicio de energía. ¿Qué tareas roban tu energía o tu tiempo?
  • Genera una actitud positiva. Es normal que cuando nos equivocamos nos sintamos tristes o frustrados; sin embargo, aprende a gestionar tus emociones y aprende de los errores, resuelve los problemas en lugar de mortificarte con ellos. Las personas proactivas se motivan a sí mismas, es una de sus características. Los baches se superan.
  • Involúcrate y toma decisiones. Relájate, reflexiona y encuentra la solución. Analiza y guíate de tu intuición. Comparte tu opinión, no te la guardes. Lo valioso de una persona proactiva es que se atreve y asume la responsabilidad de todos sus actos. ¡Atrévete, errar es de humanos! ¿Cuál será el siguiente paso?
  • Practica la mejora continua. Intenta aprender algo nuevo cada día o apúntate a nuevas formaciones, sé crítico y evalúa tus acciones mejorando todo lo que sea posible. ¿Qué funciona y qué no funciona? ¿Qué se puede hacer mejor? ¿Afrontas el fracaso con madurez?

¿Qué otras claves usas para ser proactivo?

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para ser más proactivo?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

La marca personal es la huella que dejamos en los demás, en el mundo, lo que piensan de nosotros, lo que sienten estando con nosotros y también, lo que dicen de nosotros cuando no estamos o lo que esperan cuando van a llamarnos.

Esa marca es personal e intransferible. Es única. Es diferente en cada ser humano, incluyendo en gemelos que aparentemente sean idénticos porque su comportamiento, su forma de ser, pensar y relacionarse son distintas.

En estos tiempos en los que estamos exponiéndonos continuamente en redes sociales, donde las relaciones y cómo hacemos sentir a nuestros clientes es determinante para que la gente nos compre o quiera estar a nuestro lado, se hace cada vez más importante saber qué sensaciones estamos provocando en los demás, en los que nos ven o nos leen o comparten trabajo con nosotros.

La marca personal no es algo de autónomos exclusivamente porque todas las personas tenemos una impronta que queda grabada en las personas de las que nos rodeamos ya sean amigos, familiares, personas con las que te encuentras de forma fortuita o jefes, colegas, clientes y pacientes. Todos generamos algo en los demás.

¿Quieres hacer la prueba? Pide a las personas de tu entorno, mejor si son de diferentes ámbitos y edades, que te digan las tres primeras palabras que se les vienen a la cabeza cuando piensan en ti. Y tú también puedes coger tu lista de amigos o contactos y pensar en cuáles son esas tres primeras palabras que te provocan cada uno de ellos. ¿Verdad que son todos distintos? Cada uno tiene algo que le hace diferente y único y tú también.

La diferencia entre la marca personal y el branding personal

Cuando quieres que la huella a dejar sea algo específico de ti o quieres llegar a los demás de una forma concreta, si quieres que se vea esa parte de ti que te va a ayudar a promocionarte, a que vean lo mejor de ti, tus capacidades más valiosas o ese aspecto que pocos conocen porque lo tienes algo oculto y que sería maravilloso que todo el mundo conociera, entonces, has de gestionarlo.

Normalmente una cosa es lo que tú quieres transmitir y otra distinta lo que le llega al otro. Igual que puede darse esa dificultad en nuestra comunicación, al expresar la marca personal es lo mismo. Hemos de hacernos conscientes de qué ocurre en el proceso y asumir la responsabilidad del emisor que quiere hacer llegar su mensaje.

Por tanto, si la marca personal es la huella que dejamos en los demás y el recuerdo que estos tienen de nosotros. El branding personal es el proceso de selección de lo que queremos mostrar de nosotros mismos, la definición del objetivo a lograr, el buscar las mejores estrategias para hacerlo llegar, el tomar acción y el testar si está siendo recibido como esperamos o no y de volver a ajustar el proceso.

Los pilares para enfocar la marca personal

Autoconocimiento

Tras lo comentado hasta ahora ya te habrás podido dar cuenta de que marca personal ¡eres tú! Eso quiere decir que has de gestionar la marca desde ti, comenzando contigo, con conocerte.

Hay herramientas muy potentes de autoconocimiento como puede ser el eneagrama que sirven de gran ayuda. Te dan la base para saber qué es lo mejor y lo que te sale de forma más subconsciente. Desde tus valores hasta la forma de comportarte, tus reacciones más habituales, tus emociones básicas, tu orientación al presente, al futuro o al pasado, tus instintos primarios y también lo que te sienta muy bien, entre otras muchas cosas.

Has de conocer no solo lo que ya te gusta de ti, sino el lado menos bonito que también te sale porque es ahí donde puede que tu marca personal se esté enfocando, ya que no siempre estamos en nuestro mejor momento. Y mejor conocerlo para gestionarlo que estar ajeno a ello y negarlo.

Por ejemplo, yo sé que cuando hablo gesticulo mucho. Eso hace que si me hacen una foto mientras hablo en un congreso o dando una formación, las probabilidades de que salga fatal en la foto son enormes. Si no lo sé, seguiré quejándome de las fotos que me hacen. Si lo sé, podré gestionarlo y trabajar en ello.

También tu historia personal te ha hecho llegar hasta aquí. Eso significa que como eres tú hoy es fruto de tus vivencias pasadas. Normalmente tratamos de ocultar ciertos momentos de nuestra experiencia que preferimos olvidar, sin embargo, esos momentos es mejor reconciliarnos con ellos y acogerlos porque son, seguramente los que más nos han impulsado a crecer y nos han hecho pulir nuestra forma de ser, de pensar y actuar. De nuestras heridas llegan nuestras reacciones. De lo que superamos, nuestro crecimiento.

Confianza

La confianza en ti mismo y la que generas en los demás tiene como base la autenticidad, el ser tú mismo, en mostrarte sin máscaras, porque las máscaras no las podemos mantener todo el tiempo y además la incoherencia entre lo que mostramos y lo que luego ocurre cuando nos tienen al lado hace que las personas se alejen.

Además, cuando tenemos claro lo que podemos ofrecer, cuando aprendemos a valorarnos adecuadamente, trabajando nuestra autoestima, podemos sentirnos más seguros y nos presentaremos al mundo sin miedo.

El autoconcepto y la autoimagen son importantes en la marca personal porque nuestro cuerpo lo va a reflejar. Es difícil que los demás te valoren cuando no te valoras tú mismo. Si tú no sabes qué cualidades maravillosas tienes o no las pones en valor, ¿cómo se las vas a hacer notar a los demás? Además, al hacerte consciente de ellas, podrás comunicarlas mucho mejor. Esta confianza en ti y el reconocimiento de tu historia personal y de tus cualidades te va a llevar a poder responder a la pregunta de ¿por qué tú?

Utilidad

Cuando queremos enfocar nuestra marca personal, hemos de pensar en qué de todo lo que puedo aportar al mundo, le va a ser de utilidad al otro para querer contar conmigo. Es la forma de buscar las cualidades que mejor se me dan y descubrir lo que los demás pueden obtener de ellas.

Por ejemplo, si soy terapeuta y mi principal habilidad es la calidez, y la utilidad que tiene esa calidez es la forma en la que hago que mis pacientes se sientan a gusto para que se abran y tengan menos resistencias y sea más fácil y rápido llegar al fondo de lo que estés tratando, lo que va a hacer que tus pacientes se recuperen antes.

Así que has de preguntarte en qué quieres ser útil a los demás. Y también en qué te sería útil a ti exponer de todo lo que puedes aportar al mundo. De ello saldrán también tus objetivos en cuanto a desarrollar tu marca personal. ¿Qué quieres dar? ¿Qué quieres obtener? ¿Para qué sirve? ¿En qué beneficia a las personas? 

Visibilidad

“No solo hay que ser bueno, sino que hay que parecerlo”. Este dicho popular hace constar que hemos de hacer visible eso que queremos que se sepa de nosotros. La forma de hacerlo visible normalmente es contándolo.

Para ello hay que apelar a la coherencia. Es necesario que la forma en la que presentamos algo de nosotros mismos esté alineado con quienes somos.

Cada persona tiene su manera de ser, de pensar, de actuar, su imagen, su estructura física y corporalidad y su estilo personal con el que impregna todo lo que hace. La forma de vestir, los colores, el vocabulario que utilizas, la tipología de letra que te gusta, las imágenes que escoges también te representarán, por lo que has de elegir aquello con lo que te sientas identificado.

Recuerda cuanto más tú sea todo, más fácil te será generar la confianza en los que te rodean y más se marcará tu diferencia respecto al resto.

Creo que lo mejor que te pueden decir cuando ven lo que haces visible de ti es que es “muy tú”. Ahí habrás acertado de pleno con la marca personal con la que los demás te asocian.

Tras todo lo que te he compartido, ¿sabes qué huella dejas en los demás? ¿Es la que quieres dejar? ¿Qué vas a hacer para que se vea lo mejor de ti? Comienza por conocerte porque este proceso va siempre de la persona a la marca.

Te acompaño aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

Querido compañero,

¿Te has propuesto llegar a algún sitio determinado? ¿Qué has aprendido durante el camino?

He escuchado tantos comentarios sobre lo que ha supuesto a muchas personas hacer el Camino de Santiago como: “te cambia la vida”, “lo mejor que he podido hacer”, “la mejor experiencia de desarrollo personal que he vivido”… así que esta Semana Santa me he animado a realizar una parte del mismo, saliendo de la Virgen Peregrina de Pontevedra y llegando, como no podía ser de otra manera, a la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela.

En mi caso no me ha cambiado la vida, pero sí puedo decir que el camino me ha llevado a vivir experiencias muy similares a las que pasamos cuando queremos lograr un objetivo con éxito, os las comparto:

  • Mi primera experiencia es que si quieres ser exitoso has de superar tus miedos y limitaciones. Cuando he acometido algo nuevo en mi vida como: realizar una entrevista de trabajo o ser madre… lo primero que he sentido es miedo: ¿seré capaz de lograr este puesto? ¿me elegirán? ¿seré una buena madre?… lo mismo que me ha ocurrido cuando tenía más de 30 km de camino por delante que me decía: ¿podré hacer todo este tramo cuando antes no he realizado una caminata tan larga? ¿me perderé?
    • Cuando crees que ya no puedes más, cuando el Camino o la vida te coloca ante un nuevo reto, no lo dudes, saldrás airoso. Cada paso nos ayuda a superarnos a nivel físico y mental. Te recuerdo que vencer el miedo e intentarlo es ya un éxito.
  • Otra enseñanza que he vivido es que realizar el Camino de Santiago y tener éxito requiere preparación. El conocimiento y la formación te va a ayudar a estar más preparado y alcanzar el éxito que deseas, lo mismo que cuando haces el Camino es necesario: preparar tu mochila, elegir los calcetines antiampollas adecuados, el tener varias deportivas especiales para lo que vas a hacer, el conocer y preparar tu nivel de resistencia, preparar las etapas, reservar (si es posible) los alojamientos donde quieres descansar… te recuerdo una de mis frases: “lo bien preparado resultado esperado, lo mal preparado resultado caótico”.
  • Mi tercera experiencia es desarrollar la paciencia. Para lograr lo que deseas en la vida es necesario cultivar la paciencia para poder superar las dificultades que surgen durante el camino, para dar a cada momento su tiempo, lo mismo que desarrolla un peregrino al que le queda un largo camino por delante.
  • Otro aprendizaje que adquirí durante el Camino es que si quieres algo requiere practicar la disciplina. El éxito requiere planificación, constancia y esfuerzo en el día a día, lo mismo que necesité para realizar mi camino de Santiago para lograr los retos que se interponían en el Camino y poder llegar a la meta. En tu camino para alcanzar tus metas te encontrarás con problemas que te incitarán incluso a querer dejarlo todo, te animo a mostrar que eres perseverante e intentarlo de nuevo. ¡Tú puedes!
  • La quinta enseñanza sobre el Camino es que lo más importante es disfrutar del momento, del viaje y no solo del logro. Los sueños, los propósitos, las metas o grandes objetivos son muy importantes, pero nuestras vidas no sólo se pueden vivir a través de ellos, necesitamos ser flexibles y sobre todo disfrutar el camino, la experiencia. Lo importante es el Camino en sí (lo que ves, lo que te pasa, a quien conoces…), no solo el llegar a Santiago de Compostela.
  • La sexta experiencia del Camino de Santiago que tiene que ver con tener éxito en la vida es que, tanto en el Camino, como para lograr lo que te propongas, que tengas en cuenta tu propio ritmo interior y el exterior. Cada uno de nosotros para conseguir lo que queremos necesitamos hacerlo a nuestro ritmo y eso lo he aprendido como peregrina, mi andar era más rápido que con quienes iba y me di cuenta de que cuando iba muy seguido al ritmo de los demás dejaba de disfrutar. Así que, en muchos momentos, es importante escucharte e ir a tu ritmo y respetar que no todos somos iguales, ni acometemos las cosas de la misma manera, saber esto, además, te ayudará a ser más flexible, autónomo y disfrutón.
  • El séptimo aprendizaje es que si quieres tener éxito o hacer el Camino de Santiago es necesario cambiar en muchos momentos tus hábitos. El caminar, el contacto con la naturaleza, el usar menos el móvil, el no estar tan pendiente de las redes sociales o el escucharte son hábitos muy saludables y positivos para el estado físico y de salud y sin duda necesarios para hacer el Camino o para lograr lo que te propongas en la vida.

¿Qué otros aprendizajes, lecciones o experiencias son compatibles entre lo que puedes vivir haciendo el Camino de Santiago y lo que necesitas para llevar a cabo nuevos retos en tu vida?

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para lograr más éxitos en tu vida?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.
Milagros García

La capacidad de adaptación, esa habilidad que nos permite sobrevivir y que hace al ser humano capaz de afrontar las diferentes circunstancias con las que se encuentra.

En las empresas cada día se valora más la capacidad de adaptación. Queremos que nuestros equipos sean capaces de aportar su talento para conseguir que las empresas perduren en el tiempo, que, gracias a su ingenio, sus propuestas, sus actuaciones y sus conocimientos puedan crear los productos y servicios, las herramientas y recursos necesarios para ofrecer al mundo lo que éste demanda o para generar una nueva necesidad que, en principio, facilite la vida.

Sin embargo, a nivel personal, en nuestro cerebro hay una parte que nos mantiene acomodados, porque si ya sobrevivo así, para qué voy a cambiar. Esto lleva a que solamos tener miedo a los cambios y, muchas veces, a que los hagamos cuando la situación actual se nos hace insostenible o cuando algo trunca lo conocido y no nos queda otra. 

A pesar de ello, y como decía Rogers: “el ser humano es un organismo con una tendencia natural a desarrollarse de manera constructiva”. Él lo que llamó «tendencia actualizante» que es la tendencia natural e inherente a las personas que posibilita su desarrollo completo. Además, puede autorregularse y tomar una dirección en sentido positivo, con lo que ese desarrollo siempre va a ir enfocado hacia un mayor bienestar.

¿Cómo podemos mejorar nuestra capacidad de adaptación?

Piensa: ¿Por qué haces formaciones? ¿Por qué tienes curiosidad? ¿Por qué quieres saber más de algún tema que te interesa? ¿Por qué vas a hacer deporte? ¿Por qué viajas a lugares que no conoces? Podría seguir preguntándote y la respuesta sería: porque estamos en continuo crecimiento y evolución. Solo que lo llamamos así cuando es natural y no forzado, como parece que es la adaptación.

Evita la rigidez y plantea la flexibilidad

Solemos estar acostumbrados a hacer las cosas de una determinada manera. Eso nos da seguridad y confianza. Sin embargo, no nos hará evolucionar, solo perfeccionar lo que hagamos a base de práctica diaria.

La flexibilidad lleva a dar una oportunidad a que algo pueda resultar diferente a como esperamos o a como solemos verlo. No siempre tiene por qué ser disruptora. La flexibilidad se puede realizar en modo “prueba” y observar y analizar los resultados.

Si quieres, por ejemplo, probar a cambiar tu espacio físico de trabajo, hazlo en una zona que hayas elegido que puede generar el efecto que buscas y pregúntate: ¿qué tal estás con el cambio, mejor o peor? Si decides cambiar el espacio para tus clientes, pregúntales si eso ha mejorado su experiencia contigo o no, si genera un valor añadido.

Tienes más información en el artículo que escribí sobre la flexibilidad en el trabajo que además nos lleva a tener empresas más humanas.

Has de tener un objetivo y un "para qué"

Normalmente es la subsistencia, pero ¿y si lo aplicamos para generar cambios positivos en nuestros clientes? Imagina que tienes una óptica o una inmobiliaria en un barrio donde hay muchos niños. ¿Qué pasaría si en un lado de tu establecimiento decoras todo para que guste a los niños? Incluso el escaparate, para que tiren de sus padres hacia ti. Igual que en un restaurante familiar dan unas pinturas y una hoja para colorear o tienen menú infantil, solo es hacer un pequeño cambio que guste a tus clientes. Pero ha de ser un cambio con una dirección positiva, como decía Rogers, y saber muy bien y medir el impacto para poder identificar el beneficio del cambio realizado. Si funciona, a lo mejor puedes decidir ampliar tus servicios o productos para este nuevo público.

No significa que dejes de ser tú

En ocasiones el tener que adaptarnos nos lleva a pensar que dejamos de ser nosotros mismos por vernos imbuidos en las nuevas circunstancias. Y no, eres tú en las nuevas circunstancias. Nunca te puedes deshacer de ti. Solo que, con tu historia, experiencia y vivencias anteriores, te da unas capacidades y formas de asumir esa nueva situación de una forma muy tú.

Cuando choca mucho con la forma en la que tú ves el mundo, normalmente como una confrontación a tus valores y principios básicos, es cuando puede costarte más. Si tienes la opción, piensa que quizá no es tu sitio y plantéatelo como algo temporal. Si no tienes la opción, busca entre tus cualidades y valores qué puede hacer que lo lleves mejor.

La aceptación

A veces nos peleamos tanto con lo que es que no queremos que sea así, que nos enfadamos y nos frustra. Es como cuando llueve y pensabas ir a la playa. Puedes patalear lo que quieras, pero no por eso va a dejar de llover. No está en tus manos. Igual que cuando estás con alguien que considerabas tu amigo y muestra comportamientos que ya no encajan contigo o que ha pasado el tiempo y uno ha evolucionado y el otro no. Es el momento de asumir que las circunstancias han cambiado, que puede que te gusten más o menos, y que, si de verdad quieres a la persona, acabarás dándote por vencido en la lucha por dejar las cosas como antes y aceptarás que ahora es así, precisamente porque lo quieres.

¡Atrévete!

Si nunca cambias nada, cualquier cosa que se salga de tu rutina te supondrá un esfuerzo mayor. Por eso, atrévete a sorprenderte. Déjate llevar de cierta espontaneidad. No hace falta que sean grandes cosas, pero sí acciones sencillas, pequeños pasos que te sirvan para ganar confianza. ¿Qué te pasaría si vas a llevar a tu hijo al colegio un día sin el móvil? ¿Qué pasaría si cambias el orden de los cubiertos en el cajón? ¿Qué pasaría si en lugar de poner la televisión al sentarte en el sofá, pones la radio? ¡Atrévete! A caminar se aprende andando. Así que a adaptarse se aprende adaptándose.

Recalcula

Hay expertos en tener plan A, plan B y plan C. Tener previstas otras opciones siempre te da margen de actuación. Si ante una circunstancia cambiante juegas a plantearte lo que yo llamo: abrir el abanico de opciones, hacer tormentas de ideas, empleando tu creatividad, te va a dar una mayor tranquilidad. Esto sucede porque ya no te enfrentas a lo desconocido, sino a lo que has planteado y analizado. Puede que elegir el plan B no fuese lo que habrías deseado, pero tenerlo bajo la manga por si acaso, te ayudará a adaptarte con mayor seguridad.

En cualquier caso, haz tuyo el cambio. Plantéate dónde y cómo quieres verte en esa nueva circunstancia. Cómo la puedes aprovechar tú. Cómo vas a hacer de ello una oportunidad en lugar de un problema.

El mundo gira y seguiremos viviendo numerosas circunstancias antes nunca experimentadas. E igual que has llegado hasta aquí, puedes seguir adelante. Por eso, con esto que te he compartido, ¿qué vas a hacer para aprender a adaptarte mejor a lo que está por venir?

Seguimos aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

Querido compañero,

¿Sabes que te lleva a comprar un producto o servicio? ¿Sabes que lleva a tus clientes a adquirir un producto o servicio?

Todos los seres humanos queremos cubrir nuestro primer principio de vida: “amar y ser amados”, luego queremos lograr que nos quieran, que nos adoren, y si no es así, que por lo menos nos respeten.

Sabemos que no podemos gustar a todo el mundo, pero seguiremos comprando las últimas tendencias o los servicios que otros contratan para ser como los demás o mejor que ellos, ser los primeros y así ser dignos de admiración o no quedarnos los últimos y que nos rechacen por ello. Porque, al final, todas las personas queremos sentirnos especiales y valiosos.

Seguramente, si les preguntas a tus clientes el por qué te compran lo que vendes, te darán una respuesta racional. Sin embargo, la compra no es una decisión tan racional y lógica como puedes pensar, pues el 80 por ciento de las decisiones de compra son emocionales, y sólo el 20 por ciento de las decisiones son racionales. Para Carolina Marín, psicóloga y experta en neuromarketing, está demostrado que cuando la razón no vale tiramos de procesos más emocionales.

Muchos estudios demuestran que es el deseo el que impulsa al ser humano a comprar. Luego si quieres ser exitoso en tu negocio es necesario conocer a tus clientes, tanto como conocer sus diferentes motivaciones de compra. No puedes conformarte con solo cubrir las necesidades de tus clientes, sino que tienes que conectar con sus motivaciones y deseos.

Es fundamental que descubramos el clic emocional que debemos activar de nuestros clientes, ese algo más profundo que muchas veces es un secreto a voces, aunque nos cueste confesarlo. Es necesario averiguar qué les mueve a tus clientes para querer comprar tu producto o servicio y crear esa conexión emocional con ellos.

Dejando a un lado aquellas compras que nos sirven para satisfacer nuestras necesidades básicas, todos los humanos compramos para cubrir deseos más allá de lo que necesitamos para sobrevivir.

Los 6 deseos universales

Hay 6 ideas que resumen todos los motivadores de compra que nos mueven por dentro y que de verdad nos hacen tomar la decisión de adquirir un producto o contratar un servicio. Es un concepto desarrollado por Derek Halpern, un experto en marketing y exitoso emprendedor de Social Triggers, llamado la técnica de progresión del deseo.

Realmente, los seres humanos buscamos alcanzar al menos uno de los seis deseos universales que te voy a compartir ahora:

  • Tener un estilo de vida saludable. Cada día, la necesidad de cuidarnos y alimentarnos mejor toma un sentido más allá de la conciencia de la salud del cuerpo, los consumidores somos cada vez más exigentes y cuidamos más nuestra salud. Tú y tu marca debéis ayudar y contribuir a que ese estilo de vida saludable se cumpla, se acerque o al menos contribuya a sentir que con tu producto o servicio tu cliente logra mejorar su salud.
  • Apoyar una causa que nos preocupa. Apoyar una causa es aumentar nuestro bienestar y felicidad y es de las actividades con las que podemos sentir más gratitud. Apoyando una causa nos lleva a sentir satisfacción personal, a sanar experiencias personales o a reforzar nuestro compromiso social. De alguna manera experimentamos una forma de conectarnos con el mundo sintiendo empatía por lo que ocurre en el medio ambiente, con los animales o con el medio de vida de otras personas…Cuando apoyamos una causa participamos en la esperanza y tenemos la confianza de creer en las mejoras y en los cambios de tu causa.
    • Si tus clientes tienen esta motivación para comprar tus productos o servicios cuéntale de qué manera tu empresa participa en construir un mejor mundo, diles que usas productos eco y sostenibles para el planeta, etc.
  • Tener compañía o sentirte parte de un grupo. El sentido de pertenencia se define como “un sentimiento de arraigo e identificación de un individuo con un grupo o con un ambiente determinado”. Maslow, psicólogo humanista que planteó la Teoría de la Pirámide de las Necesidades Humanas, colocaba la necesidad de pertenencia a un grupo como la segunda necesidad humana más importante, después de las necesidades fisiológicas.Entre muchos de los beneficios que nos proporciona el pertenecer a un grupo está el que nos aporta un ambiente de confianza y respeto. Aporta conocimientos, diversión, apoyo, integración en la sociedad, desarrollo personal y, sobre todo, una gran dosis de bienestar y energía. Sentirse un ser humano comprendido, querido, apoyado y cuidado es fundamental para todos los seres humanos.
    • Si tu cliente tiene esta motivación para comprar, puedes interesarte por sus gustos y preferencias, y hacer que se sienta cómodo a tu lado. Además, si es necesario, ten en cuenta, diferencias culturales o dificultades en el idioma, poniéndoselo fácil. Encuentra puntos en común y compártelos…
  • Disfrutar de seguridad económica. Deseamos tener libertad financiera y cubrir uno de los más grandes miedos que tenemos los seres humanos que es el miedo a la pobreza. Deseamos tranquilidad y bienestar, y algunos alcanzar poder y liderazgo.
    • Si tus clientes tienen esta motivación, emplea en tu comunicación con ellos palabras como: “Gana, crece, ahorra, descuento por ser tú…”.
  • Sentir que has logrado algo por ti mismo. Está demostrado que cuando logramos un objetivo nos sentimos bien, llenos de energía, con vitalidad, nos sentimos vivos, pensamos que nos vamos a comer el mundo.
    • Si tu cliente tiene esta motivación para la compra: practica la técnica de la visualización, hazle imaginar cómo se va a sentir cuando compre tu producto o adquiera tu servicio y hazle sentir la suerte que tiene de poder lograrlo. Está al alcance de su mano.
  • Sentirte deseado o admirado. Compramos por estatus porque al mostrar marcas que se asocian a la idea de estatus, estamos transmitiendo a los demás que tenemos éxito, prestigio y una posición privilegiada.
    • Si tus clientes tienen esta motivación crea un espacio limitado de acceso para ofrecer a tus clientes esa exclusividad que buscan, que se sientan privilegiados a la hora de consumir tus productos o servicios.

Como resumen te diría que dejes de centrar tu comunicación en lo que vendes y que comiences a comunicar lo que tu marca, a través de tus productos o servicios, puede hacer por satisfacer esa necesidad emocional que tu cliente quiere resolver.

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para aportar con tus productos y servicios a las motivaciones de tus clientes?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

¿Cuántas veces hemos escuchado que mejor solo que mal acompañado? Algunos puede que lo hayamos incluso verificado, ya sea en lo personal como en lo profesional. Sin embargo, tener un socio cuando emprendes puede ser un gran apoyo ante los retos que se presentan, además de aportar al negocio de diversas formas, lo que de algún modo te beneficia y rebaja la carga que tendrías que soportar tú solo.

¿Qué tipos de socios existen y por qué elegirlos bien?

Elegir bien a tu socio te ahorrará muchos problemas porque muchas veces, el propio problema viene derivado por la relación con el socio o por la forma de ser o proceder que tenga cuando ésta difiere mucho de la tuya, por no haber definido claramente lo que se espera de cada uno o cómo se van a resolver las cosas en caso de conflicto entre otras muchas opciones.

Por eso, en este artículo quiero compartirte algunas claves que consideramos en 2miradas que son esenciales para elegir adecuadamente a tus socios.

Antes de ello, quiero hacer un inciso para explicar que hay diferentes tipos de socios, cuyas características dependen del tipo de sociedad que definan. Aunque, sobre todo, podemos diferenciar tres tipos:

  • Socios capitalistas: son aquellos que aportan dinero a la sociedad y no suelen aportar trabajo, aunque sí van a estar al tanto de la gestión para asegurarse el retorno de su inversión.
  • Socios trabajadores: son aquellos que aportan su trabajo a la sociedad a cambio de una compensación y beneficios derivados de su trabajo. También pueden ser empresas que se asocian aportando parte de sus productos o servicios, es decir del desarrollo de su trabajo para el beneficio común.
  • Socios pasivos: son aquellos que constan en la sociedad y no participan aportando su trabajo, aunque sí reciben su parte correspondiente de beneficios. Esto suele suceder con empresas familiares.

7 claves para elegir bien a tus socios

Así que no solo hay que elegir bien a tu socio/a, sino que has de elegir de qué forma se incorpora dicho socio a tu negocio.

  1. Ten claro el "para qué" de tener un socio. Si eres una persona muy individualista, que no te gusta contrastar tus decisiones con nadie, que trabajas mejor solo, quizá tu opción es el de un socio capitalista si necesitas inversión, aunque has de saber que hoy en día hay posibilidades para conseguir fondos más allá de incluir a una persona en la sociedad. Piensa siempre en cómo eres tú, en cómo trabajas y sé honesto contigo. Tener a alguien valioso a tu lado es un regalo, tener un hombro en el que llorar o apoyarte es un alivio. Tener un respaldo y alguien con quien compartir los éxitos que vayas alcanzando es gratificante. Recuerda que hoy puedes elegir porque se pueden hacer múltiples acuerdos de colaboración sin tener que incorporar socios a la sociedad y también puedes crear junto con tu socio una empresa mucho más enriquecedora.
  2. Conoce a tu socio antes de decidir incorporarlo a la sociedad. A veces creamos sociedades con la idea de un futuro común y luego en el día a día empiezan los roces. ¿Por qué? Porque idealizamos todo lo que va a ocurrir cuando creamos la empresa con nuestras ilusiones y sueños y no incluimos las discusiones, las opiniones diversas, las diferentes formas de actuar, los tiempos y prioridades del otro… Por eso, no te precipites. Aunque tengas una corazonada comienza a trabajar, reunirte, descubre a esa persona lo más posible. La personalidad y el grado de madurez emocional va a influir en el día a día. Eso no significa que seáis iguales, porque será mejor si cada uno aporta un matiz que el otro admire y sea complementario. Lo que sí han de confluir son los valores, las formas de trabajar, el querer crecer y aprender juntos, tener una visión y misión compartida.
  3. Dejar claras las funciones y aportaciones de cada uno. Esto es necesario más que nada para no generarnos falsas expectativas que lleven a conflictos por exceso y por defecto. Cuando sabes cuál es tu posición y hasta dónde alcanzan tus funciones no te metes en el trabajo del otro salvo que sea parte de tu trabajo, no hay luchas por ostentar cargos, sino que queda predeterminado de antemano… En cualquier caso, lo mejor es consensuarlo cuando se esté creando la sociedad o incluso antes y es mejor que aquello que decidamos tenga en cuenta las capacidades, talento, pasión, experiencia, formación e ilusiones de cada uno. Cada uno tenemos talentos, puntos fuertes diferentes o algo que sabemos hacer francamente bien. Siempre hay alguien a quien le encanta algo que a ti no. Así que, encuentra ese perfil si quieres un socio que cubra unas determinadas funciones en las que esas cualidades sean necesarias. Además, en los estatutos de la sociedad se pueden redactar y estipular las reglas del juego que serán esenciales en caso de conflicto, en caso de que uno de los socios quiera marcharse o en el caso de que no cumpla con lo que vino a hacer. Si lo tenemos por escrito siempre será mejor porque cuando todo va bien, nada resulta un problema, pero cuando llegan las desavenencias, somos expertos en sacar punta a cada detalle. Así que acogernos a un escrito con el que estábamos de acuerdo puede ayudar.
  4. Mejores cuentas, mejores amigos. Aunque parece que esto está ya muy manido, “cuando el dinero deja de entrar por la puerta, el amor sale por la ventana”. Y lo mucho que querías a tu socio deja de importar porque ahora estamos preocupados por el dinero, por lo que te llevas, por lo que haces para conseguirlo, etc. Por eso, dejar bien claros los repartos de beneficios, los sistemas de ganancias, los ingresos y gastos, que sea transparente todo lo respectivo a los asuntos financieros es elemental para mantener la confianza en el otro. De la misma forma que hay que tratar todos los temas de dinero con honestidad porque también es fuente de conflicto el hecho de que uno de los socios necesite más dinero y se lo dé la empresa, si se devuelve o no, si es que deja de ser equilibrado lo que uno recibe frente a lo que recibe el otro, aunque sea por cuestiones personales. Siempre es mejor tener lo personal al margen de lo profesional. Llevar las cuentas claras entre ambos y llegar a acuerdos sobre cómo gestionarlas ayuda a estar tranquilos en cuanto a ese tema para poder dedicarte a lo demás.
  5. Comunicación: hablando se entiende la gente. No te guardes pensamientos que te van a llevar a rumiarlos toda la noche o por días. Si algo te molesta o si te afecta alguna cosa que te ha dicho tu socio o un comportamiento que no te ha gustado o que has interpretado de una forma que te hiere, háblalo. Conversar, con apertura para escuchar sin ponerse a la defensiva y sin ponerse a justificar, es imprescindible. También la comunicación es necesaria para exponer situaciones, para crear juntos, valorar opciones, reconocer el trabajo y el esfuerzo, poner metas comunes, vender propuestas o ideas… Es algo de ida y vuelta, requiere de feedback, de empatía, de curiosidad, de comprensión, de atención al otro. Si no te importa lo que tu socio te dice, entonces, mejor cambia de socio.
  6. Cuando no funciona, recuerda que es reversible. Como en una selección de personal, a veces contratas a alguien y luego resulta que en el día a día hay algo que no termina de encajar. Si has hecho todo lo anterior que te he compartido, probablemente esto no te ocurra nunca. Sin embargo, como pueden surgir diferentes situaciones y también las personas cambian o varían sus intereses, has de saber que hay opciones. No tienes que mantener a ese socio para siempre cuando es algo que ambos veis que no funciona. Por supuesto, si has dejado todo por escrito antes, si sois capaces de seguir comunicándoos con respeto y con empatía, la salida no tiene por qué ser agresiva. La parte más compleja es en la que se valora la empresa para adquirir el socio que se queda su parte o bien para llegar a un acuerdo económico por su marcha, aunque hoy en día hay profesionales que te pueden ayudar para que todo el proceso sea más sencillo.
  7. Saber poner límites y a la vez mantenerse cerca. Una de las principales claves del éxito de muchas empresas que comienzan es que los socios fundadores se pasan muchísimas horas juntos compartiendo cada detalle de su trabajo y también, de su vida. Esa relación hace que se elija en numerosas ocasiones a amigos y familiares como socios. Conocemos a sus hijos, padres, resto de amigos, y acabamos siendo una gran familia. Sin embargo, contar cosas en casa de cómo te ha ido en el trabajo puede generar en quien escucha alegría o tensión respecto al socio en cuestión al que conocen. Entonces esas personas opinan y pueden en un momento dado minar la relación o hacerte dudar. O si solo pones en realce a tu socio, pueden tener celos porque dedicas más tiempo al socio que a ellos, lo que es fuente de conflicto. Por eso, y dado que emprender se trata de una decisión vital en la que uno quiere involucrarse, necesitamos el apoyo de nuestros familiares y por beneficio de todos, es necesario que aprendamos a poner límites. Has de recordar que tu vida tiene otras áreas que requieren de tu tiempo, que has de encontrar el equilibrio para tener bienestar en la forma que tú quieras. No todo es trabajo porque te perderás otras cosas, aunque por supuesto, requiera de un esfuerzo y tiempo sacar adelante una empresa. Estás con tu socio (vida laboral) y también tienes vida personal, tienes amigos con los que disfrutar, también tienes tus propios gustos y tus momentos de ocio solo o acompañado y has de seguir cuidando de ti como persona para poder ser el mejor profesional y el ser que tu socio quiera tener a su lado.

Con todo lo que te he compartido, espero que puedas tener más claridad a la hora de elegir socio y que si eliges caminar junto a otra persona, que estéis alineados, que en el día a día sea la persona con la que quieres estar. ¿Qué te ha resonado de todo esto? Seguro que de ahí saldrá una conversación contigo mismo o con tu socio. ¡¡Mucho ánimo!!

Elegir bien es posible.

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills  

Querido compañero,

¿Das un buen servicio a tus clientes o pacientes? ¿Qué haces para lograrlo?

Está demostrado que la gestión de relaciones con los clientes o pacientes es el enfoque más sólido y eficiente para mantener y crear nuevas relaciones con ellos. Los beneficios que podemos lograr realizando un buen servicio son innumerables como:

  • Un buen servicio ahorra dinero a tu negocio. Es de sobra sabido que atraer un nuevo cliente es hasta 7 veces más caro que retener uno actual. Luego conocer las técnicas y habilidades para brindar un buen servicio al cliente o paciente te va a permitir fidelizar a quien ya te compra y reducir los gastos en la atracción de nuevos consumidores.
  • Un buen servicio aumenta tus ingresos. Dedicar tiempo, esfuerzo e inversión a la relación con el cliente facilita el terreno para el up-sell y cross-sell, es decir, las ventas adicionales y las cruzadas, respectivamente. Por ponerte unos ejemplos de dos sectores en los que trabajo, hay muchos estudios realizados que indican que el 52% de los clientes o pacientes, después de una experiencia de servicio positiva, realizan una compra adicional en una óptica. Otro ejemplo, en una inmobiliaria cuando te has ganado la confianza de tu cliente vendedor si quiere comprar un nuevo inmueble, será más fácil que repita la experiencia contigo. Esto significa que aprender cómo realizar un buen servicio al cliente o paciente puede impulsar los ingresos de tu negocio.
  • Un buen servicio mejora tu reputación.  El 90% de los clientes/pacientes se ven influenciados por las opiniones positivas al comprar un producto o servicio. Si dominas las claves de la atención y del servicio al cliente/paciente puedes fomentar la publicidad de boca en boca, mejorar tu credibilidad en el mercado y en tu zona y destacar frente a la competencia. Que los demás hablen bien de ti incrementará las tasas de fidelización de tus clientes o pacientes actuales.

Las 8 claves de la excelencia en el servicio

Ahora quisiera compartirte 8 claves para que logres dar un servicio excelente a tus clientes y pacientes:

  1. Capacítate y entrénate. Cuando los profesionales que mantienen contacto con los clientes/pacientes están capacitados para presentar un producto, explicar un servicio o resolver preguntas y dudas sobre un tratamiento, es más fácil ganarse la confianza del cliente/paciente y mantener estándares de calidad de buen servicio.
  1. Recopila información sobre tus clientes/pacientes. Es necesario tener una información útil sobre ellos para poder crear ofertas relevantes, personalizar mensajes y satisfacer sus necesidades específicas. El 80% de los clientes/pacientes tienen más probabilidades de comprar un producto o servicio de una marca que les comprende y ofrece experiencias personalizadas.
  1. Conoce a tu cliente y paciente. Para poder conocer a un cliente es necesario practicar la escucha y saber preguntar. Y lo primero que es necesario saber es su nombre, además de: ¿qué le preocupa? ¿Qué le gusta y le disgusta? ¿Cómo quiere que te comuniques con él? ¿Qué experiencias ha tenido anteriores, por ejemplo, en una óptica o en una oficina inmobiliaria? ¿Qué espera de ti como óptico-optometrista, asesor inmobiliario, coach, mentor, terapeuta…? ¿A qué se dedica? ¿Cuál es su hobby?... Además, te sugiero que permitas a tus clientes/pacientes hablar con libertad y honestidad sin interrumpirlos.
  1. Genera confianza a tus clientes y pacientes. Para generar confianza es necesario haber adquirido el conocimiento sobre el tema que trates (la salud visual, todo lo relacionado con la compra-venta de un inmueble, coaching…), tener habilidades sociales y comunicativas, ser honesto, practicar la confidencialidad y mostrar cariño y respeto a tu cliente o paciente. Sé empático y hazle saber que te importa, que comprendes sus preocupaciones y, por supuesto, transmítele de forma genuina que realmente le quieres ayudar y que harás todo lo necesario para cubrir sus expectativas.
  1. Cumple lo que prometes o dices. Todo lo que conversas, acuerdas o prometes debe ser cumplido, por ejemplo: citas, llamadas, seguimiento, servicio, etc. Si una empresa cumple todas las promesas de venta o de servicio que establecen, el cliente siente que puede confiar en esa empresa para cualquier necesidad futura, con la certeza de que no perderá tiempo ni dinero, así que lo más normal es que vuelva y repita experiencia.
  1. Estandariza los procesos de atención en tu negocio. Es necesario que todos los profesionales que tienen contacto con los clientes/pacientes sepan tratarlos con precisión y para ello, es necesario estandarizar los procesos de atención, teniendo redactado un documento con normas, herramientas y consejos de atención al cliente e incluso diseñando un protocolo de atención que facilite la prestación de un buen servicio.
  1. Usa la tecnología a tu favor. La tecnología puede ayudarte a que los procesos sean más rápidos, precisos e integrados. Desde los clásicos CRM hasta herramientas de email marketing o chatbot. Hay una amplia gama de herramientas que puedes utilizar para facilitarte el trabajo y de la que extraer información de forma más sencilla para tomar mejores decisiones.
  1. Pide opinión a tus clientes. Otro punto importante es considerar la opinión del cliente. Esto se puede lograr pidiendo un feedback a la salida del negocio, por ejemplo, con una máquina de emoticonos para valorar servicios o realizar una llamada simple y rápida uno o dos días después de la atención o pedirle a través de un correo electrónico que rellene un cuestionario que puede ser contestado con puntuaciones de 0 a 5... De esta manera, podrás evaluar cuáles son los puntos que son buenos y cuáles necesitan ser mejorados respecto al servicio recibido por tus clientes/pacientes.

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para dar un excelente servicio a tus clientes y pacientes?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Hoy existe una gran competencia de productos similares y una elevada cantidad de información que nos llega por diferentes canales, tanto analógicos como digitales. 

Las empresas y también los autónomos han de buscar la forma de destacar para llegar a sus clientes, es decir, a aquellas personas a las que de verdad les pueden interesar sus productos y servicios.

Muchos de ellos optan por lo gratis, las ofertas y las bajadas de precio; sin embargo, eso solo hará que cada vez el valor de lo que se ofrece se interprete como menor. ¿Pueden unas gafas graduadas valer 30€? El valor no es igual que el precio y el precio marcará la idea del valor del producto o servicio que se ofrece.

Por ejemplo, la empresa Lladró bajó sus precios con la idea de acercarse a públicos más jóvenes. Pero no surgió el efecto buscado, sino que al final lo que hizo fue sacar una gama de productos diferentes que cubriese los intereses de este tipo de potenciales clientes. O el caso de Desigual, que decidió subir sus precios para posicionarse entre una gama más alta de marcas del sector de la moda. Son estrategias para llegar al público objetivo y para tener más y mejores ventas.

De hecho, metodologías como Lean Management o Agile, se basan en la adaptación a lo que el cliente desea, le interesa o está dispuesto a comprar. Testando con el cliente potencial si se adecúa el producto o servicio y avanzando con él en el desarrollo del producto según sus necesidades específicas. Como ves, cada una de estas metodologías acaba apelando a la personalización de los productos y servicios para tener éxito en los negocios.

Personalización: clave de las ventas en la actualidad

Muchos pensamos que la personalización es la clave de las ventas de hoy. Y esto tiene un sentido claro, porque como usuario o comprador, siento que eso que voy a comprar está hecho para mí, lleva mi nombre, va conmigo, me queda como un guante, es justo lo que quería, me identifico con ello… ¿Has dicho alguna de estas frases cuando te has comprado algo o cuando has pagado algún servicio concreto? Seguro que sí. Como ves, el valor que damos a algo es una cuestión sentimental, es decir, de lo que nos hace sentir.

Con esta idea, marcas como Nike hace años ya permitieron que los clientes diseñasen sus propias zapatillas. Lo que fue toda una disrupción en el mercado. El cliente pasaba a formar parte del proceso creativo y de diseño. Se pasa de la producción en masa a la producción individualizada, que por supuesto, tiene un coste más elevado, pero que genera más fidelidad y conexión emocional con la marca. Otro caso que fue muy representativo en la personalización del diseño, fue el hecho de poner tu nombre en las latas de Coca-Cola. Aunque con un poco de truco porque salieron primero los nombres y apellidos frecuentes, también si no encontrabas el tuyo podías acudir a su web y pedirlo. Este tipo de acciones llevan a que el cliente vuelva.

El personalizar los productos lleva a un incremento en los costes, por eso la mayor parte de las marcas que se han permitido esa personalización de productos están relacionadas con la alta gama o el lujo. La marca de coches Porche ha empezado a desarrollar pinturas tornasoladas, que pocos se pueden permitir. De nuevo apelamos a los sentimientos. En este caso, que pocas personas tengan ese producto te hace sentir único y especial, incluso, digno de admiración.

¿Por qué personalizar?

La personalización se puede realizar en diferentes momentos de la relación con el cliente. Desde la parte de marketing, en la que captas la atención de tu potencial cliente, hasta la postventa, por ejemplo, grabando su nombre en un colgante. Por eso, al final la personalización no es una cuestión de unos pocos, sino que cualquier empresa puede personalizar su atención al cliente.

Personalizar no es más que individualizar, alterar el producto o servicio para adaptarlo al cliente dándole un toque personal. Que sepas que es para ti.

Hay productos que lo llevan intrínseco, como el caso de las gafas graduadas que comentaba al inicio. Esa graduación te vale solo a ti, solo para tus ojos. Suena a peli, sí. Sin embargo, no se hace el suficiente énfasis en la importancia de esa personalización y por eso nos encontramos con productos sustitutivos con graduaciones genéricas en otro tipo de comercios que no son propiamente las ópticas. Si de verdad deseas que sea solo para tus ojos, entonces tendrás que acudir a una óptica.

En definitiva, la personalización ha llegado como una de las mejores apuestas para nuestros negocios porque:

  • Personalizar atrae a tus clientes, a esos que son tu público objetivo, a los que valoran de verdad tus productos o servicios. Y, por ende, los que pagarán por ellos.
  • El cliente de hoy deja de ser un sujeto pasivo en la relación de compra-venta. Cada vez más es parte del proceso y cuanto más le dejes participar, mejor se va a sentir contigo y con tu marca.
  • Cuando preguntas a un cliente si le gusta algo y se lo das a su gusto, le va a costar resistirse a comprarlo. Ha sido parte del proceso y se siente “implicado” en el resultado.
  • No importa cuál sea tu negocio, siempre puedes aportar un detalle que marque esa personalización. Hasta los bancos te están dejando poner la foto que más te guste como imagen de tu tarjeta de crédito.
  • Con los datos que te ofrecen los CRM, las encuestas y toda la información que puedes recopilar hoy de tus clientes, puedes acertar mucho más y mejor en darles gusto y en generar mejores experiencias que enganchen. Es la base de la deseada fidelización de clientes.
  • La personalización impulsa las ventas gracias al cuidado de la relación, sin presión, sino atrayendo al cliente.
  • Dado que cada persona es única, solo personalizando podemos hacer que viva una experiencia propia, creada para ella. ¿Por qué tratar a todos los clientes de la misma forma si cada uno es diferente?
  • Sobre todo, en marketing, el cliente agradece que seas menos pesado bombardeándole con información que no necesita y menos ahora que estamos siempre tan atareados.

Así que, para tener más contentos a tus clientes, para acercarte de una forma más profesional, más cercana y que guste, aplica la personalización de tus productos y servicios. ¿Ya sabes dónde la puedes aplicar? Escucha a tu cliente, investiga, revisa lo que haces, aplica una pizca de creatividad… y si no encuentras la forma, cuenta con profesionales que pueden apoyarte en esta tarea.

Después de lo que te he compartido, ¿cómo vas a sumarte al reto de la personalización?

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

Querido compañero,

¿Aceptas tu belleza física? ¿Qué imagen corporal percibes de ti?

La imagen corporal es la representación mental que cada persona tiene sobre su propio aspecto físico. Es cómo la persona se ve a sí misma y cómo se percibe cuando se mira al espejo, es decir, cómo la persona cree que es.

10 claves para sentirte a gusto con tu belleza

La mayoría de personas tienen una imagen corporal negativa de sí mismas. Con imagen corporal negativa me refiero tanto a los sentimientos leves de insatisfacción y a una falta de atractivo como a una obsesión extrema por tu aspecto físico que impide un funcionamiento normal en el día a día. ¿Tienes una imagen corporal negativa?

Ya en mi anterior artículo sobre culto al cuerpo te hablé de las creencias irracionales que nos llevan a sentirnos insatisfechos corporalmente por los juicios valorativos que hacemos sobre el cuerpo que usualmente no coinciden con las características reales de cada uno.

Ahora quisiera compartirte algunas claves para que puedas sentirte más a gusto con tu belleza física:

1. Aplica la técnica ABCDE

Aplica la técnica ABCDE para combatir tus pensamientos irracionales. Esta técnica se basa en demostrar que las creencias que tenemos son irracionales. Para ello, tenemos que realizar una tabla en la que detallemos por columnas lo siguiente:

  • A: El acontecimiento.
  • B: Evaluación que hacemos de lo que ha pasado. El pensamiento puede generar emociones muy negativas o simplemente negativas. La diferencia va a estar en la evaluación que la persona hace del acontecimiento.
  • C: Emoción que nos genera y lo que hacemos.
  • D: Cuestionarse los pensamientos irracionales para crear un nuevo pensamiento racional.
  • E: Nuevo pensamiento racional.

Vamos a trabajar un ejemplo:

ABCDE
IRRACIONALMe levanto y me pesoPeso 55 kg, estoy gordaMe siento triste, con rabia y con ansiedad por haber engordado¿En qué te basas para decir que estás gorda? Plantea hechos y datos realistas de la etiqueta que te hayas puesto.Me molesta haber engordado 2 kg esta semana, voy a poner cuidado en lo que coma la próxima.
RACIONALMe levanto y me peso
Peso 55 kg. He engordado 2 kg
Me siento molesta.Hay un hecho reconocido. He engordado 2 kgNo hay pensamiento irracional.

2. Define quién quieres ser y cómo quieres que te vean

Defínete de forma realista y objetiva en tu vida personal y profesional. ¿Eres óptico-optometrista, asesor inmobiliario, directivo de una multinacional…? ¿Madre, colega, amiga…? ¿Qué mensaje quieres dar? Cuando sepas esto, compórtate con tu identidad, muestra una actitud acorde, comunícate con coherencia a tu identidad y que tu aspecto físico sea el complemento de la imagen que quieres proyectar. Pon consciencia y coherencia en todo tu yo (mental, físico, emocional y energético).

3. Emplea tiempo en ti

  • Cuídate, come y bebe alimentos saludables, aprende qué alimentos son buenos para ti y qué cantidad es la adecuada.
  • Haz ejercicio o practica algún deporte.
  • Duerme mínimo de 7-8 horas.
  • Mímate y haz cosas que te gustan.

4. Cuida tu aspecto

Evita pasar de tu aspecto porque nadie te vaya a ver, cuídate para ti. Cuida tu higiene personal, tu pelo, uñas, tu piel, tu boca, tus manos, tu ropa, zapatos, complementos… que estén lo mejor posible. Ser natural nada tiene que ver con ir mal vestida, despeinada, con mala cara…

5. Habla con una persona de confianza

Habla por ejemplo con un familiar o un amigo, sobre los sentimientos que tienes hacia tu cuerpo, esto puede ayudarte a sentirte mejor y si esto no es suficiente, pide ayuda a un profesional.

6. Haz una lista de cosas positivas de ti

Haz una lista de cosas positivas de ti mismo, de tu físico y de las que no tengan nada que ver con el físico. Luego lee el listado y comienza a fijarte en todo lo bueno que tienes y no solo en lo que te falta. Intenta establecer un diálogo más positivo respecto a tu cuerpo y tu imagen. ¿Qué pasa con tus maravillosos ojos verdes, tu precioso pelo o tu piel sedosa? Tu cerebro se cree lo que te digas, así que elige decirte y convencerte de todo lo bueno que tienes y que vas a estar cada día mejor. Escribe un mantra que te guste, por ejemplo: “Me mantengo activo y con una actitud joven” y dítelo cada día. ¡Notarás los cambios!

7. Fíjate en tus comportamientos

Fíjate en todos los comportamientos que llevas a cabo por la imagen que percibes de ti. ¿Qué cosas, actividades o planes dejas de hacer? Te pongo ejemplos: dejar de comer alimentos, dejar de ir a lugares donde te tengas que poner el bañador (playa, piscina, tomar el sol…). ¿Qué haces de modo compulsivo? Pesarte todos los días, practicar deporte de forma exagerada, ponerte ropa que no te gusta por disimular partes de tu cuerpo… Hecha esta lista, elige una tarea a comenzar a realizar o a dejar de hacer. Te será inicialmente complicado o incómodo, pero con el tiempo el malestar de hacerlo o dejar de hacerlo, disminuye y comenzarás una aceptación mayor de ti.

8. Aprende a sacar el mayor partido de ti mismo

Nadie nos ha enseñado a saber qué prendas, complementos, maquillaje, colores… son los que más nos favorecen a cada uno. No te avergüences por no conocer tu estilo.

Reconocer tus características físicas es una herramienta fundamental, ya que te ayudará a seleccionar las prendas que más te favorecen y las que te ayudan a equilibrar el cuerpo para estilizarlo.

Trata de identificar los colores que te favorecen, que logran iluminar tu rostro, no opacarlo. Descubre combinaciones acertadas con tus diferentes prendas para optimizarlos. Indaga por internet según tus características lo que más puede ir contigo, pregunta a tus amigos cómo te ven más favorecido o recurre a un profesional que te ayude a mejorar tu imagen.

9. Deja de creer en el canon de belleza establecido

El mundo está lleno de mujeres y hombres cuya imagen está muy alejada de ese canon de belleza y que resultan irresistibles. Deja de creer que la buena imagen tiene algo que ver con ser “rubia, alta, delgada y joven”.

10. Ponte en acción

Deja de quejarte y actúa. Mejorar es cuestión de ponerte atención, de conocerte, de informarte y de poner en práctica lo que sea mejor para ti.

¡Te invito a que practiques el aspecto que te haga sentir seguridad y orgullo de ser quién eres!

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para sentirte a gusto con tu belleza física?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

11 febrero, 2023

Hay un gran número de profesionales que, sin haber cursado estudios de administración y dirección de empresas, tienen sus propios negocios, han montado una empresa y viven de ello como los grandes técnicos y trabajadores que son. Por ejemplo, una persona que ha estudiado electricidad, puede tener su propia empresa y darse a conocer como electricista en el mundo laboral. O un responsable de una inmobiliaria que se ha desarrollado a base de trabajo duro y formación hasta lograr tener su propia oficina y que ha de gestionar, además, a todo un equipo. O un óptico-optometrista que en la carrera universitaria aprende todo lo relacionado con la salud visual y luego pone en marcha su propia óptica. Así podríamos enumerar múltiples profesiones en las que las personas gracias a su destreza acaban trabajando por cuenta propia y dirigiendo sus negocios. ¡Bravo por ellos!

Cuando emprendemos en un negocio propio y no tenemos la formación en gestión de empresas puede ocurrir que acabemos aprendiendo y se mantenga el negocio en el tiempo, o que el negocio no fructifique y tengamos que cerrar.

Por eso, es bueno escuchar a los grandes empresarios que saben bien cómo hacer que los negocios se mantengan en el tiempo y, sobre todo, que saben adaptarse a los nuevos tiempos, a las necesidades de los potenciales clientes y pacientes de hoy, y también, a la forma en que el mercado se mueve para no quedar obsoletos e incluso, ser los líderes de cada uno de los entornos en los que se desarrollen los negocios.

7 claves de management para aplicar desde hoy

En esta ocasión, quiero trasladarte unas claves que David Grutman, exitoso emprendedor en el sector hostelero, comparte en las sesiones que imparte en la Universidad Internacional de Florida.

1. Genera relaciones cada día

Las relaciones se generan comenzando por dar, dar y dar sin esperar nada a cambio. Incluso dando tiempo, que es el recurso más valioso que tenemos, porque muchas veces solo el hecho de estar ahí es más valioso que entregar algo material. Recuerda aportar valor, dejar huella, sé especial en la vida de alguien, porque cuanto más valor ofrezcas, mejor irá la relación.

En este generar relaciones también está el saber mantenerlas y para ello hay que mostrar interés genuino por la persona. Llama, manda un mensaje, ofrece palabras de aliento y refuerzo positivo, escucha, agradece, reconoce, incluye a la persona en planes, genera confianza y si te equivocas pide disculpas.

Grutman dice que en los negocios él piensa en el ganar-ganar a través de lo que llama cupones. Cuando haces un favor, ayudas a alguien, en el fondo la otra persona se siente “en deuda” y aunque tú lo hagas sin esperar nada a cambio, queda en el otro una sensación de querer hacer también algo por ti y es algo que, en un momento dado, si lo necesitas, puedes tú pedir un favor a esa persona. El intercambio de cupones por haber hecho favores genera un sentimiento que fortalece la relación.

Como dice el famoso DJ, productor y cantante Black Coffee: “si alguien te dice que tienes que conocer a ese chico, tienes que hacerlo” porque nunca sabes de dónde puede venir esa nueva relación que cambie tu vida.

2. Invierte tu dinero para generarte ingresos extra

Para que puedas desarrollar tu negocio necesitas dinero. Sin embargo, no todo el dinero tiene por qué venir de los beneficios que obtienes de tu propio trabajo. Invertir, por ejemplo, en proyectos y empresas de otros que veas que tienen un alto potencial, que la empresa esté en crecimiento y que realmente te sean cosas que te importan. Pueden estar relacionadas con tu negocio (como tus proveedores) que ya tienen cierto desarrollo en el negocio y eso te dará más seguridad, aunque también es interesante participar en los comienzos (en una startup) porque puedes aportar ideas y conoces el desarrollo del negocio desde dentro en mayor profundidad, aunque sea más arriesgado, si sale adelante los beneficios son mucho mayores. El propio Grutman ha invertido en empresas diversas como Liquid Death, MoonPay, Spaceperspective, Goodles, Gopuff, Last crumb and Olipop.

3. Ten un buen equipo

Ya sea porque no puedes hacer todo tú solo o porque necesites de otras disciplinas que te sumen, has de contar con personas que aporten valor. La elección de socios es determinante en el día a día. Y también un equipo puede ser el que formes con esa empresa con la que arrancar un proyecto. Lo importante es pensar ¿qué puedo aportar yo? ¿cómo puedo añadir valor?

Además, has de tener presente que en esa relación que creas con el equipo el tema está en darse apoyo unos a otros para que la relación funcione, que tenéis que estar alineados y también, dice Grutman, que has de darte cuenta que hay días buenos y malos, que todos tenemos opiniones, por lo que no arruines tu día por una opinión y sigue tu corazón.

4. No te olvides de la propiedad intelectual

Todos queremos que nuestros negocios crezcan y para ello, el hacerlo con otras personas es clave, lo hace más rápido y fácil. Por eso, dejar clara la propiedad intelectual de las ideas va a proteger tu marca. La propiedad intelectual va a identificar aquellos activos tangibles e intangibles que hacen que tu marca sea única y que no se pueda replicar o copiar.

5. Si necesitas un local, mejor haz un acuerdo de gestión

Puedes alquilar el espacio o puedes realizar un acuerdo de gestión. Si optas por el alquiler has de tener en cuenta varios costes: el precio del alquiler, impuestos, mantenimiento, gastos de comunidad, si necesitas reformas o adecuación del local para tu negocio, etc. Sin embargo, en el acuerdo de gestión todo está pagado y tú tienes el control. Lo que hace es enfocarse en mejorar la eficiencia de las ventas, aumentar la conversión y dar un porcentaje (entre un 10 y un 20%) de los beneficios que se obtengan.

6. Trata de ser cada día mejor

Fórmate, mantente en aprendizaje continuo y estate al tanto de lo que ocurre ahí fuera, en el mercado. ¿Eres el mejor? ¿En qué te diferencias? ¿Cómo haces sentir a tus clientes? Investiga a tu competencia, sobre todo para analizar los precios, y antes de hacer nada, de tomar cualquier decisión importante, plantéatelo desde diferentes perspectivas, por ejemplo, colocándote los 7 sombreros para pensar. Prueba lo que ofreces con tus amigos, familia, conocidos, el equipo y que opinen, para poder corregir todo lo que sea necesario y así cuando lo ofrezcas al público sea lo mejor de lo mejor. Sé ambicioso y trata de inspirar, impresionar y desarrollarte para ser el mejor líder que puedas ser.

7. Tu marca te representa

Has de ser auténtico y honesto. Ser tú mismo es lo que te diferencia, lo que te hace especial. Si decides tener tu propio negocio, ama lo que haces, ponle tu huella. El éxito no llega de un día para otro, por lo que es importante que disfrutes de cada día siendo tú mismo. Cuando te diviertes sale lo mejor de ti. Así que tienes que desearlo y si te dicen que estás loco, tendrás que hacerlo con más fuerza.

Grutman recomienda que des importancia a la humildad, la autenticidad, la inclusión, aspiración, pasión, resiliencia y a poner a tu familia primero, porque ellos van a ser tu verdadero apoyo.

Para terminar, te dejo la clave de los negocios de Grutman, que es: “tener claro que el éxito de una empresa viene de un camino en el que no has parado de intentarlo hasta que lo has logrado, porque si pones el foco en ejecutar y ganar, al final, ¡ganarás!”.

Después de lo que te he compartido, ¿qué vas a tener en cuenta para lograr el éxito con tu negocio? ¿Qué vas a comenzar a hacer?

Te acompaño aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

Querido compañero,

¿Das mucha importancia a la belleza física? ¿Te sientes satisfecho corporalmente? En nuestra sociedad hay una obsesión por la perfección del cuerpo que está generando mucha insatisfacción, especialmente en las mujeres y que ha llevado a una creciente demanda de técnicas con fines estéticos relacionadas con una ilusoria búsqueda de la perfección física.

Insatisfacción corporal y creencias limitantes

La Insatisfacción Corporal (IC), la definen Gardner y Stark, 1999, como “la discrepancia entre la figura que se considera actual y la que se considera ideal”.

El canon de belleza es un concepto que viene de la estética del arte, pero que se utiliza para hacer referencia a las cualidades físicas que ha de tener un hombre o una mujer para ser considerados como personas bellas. El canon se ha modificado con el paso del tiempo, por eso, es una construcción social y no algo natural.

Albert Ellis dice que “las personas no se alteran por los hechos, sino por lo que piensan acerca de los hechos” y cree que buena parte de los problemas psicológicos se deben a patrones de pensamientos e ideas irracionales.

Por si no lo sabes, una idea irracional es una creencia rígida y poco realista que suele estar en lo más profundo de la conciencia y forma parte de nuestros valores fundamentales y de nuestra identidad. Suele incluir contenidos acerca de:

  1. Nosotros mismos, por ejemplo: soy gorda, no valgo nada….
  2. Los demás, por ejemplo: la gente valora a las personas delgadas, los demás me rechazan por mi físico…
  3. La vida y el mundo, por ejemplo: la vida es un asco, mi vida es muy dura…

11 ideas irracionales que dirigen nuestras conductas

Albert Ellis explica once ideas irracionales inculcadas en las sociedades occidentales que dirigen gran parte de nuestras conductas y que, según este autor, cuando estas ideas se instalan en la mente, nos generan unos pensamientos automáticos negativos, que disparan nuestras emociones negativas y nuestras expectativas sobre las diversas situaciones de la vida, haciendo que respondamos ante ellas de manera desadaptativa y fortaleciendo dichas creencias negativas. Estas ideas irracionales son:

  1. “Necesito amor y aprobación de cuantos me rodean” o “tengo que ser amado y tener la aprobación de todas las personas importantes que me rodean”. Esta necesidad de aprobación nos puede llevar a entender muchas conductas relacionadas con la insatisfacción corporal. Un ejemplo de esta idea irracional sería usar expresiones como: “sino me mantengo joven y guapa, mi novio me va a dejar”.
  2. “Para ser valioso debo conseguir todo lo que me propongo” o “si soy una persona valiosa, tengo que ser siempre competente, suficiente y capaz para conseguir todo lo que me propongo”. La autoexigencia nos puede llevar a definir objetivos inalcanzables, incluidos los relacionados con nuestro aspecto corporal. Un ejemplo de esta idea irracional sería: “aunque nos vayamos de viaje, no voy a engordar ni un kilo”.
  3. “La gente siempre debe hacer lo correcto. Cuando la gente se comporta de manera desagradable, injusta o egoísta, debe ser culpada y castigada severamente”. El perfeccionismo nos lleva a pensar que somos infalibles y perfectos, en lugar de aceptar la realidad que es que, a veces, nos podemos comportar de forma estúpida, ignorante o neurótica. Un ejemplo de esta idea irracional sería usar expresiones como: “debería estar más delgada”.
  4. “Es horrible y catastrófico que las cosas no salgan, no sean o no vayan como yo deseo o quiero”. Esta necesidad de control lleva a no aceptar la realidad inmodificable o poco modificable, en lugar de centrarte en cambiar lo que puedas cambiar para que las condiciones sean mejores y si no es posible, aceptarlo y seguir adelante. Ejemplo, “necesito controlar todo lo relacionado con mi cuerpo”.
  5. “Mi infelicidad es causada por cosas que están fuera de mi control, por lo que es poco lo que puedo hacer para sentirme mejor”. La irresponsabilidad lleva a la inacción. Te recuerdo que son tus pensamientos y no los factores externos los que causan tus sentimientos y emociones. Un ejemplo podría ser la tendencia de las personas a querer ser o tener aquello que consideran ideal, que no tienen y que ven en los demás. Un ejemplo sería: “tú lo tienes muy fácil porque eres de constitución delgada”.
  6. “Debo pensar constantemente que puede ocurrir lo peor”. Preocuparse constantemente por cosas que podrían salir mal no evitará que sucedan y te llevará a sentirte disgustado. Ejemplo: “si no me tiño el pelo, voy a parecer mucho más vieja”.
  7. “Puedo ser más feliz evitando las dificultades de la vida, lo desagradable y las responsabilidades”. Posponer los problemas puede empeorarlos con el paso del tiempo. Ejemplo: “Tengo problemas de tiroides y no puedo hacer nada”.
  8. “Hay que tener a alguien más fuerte en quien confiar”. La baja autoestima puede llevar a confiar ciegamente en otra persona y esto puede acarrearte una dependencia. Es importante buscar ayuda cuando sea preciso, pero siempre que aprendas a confiar en ti mismo y en tu propio juicio. Las personas con insatisfacción corporal suelen presentar baja autoestima. Ejemplo: “Voy a hacer lo que me ha dicho Luisa, ayuno durante 3 días seguidos”.
  9. “Mi pasado es determinante de mi presente y de mi futuro”. Algunos modelos educativos recibidos han podido tender a una excesiva rigidez, al perfeccionismo en lo corporal, a la importancia de las apariencias y el qué dirán, a la sobrevaloración de la necesidad de aprobación de los otros… y estos modelos sientes que marcan tu vida. Ejemplo: “tener una talla L o XL es que no te cuidas”. ¿Con qué creencias sobre la imagen física te han educado?
  10. “Debo preocuparme constantemente de los problemas de los demás”. No puedo cambiar los problemas de otras personas preocupándome, enfadándome o sintiéndome infeliz. Ejemplo: “Julia tiene que hacer más ejercicio, la noto muy dejada”.
  11. “Cada problema tiene una solución acertada, y es catastrófico no encontrarla”. Esperar la solución ideal o perfecta puede no llegar nunca. Ejemplo: “me muero si este tratamiento no me quita las patas de gallo”.

Además, de estas creencias irracionales pueden darse experiencias negativas. Por ejemplo, recibir críticas o burlas sobre nuestro cuerpo. Esto aumenta la insatisfacción corporal.

Tampoco están ayudando los medios de comunicación, ni las redes sociales. Es evidente la influencia de los medios de comunicación en el refuerzo de la preocupación excesiva por lo corporal.

Como hemos visto, la insatisfacción corporal lleva a problemas emocionales y malestar general y también es un acicate para tener trastornos alimenticios.

Los trastornos derivados de la excesiva preocupación por el cuerpo que nos inunda en la actualidad se están convirtiendo en un verdadero problema. ¿Vale la pena poner en riesgo nuestra salud?

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para sentirte mejor en tu cuerpo?

En mi próximo artículo te comentaré lo que podemos hacer para trabajar estas creencias irracionales y hasta entonces, te invito a que reflexiones sobre el impacto que generan en ti cada una de ellas.

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Si te suena el despertador y tu primer pensamiento es que no quieres ir a trabajar, es que algo hay que revisar.

Dedicamos al trabajo la mayor parte de nuestro tiempo despiertos, por lo que tener la sensación de incomodidad, estrés o rechazo al pensar en el trabajo supone un riesgo para nuestra salud mental y física.

Creencias que van en contra del bienestar laboral

Hay muchas creencias que romper para poder plantearse el bienestar laboral. Creencias del tipo: “aquí se viene a trabajar y no a disfrutar, para eso está tu tiempo de ocio”, “el trabajo requiere de esfuerzo”, “hay que trabajar duro”, “si no cumples te echan” … No todas ellas son totalmente erróneas porque efectivamente y sin irnos a extremos, hemos de hacer nuestro trabajo pues por él hemos sido contratados y hay que cumplir. Y por supuesto que cuando no sabes hacer el trabajo te va a llevar tiempo, dedicación y esfuerzo hasta aprender y tener la destreza que te haga realizarlo con mayor soltura, en menos tiempo y de una forma más sencilla.

Por otro lado, tampoco ayuda el adquirir otro tipo de creencias relacionadas con el bienestar y la felicidad en el trabajo como: “el bienestar en el trabajo es no trabajar o hacer lo mínimo”, “ganar dinero sin trabajar” sin incluir el sentido de contraprestación.

Estas creencias no dicen nada sobre que te pueda gustar tu trabajo, que lo hagas lo mejor que sabes y pongas de todo de tu parte para cumplir con los objetivos de la mejor manera posible. Ahí muchas veces está la clave para ese bienestar laboral y el cuidado de la salud mental de los trabajadores que para 2023 es tendencia según los estudios de diferentes consultoras. Es una de las principales preocupaciones para tener en cuenta.

¿Qué puedo hacer para mejorar mi bienestar y salud mental en el trabajo?

Desde 2miradas vamos a darle dos enfoques, porque de una parte está lo que puedes hacer tú y de la otra está lo que cada empresa puede poner en marcha. Por tu parte y comenzando con el sentido de autoconsciencia para trabajar sobre lo que depende de uno mismo y no tirar balones fuera o culpabilizar:

  • Revisa tus valores. ¿Por qué? Tus creencias, principios y valores son la base de lo que vas a considerar que está bien para ti y de lo que no. Cuando algo te incomoda en el trabajo, suele haber detrás algún valor tuyo que está protestando. Puede ser el sentido de justicia cuando se compara entre trabajadores. Y si te comparas tú nunca sueles salir ganando. Puede ser lo que entiendes por respeto a las personas, quizá en las formas de dirigirse o cuidarse unos y otros. Así que haz el ejercicio de reconocimiento de tus valores y asegúrate de qué es lo que te está incomodando. Una vez que lo sabes, puedes pensar en cómo cambiar la situación.
  • Atento a tu autoexigencia. El sentido de responsabilidad de cada uno puede llevarte a límites en los que pongas en juego tu salud. Dejar de dormir, preocuparte por mil y una cosas o querer controlarlo todo… no ayuda. Eres un ser maravilloso y también limitado. Es cierto que tienes una capacidad brutal para superarte, hacer esfuerzos sostenidos en el tiempo, pero el cuerpo no está preparado para estar así por un largo tiempo. Necesitamos ayudarle a parar a recuperar fuerzas.
  • Cambia el chip. Si sigues haciendo lo mismo, el resultado será el que ya tienes. Por eso, has de comenzar a incorporar en tu rutina pequeños cambios que te permitan salir de la rueda en la que estás metido que no te deja ser feliz. Comienza por un detalle simple como ponerte una hora para parar, bajarte una estación antes y caminar hasta casa o hasta el trabajo observando lo que hay a tu alrededor, dándote gusto para demostrarte que no todo en tu día es amargo. Y ese momento disfrútalo con consciencia, en presente, saboréalo.
  • Vigila tus pensamientos. Descubre qué pensamiento está llevándote a ese malestar. Aplica las reglas de gestión emocional para que el nivel de intensidad y cómo te afecta se minimice. Cuando descubres cómo te machacas y dejas de hacerlo se produce un gran alivio mental y físico.
  • Actúa. Puedes seguir igual y quejarte o puedes hacer propuestas de mejora, puedes pedir ayuda si no llegas o no tienes las fuerzas ni el tiempo para abordarlo como quisieras. También puedes decidir dejar ese trabajo, pero no lo hagas como un arrebato sino planifica, busca otro empleo, fórmate en áreas que sean más de tu interés, hasta que tengas la posibilidad de cambiar. Cuando tienes un plan, sientes que el final está más cerca.
  • Pide ayuda. Hay un montón de profesionales para ayudarte si no sabes por dónde empezar. Ayudarte en la gestión de tu tiempo, de tu estrés, en la toma de decisiones, en la búsqueda de empleo, con el plan más adecuado para ti y facilitándote tu autoconocimiento para que aquello que busques vaya más contigo y no caigas en los errores del pasado. Es importante aprender.

¿Qué puede hacer la organización para mejorar mi bienestar y salud mental en el trabajo?

Desde el lado de la empresa también hay varios aspectos que se pueden hacer y que ya muchas están comenzando a tener en cuenta.

  • Identificar los puntos de incomodidad de los trabajadores. Es necesario escuchar, preguntar y saber cómo está la situación. Si es una persona con su forma de proceder la que genera que un equipo esté revuelto o si son las condiciones del trabajo, si es la dificultad de uso de alguna herramienta o sistema, etc. Si no identificamos el problema, será difícil ponerle solución.
  • Tomar medidas que fomenten buenas experiencias en el trabajo. Por ejemplo, reuniones efectivas. Flexibilidad en el trabajo, lo que puede incluir desde la deslocalización a horarios acordes con las necesidades del trabajo y del trabajador. Tener detalles personales con los trabajadores, para lo cual lo más importante es conocerlos. Detalles que generen emociones agradables como que la empresa se acuerde de ellos para lo bueno y no solo para recriminar por no haber alcanzado los objetivos.
  • Desarrollar el liderazgo de los responsables de equipo y el autoliderazgo de cada trabajador. El buen líder es modelo, inspira, motiva, está atento a las personas, se preocupa, facilita… Ha de saber tratar a cada uno de forma individual y a todos de forma grupal. Escucha, se comunica, no juzga. Así que fomentar desde las organizaciones la necesidad de hacer seguimiento de los líderes y responsables de equipos es esencial para desarrollar un mayor bienestar y salud mental de los equipos.
  • Cuidar las emociones. Permitir la expresión emocional, con límites, y gestionar las emociones del equipo y de las personas comenzando por uno mismo. Para ello habrá que formar y capacitar a los equipos en ello.
  • Poner atención a la comunicación. Como nos sintamos, así nos comunicaremos. Utilizar la asertividad, basarse en hechos, separar a las personas de los hechos para evitar conflictos, fomentar el feedback constructivo y el reconocimiento. Dejar claras las bases y los límites son esenciales.
  • Desarrollar talento. Cada vez el talento es más escaso en muchos puestos. Hay profesiones que los jóvenes no quieres desarrollar y no se encuentran personas con las capacidades para desempeñar ciertos puestos de una forma adecuada. De nuevo la formación es clave, y también el conectar con las personas y hacerlas sentir que pueden crecer dentro de las empresas, que pueden desarrollar su carrera y cumplir sus sueños en la empresa. Crecer juntos.
  • Dar a conocer lo positivo del día a día. Estamos acostumbrados a dar noticias de las grandes acciones empresariales y también de los buenos resultados. Por otra parte, las empresas suelen tapar lo menos bonito del día a día.  Sin embargo, en este momento hay que recuperar lo positivo de cada día, de cómo es el trabajo diario, de la dedicación que ponen los trabajadores para que cada trabajo sea el mejor, destacar lo que se hace bien a diario. Eso además es marketing para el exterior. Si cada trabajador dijera lo bueno que hace en su trabajo o lo bueno que ha hecho su empresa, descubriríamos una versión mucho más real del día a día de una empresa.

Con todo lo que te he compartido, tanto tú como la empresa tiene mucho por hacer en este 2023 si queremos de verdad hacer algo por nuestro bienestar y salud laboral. Lo importante no es decirlo, lo importante es hacerlo. Así que, ¿qué vas a hacer para estar mejor en tu trabajo? ¿qué vas a proponer?

Al final del día y al final de la vida, lo que te vas a llevar son las experiencias vividas, por eso, no te compliques y haz lo necesario para cuidar de ti, dar lo mejor de ti y sentirte satisfecho con tu trabajo.

Siempre estamos aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

Querido compañero,

¿Crees que es importante tener una actitud positiva ante la vida? ¿Qué actitud tienes para afrontar la vida?

“El mayor descubrimiento de todos los tiempos es que una persona puede cambiar su futuro simplemente cambiando su actitud”

Oprah Winfrey

¿Cuál es tu actitud ante la vida?

Según Andrés Ortiz-Osés, ante la existencia, caben tres actitudes fundamentales: la actitud optimista, la actitud pesimista y la actitud “optimopesimista”, típicamente ambivalente.

Además, puedes adoptar 3 estados mentales:

  • Actitud de víctima. Suelen ser la mayoría. Personas que quieren cambiar, pero siempre tienen una excusa preparada. La culpa está muy presente en su vida, desde uno mismo hasta cualquiera (el gobierno, los ricos, los empresarios, los padres…). Se quejan y no hacen nada para salir de ahí.
  • Actitud de optimista inconsciente. Son una minoría, pero tampoco suelen conseguir lo que se proponen. Están dispuestos a cambiar, pero cuando llega el momento de la verdad, tampoco hacen nada.
  • Actitud luchadora. Este estado mental es el que funciona si deseamos realizar mejoras y cambios en nuestra vida. En lugar de culpar a otros o ilusionarse sin más, pasan a la acción.

Si no cambias es porque realmente no quieres, porque en el fondo, seas optimista o víctima, tu situación actual tiene algún beneficio oculto.

¿Qué es tener una actitud positiva?

Lo que entiendo por tener una actitud positiva ante la vida es la disposición y el ánimo de cada uno para afrontar las situaciones o experiencias que nos suceden; es decir, tu actitud general, tu espíritu de superación, tu visión sobre lo que la vida te ofrece y lo que puedes obtener de ella.

Dicen los expertos en la materia que la actitud ante la vida lo es todo; sin embargo, el saber esto no nos lleva a saber practicarlo en el día a día y es un hecho que personas distintas ante una misma situación, lo afrontan, lo viven y lo ven de forma muy diferente.

Goleman dice que el optimismo y la esperanza impiden caer en la apatía, la desesperación o la depresión frente a las adversidades y aunque todos tenemos una actitud predominante, quisiera compartirte algunas claves que te llevarán a lograr tener una mejor actitud ante la vida:

  1. Practica el agradecimiento. Entre otros beneficios el ser agradecido te va a facilitar conectar y valorar las cosas agradables y positivas que te ocurren en tu vida diaria. También, te va a ayudar a tomar conciencia de que los demás son importantes para ti y expresarlo es una forma de hacérselo saber. El agradecimiento te proporciona bienestar emocional y fortalece tu valía personal, es decir, aumenta tu autoestima. Puedes practicarlo con un simple “gracias”, “eres muy amable por...”, “eres de gran ayuda “, “doy las gracias por…”
  2. Fíjate objetivos y traza planes de acción para lograrlos. Ayuda a que tus sueños se hagan realidad, así tu mente estará ocupada y evitará pensamientos pesimistas o negativos. Además, lograr objetivos lleva a una mayor felicidad, un mayor bienestar y también, mejora la autoestima.
  3. Pasa tiempo con personas que te sienten bien. Personas con las que puedas conversar, personas con las que aprendas, personas a las que quieras escuchar o sepan escucharte, en definitiva, personas que te carguen las pilas. Si te rodeas de personas que son creativas y exitosas, eso es lo que atraerás a tu vida.
  4. Afronta. No uses excusas que no te permitan cambiar.No uses expresiones como: “es que...”, “ya, pero...”, “sí, pero...”. Usa expresiones como: “yo puedo”, “soy capaz”, “voy a intentarlo”, “voy a probar a”…
  5. Gestiona tus emociones. Expresa asertivamente lo que sientes cuando no estés de acuerdo con algo o tengas un problema, de esta manera no vas a acumular estrés y no vas a lastimar a los demás. El equilibrio emocional ayuda al positivismo porque aporta serenidad y te permite responder de una mejor forma ante lo que te suceda.
  6. Aborda tus miedos. Aprende a superar tu miedo, vergüenza, ansiedad, frustración o culpa, pues son sentimientos negativos que nos producen una gran inseguridad, dominando y definiendo nuestra vida de forma negativa gran parte del tiempo.
  7. Dedica tiempo a tu autocuidado. Haz ejercicio, mindfulness, comida saludable, meditación, duerme 8 horas, habitúate a un estilo de vida equilibrado, practica aquello que te guste… obtendrás numerosos beneficios, incluyendo la reducción del estrés y la ansiedad.

¿De qué otras maneras puedes mejorar tu actitud?

Te invito a reflexionar un poco más...

Marco Aurelio, en su obra “Pensamientos”, dijo que «si te sientes dolido por las cosas externas, no son éstas las que te molestan, sino tu propio juicio acerca de ellas. Y está en tu poder el cambiar este juicio ahora mismo».

Goleman nos recuerda que: “Es la combinación entre talento razonable y la capacidad de perseverar ante el fracaso lo que conduce al éxito”.

Para acabar este artículo me gustaría invitarte a reflexionar esto que dijo Gandhi:

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para cuidar tu actitud?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

¿Te has bloqueado por sentirte enfadado, triste, frustrado hasta el punto de no poder continuar con la tarea? ¿O al menos hasta que no se te ha pasado un poco la intensidad de la emoción? ¿Te has dejado llevar por tus emociones en la toma de decisiones importantes? ¿Y en tu día a día?

La importancia de aprender a gestionar las emociones

A veces nos vemos envueltos en emociones con una elevada intensidad que nos llega a limitar. Nos cuesta prestar atención fuera de nosotros porque estamos con el foco en nuestra propia emoción. Esto es más fácil verlo en las personas que tenemos delante que en nosotros mismos. Solemos decir que una persona “se mira el ombligo” cuando está absorta en sus propios sentimientos y es incapaz de mirar fuera de sí misma, empatizar o estar pendiente de los demás. Si has vivido o vives alguna de estas situaciones te sugiero no juzgar, porque seguramente en algún momento te ha pasado a ti.

El otro día un cliente me comentó que se le había acabado la excedencia y tenía que reincorporarse al trabajo. Sin embargo, las emociones que le venían cuando pensaba en ello, a pesar del tiempo pasado fuera de la empresa, eran las mismas que cuando se fue y eso le generaba rechazo y ansiedad en la toma de decisiones. No quería volver.

Mi respuesta fue que, a pesar del tiempo, su pensamiento sobre la situación que vivía en la empresa era el mismo.

Cuando me cuento la misma historia que en su día me hacía sentir mal, enfadado, frustrado, triste… es muy difícil que cambien mis emociones al respecto hoy. Necesitamos gestionar las emociones para que haya realmente un cambio, para vivir las situaciones de una mejor manera. No es algo automático. El tiempo no cura todo, solo nos hace que tomemos perspectiva y que quizá, algo que nos ha pasado quede en una anécdota de nuestra vida, porque habrán pasado mil cosas más que nos habrán provocado otras mil emociones diferentes.

El ciclo de las emociones

¿Qué podemos hacer para obtener un mayor bienestar emocional? Dice el ciclo de las emociones:

Situación – Pensamiento – Emoción – Acción – Resultado

Ante una situación o un hecho, debido a nuestra historia, experiencia, valores, personalidad… vamos a tener unos pensamientos, en función de esos pensamientos nos aflorará una emoción, en función de esa emoción actuaremos y así obtendremos un resultado u otro.

Por eso decimos que no es lo que ocurre, es como tú te lo tomas. Bien es cierto que la mayor parte de las veces este proceso es automático, inconsciente, con lo que no te culpes.

La cuestión es que probablemente el hecho no lo podamos cambiar. Como mucho podremos anticiparlo o preverlo.

Por otro lado, el resultado es lo que ocurrirá a futuro como consecuencia de todo lo anterior, así que está, en general, fuera de nuestro alcance (hablando a nivel emocional).
Entonces, solo podemos abordar la gestión de nuestro bienestar trabajando en las otras 3 áreas:

Pensamiento

Cambia tus pensamientos con técnicas de psicoterapia de la razón. Por ejemplo, siguiendo los 7 pasos que seguimos en 2miradas. Esto también te es útil para el análisis de las creencias limitantes, que son aquellas que más que ayudarte a sentirte mejor te mantienen anclado. Revisa tus creencias cuando te sientas bloqueado y el discurso que te cuentas para detectar qué pensamientos tienes que no te están ayudando en este momento respecto a ese tema que te preocupa o te mantiene en alerta.

Emoción

En el caso de las emociones, el trabajo está en regular su intensidad. Es decir, que si vas conociendo lo que sientes (recuerda que identificarlo es el primer paso para poder gestionarlo) podrás ya ir bajando la intensidad. Solo nombrarlo ya ayuda. Y hacerte consciente de que estás sintiéndote de una determinada forma ante una situación te da un poco de margen antes de que se dé la acción permitiéndote quizá elegir.

Hay numerosas vías para gestionar las emociones que te hemos ido compartiendo. Algunas relacionadas con el cuerpo, la voz, o con cómo promover tu bienestar tomando distancia o perspectiva… Lo importante es dar mejores respuestas ante lo que te suceda en lugar de reaccionar explosivamente.

Acción

Aquí de lo que se trata es de trabajar sobre tu comportamiento. Por ejemplo, me pongo a gritar cuando me enfado. Pues en lugar de eso voy a salir de la habitación hasta que me baje la intensidad de la emoción y sea capaz de escuchar y hablar en un tono de voz razonable y así no herir con las palabras que puedo soltar en caliente o empeorar la situación. También puede servirte realizar acciones apropiadas según la emoción. Es decir, en el caso de la tristeza no tenemos mucha fuerza en el cuerpo, apenas tenemos energía. Entonces, permitirte estar triste, no exigirme con esfuerzos que puedo aplazar para cuando me sienta más fuerte es una gran ayuda. Por el contrario, cuando tenemos miedo las acciones de confirmación, contrastar información, documentarse, buscar certezas, nos van a ser muy útiles.

Reconcíliate con tus emociones

Puedes sacar el lado positivo a cada una de las emociones, pues cuando surgen es por algo. Agradecer lo que te vienen a decir siempre te reconciliará con ellas, en lugar de pelearte por sentirse de una determinada manera. Y si tienes que tomar decisiones importantes y estás algo revuelto emocionalmente, piensa en qué emoción sentirás si tomas una decisión concreta. Si tienes varias opciones hazlo con todas ellas. ¿Con cuál te sientes mejor? ¿Cuál te genera un mayor bienestar?

También puedes tener en cuenta lo que te dice tu intuición. Esto es algo sutil y muchas veces se refleja en emociones. Mantente atento y busca el equilibrio entre la razón y la intuición.

No dejes que las emociones tomen las decisiones por ti, hazlo tú teniéndolas en cuenta.

Ahora que sabes esto, ¿cómo vas a gestionar tus emociones? ¿Qué vas a hacer para sentirte con más serenidad y satisfacción? Recuerda que incluso si eres líder, puedes expresar tus emociones (de una manera adecuada, claro). Está demostrado que expresar tus emociones mejora el liderazgo.

Seguimos aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills 

Querido compañero,

¿Qué proyectos quieres abordar este año? ¿Qué acciones quieres llevar a cabo?

Cada comienzo de año hacemos una reflexión de lo que somos y tenemos, y nos planteamos ser más “felices” si logramos nuevos propósitos como: estar más en forma, adelgazar, buscar un nuevo trabajo, llevar una vida más saludable, ampliar el círculo de amistades, encontrar pareja, mejorar algo personal, promocionarte laboralmente… y al cabo de unas semanas nuestra intención de llevarlos a cabo desaparece y, como consecuencia, ese deseo se esfuma. Esto nos frustra.

¿Por qué abandonamos nuestros objetivos?

¿Qué ocurre para que cesemos en nuestro intento? ¿Qué podemos hacer para mantenernos y lograr lo que es importante para nosotros, lo que queremos conseguir?

Normalmente hay 2 razones para abandonar nuestros objetivos:

  • Una razón es no desear realmente hacerlo, que te parezca aburrido o aversivo.
  • La otra razón es el continuarlo en el tiempo, es decir, no puedes dedicarle tanto tiempo como te gustaría, no eres capaz de organizarte, o te sientes abrumado por lo que te has propuesto lograr.

Claves para lograr lo que te propongas

Quisiera compartirte algunas claves que te llevarán a lograr lo que te propongas:

  1. Haz una lista de todo lo que te gustaría alcanzar. Seguramente escribas una larga lista. Ahora lee esta lista y mientras lo haces respira profundamente. Elige como máximo 3 de las cosas que quieres obtener, teniendo en cuenta las que son más importantes para ti y las que sientes que puedes conseguir, así como las más beneficiosas, si las logras, para ti y para tu entorno. Te recuerdo que “si quieres comerte un elefante has de hacerlo por partes”.
  2. Ahora escribe el objetivo que quieres lograr con cada uno de tus deseos. Te recuerdo que una técnica que puedes usar para saber si tu objetivo está bien definido es SMART-E. Te invito a revisar, si no la conoces, el artículo que habla de esto ¿te animas a definir tus objetivos?
  3. Haz un listado de todos los beneficios que obtendrás si logras cada uno de los objetivos elegidos. Encuentra el significado que hay detrás de cada objetivo, con él es mucho más fácil persistir cuando las cosas se complican o cuando hay algún bache en el camino. Si te conectas con la razón y el propósito por el que quieres lograrlo serás capaz de encontrar la motivación para afrontarlo.
  4. Haz un brainstorming de todas las acciones que puedes llevar a cabo para alcanzar cada uno de tus objetivos. De todas esas ideas, elige como máximo 3 acciones concretas que quieras realizar. Cuando ya las tengas elegidas, evalúa del 1 al 10 cuál es tu motivación para llevarlas a cabo, sabiendo el beneficio que te va a repercutir. Te recuerdo que si tu motivación no es al menos un 8, cesarás en el intento, así que plantéate lo que puedes hacer para que suba tu motivación.
    • Te pongo un ejemplo, quieres ponerte en forma, pero te da mucha pereza ir al gimnasio 3 veces por semana ¿de qué otras maneras puedes lograr estar en forma? Andar, correr por un parque cercano a tu casa… ¿Qué podrías hacer para que la actividad que vayas a realizar te resulte más motivadora? Quizás, ¿hacerlo en compañía de un amigo o de tu pareja? Busca alicientes para que tu ánimo no decaiga y lo consigas. La motivación, cuando está presente, da como resultado emoción, energía positiva, confianza y enfoque.
  5. Escribe tus acciones en tu agenda y los recursos que necesitarás para realizarlas. ¿Cuándo vas a empezar? ¿A qué hora y día vas a realizarlas? ¿Qué necesitas para realizar la tarea que te has propuesto? Las buenas intenciones son maravillosas, pero cuando no tienes el hábito de hacer algo, no te va a salir de forma natural y automática. Si no está agendado es mucho más fácil que no ocurra. Reserva huecos durante la semana y sé realista en el tiempo que vas a dedicar. Póntelo lo más fácil que puedas, elige los mejores momentos para acometer tus acciones y que no te falte lo necesario para ponerte manos a la obra.
  6. Comunica a tus seres queridos tus propósitos. Busca aliados para que favorezcan el logro de lo que quieres conseguir. Está demostrado que el apoyo emocional de quienes nos quieren mejora nuestra motivación.
  7. Si fallas sigue adelante. Te invito a que, si en algún momento, no haces lo que te has propuesto, te perdones y sigas confiando en ti y valores lo que sí ya has hecho en pro de tu objetivo. Sigue visualizando tu objetivo, céntrate en el proceso y no en el resultado final.
    • Intenta disfrutar del camino ¡Anímate! ¡Tú puedes conseguirlo! Y si decides no seguir adelante porque te das cuenta que ha cambiado tu situación o ya no te interesa tu objetivo, acéptalo y no te culpes por abandonar o haberlo intentado. Recuerda que rectificar es de sabios.
  8. Celebra lo que vayas logrando y aprende cuando fallas. Recompénsate y celebra tus pasos, son innumerables los efectos positivos que se pueden lograr cuando uno es agradecido.

Para acabar este artículo me gustaría compartirte que es genial que quieras mejorar y conseguir nuevos propósitos o sueños, aunque quisiera recordarte que también es tanto o más motivador el parar, reconocerte y disfrutar de todo lo que has conseguido hasta el momento.

Te deseo de corazón que logres todo lo que te propongas y que este año Nuevo cubra todas tus ilusiones. Recuerda: ¡Tú puedes ser líder de tu vida!

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para lograr lo que te has propuesto este año nuevo?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Llega la Navidad, días de encuentros o de soledad. Días de familia y de amigos, de alegrías y melancolía. Los que van y los que no pueden unirse. Los que no quieren saber nada de reuniones y prefieren tomar cierta distancia. Son días de regalos, de lotería, de compras, de dar y recibir… El ritmo se acelera en las fiestas de Navidad.

Y precisamente porque vamos muy acelerados, se nos pasa a veces por alto lo más importante: que el mejor regalo de Navidad eres tú.

Sin ti, la Navidad no sería posible.

Cuida de ti

Por eso, si viajas, recuerda que queremos volver a verte. Así que ten cuidadito y, sobre todo, cuida de ti, de tu bienestar porque cuanto mejor estés física y emocionalmente, mental y energéticamente, mejor podrás relacionarte con los demás, con los que te caen bien y con los que no tanto. Podrás decidir con más tranquilidad irte si ha llegado el momento, o quedarte un poco más y resolver un tema pendiente. No te tomarás como algo personal nada de lo que ocurra y será más difícil que te muestres reactivo.

No te desgastes económicamente

Las cosas materiales nos pueden hacer muy felices, desde luego, sin embargo, cada uno tiene unas posibilidades y no se trata de competir por quien hace el mejor regalo, ni hay ninguna ley escrita sobre que se debe equiparar lo que regalas tú con lo que te regalan a ti. La equidad es importante siempre que puedas. Los regalos hechos con el corazón acaban siendo más significativos que los que haces por mero trámite, por muy costosos que sean.

Contágiate de la magia

Mira alrededor y déjate contagiar de la magia que tiene esta época del año, porque esa magia, saca sonrisas. Aunque no te guste la Navidad, mantente atento a la sonrisa de un niño cuando ve las luces de la ciudad, o si vas a buscar a alguien al aeropuerto o al tren, observa cómo se reciben unas personas a otras. Fíjate en la dedicación que ponen los cocineros de los restaurantes o de cada casa por agasajar a los comensales. Admira el trabajo de los comerciantes que están poniendo su mejor voluntad mientras atienden en el frío mercadillo o lidiando con las exigencias de cada comprador. 

Agradece a la vida porque aquí estás un año más.

Cuida tu salud para que puedas disfrutar de muchas más navidades como tú las quieras vivir. Y si estás malito, déjate mimar. No es tiempo de ser mal enfermo pues tus cuidadores ponen todo su afán en llegar a todo lo que necesitas. También descubre lo que sí puedes hacer, seguro que hay algo dentro de tus limitaciones que te haga sentir bien. ¡Regálatelo!

Y es que, no sé si te has dado cuenta de lo importante que eres.

Cada vez que dedicas el tiempo a quienes más quieres, que acompañas a quien lo necesita, que pones todo tu esfuerzo cada día en que el trabajo salga adelante, que gracias a tu compromiso pueden contar contigo, que sorprendes cuando llegas de forma inesperada, que piensas en alguien y le mandas un mensaje solo porque te has acordado de él/ella y se lo haces saber, que pones tu energía en que los demás también tengan un bonito año nuevo, que cuidas a quienes no tienen la autonomía necesaria, que pones todo tu cariño en quien tienes alrededor, que escuchas, compartes, inspiras, guías, que iluminas los ojos de los demás, tú eres el mejor regalo.

Déjanos disfrutar de ti.

Feliz Navidad y felices fiestas.

Raquel Bonsfills

Querido compañero,

¿Sientes que la vida te pesa y no puedes con ella? ¿Qué haces para sentirte más feliz? Hoy quiero hablarte de cómo salir adelante cuando nada o muy poco nos hace sentir felices.¿Qué es para ti la infelicidad?

La infelicidad es la emoción de no poder ser feliz, porque algo o alguien falta, algo no complementa la vida o algo impide alcanzar una justa o deseada felicidad. Pienso que la infelicidad sucede cuando consideramos que nuestra vida no está completa debido a la falta de una persona, una cosa o que nuestra vida no está transcurriendo como nos gustaría.

Todos hemos tenido momentos en que nada nos hace felices. ¿Te ha ocurrido alguna vez que sientes que hagas lo que hagas no te satisface, que la vida ha perdido su sabor, que la música no te provoca cosquilleo o que la sonrisa de los demás no te contagia o que tu trabajo que te apasiona ha perdido su emoción?

Factores que provocan infelicidad

He analizado de donde puede provenir esa “infelicidad” y he encontrado muchos factores que pueden provocarla, como pueden ser: la pérdida de un ser querido o de un amor, no encontrar trabajo, mirar en tu vida y sentir un vacío por todo lo que no has hecho o no has logrado, sentir fatiga nerviosa (estar sobrepasado por las obligaciones y responsabilidades), sentir envidia de lo que tienen los demás y tú no, tener miedo a la opinión pública, creer que tu vida no tiene sentido, definir objetivos o crear expectativas irrealistas, tener poca coherencia entre tus valores, pensamientos, sentimientos y acciones, vivir con adicciones, ser poco social o tener una vida poco activa, no expresar los sentimientos por miedo a ser vulnerable ante el otro, la rutina sin ninguna dosis de sorpresa e improvisación, vivir en el pasado, dar más importancia a la apariencia que al ser, no perdonar, culpar a los demás de lo que te pasa… y por supuesto, tener trastornos psicológicos no diagnosticados y no tratados.

Si sientes que nada te hace feliz, si te das cuenta de que llevas más de tres meses con el ánimo bajo, con problemas de insomnio, inapetencia y con esa apatía con la cual todo ha perdido interés para ti, es recomendable que lo hables con tu médico. Puede que estés sufriendo una depresión, y un profesional es quien te puede ofrecer el diagnóstico y los pasos a seguir de acuerdo a tus necesidades.

8 hábitos de infelicidad y consejos para contrarrestarlos

Si has descartado o confirmado que no es un problema psicológico profundo, te sugiero que te dediques unos minutos a pensar de dónde proviene esa infelicidad y, además, para detectarla te voy a facilitar algunos síntomas o hábitos que puedes estar viviendo y qué hacer para sentirte mejor:

  1. Te quejas constantemente o hablas habitualmente de cotilleos. Ya en otro de mis artículos te hablé de los perjuicios que vivimos cuando estamos en queja constante, El hábito de la queja: una expresión de la insatisfacción vital y otro post en el que hablo de Cómo dejar de quejarse para ser más feliz.
  2. Te sientes víctima de tu vida, en lugar de ser el protagonista y asumir la responsabilidad sobre las situaciones que te suceden, intentando cambiarlas y mejorarlas. Es cierto que tenemos derecho a sentirnos apagados de vez en cuando, aunque es importante saber cuándo estás dejando que afecte a tu forma de ver la vida.
  3. Pasas el tiempo esperando que ocurra algo. “Seré feliz cuando…” En este caso, es importante centrarse en ser feliz en el presente porque no hay garantías de un futuro. Te dejo nuestro artículo sobre la base para ser feliz, que en buena parte depende de ti: Quiero ser feliz.
  4. Vives en una noria emocional. No te sientes bien y sientes rabia, luego tristeza, otros momentos que solo quieres dormir y luego necesitas hablar con alguien… Aquí sería conveniente que te centraras no en lo que sientes, sino en lo que necesitas, por ejemplo, en verte mejor, sentirte útil, encontrar nuevas ilusiones, irte de vacaciones…
  5. Te dejas llevar por tus emociones y tus relaciones suelen ser intensas emocionalmente e insatisfactorias. Te invito a que practiques 7 Pasos para poder gestionarte emocionalmente y que te pares a valorar la importancia y lo que te aporta la relación para que no llegues a perder a alguien que realmente puede favorecer a que tu vida sea más feliz y dichosa.
  6. Te autosaboteas (no acabas lo que empiezas, pospones todo hasta el último momento, no cumples tus promesas, pones excusas o disculpas externas para no conseguir tus objetivos, no vives el Amor porque te sientes no merecedor de ello…) Te sugiero parar y saber lo que quieres, revisar tus creencias limitadoras y afrontar tus retos superando el miedo y saliendo de tu zona de confort.
  7. Te comparas a menudo y sientes envidia. Una persona infeliz piensa que la buena suerte de los demás les está robando la suya, que no hay suficientes cosas buenas. Los felices creemos que poseemos un plan de acción particular y creemos en posibilidades ilimitadas y no nos desanimamos pensando que la buena suerte de alguien limita los resultados en nuestra vida. ¿Cuál es tu plan de acción de lo que quieres lograr?
  8. Sales poco o nada de casa. Si se extiende demasiado puede llevar a volverse sumamente negativo porque al aislarse demasiado la persona va perdiendo poco a poco seguridad en sí misma, la depresión y la tristeza aumentan, se pierde la relación con las demás personas o se pierde la oportunidad de conocer más gente, se puede llegar a perder la autonomía personal, etc. Si llevas tiempo sin salir de casa, te sugiero obligarte a salir, aunque al principio te cueste, si lo haces, terminarás sintiéndote mejor. Puedes comenzar por acudir a lugares más tranquilos, donde sigas yendo “solo” pero puedas cambiar de aires, ver gente alrededor. Y después, empieza por quedar con personas que no te generen exigencia, que puedas ser tú mismo/a. Y así poco a poco.

Cuando eres infeliz, ¿qué otros síntomas o hábitos tienes?

Podrás ser feliz en el momento en el que dejes que tu felicidad dependa de ti, de causas internas a ti, y no de aspectos externos que no puedes controlar.

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para ser más feliz?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Querido compañero,

¿Crees que la vida es fácil o difícil? ¿Piensas que la vida es bella o no?

Vivir es una suerte como pocas, pero también está llena de momentos difíciles. Aunque se te puedan poner las circunstancias a favor en determinados momentos y puedas decir que la vida te está resultando fácil.

Sin embargo, la vida nos lleva a momentos arduos: recibir malas noticias o sufrir penas. Nadie será ajeno a la enfermedad o a la muerte, al desprecio, al desamor, al abandono…

¿Por qué nos resulta difícil la Vida?

Si logramos identificar las razones por las cuales asumimos que la vida es tan difícil, vamos a lograr comprender que en realidad la evaluamos respecto a momentos.

El problema está en que, sobre todo, nos concentramos en situaciones que nos representan problemas. Llegando a sentir: miedo, estrés, ira, ansiedad, preocupación, impotencia…

Estas emociones mal gestionadas y continuadas en el tiempo, nos llevan a que los problemas se multipliquen, ya que el estrés y la ansiedad acarrean problemas de salud, el miedo llega a paralizar la voluntad, la ira afecta nuestro bienestar y relaciones, y la preocupación hace que nos imaginemos escenarios más desfavorables de los que desafiamos.

Cuestión de enfoque

Los momentos difíciles van a aparecer y esto es una realidad, lo que hagamos con ellos nos llevarán a agrandar el óbice o a ponérnoslo más fácil y muchos de estos momentos se van a repetir hasta que aprendamos la lección, ya que todo tiene una razón de ser y las dificultades están para superarse. Muchas veces, no vemos las correlaciones existentes entre nuestros actos del pasado y nuestras experiencias actuales y volvemos a caer, si no hay reflexión y, como indico, aprendizaje.

Además, la función de nuestra mente es crucial en cómo afrontar las dificultades de nuestra vida y en cómo percibimos los acontecimientos que nos suceden.

Claves para sobrellevar los momentos difíciles

¿Qué podemos hacer para sobrellevar los momentos difíciles? Te voy a compartir algunos ítems que a mí me han servido para hacerlos frente:

  • La primera reflexión que te quiero compartir es lo necesario de querer afrontar estos momentos. El querer ayudarnos a nosotros mismos es fundamental porque nadie nos puede ayudar a cambiar un estado mental si nosotros no queremos.
  • Reconoce tus emociones y sentimientos. Céntrate en lo que sientes. No des más vueltas al hecho que te hace sentir así, al evento o daño en sí. Eso ya pasó, no puedes retroceder en el tiempo.
  • Desahógate y habla de ello con tus seres queridos. Esto te permitirá comprender mejor tus propios miedos y obtener consejos de personas que pueden ayudarte a superar estos tiempos difíciles de manera más objetiva.
  • Priorízate. Cultiva un estado interno que te ayude a salir de las dificultades. Cuida tu salud física y mental. Come de manera equilibrada y haz ejercicio al menos veinte minutos, practica: meditación, mindfulness, yoga, taichi…
  • Gestiona tus emociones más desagradables y entrena tu mente. Ante emociones magnificadas amargas, la mente se ve obligada a percibir más dificultades y escenarios negativos de los que en realidad existen.
  • Observa la situación desde otras perspectivas, lo que puede ayudarte a encontrar pensamientos útiles para desafiar estos instantes difíciles o al menos a restar tanta importancia.
  • Intenta mantenerte en el presente. Estar en el presente te permitirá centrarte en lo que realmente puedes gestionar, que son tus emociones y pensamientos en el ahora.
  • Cuando los consejos no te valen o no encuentras consuelo, es fundamental practicar la observación y el ver más allá del problema, así como practicar el autodominio y la fortaleza interna. Por ejemplo, has dejado a alguien que quieres o te han dejado y sientes un gran dolor o un vacío, pero sabes que es la mejor decisión que has tomado. Practica el autodominio: no le llames, no te recrees con fotos, mensajes o canciones que te recuerden tu tormento…
  • Presta atención a lo que estas sembrando hoy y cuando llegue un momento que te haga percibir que la vida es difícil, piensa si no es una cosecha de lo que sembraste en el pasado. No asumas el papel de víctima, no te digas frases como: “siempre me pasa mí”, “con lo que yo soy y todo lo que hago, ¿por qué me pasa esto a mí?”.
  • Si crees que hay algo más que puedes hacer para cambiar, reconducir o aclarar esa situación que te está superando, plantéate desde la calma el cómo hacerlo y llévalo a cabo, porque has de quedarte con paz interior de que has hecho lo que estaba en tu mano, sin reproches, y no con el “podría haber hecho” o “tendría que haber dicho” y empezar el juego del arrepentimiento.
  • Piensa en ti dentro de 10 años y la relevancia que tendrá eso que ahora te cuesta digerir. ¿Será una anécdota? En ese caso, deja correr, relativiza, porque a veces eso tan importante hoy, frente a otras cosas o en otro momento, no lo es tanto. ¿Te ha pasado que te has reído de tu reacción o de lo nervioso/a que estabas o preocupado/a por algo cuando lo has recordado años después? ¿Por qué no puede ocurrir lo mismo con esto?

¿De qué otras formas afrontas los momentos difíciles de la Vida?

Existen muchas formas de intentar afrontar los momentos difíciles en la vida, pero ninguna será la misma según cómo estés tú en ese momento. Estas situaciones nos ayudan a aprender y mejorar nosotros mismos, pero a veces pueden superarnos y será necesaria la ayuda de un profesional.

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué quieres hacer para sobrellevar mejor los momentos difíciles? ¿Cuándo vas a empezar a realizarlo?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Hoy en día, un cliente o un paciente busca y compara, se informa, revisa los comentarios y las valoraciones que puedan tener las distintas empresas de tu sector. Entonces, ¿cómo puedes atraerle a la tuya? Te ofrecemos el canvas 2miradas, una herramienta que te permitirá un análisis de tu situación empresarial para una toma de decisiones estratégica y coherente.

Analiza tu punto de partida

Hazte estas preguntas:

  • ¿En qué te diferencias de las empresas de tu sector o tu zona?
  • ¿Por qué y para qué un cliente o paciente debería acudir solo a ti?
  • ¿Qué es lo mejor que ofreces a tus clientes o pacientes?
  • ¿En qué eres único o el primero?
  • ¿Sabes en qué tienes que poner el foco para actualizar tu negocio y adaptarte a las circunstancias de hoy?

Lo primero hemos de reconocer cuál es nuestro punto de partida en este escenario tan distópico y disruptor que estamos viviendo, tras las nuevas circunstancias y la rapidísima digitalización en la que nos hemos visto inmersos. Es posible que tengas la mirada más centrada en lo que ocurre fuera, en el entorno, y que no sepas cómo actuar para adaptarte a él. O puede que pongas el foco en lo que haces, en los procesos de tu empresa, sin tener en cuenta del todo lo que se necesita fuera. Por eso, en 2miradas creemos que es indispensable abrir el foco, ampliar el campo de visión, de forma que adquiramos una visión 360º de la realidad actual para tomar mejores decisiones

Para ello, hemos desarrollado una herramienta sencilla y muy valiosa: el canvas 2miradas, porque queremos ayudar a desarrollar la que tengáis menos trabajada: la interna o la externa.

  • La mirada externa: orientada al futuro, a donde quieres estar, a tus objetivos.
  • La mirada interna: centrada en el presente, que nos da las claves de dónde estamos, con qué contamos, qué falta, y en la que ponemos en valor la experiencia, los recursos y habilidades desarrolladas para llegar hasta aquí.

Integramos estas 2miradas para tener una visión completa que te permita llevar tu negocio hacia esta nueva realidad de forma más exitosa.

¿En qué consiste el canvas 2miradas?

Nuestro canvas 2miradas está basado en el business model canvas, pero actualizado a las necesidades de hoy, a la era postcovid y al que hemos incorporado aspectos muy valiosos como:

  • LAS PERSONAS, que son las que hacen que el trabajo salga adelante, que son las que pueden hacer sentir al cliente y paciente la mejor de las experiencias contigo, son quienes tienen las ideas, las que reflexionan y analizan y las que están en mejora continua, incluyéndote a ti.
  • También tiene en cuenta la importancia de saber a dónde te diriges, EL PROPÓSITO que te empuja a estar ahí, en primera línea, para tomar las mejores decisiones y motivarte para seguir atrayendo clientes, mejorando las ventas y beneficiando aún más al negocio y a la sociedad.
  • Y te permite reconocer TU IDENTIDAD, la base del por qué haces las cosas así y no de otra forma, lo que se respira en tu empresa, lo que se percibe de ti, lo que te diferencia, y eso atraerá a un público determinado que te escogerá a ti porque eres quien mejor sabe captar lo que necesita, porque sabes entender y anticiparte a sus necesidades, porque sabes cómo relacionarte con esos clientes y pacientes a los que haces realmente felices.

Beneficios del canvas 2miradas

Utilizar esta herramienta te será de mucha utilidad tanto en la parte de análisis como para después en la toma de decisiones, sumando la mirada externa y la mirada interna. Y ofrece múltiples beneficios:

  • Analizar lo que ocurre en el entorno, lo que es tendencia en el sector, lo que está pasando y de todo eso, averiguar cómo te afecta a ti.
  • Conocer mejor a los clientes de hoy. ¿Quiénes son tus clientes? ¿Cómo son? ¿Cuáles son más valiosos para ti?
  • Te da una visión de futuro a la que querer enfocarte. ¿A dónde quieres llegar?
  • Te hace consciente de la imagen que percibe tu cliente. ¿Es la que quieres que tenga de ti?
  • Te hace consciente de los apoyos y posibles recursos que favorecen tu crecimiento. ¿Quién te puede ayudar?
  • Te permite conocer las bases de tu forma de trabajar particular. ¿Cuáles son tus valores? ¿Qué es importante para ti que se haga y qué no?
  • Te hace reconocer todo lo que tienes y ofreces en tu empresa. ¿Qué valoran más tus clientes y pacientes?
  • Te lleva a reconocer aún más el valor del equipo. ¿Cómo influye en lo que percibe el cliente?
  • Te muestra el análisis económico-financiero de tu empresa. ¿Qué te genera mayores beneficios? ¿En qué puedes dejar de invertir?
  • Te ayuda a identificar tu propuesta única de venta. ¿Por qué tú?

¿Por qué profundizar en estas dos miradas con la herramienta canvas 2miradas?

Profundizar en la mirada externa, nos permite mirar de lejos, de nosotros hacia fuera de nuestro negocio. Hacia nuestros objetivos y a lo que hay alrededor, a lo que está ocurriendo. Tomamos perspectiva y detectamos las posibles amenazas y las oportunidades que la situación actual nos está demandando.

Profundizar en la mirada interna nos dirige a lo que tenemos, a nuestra forma particular de hacer las cosas, al equipo, a los procedimientos…miramos hacia el interior de nuestro negocio. ¿Es lo que tu cliente espera y le hace volver? Nos permite detectar las debilidades y las fortalezas en las que podemos apoyarnos para adaptarnos a la situación actual.

Integramos estas 2miradas para tomar decisiones con coherencia. Descubriendo las oportunidades que hay ahí fuera, detectando las amenazas que te pueden perjudicar, reconociendo las debilidades que has de mejorar para no quedarte atrás y las fortalezas en las que has de apoyarte, que seguro, son muchas.

Como ves, nuestro lienzo permite un análisis simple, concreto y visual de la situación para una toma de decisiones estratégica y coherente. Ofrece todos los elementos clave y a tener en cuenta, en un solo vistazo, lo que facilita la gestión del negocio.

Además, es una herramienta dinámica, que permite actualizaciones y revisiones, modificaciones según lo que vayas analizando o descubriendo. De hecho, su uso continuado permite reconocer las novedades del entorno, así como los avances, aprendizajes y el crecimiento desarrollado a lo largo del tiempo. Os recomendamos revisarlo y analizarlo anualmente o cada vez que suceda algo que os desequilibre, como lo que estamos viviendo en los últimos años.

También, tiene la ventaja de que puede realizarse en equipo, de forma colaborativa, con lo que se alinean las visiones y posiciones de todos los colaboradores, lo que lleva a implicarse mucho más en los objetivos a conseguir. Genera un compromiso más elevado y un trabajo en común sobre las acciones que se definan en conjunto.

Así es más sencillo desarrollar acciones para superar obstáculos, cubrir necesidades, potenciar talento, generar sinergias, elegir las mejores formas de poder llegar al cliente de hoy, atraer nuevos clientes y pacientes, y con todo ello, en consecuencia, obtener mejores resultados.

Recuerda, como decía Albert Einstein: “Locura es esperar resultados distintos haciendo lo mismo”.

Desde 2miradas, te acompañamos en el análisis y uso de esta herramienta: el canvas 2miradas, para facilitarte por dónde comenzar o seguir en la actualización de tu negocio. Estamos a tu lado.

¡Contacta con nosotras!

Raquel Bonsfills

Se pone mi hijo enfermo y llamo a mi jefe para decirle que llegaré más tarde o que no puedo ir. Mi madre tiene una caída y se rompe la cadera, tengo que salir corriendo al hospital y cogerme unos días para estar con ella en el hospital y en casa hasta que pueda organizar todo para dejarla atendida, si no tengo la opción de teletrabajar. Mi vecino de arriba me hace una gotera, y he de quedarme a solucionarlo antes de poder acudir al trabajo. Hay un accidente de tráfico que para una carretera principal durante horas que me retrasa o me hace darme la vuelta a mi casa. ¿Te ha pasado esto o algo similar alguna vez?

Además, estas necesidades van a ir en aumento, sobre todo lo relacionado con que nuestra sociedad se va envejeciendo y que los de mediana edad han de cuidar de sus mayores, llevarlos a los médicos y atenderles porque no todo el mundo puede contratar a personas que les ayuden y acompañen a sus mayores en el día a día.

Hace años los sueldos permitían llegar a una mediana edad con un mayor bienestar económico. Hoy una persona que trabaja por ejemplo en hostelería puede pasarse toda la vida trabajando y ganando en torno a los 1200€ hasta que se jubile, aunque se le vaya subiendo un poco por el plus de antigüedad.

A veces es complicado si somos los responsables de abrir una tienda que tiene un horario y solo estamos nosotros en ella ese día o esa mañana. Si me retraso, la tienda no se abre. O si eres autónomo y te pones malo, lo que no hagas es dinero que pierdes, de ahí que se diga que los autónomos somos los trabajadores con menos absentismo laboral y con una salud de hierro. Y no es que la tengamos, es que apenas nos lo permitimos.

Necesitamos flexibilidad en el trabajo, lo que hoy es una de las condiciones más solicitadas por los trabajadores.

¿Qué entendemos por flexibilidad en 2miradas?

Entendemos en 2miradas que la flexibilidad te ayuda a conciliar y significa tener la responsabilidad para poder organizarte individualmente y seguir rindiendo de igual manera o más, sin tener que realizar un horario rígido en la empresa.

  • La flexibilidad no está solo en tener una franja horaria de entrada y salida de la empresa, no es solo el hecho de tener horario flexible, porque la mayoría de los trabajadores comprometidos hacen más horas de las que están estipuladas en sus contratos y más aún desde la llegada del teletrabajo.
  • La flexibilidad es también el poder decir “hoy trabajo desde casa” o desde Berlín. Sí, para eso cada persona ha de tener cierto grado de autonomía, tener claros sus objetivos, saber lo que tiene que hacer, tener los medios para hacerlo y sentido común para saber cuándo es más necesario estar y cuándo no tanto o cuándo es posible hacerlo simplemente de forma virtual.
  • La flexibilidad es tener la posibilidad de decir “me tengo que ir” o “hoy no puedo ir” y que no pase nada. Hay empresas que dan unos días para uso personal, los llamados días de asuntos propios, que no es necesario justificar, aunque en general no son retribuidos. Para asegurarte si los tienes habrás de revisar tu convenio colectivo o tu contrato laboral.
  • La flexibilidad también se puede relacionar con permitir que cada uno elija los beneficios que más le convengan, y no siempre el “igual para todos” como norma.
  • La flexibilidad se nota cuando el líder sabe adaptarse a cada situación y a cada trabajador. Cuando entiende que hay veces que hay que motivar e impulsar, y a veces hay que defender o parar a reflexionar.
  • La flexibilidad se ejerce con reglas del juego básicas y dejando jugar a cada uno a la manera que prefiera. Hay que saber qué está permitido y qué no. Dónde están los límites y saber las consecuencias de cruzarlos. El resto, será facilitar y escuchar para permitir que cada uno ponga en juego sus mejores cualidades, motivando a ser mejores.

Cuestión de confianza mutua

Hay una tendencia a pensar que la gente va a abusar o aprovecharse de esta “libertad” para trabajar menos. Sin embargo, son contados los casos en los que las personas se escaquean. Y, por otra parte, si hacemos desde las empresas una buena labor de cuidado de nuestros equipos, será más difícil que quieran abusar de la confianza que se les da, porque estarán a gusto, se les pondrá en valor y se reconocerá su trabajo y esfuerzo diario.

Porque igual que puede tener repercusión que se trabaje de menos, tendrá que haber contraprestación por trabajar de más. En temporadas de alto estrés, también hay que saber recompensarlo. Por mucho que los mejores trabajadores nos saquen adelante mucho trabajo, no es condición para sobrecargarles de manera continua, porque se acabarán quemando o agotando.

Ahora bien, para los trabajadores también es necesario tomar conciencia de las condiciones laborales por las que se les contrató. Saber que hemos de cumplir, hacer una serie de horas, lograr unos objetivos, y que, si hoy no he podido, veré yo mismo cuándo o cómo recuperarlo para sacar el trabajo que tengo encomendado.  Y de la misma forma saber estar y hacer todo lo que esté en mi mano por estar cuando sabes que hay que estar.

Habrán de entender que hacer lo mínimo, escabullirse, etc. no es solo hacer trampas a la empresa con la cual firmaron un acuerdo, un compromiso, sino que también se hacen trampa a sí mismos con su mala actitud que les puede costar el puesto, y entonces sí que no van a hacer nada de verdad y sin contraprestación económica. Como dice el refrán “no muerdas la mano de quien te da de comer”.

Merece más la pena dar lo mejor de ti, crecer con la organización, disfrutar del trabajo que amargarse día tras día en un puesto en el que no queremos estar. El mundo está lleno de posibilidades si nos queremos mover. Las tareas que a uno no le gustan a otro le pueden encantar. Lo único que a veces los que no tenemos flexibilidad somos nosotros, ni para movernos de ciudad, ni para cambiar de empresa, ni para aventurarnos a nuevas oportunidades.

En cualquier caso, tanto desde el lado del trabajador como desde el lado de la empresa, necesitamos poner humanidad y empatía para entender las circunstancias de las personas, de todos los que realizamos un trabajo y que también tenemos otras circunstancias en nuestra vida que a veces, requieren de nosotros como prioridad.

Con todo lo que te he comentado, ¿qué crees que puedes plantearte para tener más flexibilidad o para dar más flexibilidad laboral?

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

Querido compañero,

¿Estableces un equilibrio entre tu vida personal y profesional? ¿Sabes parar por mucho que te guste tu trabajo? ¿O por mucho que sientas que debes hacer?

Tener “equilibrio entre el trabajo y la vida personal” o lo que es lo mismo el work-life balance se refiere a una gestión satisfactoria, significativa y confortable entre la esfera laboral y la esfera personal (familia, amigos, salud, deporte, diversión, etc.) en la vida de un individuo.

El equilibrio como clave

Nuestro trabajo puede llegar a ocupar un lugar tan importante en nuestras vidas que solemos olvidar todo lo demás. Tener una elevada carga de trabajo de la que somos responsables o nuestro deseo de triunfar profesionalmente o el gusto por lo que hacemos puede ser tan grande que incluso llegamos a olvidarnos de nosotros mismos e ignoramos por completo el balance personal y laboral.  

Es necesario para que no haya un gran desequilibrio, que le dediques suficiente tiempo a ambos aspectos porque las consecuencias de un desequilibrio pueden llevarte a sentir estrés, síndrome del desgaste, depresión, adicción al trabajo, insomnio…

Lograr equilibrio en nuestra vida es algo esencial para estar sanos y lograr alcanzar la felicidad. De hecho, la felicidad, más que un estado de máxima intensidad es un estado de equilibrio que se puede encontrar en todas las vertientes de nuestra vida.

Uno de los principales problemas para muchos trabajadores hoy en día es la sensación de estar siempre trabajando. Los avances como la digitalización han agilizado el trabajo y potenciado la eficiencia y también han traído la sensación creciente de insatisfacción que padecen muchos empleados por estar mucho más tiempo conectados. El teletrabajo no ha ayudado a parar, pues tienes a mano tu herramienta de trabajo a todas horas.

¿Qué podemos hacer para encontrar equilibrio entre nuestra vida personal y profesional?

  • Saca tu coraje y lucha por lo que quieres. A veces tendrás que hacer uso de tu coraje para decir “no” a algo que repetidamente te impide mantener tu equilibrio, por ejemplo, reuniones usuales de última hora, o dejar de hacer lo que verdaderamente quieres por terminar complaciendo a terceros.
  • Intenta que tu actitud sea positiva y antes de perder tu equilibrio reflexiona sobre lo que te está pasando.
  • Come bien y cuídate físicamente porque como dice el proverbio latino “Mens sana in corpore sano”. Haz ejercicio de forma regular, el tipo de ejercicio que más te guste; también come sin restricciones, pero con equilibrio y acude al médico a hacerte chequeos generales. Un cuerpo sano desprende energía y está preparado para enfrentar todo tipo de retos.
  • Organiza tu tiempo. Las agendas son necesarias para aprovechar al máximo el tiempo. Conseguir el equilibrio entre todo lo que se desea hacer pasa primero por una buena organización.
  • Acepta lo que hay en este momento en tu vida y agradécelo. Lo que te sucede hoy en tu vida es el resultado, en gran parte, de tus elecciones pasadas. Lo que aceptas te libera y te da paso a nuevas oportunidades.
  • Dedícate tiempo: obsérvate, escúchate, fórmate, lee... Amplia tu mente, vivimos unos tiempos en el que las creencias, ideas y formas de pensar acerca de la vida y de ti mismo probablemente se están quedando obsoletas. Además, es fácil tomar decisiones cuando te conoces y vives conectado a lo que es verdaderamente importante para ti.
  • Identifica y conserva las relaciones sanas. Es necesario para mantener un entorno sano, lejos de malas vibraciones que identifiques y reconozcas a las personas que te ayudan a crecer, y aquellas que no. Aparta de tu vida a las relaciones tóxicas. Te recuerdo las claves para detectar una persona tóxica en tu vida.

¿Y si no logro equilibrar mi vida?

Y, si sientes que no puedes encontrar este equilibrio por ti mismo, busca un coach que te ayude a que cumplas los objetivos que te quieras marcar de la mejor manera posible y recuerda que en 2miradas podemos ayudarte a que lo logres.

Es importante saber que, aunque no siempre podremos tener equilibrio personal y profesional, al final del día somos nosotros los que tenemos la responsabilidad más grande, liderar nuestras propias vidas.

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué quieres hacer para que tengas un equilibrio entre tu vida personal y profesional? ¿Cuándo vas a empezar a realizarlo?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

¿Sabías que el 82% de los clientes se van por la percepción de indiferencia o por la mala atención de quién les atendió? Así nos lo cuentan desde Insight Squared.

¿Y cómo podemos ofrecer una atención que cumpla las expectativas de nuestro cliente si no le conocemos, si no sabemos lo que le gustaría recibir por nuestra parte o lo que pone en valor?

¿Para qué conocer a los clientes?

No es lo mismo tener un cliente millenial que un senior, ni un cliente leal que un indeciso. No trataremos de la misma forma a un cliente digital que a un cliente emocional.

Tenemos muchas clasificaciones de tipologías de clientes. La mayoría de ellas se han obtenido gracias a los estudios de técnicas como el DISC, el Eneagrama, o las diferencias generacionales. Todo el trabajo de autoconocimiento del ser humano ha llevado a poder extraer características concretas y generales de personalidades, o formas de comportarse particulares de unos tipos u otros.

Ahora bien, ¿para qué queremos conocer a los clientes? Si no te has hecho esta pregunta o si te la haces ahora, has de saber que es tan importante hoy en día que de ello puede depender el futuro de tu negocio.

Hoy la sociedad está tan sobre informada que solo si adecúas tu lenguaje y tu forma de comunicarte a un tipo de cliente (el que te interese), va a prestar atención a tu mensaje, porque de otro modo no le va a llegar, no le va a generar interés y va a sentir que no va con él. Con tantos mensajes que puede recibir esa persona, que se fije en el tuyo es todo un éxito.

Segmentar clientes: conocerlos y empatizar

¿Cómo conseguir que el cliente se fije en nuestro mensaje para él? Para conseguirlo has de:

Segmentar a tus clientes. Separa y diferencia a los distintos tipos de clientes que tienes. Hoy los datos de los clientes suponen una gran ventaja en tiempo y en conocimiento de ellos. Si tienes algún tipo de sistema de gestión de la información de tus clientes, tipo CRM, por ejemplo, te va a ser aquí de mucha utilidad.

Puedes separarlos por los tipos de productos que compran. Y después por edad, por ejemplo. O puedes agruparlos por ticket medio de compra, por la forma en la que requieren ser tratados, por el tiempo de dedicación que les has de prestar, etc. Lo importante es partir de una base que te sirva para agrupar tipologías de clientes.

Elige el segmento de clientes con el que quieres trabajar preferiblemente, que es lo que se suele llamar: define tu público objetivo o yendo más allá, tu nicho de mercado. ¿Cómo es ese tipo de cliente que has elegido? Es el momento de ponerle atributos, características, de identificar comportamientos, necesidades, y toda la información que puedas recopilar.

Puedes hacerte unas cuantas preguntas, que podemos englobar en 5 categorías:

  • Información tradicional: edad, género, nivel económico, estudios que posee, profesión, dónde vive…
  • Necesidades que tiene: lo que demanda a nivel de productos o servicio, lo que aclama y de lo que se queja que no tiene… y no tienen que ser solo aspectos funcionales, sino también emocionales porque al final, pesan más que los funcionales en la toma de decisiones.
  • Comportamiento: qué le gusta hacer, qué rutinas o hábitos tiene, por dónde se mueve, cómo y dónde suele comprar, por qué, qué herramientas suele utilizar, qué tecnología maneja, cómo se comunica…
  • Beneficios: qué resultados espera, qué tipo de atención le agrada, cómo podemos superar sus expectativas, qué busca, con qué sueña, qué es importante para él.
  • Frustraciones: qué le genera un esfuerzo, qué le disgusta, cuáles son sus valores básicos, qué riesgo siente, qué consecuencias tiene, qué teme…

 Y para poder contestar habrás de hacer un ejercicio de empatía, es decir, ponerte en sus zapatos, como si fueras esa tipología de persona y vieras el mundo desde su perspectiva, sintiendo lo que sentiría, oyendo lo que oiría, viendo lo que vería y diciendo lo que diría. Puedes utilizar el mapa de empatía creado por Dave Gray para ayudarte.

Validación y trabajo en equipo

Como todo esto lo has hecho desde ti, será importante validar con los clientes de tu público elegido si les encaja o no, si es cierto lo que he planteado. Si te cuesta establecer conversaciones con tus clientes, puedes leer el libro de Jon Fitzpatrick “el Mom test”.

Por supuesto, todos los ejercicios que conciernen al cliente son interesantes, por no decir necesario, que los hagamos con el equipo porque, por un lado, todos tratamos al cliente, y por otro, de cómo actúe el equipo dependerá la experiencia del cliente. Así que, cuando nos enfoquemos todos a una tipología de cliente: les sabremos detectar mejor, sabremos cómo comunicarnos con ellos, personalizar nuestra publicidad, generarles curiosidad, resolver sus dudas, cubrir sus necesidades incluso antes de que ellos mismos puedan darse cuenta de que las tienen, reducir sus frustraciones, y con cada acción y revisando cómo me funciona, iremos perfeccionando el trato al cliente, caminando hacia la excelencia.

Y ahora que sabes todo esto: ¿Quién va a ser tu público objetivo? ¿A quiénes vas a dirigir tus esfuerzos? Recuerda que no por querer llegar a todo el mundo consigues más clientes, pues tu comunicación no puede calarle de la misma forma a unas personas y a otras. Necesitan que les hables de una forma que les llegue y que lo hagas por su canal preferido. Es decir, has de estar donde te puedan ver y que cuando te vean, tenga sentido para ellos lo que digas.

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

4 marzo, 2022

Querido compañero,

¿Qué haces para que la igualdad de género sea una realidad? ¿Qué haces para lograr un mañana sostenible?

El Día Internacional de la Mujer

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo, me he decidido a escribir un post sobre lo que significa este día y el por qué aún en pleno siglo XXI tiene que haber un día como éste.

Como mujeres sentimos orgullo y gratitud por todas aquellas mujeres que abrieron camino hacia una sociedad más justa; sin embargo, existen lugares en el mundo donde la mujer no tiene derechos, por eso aún queda mucho trabajo por hacer.

El Día Internacional de la Mujer fue promulgado por la ONU, Organización de las Naciones Unidas, en el año 1975, pero realmente se ha celebrado desde mucho antes.

Anteriormente las mujeres reclamaban derechos básicos, como el derecho a poder votar en las elecciones o el derecho a ocupar posiciones de responsabilidad en política y en la sociedad en general o el derecho al trabajo y al estudio.

Actualmente, el Día Internacional de la Mujer se usa para reivindicar estos derechos básicos en los países menos desarrollados, y otros derechos más avanzados en los países desarrollados. Todo ello para llegar a una igualdad efectiva con el hombre, que aún no existe.

La sostenibilidad del futuro: en manos de la igualdad

El tema del Día Internacional de la Mujer para 2022 es “la igualdad de género hoy para un mañana sostenible”. El mensaje de este año reconoce la contribución de las mujeres y las niñas de todo el mundo, que están liderando los esfuerzos de respuesta, mitigación y adaptación al cambio climático para construir un futuro más sostenible para todas las personas.

Es necesario considerar que las mujeres soportamos desde dos frentes diferentes el impacto del clima: a nivel sociocultural y a nivel biológico. Tal y como nos dice Arana, 2017, entre otras cosas, el calentamiento global supone:

  • Posibles problemas en las mujeres embarazadas debido al sistema inmunitario deprimido en su estado, lo que conlleva abortos, nacimientos prematuros o con bajo peso al nacer…
  • Entre los factores biológicos, en las mujeres por su condición física los impactos del calentamiento global pueden dar lugar a desórdenes metabólicos durante las olas de calor, debido a la distribución de la grasa corporal o pueden provocar la muerte en época de altas temperaturas prolongadas.

La vulnerabilidad de las mujeres frente al cambio climático

Además, tal y como nos indica Almeira G. en 2016, en su trabajo sobre la relación entre mortalidad y temperaturas extremas en Buenos Aires y Rosario, son más frecuentes en mujeres las enfermedades transmitidas por insectos dada su mayor exposición a los mismos porque los roles tradicionales de género hacen que las mujeres pasen más tiempo en el interior de sus casas.

  • Millones de personas están en grave riesgo, especialmente las mujeres y las niñas, que son tradicionalmente las proveedoras de comida, agua y energía, pero cuentan con menos recursos para adaptarse a las condiciones cambiantes.
  • Por ejemplo, en el Chad, la violencia diaria en contra de las mujeres y las niñas genera un estrés económico y atenta contra las capacidades de las comunidades de adaptarse a los cambios ambientales. La inseguridad económica también hace más vulnerables a las adolescentes a un matrimonio temprano.
  • En Egipto, el rápido aumento de la población y la cantidad limitada de suministro de agua dulce ha hecho al país vulnerable a los impactos del cambio climático. Existen estudios que aseguran que el riesgo es muy serio para las mujeres, que están ampliamente marginalizadas en las esferas económicas, políticas y sociales.
  • En el oeste de Papúa, en Indonesia, las mujeres indígenas son afectadas desproporcionadamente por los impactos de la degradación de la tierra causada por las industrias extractivas, que es exacerbada por el cambio climático. Las mujeres además se enfrentan a la inseguridad, la violencia sexual, la marginalización y el desplazamiento.
  • En el Corredor Seco de América Central, las mujeres denuncian que ahora tienen que viajar cada vez más lejos para conseguir agua, y pasar más tiempo cuidando de familiares a causa del aumento de enfermedades, como el Zika, y el dengue, cuyas epidemias son exacerbadas por el cambio climático.

Recomendaciones para un futuro sostenible

Un nuevo estudio realizado por varias agencias de la ONU resume en cuatro puntos las recomendaciones que deberíamos llevar a cabo todos los países:

  1. Integrar las agendas de paz, cambio climático, igualdad de género y seguridad.
  2. Realizar intervenciones que empoderen a las mujeres y los grupos vulnerables para abordar los riesgos del cambio climático.
  3. Aumentar la financiación específica para estos programas.
  4. Hacer un análisis más profundo de las dimensiones de género de los riegos del cambio climático, como de los desafíos de seguridad.

Aunque esto suene muy general, en nuestro día a día, en nuestro trabajo y en la educación de nuestros hijos podemos aportar nuestro granito de arena a esta sostenibilidad del lugar que habitamos y por nuestra salud y supervivencia.

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué quieres hacer para que la igualdad de género hoy nos lleve a un mañana sostenible? ¿Cuándo vas a empezar a realizarlo?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Siempre recuerdo la frase de Coco Chanel que decía: “viste vulgar y solo verán el vestido, viste elegante y solo verán a la mujer”. Y lo mismo aplicado a cualquier persona.

No nos gusta que se nos etiquete en función de nuestras apariencias porque en realidad quienes lo hacen, nos están juzgando. A veces, nos resistimos a ir vestidos siguiendo unas determinadas normas porque sentimos que nos perdemos a nosotros mismos o nos sentimos disfrazados. También hay personas que eligen un tipo de ropa en concreto para ocultarse detrás de ella, muchas veces por falta de autoestima, porque no se sienten cómodos en la situación que se encuentran, para pasar desapercibidos o para que el grupo les acepte. Mientras que hay otras personas que alteran su forma de vestir por resistirse a crecer o por rebeldía.

¿Qué podemos considerar elegancia?

Ahora bien, la elegancia no está solo en la ropa que llevas o lo bien peinado o peinada que vas, y del mismo modo la vulgaridad. La elegancia tiene un fondo mucho más profundo que podemos aplicar para determinar cuan elegante es una persona. Está en su SER.

Elegante es aquel que:

  • Muestra nobleza en sus comportamientos.
  • Abierto a la escucha.
  • Atiende con generosidad.
  • No busca venganzas ni va con maldad.
  • Va de frente, sin ambigüedades.
  • Aporta claridad y transparencia, sin hipocresía.
  • Hace del “menos es más” un valor.
  • No necesita de accesorios innecesarios porque su belleza está en la luz que transmite solo con estar presente.
  • No sobrecarga ni su comunicación ni su imagen.
  • No se enreda en demasiadas vueltas ni explicaciones aún sin faltarle un detalle.
  • Posee soltura en sus movimientos y en su comunicación.
  • Con capacidad de respuesta.
  • Tiene facilidad para cambiar de tema y no resultar pesado.
  • Sabe estar y sabe irse.
  • Sabe reconocer a los demás, posicionándoles en el lugar más destacado.
  • Tiene talante y talento.
  • Sabe reconducir una situación con estilo, sea su interlocutor afín a él o no.
  • Muestra su buen gusto en todo lo que hace y disfruta, desde el arte hasta la comida.
  • Distinguido por la forma que tiene de expresarse y mostrarse con los demás.
  • Cuidadoso y respetuoso, incluso cariñoso, con mimo.
  • Admira al ser humano.
  • Tiene la capacidad de ver la belleza que hay a su alrededor.
  • No utiliza palabras malsonantes, no las necesita.
  • Su humor es blanco.
  • Sus gestos son suaves, no agresivos.
  • La voz es clara y se expresa con el volumen adecuado.
  • No pierde el tiempo en luchas de poder porque todos somos igualmente personas.
  • La empatía es su virtud.
  • La sutileza de sus insinuaciones es suficiente para inspirar.
  • Sabe guardar un secreto.
  • Es honesto y humilde.
  • Dedicado e implicado sin avasallar.
  • Deja a cada uno su espacio y su ritmo.
  • Brilla y hace brillar.

¿Cuántas de estas cualidades también las posees tú? ¿Cómo de elegante eres en tu forma de ser y estar?

La elegancia de tu interior

Como ves, la elegancia no trata de la ropa que llevas sino de la imagen que transmites, lo que va también en tu comunicación verbal y no verbal, y en la energía que emites. Está relacionada con la veracidad que hay en ti, con la coherencia, la educación y la amabilidad con la que te relacionas. Y se alimenta de la identidad de quien realmente eres.

Ahora que lo sabes, ¿crees que tú también puedes ser una persona elegante? ¿Qué vas a hacer para serlo un poco más y que te vean a ti en lugar de perderse en calificativos? Esto está muy relacionado con tu marca personal. ¿Sabes la huella que dejas en los demás? ¿Alguien te tiene es su mente como una persona elegante? Si es que sí, sigue practicando la elegancia. Si es que no, ¿por qué no? ¿Quieres serlo? Ponte un plan de acción. Aquí ya tienes una buena lista de ideas por donde empezar a trabajar.

Te mando mucho ánimo para lograrlo porque recuerda, si quieres, tú puedes ser elegante.

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

Querido compañero,

¿Qué es lo realmente importante en tu negocio? ¿En qué te centras para que tu negocio sea rentable?

La importancia de la satisfacción del cliente

La satisfacción del cliente conduce al crecimiento de los ingresos de nuestro negocio a través de una mayor fidelización de clientes.

Sabemos de sobra que un cliente satisfecho realiza compras recurrentes en la misma empresa y genera opiniones positivas, ayudando así a crear una reputación de marca considerable y notable. Mientras que, por el contrario, un cliente insatisfecho no vuelve a comprar en la misma empresa y además genera comentarios muy negativos, construyéndole a la organización una mala reputación. También existen los clientes indiferentes, que son aquellos a los que cubrimos sus expectativas, pero que no ofrecimos un valor añadido o nuestro servicio fue lo justo y necesario.  Estos clientes pueden volver a comprarnos aunque es probable que no nos recomienden.

Conocer las necesidades y expectativas de nuestros clientes

Nuestros clientes tienen necesidades y expectativas. Cuando se habla de necesidades del cliente, se hace referencia a lo que este busca resolver o mejorar. En este caso se puede decir que una necesidad es objetiva y que tiene una meta específica.

¿Qué son las expectativas de nuestros clientes? Son aquellos anhelos o deseos que el comprador, nuevo o habitual, espera satisfacer gracias a tu empresa: tus productos, tratamientos y/o servicios. Eso incluye también la experiencia que espera tener en el proceso de compra o utilización del producto. También quisiera indicar que cada cliente tiene sus propias expectativas porque son subjetivas y dependen a veces de la emocionalidad del cliente.

Hoy en día conocer las expectativas de nuestros clientes es necesario si quieres que tu empresa sea verdaderamente rentable.

Los tres pilares básicos de la experiencia del cliente

El llegar a superar la expectativa de nuestros clientes pasa por cuidar los tres pilares básicos por los que pasará nuestro cliente:         

  1. Customer Journey
  2. Customer Experience
  3. Customer Value

Customer Journey

El primer paso es el Customer Journey (viaje del cliente). En este paso tendríamos que abordar las expectativas de nuestros clientes antes de hacer la adquisición de nuestro producto, tratamiento o servicio. Lo primero que buscarán tus clientes es sentirse acogidos por tu empresa, tanto si este contacto lo hacen a través de tu sitio web, como si te llaman o te visitan en tu espacio físico. Quieren saber que son importantes para ti y que encontrarán todo lo necesario para conocerte y hacer que su viaje sea fácil y agradable.

Si pudierais identificar cuáles son los hitos por los que pasa nuestro cliente, qué da y qué recibe a cada paso, ¿podríais hacer una lista? Conseguir describir este recorrido que hace con nosotros es clave en la identificación de los puntos en los que debemos trabajar y realizar nuestro mayor esfuerzo para que se sienta mejor. El siguiente paso será centrarnos en optimizarlos y perfeccionarlos. Por tanto, habrá que testar dónde están los conflictos, dónde están las quejas, dónde están las dudas para enfocarnos en hacer su viaje lo más agradable posible en nuestra compañía.

Customer Experience

El segundo paso es la Customer Experience (experiencia del cliente). En este punto el cliente quiere que se cumplan las expectativas durante la adquisición de lo que quiere o necesita. Algunas de las expectativas que en este punto quieren lograr nuestros clientes son: que le ofrezcas una relación calidad-precio razonable, acorde con el mercado o que la respuesta o propuesta que le hagas sea adaptada a sus necesidades y sea personalizada.

Si antes hablaba de los pasos que seguía el cliente, de las interacciones, aquí se valora la satisfacción, el cómo lo vive. Si le agrada o no la experiencia que está teniendo en nuestro negocio. ¿Cómo se siente?

Customer Value

El tercer paso sería Customer Value (Valor del Cliente). Es la satisfacción que el cliente experimenta al realizar una acción determinada en relación con el coste de la misma. Con el coste me refiero a cualquier hecho, tangible o intangible que un cliente debe emplear para recibir el beneficio deseado, como dinero, datos, tiempo o conocimiento.

En este caso hacemos unas estadísticas para determinar la relación entre el precio y la satisfacción del cliente.

En este paso también se contemplan las expectativas que nuestros clientes quieren que se cumplan tras la adquisición del producto o servicio en nuestra empresa. Algunas de las expectativas que quieren que nuestros clientes se cubran son: que se realice un seguimiento de posventa adecuado o que se le informe de las ofertas o productos que puedan ser de su interés posterior.

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué quieres hacer para superar las expectativas de tus clientes? ¿Cuándo vas a empezar a realizarlo?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

13 febrero, 2022

Ya sabes que sin clientes no hay negocio. Todo serían costes y no habría beneficio alguno si no tienes quien te compre aquello que ofreces. Da igual si eres un artista o un escritor, si eres consultor o ingeniero. Si tienes tu empresa, si ofreces tus productos o servicios o tratamientos, necesitas clientes.

Como las personas cambiamos, también cambian nuestras necesidades, intereses y formas de comprar productos y adquirir servicios. No podemos seguir haciendo lo mismo que hace 20 años, porque el mundo hoy no es igual que hace 20 años. Me puedes decir que la tradición, la manufactura, la artesanía está valorada. Sí, cada vez más. Sin embargo, habrás de elegir bien cómo mostrar y hacer llegar esa artesanía al público que la busca y dónde o cómo pueden encontrarla mejor.

Conoce a tu cliente

Lo primero es saber quién es tu cliente, a quién te diriges. Tenemos la costumbre de pensar que lo que ofrecemos es beneficioso para todo el mundo y de ahí que no segmentemos a los clientes. Al final, no hacerlo es un perjuicio, porque no podrás ajustar tu oferta una tipología de cliente concreta.

Por ejemplo, si ofreces servicios de coaching, que son muy positivos para cualquier persona, tanto en el ámbito personal como en el profesional. Cuando comuniques las ventajas de hacer coaching, lo harás de una forma muy general, el lenguaje será muy abierto, para que le pueda valer a todo el mundo. Aparentemente, está bien. Sin embargo, un adolescente no va a pensar igual ni va a tener las mismas necesidades que un profesional que quiere crecer en su carrera profesional y que se siente limitado, ni va a ser igual que alguien que quiere cambiar de rumbo su vida y no se atreve, ni va a convencer a madres que están lidiando con sus hijos.

Cada uno de estos perfiles y todos los que se te ocurran que pueden ser tu público clave o público objetivo, tienen unos comportamientos, unos intereses, una forma de pensar, unas frustraciones, unas necesidades… Y si no lo especificas, es mucho más difícil hablar su propio lenguaje, con el que se sientan identificados. Y si no se sienten identificados, no van a pensar que eso que ofreces es para ellos. Luego, no tendrás clientes.

Piensa en qué tipo de clientes son los que más acuden a ti, los que se te dan mejor, los que más aprecian tus productos o servicios, y elígelos como tu público objetivo. No tiene por qué ser un solo tipo, puedes tener más de uno, aunque no muchos. Si tienes en mente 3 o 4, echa un vistazo a en quién se está enfocando tu competencia y si alguno de ellos no está cubierto por los demás, ése será tu filón para arrancar. 

¿Dónde te buscará tu potencial cliente?

Otro aspecto clave es dónde te buscarían tus potenciales clientes. Ahora que tienes elegido tu público objetivo, has de preguntarte dónde suele ir a comprar ese tipo de cliente. Por ejemplo, desde la pandemia, se ha incrementado enormemente el uso de internet como vía para adquirir productos y servicios. Las personas de mediana edad, que echan muchas horas en el trabajo se están animando cada vez más a hacer compras online, y los jóvenes, con el móvil en la mano, pueden adquirir rápidamente productos y servicios en un click. Sin embargo, si es una persona mayor, quizá no le sea tan fácil el manejo de la tecnología y los comercios de la zona sean su mejor opción.

Así que, ¿dónde has de estar para que te encuentren? ¡Donde te vayan a buscar!

Si tu público es joven, quizá una app sea la solución, o las redes sociales, pues son los principales usuarios. Internet, lejos de ser un riesgo para ti, se convierte en un aliado, y tienes herramientas como el lead generation de Facebook que te puede ir ayudando a concretar quienes son aquellos que se fijan en ti, los que hacen click en tus anuncios, y con la información que te ofrece, puedes ir ajustando tu comunicación a ellos, enviarles newsletters, optimizando tu captación de clientes.

También te será de gran ayuda un CRM (Customer Relations Management), en el que puedes ir incorporando información de tus clientes para luego sacar estadísticas de la tipología de los mismos, y puedes preguntarles cómo te conocieron para entender mejor dónde has de estar. Al ser ya clientes puedes aprovechar a hacerles encuestas, para saber qué es eso que más valoran, o qué les gusta de ti, pedirles feedback para tu mejora continua. 

Cuida las valoraciones de tus clientes

Es importante que también aproveches a preguntarles cómo se sienten de satisfechos para invitarles a que dejen su opinión y valoraciones en la red. Quiero decir, pide que te valoren en Google, que dejen un comentario de cómo les fue contigo o cómo de beneficiosos son tus servicios o productos.

Si te das cuenta, cuando alguien busca, por ejemplo, una óptica cerca de su casa es muy probable que mire en Google. Y ¿a cuál va a acudir? Seguramente que a la que salga mejor valorada.

Por eso, las valoraciones de los demás influyen en la decisión de compra, de igual manera que elegimos productos en amazon que estén mejor valorados, o los restaurantes, hoteles que mejores comentarios tienen. Los comentarios también van a ser importantes, pues, aunque la opinión de cada uno, es personal, a nosotros nos puede llevar a pensar si ese comentario es relevante para nosotros o no. Por ejemplo, si un comentario dice algo así como:

Si soy una persona que estoy jubilada, o que puedo organizarme para ir sin prisa, no será una opinión que me afecte demasiado. Sin embargo, si ando todo el día corriendo, será un comentario que pese mucho en mi decisión de acudir a ese lugar.

Por otra parte, cuando comentamos con las personas de nuestro alrededor que estamos buscando algún servicio o producto, somos todo oídos ante su recomendación. Cuando alguien cercano, en el que confiamos, nos dice: “vete a este sitio”, “que te atienda Milagros, que es una gran profesional”, Milagros o ese lugar se convierten casi al 100% en nuestra primera opción para acudir.

Así que, las referencias hoy pesan mucho en la toma de decisiones. Por eso, no las dejes al azar, cuida de tus clientes al máximo para que tengan una muy buena impresión de ti y animen a otros a ir a verte, a comprar tus productos o adquirir tus servicios.

Hoy más que nunca, se trata de estar en el mapa de tus potenciales clientes, ya sea en el mapa digital, para que te encuentren, o en su mapa mental, para que te recuerden como su mejor opción. Haz de la tecnología una aliada, utiliza datos, obtén información de tus clientes y ajusta tus productos y servicios a ellos y a su satisfacción.

Ahora que sabes todo esto, ¿qué vas a comenzar a hacer para conseguir a los clientes de hoy?

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

8 febrero, 2022

Querido compañero,

¿Qué es lo realmente importante en tu negocio? ¿En qué te centras para que tu negocio sea exitoso?

Desde 2miradas, buscamos el éxito sostenible, el que nos permite crecer asentando toda la experiencia ganada, lo que ya sabemos, lo que nos funciona bien e ir innovando y adaptándonos a los tiempos para que nuestro negocio siga siendo productivo y beneficioso.

¿Dónde pones el foco en tu negocio? 

A veces estarás más enfocado a la parte interna: enfocado en tus procedimientos, en tu forma de trabajar, en tus productos y servicios… y otras veces, estarás más enfocado en la parte externa: el entorno, en los clientes, en las tendencias… ¿Hacia qué mirada tiendes más de forma natural?

Desde la metodología que desarrollamos en nuestra empresa 2miradas entendemos que:

  • La mirada externa hace una valoración del futuro, responde a las preguntas: para qué, hacia dónde y cómo. Marca objetivos a corto, medio y largo plazo, esta mirada te lleva a conocer la competencia y el entorno y a conocer a tus clientes. También está relacionada con la proyección de ti mismo y de tu negocio en el futuro, cómo te quieres ver, dónde quieres estar, tu misión y visión.
  • La mirada interna hace una valoración del presente y al pasado, responde a las preguntas: desde dónde, con qué y qué falta. Esta mirada te lleva a conocer los recursos, las habilidades, la esencia y a reconocer y aplicar la experiencia ya adquirida. También está relacionada con tus valores y el porqué de tus actuaciones hoy.

Muchas veces organizamos nuestros negocios en base a lo que ofrecemos o queremos ofrecer al mundo, la cuestión que a veces pasamos por alto es si hay clientes dispuestos a comprar lo que nosotros damos. Debido a este problema que nos puede generar muchas pérdidas, se han desarrollado metodologías como Lean Management o Agile, con estrategias que ponen el foco en el cliente. 

¿Por qué es importante poner a nuestros clientes en el centro de nuestros negocios?

Poner al cliente en el centro, la Customer Centric Strategy, es hoy en día la forma de gestionar las empresas para que tengan futuro. Ya no enfocamos todo el negocio desde lo que tenemos, productos y servicios, sino desde lo que el cliente quiere, espera y necesita cubrir. 

En un mercado altamente competitivo, las organizaciones están buscando estrategias que marquen la diferencia y les permitan consolidar a los clientes, fidelizarlos y permanecer con buenos resultados con el paso del tiempo, a pesar de las circunstancias.

Y hoy, no es tan fácil conseguir captarle porque ahora está infoxicado, tiene tanta información a su disposición que es más costoso ser su opción preferida. 

Esta estrategia te lleva a diseñar y entregar productos y servicios que satisfagan las expectativas de tus clientes y comprender sus problemas para anticiparte a sus necesidades, buscando la mejor solución.

Cómo construir una cultura de orientación al cliente

Para lograr que funciones esta estrategia es necesario construir una cultura de orientación al cliente que te permita profundizar en el conocimiento de tu cliente, lo que le gusta, lo que no, lo que pone en valor, lo que de verdad necesita o lo que quiere incluso para detectar nuevas necesidades a cubrir. Con esa información podrás anticiparte, ofrecerles lo que están esperando, hablarles en su propio lenguaje, llegando a ellos de forma personalizada, específica e idónea. 

Será necesario reflexionar sobre una serie de preguntas como, por ejemplo:

  • ¿Quién es tu público objetivo? 
  • ¿Cómo segmentas a tus clientes o pacientes?
  • ¿Cómo tratas a un millennial y a un babyboomer?
  • ¿Cuál es la personalidad o identidad de cada segmento de clientes?
  • ¿Qué valoran tus clientes o pacientes de tu negocio?
  • ¿De qué formas analizas las respuestas de tus clientes o pacientes respecto a la vivencia que tiene en tu negocio?
  • ¿Cómo descubres las desconocidas necesidades de tus clientes o pacientes?
  • ¿Haces algún tipo de análisis predictivo?
  • ¿Cómo puedes ser más relevante para tu cliente o paciente?
  • ¿Cómo cubres las necesidades satisfechas o insatisfechas ocultas?
  • ¿Cómo valoran tus clientes las interacciones que tienes con ellos?
  • ¿Puedes ver su perspectiva? ¿Te puedes poner en su piel?
  • ¿Haces encuestas?

Y, además de responder a todas esas reflexiones, va a ser clave el feedback que el cliente nos dé; así como el priorizar la construcción de relaciones con él.

Customer Centric Strategy

Aunque muchas empresas se están afanando en implementar este tipo de estrategia, no todas lo están consiguiendo porque se centran solo en mejorar la atención a sus clientes, que en la mayor parte de las ocasiones ni se mide, ni se evalúa, ni se mejora.

La Customer Centric Strategy va mucho más allá, supone conocer, evaluar, medir, reconocer los puntos clave del recorrido que hace tu cliente contigo, la experiencia que éste vive en tu espacio, con tus productos o servicios y qué es lo que pone más en valor, lo que aprecia como único y por lo que te elige a ti. 

Además, tras haber hecho el análisis desde la mirada externa, al cliente, habrás de ver cómo funcionas tú desde la mirada interna porque requiere una forma diferente de gestión del negocio que lleva a una toma de decisiones en función de la satisfacción del cliente. ¿Qué has de modificar para adaptarte a las necesidades del cliente de hoy para convertirle en el protagonista de tu negocio, para que tu éxito sea sostenible?

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué quieres hacer para poner a tu cliente en el centro de tu negocio? ¿Cuándo vas a empezar a realizarlo?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Querido compañero,

¿Qué haces para evitar la tiranía del cerebro reptiliano? ¿De qué manera te cuidas? 

Como sabemos, el cerebro ha estado en constante evolución a lo largo de más de 250 millones de años y en todo este proceso ha ido adquiriendo nuevas funciones y capacidades cada vez más complejas.

A través de los estudios e investigaciones del médico y neurólogo Paul MacLean podemos comprobar que todos los seres humanos tenemos tres cerebros en uno. Estos tres cerebros son, en orden evolutivo, el Reptiliano (supervivencia inmediata), el Límbico (emociones) y el Neocórtex (razonamientos). Cada uno de ellos ha ido apareciendo en nuestra línea evolutiva de manera secuencial; es decir, que estos tres cerebros son relativamente independientes y que se relacionan entre sí siguiendo una jerarquía, dependiendo de su antigüedad y de sus funciones de cara a nuestra supervivencia. 

Hoy quisiera hablaros de cómo funciona nuestro cerebro reptiliano y lo que podemos hacer para nuestro autocuidado y para mejorar nuestras relaciones.

Para Paul MacLean, el concepto de complejo reptiliano servía para definir la zona más baja del prosencéfalo, donde están los llamados ganglios basales, y también zonas del tronco del encéfalo y el cerebelo. Al ser el primero en aparecer, sería la estructura que lleva a cabo las funciones más básicas y más importantes para sobrevivir en el aquí y el ahora

La función principal de este cerebro es la supervivencia, el mantenernos protegidos ante cualquier amenaza que se presente, así como defender nuestro hogar, cuidar nuestras pertenencias y a las personas más cercanas a nosotros. Además, se encarga de regular las funciones básicas vitales como: la respiración, los procesos digestivos, regulación de la temperatura, funciones cardiacas… También activa nuestro instinto y motivación sexual para que nos atraigan otras personas y podamos reproducirnos.

Este instinto de supervivencia es muy egocéntrico y no tiene paciencia, quiere todo ya (cuando estoy cansado quiero dormir, cuando estoy sediento quiero beber…) y cuando no logramos satisfacer de forma inmediata cualquiera de nuestras necesidades, nos frustramos y aparece la rabia. Esto puede llevar a que no solo nos hagamos daño a nosotros mismos por permitir que nuestro cerebro reptiliano exagere la inmediatez de lograr algo; sino que también podemos dañar nuestras relaciones con los demás.

Quisiera comentaros algunas recomendaciones para amainar la sensación de hostilidad, de rabia no sana que genera este cerebro fruto de los estados de exageración instintiva que nos hace sentir:

  1. Hacernos conscientes de si es realmente una cuestión de supervivencia o no. Este cerebro reptiliano saltará cuando sienta que hay peligro, pero ¿realmente es una cuestión de vida o muerte? O es una cuestión que me duele, me molesta, perturba mi estabilidad económica y sobre la que tengo alternativas. Por suerte, la mayoría de nosotros no estamos en una situación de supervivencia, así que calmemos nuestros pensamientos derrotistas para aplacar al cerebro instintivo.
  2. Practicar la calma, por ejemplo, aprender a respirar profundamente o trabajar el control mental realizando meditación o mindfulness.
  3. Comer sanamente, parar antes de entrar en la gula y elegir lo que le va a sentar mejor a mi cuerpo. Beber agua y no dejar que pase demasiado tiempo sin comer. Debido a toda el hambre que hemos vivido en el pasado tendemos a comer en exceso para que el instinto quede satisfecho y con reservas para poder sobrevivir por si nos faltara el alimento.
  4. Realizar hábitos saludables de vida como: la higiene, el practicar deporte, respirar aire puro, conectar con la naturaleza, reír, tener propósitos y hobbies…
  5. Evitar las adicciones como tabaco, alcohol, drogas, azúcares…
  6. Intentar dormir 8 horas al día. Cuanto menos dormimos y menos descansados estamos, actuaremos de forma más reactiva.
  7. Sal de tu zona de confort. A este cerebro le gustan las rutinas, hábitos, costumbres y que no hagamos cambios, ni improvisaciones. Te propongo que salgas de tu zona de confort siempre que puedas (por ejemplo, vete a trabajar por otro sitio), viaja, prueba cosas nuevas…

Además de practicar todo lo que acabo de indicar para calmarnos a nosotros mismos, para que este cerebro no sea tan reactivo de cara a nuestros encuentros relacionales sería conveniente seguir los siguientes consejos:

  • Cuidar nuestra forma de comunicar, que sea asertiva y efectiva, no andes con rodeos y evita ser malinterpretado.
  • Como es un cerebro tan reactivo, antes de hablar para poder responder y no reaccionar, cuenta hasta 10. Esto es muy importante también para trabajar la demora en la impulsividad o en la gratificación.
  • Cuida la proxemia con el otro, respeta y cuida los cuatro grandes tipos de espacios: íntimo, personal, social y público, según la distancia establecida entre las personas. Mantente atento al lenguaje no verbal para saber dónde está el límite.
  • Para invitar a la buena convivencia, indica al otro lo que te pueda molestar que pueda hacer de forma reptiliana. Por ejemplo, cambiarte de lugar tus cosas o coger tu libro favorito o subirse de pie en el sofá…
  • Aprende a perder con elegancia, perdonar, ceder, aceptar lo que es, aprende a no querer siempre la razón.

¿Qué otras formas tienes tú de cuidarte de tu cerebro reptiliano y que no se dañen tus relaciones?

Después de lo que acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para manejar mejor a tu cerebro reptiliano?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Según los estudios sobre el futuro del trabajo, cada vez tomará más relevancia el pensamiento crítico y creativo. Salir de situaciones adversas, responder al mercado cambiante y ofrecer un nuevo producto, requiere de creatividad. No podemos perdernos por querer seguir haciendo lo mismo.

Si lo pensamos bien, hasta en los productos básicos de primera necesidad, como pueden ser la leche o el pan, ya tenemos una amplísima variedad. Variedad que se ha desarrollado a base de creatividad.

Podremos tener ayuda de la inteligencia artificial, e incluso se ha demostrado que la tecnología puede ayudarnos a expandir nuestra creatividad, pero si queremos progresar, hemos de ser nosotros quienes pensemos y creemos y dejar que las máquinas nos faciliten la elaboración. Y no mantenernos al servicio de ella, sino ellas al nuestro. Como dice Isabel Salama, “el ser humano es un organismo, no un mecanismo” y hemos de aprovechar todas nuestras capacidades

La creatividad se va perdiendo con la edad, incluso a una velocidad increíble. Para hacernos una idea, con 15 años ya solo tenemos un 10% de la que teníamos de niños y a partir de los 15 años apenas nos manejamos con un 2%, y vaya lo que somos capaces de hacer con ese 2%. ¡Imagina lo que podríamos lograr si la potenciamos! 

Silvia Leal, en su ebook sobre fresh thinking, habla de la necesidad de leer, de aprender a programar y de estudiar. Si ya decíamos que la sociedad y el mundo requiere de learnability, hoy, ante las circunstancias y necesidades de supervivencia y superación en las que nos encontramos, lo necesitamos más que nunca. No podemos dejar nuestro futuro laboral solo en manos de las empresas en las que trabajamos o de los gobiernos. Hemos de crear, creer en nuestras capacidades y contribuir a nuestro bienestar y el de los demás. Si el mundo no es como te gusta, si tu trabajo no te llena, ¿qué vas a hacer? Invéntalo.

  • Escúchate. Seguro que has dicho más de una vez algo así como: “quitarnos este papeleo nos facilitaría el trabajo” o “si solo pusiéramos una bandeja aquí, accesible para todos, resolveríamos la situación”. Y como estos, mil ejemplos de nuestras ideas para mejorar las cosas. Se nos ocurren procedimientos a mejorar, nos sale el crítico constructivo cuando nos vemos con el conocimiento sobre cómo se agilizarían procesos, se obtendrían mejores resultados o se mantendrían relaciones más óptimas. Así que escúchate, hazte consciente de lo que se te ocurre y como suele hacer Richard Brandon, no dejes la idea ahí, sino haz lo necesario para poner tu idea en acción. Sí, ya lo sé, no siempre depende de ti, pero si no lo propones, no va a hacerse nunca. ¿O esperas que se le ocurra a otro y se lleve el mérito él?
  • Piensa fuera de la caja. Esto es algo que ya se va aplicando al mundo empresarial desde hace años. Sin embargo, ¿cómo se hace? Sobre todo, buscando utilidades diferentes a las habituales. Salir de lo obvio. Por ejemplo, un tenedor, ¿cómo puedo utilizarlo? Además de para comer, me puede servir para recogerme el pelo, como pincho donde ir poniendo comandas o tickets, para rascarme la espalda, para pintar, etc. Y puedes decir, vale eso no es muy original, ya se le ha ocurrido a alguien antes, bien, cuanto más practiques, más irá creciendo tu habilidad para encontrar alternativas más originales.
  • Relaciona ideas. ¿Qué tiene que ver el helado con las bicicletas? ¿Podríamos conseguir hacer una asociación entre ambas que supusiera una idea de negocio? Seguramente sí. De hecho, ya hay una empresa que se dedica a ofrecer helados y bicis para pasar una tarde estupenda. Puedes tomarlo como un juego para encontrar los puntos de unión entre dos cosas diferentes. ¿Qué tiene que ver una pluma con un coche? Podemos pensar en asientos acolchados, que mantienen la temperatura… Sigue jugando.
  • Cambia el diseño de aspectos como el color, la forma, la textura, el orden, la localización… Una buena pregunta es ¿qué pasaría si…? Y esto es válido para cualquier tema laboral, no solo para productos, sino para colocar la recepción de una oficina, decidir poner mesas compartidas, teletrabajar, cambiar la jerarquía y modificar la estructura de la organización hacia una redarquía. Solo tienes que probar y valorar las consecuencias. Validar lo que sea necesario será un tema posterior para tomar decisiones y poner en marcha definitivamente las ideas.
  • Utiliza el método SCAMPER de Bob Eberle. Es una forma de preguntarte sobre los productos, servicios, estructuras, procedimientos, nuevas propuestas, que te dará una mayor perspectiva y te ayudará a la generación de ideas. Hay muchas preguntas que puedes encontrar en internet sobre cada etapa de este método.
    • S: Sustituye - ¿Qué se puede sustituir?
    • C: Combina - ¿Qué puedes combinar con otras cosas?
    • A: Adapta - ¿Qué se puede adaptar para que tenga otra función o aspecto?
    • M: Minimiza o maximiza - ¿A qué se le puede dar más o menos énfasis?
    • P: Pon otra utilidad - ¿En qué otra área se podría aplicar?
    • E: Elimina - ¿Qué se podría eliminar?
    • R: Al revés - ¿Qué se podría hacer en sentido inverso?
  • Comparte tu idea. A muchos no les gusta compartir porque piensan que se las pueden quitar, o que si son una gran idea, mejor no decir nada hasta que esté en marcha. De acuerdo. Hay momentos en los que hay que guardar el secreto profesional. Sin embargo, las actuales teorías de lean management proponen que preguntes a tu público qué les parece tu idea antes de gastarte el dinero de montar toda una estructura empresarial para llevarlo a cabo. Esto ahorra muchos esfuerzos innecesarios. También en agile management se comparten ideas de mejora continua de los productos y proyectos en los que se va trabajando hasta encajar la forma en la que se cubren las expectativas, funcionalidades y las necesidades. Y recuerda la espiral de las ideas, para compartir en lugar de repartir. Con tu idea yo incorporo mi percepción y la mejoramos; con mi aportación tú le vas a dar una nueva perspectiva y la idea crece. Así que fomenta los espacios de creación de ideas.

Y volviendo al principio, dado que de niños nos era más fácil desarrollar nuestra creatividad, suelta tu imaginación, juega, vuela, cambia de escenario, inventa, prueba, mezcla, como un niño, sin prejuicios, porque ya habrá un tiempo posterior de análisis de las ideas. Pero no cortes las alas a la creatividad de antemano. Fomenta la creatividad y después evalúa.

¿Cómo vas a entrenar tu creatividad para cambiar aquello que no te gusta? Aprovecha y diviértete creando. Pon en acción tu hemisferio derecho. 

Y si lo necesitas, estamos a tu disposición para ayudarte. Todos tenemos la capacidad de la creatividad en nosotros. Solo hay que ayudarla a salir. ¡Tú puedes! 

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills  

Querido compañero,

¿Pones límites en tus relaciones personales y profesionales? ¿De qué manera pones límites? En mi anterior artículo te hablé de la necesidad de poner límites , hoy quisiera hablarte de cómo poner límites de una manera asertiva y eficaz.

Como ya indiqué, poner límites en las relaciones significa hacer saber a las demás personas que se tienen deseos y necesidades diferentes a las suyas, y respetarnos como seres humanos únicos que somos.

Existen dos tipos de límites: los emocionales y los físicos. Está demostrado que el poner límite físico a las cosas nos va a ayudar a poner límites emocionales a las personas. Un ejemplo de cómo poner límite físico sería poner distancia: Si no lo compras, si no lo tienes en casa, si no está accesible… no te dejarás llevar de aquello a lo que quieres poner límites, sea una persona o algo material. No dejarte llevar de la gula, sino comprar y comer lo que necesitas y es bueno para tu salud; no disponer de tabaco, alcohol o cualquier otra sustancia para poner un tope a fumar, beber o a cualquier adicción; poner límite a las distracciones alejándonos de ellas y gestionar mi agenda; ver menos frecuentemente a esa persona con la que no sé poner límites…

¿Qué hay que tener en cuenta antes de poner límites?

Lo primero saber en qué situación te encuentras. Para ello, puedes formularte preguntas como ¿cómo me encuentro? ¿cuál es mi emoción en ese momento? ¿a qué te lleva el hecho de no poner límites? ¿qué quieres? ¿te encuentras preparado para recibir alguna respuesta negativa? ¿quieres poner límites por venganza o por el bien de ambas partes? 

Cuando el límite te lo vas a poner a ti mismo, también puedes ayudarte a frenar la situación. Piensa qué beneficio tienes para mantener esa extralimitación. ¿Qué ventajas obtienes? ¿Qué sería lo peor que puede pasar si lo cambias? ¿Hay algún término medio entre la situación actual y la ideal? ¿qué te dices a ti mismo para continuar haciéndolo? Ese mensaje se puede cambiar porque lo que te dices y cómo te lo dices, importa. Y si quieres cambiar algo tú, será mejor que te ayudes con pensamientos que te faciliten el cambio. Adelgazar solo se consigue cuando estás mentalmente preparado. Cambia tu pensamiento.

Cuando el límite has de ponerlo hacia alguien es necesario preparar lo que le quieres transmitir. Prepara el mensaje que vas a expresarle teniendo en cuenta que lo que le vas a decir lo vas a hacer por el bien de la relación; es decir, por el bien de ambas partes.

Además, has de elegir un entorno y un momento adecuado para poner los límites, es importante que el espacio que elijas sea neutro para ambas partes, un lugar agradable en el que podáis comunicaros con el fin de favorecer un buen clima. Perdemos crédito cuando lo que queremos expresar no viene a cuento, porque no es una puya a destiempo, sino que es una conversación, una petición, bien planteada y constructiva. Recuerda que “nunca es tarde si la dicha llega”.

Ten en cuenta el estado de la otra persona. Es fundamental que la otra persona se sienta receptiva a lo que le vas a decir. Para ello, practica la empatía, la escucha y el estar atento a su comunicación verbal y no verbal.

Por último, prepárate y ponte en las diferentes opciones de cómo se puede comportar el otro cuando le pongas límites, pues dependiendo de su temperamento, puede que no se lo tome bien y surjan emociones de enfado, rabia, ira… ayúdale, si es posible, en su gestión emocional para que vuelva a su equilibrio. 

7 pasos para poner límites

Y ahora, seguramente que la pregunta que necesitas resolver es ¿Cómo se ponen los límites? Te voy a explicar los 7 pasos que proponemos desde 2miradas.

  1. Trabaja tus creencias limitantes, si lo necesitas, para poder poner límites. Creencias como pensar que eres egoísta por no ceder a lo que te piden o sentirte culpable por hacerlo.
  2. Analiza las situaciones, lo que ocurre, lo que te dicen y el impacto que te crea y ten claro hasta dónde llegan tus límites, lo que tú necesitas para sentirte bien en tu vida, que sepas lo que vas a permitir y tolerar.
  3. Recuerda a la persona lo importante que es para ti. De esta manera conseguirás que de entrada no se ponga a la defensiva.
  4. Habla de ti. Cuando vayas a poner límites a una persona es indispensable que no le juzgues, ni etiquetes, ni intentes hacerle daño, sino que hables de ti y en primera persona. No evalúes lo que te hace o dice, explícale las situaciones con objetividad y exprésale cómo te sientes. Para ello, separa el hecho de la persona. No es “tú me haces sentir”, sino “yo me siento así cuando esto sucede”. Te recuerdo que una manera de hablar asertivamente con alguien es utilizar la técnica del DEPA y si ya se lo has expresado en varias ocasiones comunícale tu límite a través del DEPCA. Expresa tus límites con educación, respeto, cuidado y con Amor hacia ti y hacia el otro.
  5. Déjale un momento para que el otro asimile y reflexione sobre lo que le has dicho. Puedes plantearle preguntas como: ¿Qué opinas de lo que te he dicho? ¿Cómo te hace sentir hablarme así? ¿Qué te lleva a actuar así conmigo? Es el momento de escuchar y tratar de comprender su parte de la historia, su punto de vista.
  6. Entiende las consecuencias de no poner límites. Para que haya un cambio hay que querer cambiar. Y muchas veces no somos conscientes de por qué se hace necesario ese cambio. Por eso, es importante también que ambos seáis conscientes de las posibles consecuencias de que la situación continúe sin límites y si estáis dispuestos a asumirlas. Son argumentos que pesarán en la posible resolución. 
  7. Llega a un acuerdo siempre que sea posible. ¿Qué vamos a hacer a partir de ahora? ¿Cómo lo vamos a manejar? Y si no hay acuerdo y tú necesitas/quieres poner ese límite, acepta la decisión del otro y toma tu propia decisión. Podrá intentar mejorar su comportamiento, pero también puede darse el caso de que no quiera cambiar. Entonces, tendrás que elegir qué tipo de relación quieres y necesitas para sentirte bien.

Si empiezas a poner límites a la otra persona, no le quedará más remedio que cambiar su manera de tratarte, tú te sentirás más tranquilo y mejor y comenzarás a valorarte.

Como siempre te invito a que aproveches la oportunidad que te regala esa persona para que sea una experiencia en tu vida y te lleves un nuevo aprendizaje.

¿Qué otras formas tienes tú de poner límites?

Después de lo que acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para poner límites?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

26 septiembre, 2020

No sé si tú pensarás igual, pero a mí me da la sensación de que las personas están revueltas. Creo que el confinamiento, la situación laboral, la economía, la salud, las relaciones a distancia o no, la convivencia, todo, nos ha llevado a una reflexión personal y profesional.

Te haya afectado en mayor o menor medida, es probable que te hayas planteado si como está tu vida es como quieres que esté. Si no es así, creo que es buen momento para revisar la rueda de la vida en la que te mueves y cogerla con tus propias manos, liderando tu vida. 

Ya, las circunstancias… Las circunstancias no han impedido que hables con algunas personas, no han impedido innovar, no han impedido la creatividad, no han impedido el apoyo de profesionales y amigos. Por eso, lejos de quejarnos, es tiempo de cuidarnos, querernos mejor y afrontar el futuro.

Ahora bien, ¿cómo se hace? Comenzando por lo que de verdad importa

  • Tú. Pregúntate qué quieres, qué es importante para ti, conócete. ¿Qué te gusta? ¿Qué disfrutas? ¿Cuáles son tus valores para que puedas apoyarte en ellos? ¿Cómo reaccionas ante la incertidumbre? ¿Cómo está tu autoestima? ¿De qué tienes miedo? Sobre todo, recuerda que estamos en este mundo por un tiempo limitado y que lo que de verdad importa es disfrutar esta oportunidad de vivir que tenemos. Así que recuerda qué es para ti la felicidad y qué te da bienestar. Y enfócate en ello.
  • Entrenar las actitudes que nos ayudan. Hay actitudes que nos ayudan a superar las circunstancias. Es una pena que a veces esas actitudes no las aprendemos hasta que no nos pasa algo realmente serio que nos lleve a un cambio de paradigma en nuestra forma de ver el mundo. Sin embargo, es posible aprenderlas. Por ejemplo, como dice Elsa Puncet, hay una actitud que es especial y capacitadora al máximo, el optimismo. Ya está más que demostrado que las personas optimistas, lejos de ver el mundo de color de rosa, son capaces de valorar los obstáculos como retos en lugar de problemas, o de reponerse antes de las situaciones adversas.  
  • Desdramatizar. Nos ponemos muy intensos, todo lo magnificamos. Hemos de poner objetividad, relativizar y tomar perspectiva de las cosas. Ni es todo, ni es como tú quieres que sea todo, ni los demás han de hacer todo lo que tú quieres como tú quieres y cuando tú quieres… Cada persona tiene su historia y circunstancias, su forma de ser y tomar decisiones. Cada empresa tiene su historia y circunstancias, sus responsables. Y hemos de tener claro que cada persona y empresa hace en cada momento lo que cree ser lo mejor, aunque no nos guste. Tenemos dos opciones: aceptación, comprensión, compasión… o cambio. Como decía mi abuelo: “si tiene remedio para qué cabrearse, y si no lo tiene, ¡para qué cabrearse!”. Piensa qué es lo peor que podría pasar y prepárate para ello. Ocúpate en lugar de preocuparte. 

Para si lo necesitas, toma tu tiempo de pensar, de estar en soledad, de estar contigo. Practica el silencio, el autocuidado y, sobre todo, quiérete a ti mismo. Eres lo más importante que tienes.

Para finalizar, te recomiendo un libro que me marcó desde que lo leí por primera vez: “Lo que de verdad importa” de Jan Goldstein.

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

En 2miradas hemos plasmado en nuestros libros la experiencia en formación, asesoría y coaching sobre liderazgo y equipos, y os presentamos los  libros que tenemos publicados sobre estos dos temas.

 

"La principal tarea del líder: acompañar personas"  de Raquel Bonsfills

El líder de hoy más que nunca tiene que enfocarse en las personas, acompañarlas. Las empresas crecen porque las personas que trabajan en ellas crecen y como lideres hemos de facilitarles su recorrido en la empresa, sus recursos, creer en ellas. El líder ha de ser el máximo apoyo del equipo.

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"El mejor equipo del mundo" de Raquel Bonsfills y Miguel Can

Este libro es una guía de aspectos a trabajar para desarrollar con el equipo y llevarlo a ser el mejor equipo del mundo.

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"Tú puedes ser líder de ti mismo y de tu organización" de Milagros García Arranz

Mejor persona,mejor líder. El líder ha de comenzar por su propio autoliderago para después llevarlo al equipo con herramientas y técnicas como las descritas en este libro.

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¡Gracias por leernos y aprender con nosotras!

Raquel Bonsfills & Milagros García Arranz

 

 

Puede que estés frustrado por la situación, puede que estés preocupado, puede que "tengas" que ponerte a trabajar sin ningún ánimo, puede que estés enfadado con las decisiones que otros toman por ti o para ti. Hay un sinfín de motivos por los que podemos vernos envueltos en tiempos adversos, de crisis o en los que nos encontremos en alerta.

Parece que en esos momentos es difícil conservar la motivación propia y mucho más difícil ayudar a mantener la motivación de los equipos.

The only way is up

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Ya os hemos hablado de la motivación, haciendo referencia a que puede ser:
1. Interna: la automotivación.
2. Externa: la que te pueden ofrecer desde fuera, desde tu empresa, tu entorno,… la que necesitamos, por ejemplo, para motivar a los equipos.
3. Trascendente: la que te inspira hacia algo superior a ti, hacia el bien común, que da sentido y propósito.

Y cuando nos enfrentamos a una situación difícil, necesitamos a veces ¡de las tres!

Necesitamos de la motivación trascendente

La motivación trascendente es necesaria porque como dice Viktor Frankl en su libro "el hombre en busca de sentido" nos resultará más fácil superar una situación complicada cuando tenemos un para qué, cuando hay algo al otro lado de la situación que se vive que merece la pena. Por ejemplo, poder dar un abrazo a un ser querido, poder cubrir unas necesidades básicas a tu familia, poder disfrutar de un lugar especial para ti…

Esta motivación alimenta nuestra esperanza en un futuro mejor, alienta nuestras fuerzas para resistir y nos mantiene con la cabeza alta.

Piensa qué es eso que te puede ayudar: por qué o por quién vale la pena seguir adelante, quién quieres ser, cuál es tu responsabilidad. Recuerda que eres necesario para muchas personas.

Necesitamos de la motivación externa

La motivación externa es la que podemos utilizar para animar a los demás. Esta motivación ha de ser cuidadosamente medida porque puede tener el efecto contrario y desmotivar más que motivar.

En el trabajo, según la teoría de Herzberg, cuando están presentes los factores que él llama motivacionales (reconocimiento, crecimiento profesional y responsabilidad) se contribuye a la satisfacción con el trabajo. Pero cuando se gestionan mal los factores que él llama de higiene (sueldo, condiciones laborales, supervisión y seguridad) puede aumentar la insatisfacción laboral.

Para aplicar la motivación externa, tanto a nivel laboral como a nivel personal, y que motive, tendremos que:

  • Practicar la empatía. Para ello, lo primero que hemos de conocer es a la persona, sus circunstancias concretas, y comprenderla. Recuerda que la empatía está relacionada con la inteligencia emocional, es decir, que has de poner tus emociones en juego para mostrar de verdad que sabes lo que se siente en la situación en la que se encuentra la persona.
  • Evitar falsas expectativas. Por supuesto no engañar. Si sabes que no vas a cumplir lo que dices, no lo digas. No apliques recompensas que no vas a ser capaz de dar, por mucho que te escudes en el "no soy yo, son las circunstancias".
  • Usar una comunicación adecuada. Cuidado con las exigencias, la rigidez y la comunicación no verbal y verbal agresiva. Necesitamos aplicar una comunicación cercana, comprensiva, de escucha, de reconocimiento… Una comunicación que ponga en valor lo que sí es válido o el buen trabajo realizado. Una comunicación que inspire, que anime, solidaria.
  • Relacionarla con los objetivos. No siempre queremos de las personas el extra de "se espera mucho más de ella". Muchas veces lo que se pide es que se cumpla con el trabajo. Y a veces, las circunstancias hacen que no se pueda cumplir con el trabajo al mismo nivel. Así que los objetivos habrán de rebajarse. Revisa el objetivo y ajústalo a las circunstancias.
  • Personalizar. Cada persona tiene sus circunstancias e intereses, así como sus capacidades. Por eso, busca la forma de estimular la motivación interna de esa persona.

Y para poder hacerlo, habrás de conocer cuál es esa motivación interna de cada uno.

Necesitamos de la motivación interna

La motivación interna, atiende a tres necesidades según McClelland:

  • Necesidad de logro: necesidad de consecución de metas, de ir más allá, aceptando responsabilidades que otorguen retos y conseguirlos. Necesita darse cuenta que va logrando los objetivos, por lo que requiere feedback constante.
    En el lado personal, sería la necesidad de ir avanzando en la vida, de ir consiguiendo objetivos vitales, profesionales, personales o incluso diarios. Por eso es importante que si eres una persona con esta motivación te plantees qué quieres lograr antes de que acabe el día, la semana, el mes. Qué reto te propones. Por ejemplo, aprender a hacer pan, no discutir en todo el día con alguien, tener un tiempo para ti...
  • Necesidad de poder: necesidad de adquirir prestigio, status o reconocimiento por parte de los demás. Necesita poder influir en decisiones, en actuaciones, en el comportamiento de las personas, inspirando o liderando.
    En lo personal es la necesidad de ser importantes para los demás. Saber que te tienen en cuenta para tomar decisiones esenciales. Dejar que tomes las riendas, planifiques, desarrolles proyectos familiares, desde vacaciones hasta gestiones del hogar. Si eres una persona con esta motivación, aprovecha tus cualidades de solucionador para tomar la iniciativa y hacer cosas por los demás.
  • Necesidad de afiliación. Es la necesidad de tener buenas relaciones interpersonales. Necesita sentirse acogido y ser parte del grupo porque la sensación de cercanía o amistad y "con quien" vale más que el "qué hacer" o "a dónde ir". Trabajar o hacer actividades en equipo será más gratificante que estar solo.


En lo personal, trata de hacer que todos estén bien, busca hacer amigos y se esfuerza por ayudar a los demás, por mediar entre personas para resolver conflictos y sentirse queridos. Si eres una persona con esta motivación, mantén el contacto con las personas que te rodean, escribe, llama, chatea, comparte, reúne,…

Cada persona tiene unas necesidades diferentes para sentirse mejor y superar situaciones difíciles. Así que, ¡¡¡descubre la tuya!!!

Si sabemos cuál es nuestra motivación, qué nos hace levantarnos por la mañana, nos será más fácil actuar y ponernos los alicientes que mejor nos estimulen para salir de esa situación.

¿Qué vas a comenzar a hacer para alimentar tu motivación?


Aprendiendo en el camino del crecimiento.
Raquel Bonsfills

Querido amigo/a,

¿Cómo estás? ¿Cómo te está afectando el COVID-19? ¿Qué haces para llevarlo mejor?



Honestamente quiero decirte, como ya he indicado en redes sociales, que no siento miedo por la enfermedad del coronavirus pero sí me apena profundamente los efectos colaterales que todos estamos viviendo como: el sufrimiento de la enfermedad o la muerte de seres queridos, familias y parejas que no pueden estar juntos, economías destrozadas, autónomos, desempleados y pequeños empresarios con mucho miedo a su futuro económico, confinamiento y restricciones difícilmente soportables, personas no atendidas por falta de medios y previsión, el afrontamiento de una soledad no deseada, la psicosis y el miedo que estamos padeciendo globalmente,...

Todos tenemos nuestra opinión sobre las decisiones del Gobierno y la gestión de las medidas por las CCAA que se han establecido para el bien de todos, en muchas ocasiones, nos llevará a sentir rabia e inseguridad y, en otros casos, tranquilidad y sosiego y son emociones perfectamente entendibles.

Yo quisiera centrarme en lo que puedes hacer tú para vivir mejor las prohibiciones a las que estamos todos abocados por un tema de salud pública con la finalidad de que esta fase termine incluso, de una manera positiva y con un crecimiento personal.

Es importante que mantengas una actitud optimista. Piensa en tu privación de libertad como un acto altruista para frenar la expansión del coronavirus y contribuir a que el resto de las personas se mantengan a salvo. Los efectos de no seguir estas recomendaciones podrían ser fatales.

Antes de nada y aquí sí me gustaría ser incisiva, debemos hacernos responsables de que no estamos viviendo unas vacaciones y que hay compromisos, tareas y deberes que cumplir cada día. Planifícate y planifica tu trabajo, y si no sabes, pide ayuda a tus compañeros o en 2miradas estaremos encantadas de acompañarte.

Es fundamental que hagas una vida lo más normal posible, levántate a la hora que irías a trabajar, manten las rutinas y las agendas cotidianas en lo que puedas y, por supuesto, sigue los hábitos adecuados de higiene y prevención.

También puedes aprovechar que tienes más tiempo para reinventarte y puede ser un buen momento ¡ánimo! ¡inténtalo!

No obstante, se te pueden plantear otras situaciones como las que te indico y te dejo algunas claves para que puedas manejarlas mejor:

• Al pasar más tiempo con tu pareja tienes más discusiones. Quizás sois una pareja que por circunstancias habéis pasado de veros a la hora de la cena, los findes o en reuniones de amigos o vacaciones, a pasar las 24 horas juntos y esto unido a que estamos especialmente irascibles. Nos pueden sacar de quicio comportamientos a los que estamos habituados provocando más desencuentros de los que eran habituales en nuestra vida cotidiana.

La psicóloga Harriet Lerner dice que “Cuando una pareja tiene una sólida base de sólida amistad y el respeto mutuo puede tolerar una cantidad justa de emoción en estado puro” y continúa Lerner, "pero pagar nuestros humos y emociones exaltadas y terminar por convertirla en la responsable de nuestro enfado nunca es la solución".

Lener dice que discutir es normal pero que hay que saber hacerlo. “Hay que tener cuidado con las peleas descontroladas e irracionales que pueden erosionar el amor y el respeto que son la base de cualquier relación exitosa”.

Te invito a que tengas algunas reglas que funcionan, según expertos en relaciones, cuando discutimos con nuestra pareja:

1. Una regla de oro para discutir es establecer unas normas y responsabilizarnos de seguirlas incluso en los momentos más acalorados de la conversación.
2. Sentir curiosidad y programar momentos para el conflicto.
3. Llamar a un corte si algún miembro de la pareja lo necesita.
4. Preguntar y hacer peticiones en lugar de quejas.
5. Aprender la forma correcta de disculparse con la pareja.

Está claro que una pareja será más saludable cuando sepa plantear los desacuerdos con respeto, a través de una comunicación asertiva y honesta. Sin embargo, las cosas no surgen por arte de magia y es necesario practicar un ejercicio cotidiano de saber llegar al otro con la palabra y de saber encontrar el momento para hacerlo.

No obstante, si te das cuenta que las cosas no fluyen por mucho que lo intentas, quizás es el momento de tomar otras medidas o decisiones más drásticas.

 

Si te sientes enfadado o frustrado por no poder salir de casa. Es normal sentirse triste, estresado, confundido, asustado o enfadado ante una situación de emergencia.
Si tienes que teletrabajar y tienes hijos acepta que probablemente no puedas hacerlo con el mismo rendimiento con el que lo harías si estuvieras solo. Además, puedes frustrarte si los sistemas informáticos no te funcionan como normalmente. ¡Paciencia! Y no pongas tus expectativas de trabajo como si estuvieses en la oficina porque la situación es diferente.

Te propongo para combatir esto varias técnicas para mejorar tu estado emocional:

 Cambia tu pensamiento. Te invito a cuestionarte la veracidad de tu pensamiento y cómo te hace sentir, quizá haya que cambiarlo. Ya escribí un artículo en el que explicaba 7 Pasos para poder gestionarte emocionalmente.

 Saca hacia afuera y gestiona las emociones desagradables que sientes, que llevas dentro, compartiéndolas con alguien de tu confianza o un especialista. Elsa punset nos explica que si no las exteriorizamos y las hablamos con un amigo o un terapeuta tenemos más posibilidades de enfermar porque nos hace sentir más vulnerables o incluso más temerosos de que nos juzguen, nos desprecien o nos rechacen.

 Emplea la escritura expresiva. En caso de que no quieras hablar con alguien de tus emociones o no quieras sentirte tan expuesto emplea la técnica de la escritura expresiva, te puede resultar muy similar a si hablaras de tus emociones. Es una técnica del doctor James Pennebaker que tiene excelentes resultados comprobados contra la ansiedad, el dolor crónico, el desamor, la tristeza o lo que sea que te preocupe. Los pasos son los siguientes:

o Escribe 20 minutos cada día sobre cómo te sientes durante 4 días para ver un beneficio.
o Expresa tus emociones y reacciones ante algo que te preocupe o te duela. Escribe solo para ti.
o Tras los 4 días de realizar la escritura expresiva, reflexiona sobre los cambios en tu forma de sentir y reaccionar.

 Y por supuesto, si las emociones te desbordan acude, sin duda, a un profesional.

 

Si te sientes estresado o con miedo por contagiarte o infectarte del coronavirus. Al ser la primera pandemia de la era digital tenemos un exceso de información y esto genera un gran nivel de desinformación y más miedo. Con el fin de evitar que tu miedo te bloquee sigue estas recomendaciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos sugiere:

1. Lo desconocido nos afecta más, y nos indica que es importante tranquilizarnos y pensar qué tenemos que hacer. Es importante chequear la información que nos llega porque una gran parte de los mensajes e información que se comparten por redes sociales e internet son falsos o, como mínimo, no están contrastados. Una buena opción para comenzar puede ser el portal que ha habilitado la OMS sobre el coronavirus. O la web del ministerio de Sanidad, que ofrece información actualizada tanto para ciudadanos como para profesionales. Es importante ocuparse y no preocuparse e ir a buscar la información a fuentes fidedignas y no creernos todo lo que nos llega.

2. No replicar las cosas que no sabemos, para no crear una mayor alarma social. Es importante evitar el hablar permanentemente del tema y evitar difundir rumores o informaciones falsas.

3. No te “infoxiques”; es decir, no caigas en la sobre información, para limitar la angustia y la preocupación sobre la epidemia la OMS aconseja limitar el tiempo que se pasa viendo o escuchando programas sobre el coronavirus que nos pueda llevar al alarmismo.

4. Confía en la ciencia y el sistema sanitario. Es importante seguir las recomendaciones y medidas de prevención que determinen las autoridades sanitarias para protegerse de un posible contagio de Covid-19.

5. Vigílate. Si se tiene fiebre, tos y dificultad para respirar o dudas sobre la posibilidad de haberse contagiado, es importante contactar con las autoridades sanitarias y seguir sus instrucciones para recibir atención médica.

6. Acepta tus emociones. El colegio Oficial de Psicologia de Madrid aconseja reconocer las emociones y sentimientos y aceptarlos. Recomiendan hablarlo con amigos o familiares y, si la angustia persiste, buscar ayuda de profesionales sanitarios.

7. Por último, indicarte que uses el sentido del humor. Otra de las recomendaciones de los psicólogos frente al brote del coronavirus es usar el sentido del humor. “El humor es una emoción que te ayudará a mantener el miedo (que es otra emoción) a raya”, aseguran.

 

Si te aburres en casa en el tiempo que no trabajas. Te propongo otras prácticas en el tiempo que te queda libre para que te ayuden a mejorar personal o profesionalmente y también para que te ayuden a centrarte en aceptar el presente y a sintonizarte con él.

 En el tiempo libre trata de mantenerte ocupado. Planifica el resto de tu día que no es trabajo. Aprende cosas nuevas o mejora habilidades, haz un curso on line de algún tema que te interese, culturízate, por ejemplo, mira museos (10 museos para visitar tour virtual).

 Conéctate on line o llama a tus seres queridos que no puedes visitar en este momento.Las redes sociales pueden desempeñar un papel clave para reducir la sensación de aislamiento, además de pasar un rato agradable y divertido.

 Haz una lista de las cosas que te gusta hacer en solitario y ponlas en práctica.

 Si tienes un compañero y/o hijos. Juega a juegos mentales o de mesa.

 Aprovecha a dormir y descansar más.

 Practica la meditación o el mindfulness o yoga…

 Haz todas esas cosas que por falta de tiempo nunca haces o procrastinas y que puedas hacer dentro de casa.

 Lee un libro, haz garabatos, pinta o dibuja algo, colorea un mandala o haz manualidades.

 Si te gusta cocinar, anímate con nuevos platos o recetas o debuta con la repostería. Ojoooooo, cuida tu alimentación, no te olvides de comer con mesura cinco veces al día.

 Escribe cartas o correos electrónicos a esas personas que te importan y que hace tiempo que no les dedicas un espacio. Escribe un libro o artículos si te animas.

 Haz un poco de ejercicio diariamente o baila con tu cantante favorito. Movimiento, diversión y ejercicio físico. Una combinación infalible.

 Dedícate a un nuevo pasatiempo o una manualidad te garantizará que estarás ocupado durante varias horas.

 Planifica viajes y eventos futuros, ya sea para un futuro cercano o lejano. Ten en cuenta tus posibilidades. Explora el lugar a través de Internet, busca alojamiento, descubre qué lugares visitar o qué restaurantes recomiendan…

 Reorganiza tu hogar. Puedes ordenar tus libros en orden alfabético o colgar tu ropa en el armario. Si estás aburrido, reorganiza un poco tu casa o el trastero.

 Juega a video juegos, ve películas o series o ve vídeos y fotos viejas.

 Escucha música. Nutrir la cabeza y el alma de sonidos agradables ayuda a despejar cualquier mal.

Y lo más importante, dedícate tiempo a ti. Es la actividad que más suspendemos, debido a las obligaciones diarias. Que el aburrimiento sea anfitrión de esta iniciativa autocomplaciente, no tienes porqué ser todo el tiempo productivo. Mira el techo y permítete aburrirte, como dice una amiga, mirar las musarañas además de relajarte, evita la rumiación de pensamientos negativos.

 

Después de lo que te he compartido ¿De qué otras maneras puedes sufrir menos los efectos del coronavirus? ¿qué vas a hacer para sentirte mejor? ¿Cuándo vas a empezar a hacerlo?

¡Tú puedes, puedes lograr lo que te propongas, además, te lo mereces!

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso y que te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

 

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García Arranz

Cómo hemos cambiado! o ¿no? Mujeres con determinación, que han tomado las riendas de su vida, que han podido desarrollar sus inquietudes o que han superado obstáculos en beneficio de lograr sus metas ha habido y habrá. Muchas mujeres que se han hecho más visibles: mujeres ingenieras que han promovido grandes avances, mujeres que han luchado por la salud, la sanidad, la igualdad…

Incluso yo pienso en mujeres menos conocidas como mi madre, que siendo ama de casa, su objetivo en la vida era criar a sus hijos, cuidarlos, estar a su lado, hacerles personas a las que merezca la pena conocer. Y no solo educar a sus hijos, también atender a sus padres y abuelos con amor hasta el final de sus días. No es que ella no pudiera trabajar sino que eligió otra opción.

Ella vio en casa una abuela trabajadora y adelantada a su tiempo, que era propietaria de dos tiendas y con una gran visión de los negocios. Y una madre trabajadora, modista, profesora de corte y confección, la más perfeccionista y detallista del mundo. Mujeres que cuando uno va, ellas han vuelto tres veces. Mujeres que han liderado sus vidas.


Hace tiempo escribí sobre ser madre y empresaria. Hablamos siempre de conciliación pero la realidad es que se nos acumulan las tareas y parte del liderazgo consiste en que decidas lo que decidas hacer, que la proporción de tiempo que dedicas a cada área de tu vida sea la adecuada para ti, para irte sin remordimientos a la cama.

El liderazgo de las mujeres es posible y está siendo una realidad. Como ya contábamos en el whitepaper "Women business inspiration" de LMS (Leadership Management School), cada vez más mujeres se preocupan por su desarrollo profesional. A las chicas jóvenes ni se les pasa por la cabeza lo contrario.

Nosotras, Milagros y yo, en 2miradas también hemos hecho un trabajo de liderazgo personal y profesional para ser hoy líderes de nuestra empresa.

Cada una con una experiencia y una historia. Milagros ocupaba puestos de dirección en un entorno masculino siendo "chiquitilla (en estatura), más joven y mujer" como dice ella. Para ser incluida o para poder estar al nivel muchas veces se vio adquiriendo costumbres "de ellos" como era entonces fumar y hasta llegó a ponerse corbata. Y aunque hoy esto parezca una tontería los tiempos han cambiado.

Sin embargo, yo siempre me he movido en entornos donde he tenido mujeres como jefas. Donde el liderazgo de la mujer se ha visto como algo normal. Simplemente era la persona más cualificada, dando igual si era hombre o mujer. Peeeero sí que viví y escuché mucho a mujeres que preferían no promocionarse a puestos directivos por la exigencia que supondría el puesto en cuanto a horas de dedicación, a no poder ver apenas a sus hijos, o a plantearse no tenerlos (como era el caso de las ya directivas), aunque se sintieran capacitadas para el puesto y para asumir la responsabilidad. Se planteaba como un sacrificio a sus expectativas de crecimiento que les permitía tener un mayor equilibrio personal y profesional.

Hoy ser nuestras propias líderes tiene la gran ventaja de que podamos decidir. Los indicadores generacionales según un estudio de Linkedin, pintan un futuro en el que las personas trabajarán las horas que decidan trabajar (o necesiten), hasta cuando deban o quieran, con opciones de trabajo más flexibles, con más respeto y empatía.

Yo tengo claro y apelo a la responsabilidad y el compromiso. Cada uno sabe cuál es su trabajo, cada uno sabe cómo cumplirlo. Incluso cuando yo fui madre en mi periodo de baja maternal estaba deseando que me contara Milagros cosas de la empresa para seguir al día, me colaba en reuniones y avanzaba trabajo cuando mi bebé me dejaba. No porque tuviera que hacerlo, sino porque quería.

La responsabilidad y el compromiso se desarrolla mucho más cuando nos apasiona nuestro trabajo o cuando tenemos una motivación intrínseca que nos mueve.

Por eso, cada día es más importante que en las empresas facilitemos un entorno agradable de trabajo a donde nos apetezca ir, que proporcionemos las herramientas y recursos necesarios para que las personas puedan abordar las exigencias del trabajo diario, que permitamos la flexibilidad laboral con confianza.

Si yo lo permito nadie se buscará excusas para faltar al trabajo cuando tenga que ir a un médico, a realizar gestiones, o quedarse con los niños si se ponen malos. Eso sí, a cambio se pide cumplimiento de las responsabilidades adquiridas cuando decidiste trabajar ahí.

Así que el liderazgo de las mujeres, como el de los hombres, parte de uno mismo. Parte de perseguir tus metas. Es necesario tener interés por lo que hacemos. Querer ser líderes de nuestras vidas y de nuestro desarrollo profesional. Y lo demás, lo iremos encajando. No hay reglas que valgan para todas. Cada una elegirá su mejor opción encontrando el equilibrio con el que se sienta en paz consigo misma.

Empieza por pensar qué quieres y luego ¡a por ello!

¿Necesitas ayuda? Pídela. Aprendamos de los demás. Quizá nos sirvan sus estrategias. Prueba. Inténtalo. Milagros y yo estamos a vuestra disposición para acompañaros en el proceso. Dos mujeres líderes, 2 miradas, cada una con su estilo, con su forma de llevarlo en lo personal y en lo profesional. Tomando decisiones cada día para conciliar. Eligiendo ser felices. Logrando objetivos.

¿Tú también quieres? ¿Qué vas a comenzar a hacer?
Te dejamos nuestros libros para ayudarte a desarrollar tu liderazgo:



Y recuerda, juntas, somos más fuertes. Formando equipo llegamos más lejos.


Aprendiendo en el camino del crecimiento.
Raquel Bonsfills


Querido compañero/a,

¿A menudo te quejas de lo que haces o de las personas que tienes que ver? ¿Has perdido la creatividad, la emoción y el entusiasmo por tu trabajo? ¿Aún no has encontrado el Amor de tu vida? ¿Sientes que tu vida personal o profesional necesita mejorar?

Ha sido el día de San Valentin y aunque para ti pueda ser solo un día comercial lo que sí nos debe recordar es la importancia del AMOR como pilar básico en cada una de las facetas de nuestra vida.

Ya te hablado en otros artículos de la importancia del Amor: Los beneficios de poner amor en todo lo que haces, Claves para vivir desde el Amor o mi querida socia ha escrito el artículo ¿Podemos mirar a los empleados con amor? 7 claves de por qué hacerlo …

Para todo el equipo de 2miradas es realmente importante sentir y transmitir Amor en todo lo que hacemos. Ya John Ruskin, maestro de la prosa inglesa y muy influyente en los pensamientos de Gandhi,dijo una vez: “Cuando la habilidad y el Amor se juntan, se crean obras maestras”.
Te invito a crear tu obra maestra, una vida lo más feliz posible, la tuya.

Para comenzar quiero proponerte cómo identificar y mejorar aquellos planos de tu vida que te están impidiendo avanzar, progresar y sentir cada día que amas tu vida en su globalidad.

1. Como inicio es necesario que hagas una lista de las áreas que sabemos que son verdaderamente sustanciales para tu vida, te señalo algunas posibles:
o Área física / autocuidado (salud, aspecto físico, cuidados, comidas, higiene personal, deporte…).
o Área familiar (miembros que componen tu familia de nacimiento: padres, hermanos, primos, tíos…).
o Área amorosa y social (pareja, hijos, suegros, círculo más cercano de amigos).
o Área laboral (me refiero no solo a tu área profesional sino además a tus las inquietudes e intereses culturales e intelectuales).
o Área económica (Situación económica y de solvencia).
o Área de desarrollo personal (me refiero a lo que haces para ser mejor persona cada día y para lograr ser lo más feliz posible en cada momento).
o Area ocio (intereses, diversión y actividades de tiempo libre o descanso de nuestras ocupaciones habituales)
o Área espacio físico / entorno (donde vives, donde sueles ir, dónde trabajas, por dónde te mueves…)

Rueda de valor de 2 miradas

2. Reconocidas tus diferentes áreas es importante que evalúes del 1 al 10 cómo te sientes en la actualidad con cada una de ellas. Verifica cómo vas viviendo, funcionando y cuán satisfecho te sientes en cada una de ellas . Es importante que tras hacer este ejercicio no analices ni el por qué ni te culpes o victimices por no sentirte mejor, en tu mano, en tu corazón y en tu buen hacer estará conseguir lo que quieres y sé que podemos lograrlo.

3. Ahora haz otra puntuación de cada área, tomando como reseña como vives o te gustaría vivir cada una de ellas. Si quieres emprender nuevas metas y sentirte mejor o si te sientes contento y satisfecho con permanecer donde estás.

4. Dependiendo de la puntuación que hayas dado y de la mayor o menor importancia que des a cada aspecto de tu vida, elige aquella área que necesites corregir y/o mejorar. Recuerda que un elefante solo te lo puedes comer a trozos, no de golpe, y también ten en cuenta que es básico alcanzar el equilibrio.
Crea un plan de mejora y hazte preguntas. Como Coach Profesional te dejo algunas:
o ¿Qué quiero conseguir? ¿Qué me gustaría mejorar?
o ¿Cuál es tu situación ahora? ¿Qué diferencias hay entre el resultado deseado y tu situación actual?
o ¿Qué puedes hacer? ¿Qué alternativas tienes? ¿Y si no sale a la primera?
o ¿Qué vas a hacer? ¿Para cuándo? ¿Cómo puedo yo ayudarte a mantener tu responsabilidad ante tu compromiso?

5. Realizado tu plan de acción, pregúntate qué grado de motivación tienes para abordarlo y puntúalo del 1 al 10. Si tu resultado es menor de 7 formúlate una nueva pregunta: ¿qué puedes hacer para que tu nivel de ganas de emprender las acciones concretas que te has fijado sea un 9 ó un 10?.

6. Y ahora ponte en acción realizando todo lo que te has propuesto con compromiso y con AMOR hacia ti mismo. Te recuerdo, como ya te he compartido en algún otro artículo, que solo lo que se hace desde el Amor obtendrá resultados coherentes contigo mismo y sostenibles con tus deseos. En lugar de acometer las tareas de mala gana, puedes hacerlo con diligencia y agradecido (como un acto de amor hacia ti mismo), comprobarás que así obtienes mejores resultados. Tómatelo y aprovéchalo como una oportunidad de quererte más y mejor, de aprendizaje, de crecimiento y valor. Y lo más importante, date la opción de dejar de sobrevivir y poder ser más Feliz con tu VIDA.

7. Con el fin de ayudarte a que cumplas tus nuevas acciones te invito a que:
o Analices tus rutinas e identifiques tus comportamientos o hábitos no saludables. Sin juzgarte, mirándote con amor.
o Pongas frases, objetos o fotos que te recuerden, estimulen e inviten a llevar a cabo tus nuevos cambios por tu hogar o en tu oficina o puesto de trabajo.

¿De qué otras maneras puedes planificar acciónes que mejoren tu vida? Con el fin de perfeccionar lo que te he propuesto, te sugiero que también leas un artículo en el que se ofrecen 6 acciones que podrían mejorar tu vida.

Después de lo que te he compartido ¿qué vas a hacer para ser más feliz, vivir sintiendo más amor y progresar en las diferentes áreas de tu vida? ¿Cuándo vas a empezar a hacerlo?

¡Tú puedes, puedes lograr lo que te propongas, además, te lo mereces!
Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso y que te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García Arranz

Es increíble cómo lo que nos rodea nos puede llegar a afectar. Esto sucede porque no somos inmunes a nuestro entorno, porque somos seres sociales y necesitamos de los demás para estar mejor o para llegar más lejos.

Además, nuestras emociones, en su mayor parte, surgen de las situaciones que vivimos y de nuestra forma de pensar e interpretar el mundo. Cada uno de nosotros hemos nacido en un contexto cultural, social, económico y familiar diferente y eso ha marcado nuestra forma de entender y vivir lo que nos rodea.

A veces no nos damos cuenta que hemos perdido la sonrisa hasta que alguien nos lo hace notar. Nos metemos en la bola de la vida, en la rutina, y no nos planteamos siquiera que podemos hacer algo al respecto para cambiar esa situación que nos hace ir como autómatas o que nos tiene de "capa caída".

Tampoco nos engañemos, días malos tenemos y vamos a tener, no vivimos en un mundo de continuo color rosa. Hemos de ser perseverantes ante las dificultades y perseguir nuestros objetivos si de verdad creemos en ellos y son realistas. No se trata de darnos la media vuelta a la primera de cambio porque eso solo significa que lo que teníamos o buscábamos no era tan importante para nosotros.

Lo que trato de decir es que en ocasiones la mejor respuesta es recolocarnos y permitirnos nuevas perspectivas, nuevos sueños, nuevas ilusiones y abrirnos a las nuevas experiencias o personas que puedan llegar a nuestra vida.

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De cuando en cuando necesitamos revisar nuestra orientación profesional y también es importante sentirnos bien en nuestra casa, con los objetos que nos rodean, con las personas con las que nos relacionamos y con nosotros mismos.

¿Cómo podemos alejarnos de aquello que nos quita la sonrisa? Os dejo algunas ideas:

  • Para y toma conciencia. Solo se puede gestionar aquello que conoces. Por tanto, para y mira qué tienes a tu alrededor, mírate en el espejo, mira el lugar en el que estás, en el que trabajas, lo que haces, lo que tienes, dónde colocas cada cosa, con quién te mueves… Y pregúntate ¿Es así como lo quiero? ¿Me hace feliz? Limpia y tira todo aquello que no te sirve. Cuando ya no usamos algo desde hace tiempo, cuando nos desanimamos al ver un objeto que tenemos, es el momento de tirarlo o donarlo. Solo si limpiamos, si lo alejamos de nosotros daremos espacio para que llegue lo nuevo, aquello que nos guste y que nos apetezca en lugar de aquello que nos desanime, fomentando nuestra propia evolución. Joseph Newton explica el hábito que tenemos de guardar cosas por si acaso. Por ejemplo, guardar una documentación en el trastero por si algún día la quisiéramos mirar (lo que nunca sucede). A esto lo llamó el "principio del vacío". Así que revisa, limpia y recicla tus cosas.

 

  • Libérate de viejas ideas. Tenemos creencias adquiridas de pensamientos de los demás, de miedos de los otros que proyectan en nosotros o de formas de actuar que nunca te has planteado por ti mismo y que simplemente lo sigues haciendo como lo has visto hacer hasta el momento. Y por otra parte, es posible que tú mismo/a hayas tenido ideas que te sirvieron en un momento dado en tu historia, pero que ya no aplican porque el momento en el que las necesitaste ya pasó. Por eso, es importante hacerte consciente de cuál es esa idea que te convino en su día pero que ya no va contigo. Solo si las detectas las podrás cambiar.

 

  • Trabaja el desapego, sé independiente emocionalmente. Disfruta de las cosas sin necesitar desesperadamente tenerlas. No es necesaria la posesión solo alégrate por el tiempo que puedes compartirlo, usarlo o vivirlo. Ya sea estar con una persona o ponerte tu jersey preferido. Te dejo algunas técnicas para controlar el desapego en este vídeo del psicólogo Walter Riso:

         

 

  • Sé flexible contigo mismo/a. Permítete el cambio. Libérate de los "debo" y "tengo que" para utilizar mejor los "quiero", "necesito" o "me gustaría". No eres siempre así, puedes ser de otra manera y no dejar de ser tú. Tu vida es tuya. Solo tienes una oportunidad para vivirla. Permítete acercarte a aquello que te haga sonreír, alejarte de lo que te amargue la existencia, deja de engañarte con que la situación cambiará y cámbiala tú. Porque ¿sabes la buena noticia? Puedes hacer algo al respecto. Si no puedes cambiar la situación, al menos puedes cambiar tú cómo vivirla.

 

Somos quienes somos por todo lo que hemos vivido. Y seremos como queramos ser según decidamos. Así que elige ser feliz y di adiós, como dice Madonna en su "power of goodbye", a lo que te quite la sonrisa.

¿De qué te vas a desprender? ¿Qué vas a cambiar?


Aprendiendo en el camino del crecimiento.
Raquel Bonsfills

¿Cómo realizas una reunión? ¿Qué haces para llevar a cabo una reunión efectiva?

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Antes de nada, me gustaría compartirte la diferencia entre eficacia, eficiencia y efectividad. Según la Real Academia de la Lengua Española, eficacia se refiere a la “capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera”, mientras que eficiencia es definida por la RAE como la “capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado”.

Por aclarar un poco más estos dos conceptos, hablamos de una persona eficaz cuando consigue cumplir con un objetivo en el tiempo señalado y en cambio, será eficiente si alcanza la meta empleando los menos recursos posibles.

La clave está en hallar el equilibrio entre ambos parámetros, lo que se traduce en un tercer concepto, la efectividad, entendida como una solución ponderada entre lograr los objetivos marcados con un gasto adecuado.

Cada grupo tendrá sus propias reglas del juego para que la reunión sea más efectiva. Hoy quiero hablarte de algunas de las reglas que mejor ayudan a ser ágiles, no tener que repetir las cosas, mantener la atención y reducir el tiempo que lleva la reunión.

Haciendo reuniones efectivas ahorramos tiempo, dinero y energía. Te comparto diez reglas fundamentales para lograr realizar reuniones efectivas:

  1. Diseña un plan concreto de la reunión. Antes de nada es fundamental plantearse la pregunta ¿es necesaria la reunión? No hay nada peor que esa manida manía de montar reuniones por el mero hecho de pensar que forman parte del trabajo. Si es necesaria una reunión, es necesario elaborar un plan de cómo irá la reunión y envíaselo a todos los participantes para ello debes fijar: la hora, la duración, el lugar, las personas que asistirán y los puntos y el orden del día de la reunión. Además, es necesario que fijes el/los objetivo/s de la reunión de forma clara y concisa. Antes de convocar una reunión debemos tener claro cuál es o cuáles son los objetivos de la misma y debemos ser capaces de enumerarlos. Organiza la reunión con una semana de antelación, como mínimo. Es muy difícil alinear todas las agendas de los participantes. Diseñar un buen plan nos lleva a todos a saber los temas a tratar.
  2. Convoca a las personas implicadas. Para poder llevar a cabo una reunión efectiva es necesario citar a las personas necesarias y que cada miembro del equipo vaya con la idea de cuáles son sus fortalezas en los temas que se van a tratar en la reunión para conseguir el éxito y que llegue a compartirlas con los demás.
  3. La puntualidad. La puntualidad es un requisito importante en una reunión. Es preciso exigir a todos los participantes, para no perder un minuto y, además, transmitir el valor que tiene el factor tiempo como recurso escaso en una organización y para cada participante de una reunión.
  4. Respetar la palabra. Es muy importante respetar el turno de palabra de cada una de las partes que estén dialogando, facilitando de esta forma el entendimiento de las posiciones que se exponen, para llegar a conocer los argumentos de cada participante.
  5. Ser breve e ir al grano. El principal problema de hablar de más es que sin darte cuenta abrirás muchísimos frentes, y todo esto desvía la atención de tu cliente o desvía la atención de los participantes de la reunión. Es muy positivo ir al grano, no dar rodeos y no andarse por las ramas, esto ahorra en una reunión tiempo y complicaciones.
  6. Explicar el punto de vista calmadamente. Es necesario exponer todos los temas en un tono calmado sin promover agresividad, ni posiciones a la defensiva.
  7. Mantener una mentalidad abierta. Además de acudir con humildad para asumir errores y poder seguir aprendiendo.
  8. Escuchar sin parcialización. En la escucha global o en la escucha sin parcialización, la empatía y la intuición se alían para transcender más allá de las palabras, de las emociones y del contexto pudiendo comprender lo que el otro dice sin interpretarlo.
  9. Evitar conversaciones laterales. Es muy fácil que en una reunión se dé por ejemplo que uno se ponga a discutir prioridades, otro contando chistes, otro comentando un tema nuevo… El mantener una conversación paralela con un miembro en una reunión, mientras otro habla es una de las formas más comunes de perder el tiempo y de perder información.
  10. Respetar las opiniones de los demás. Las soluciones a los problemas se resuelven hablando y no peleando. Nos cuesta muchísimo entender algo tan básico desde mi punto de vista, como es la comunicación y lo más importante, que en esa comunicación se dé la tolerancia a las opiniones de los otros.

Toda regla debe tener una consecuencia en caso de incumplimiento que debe ser:

  • Consensuada por todos.
  • Equitativa con la regla a la que hace referencia.
  • Conocida por todos.
  • Recordada cuando se incumpla. Determinar quién lo hará.
  • Realizada. Asegurarnos que se cumple la consecuencia hará que las personas se comprometan con la regla.

¿Qué otras reglas llevas a cabo para realizar reuniones eficientes?

Con el fin de complementar lo que estoy hablando te dejo un vídeo explicativo sobre reuniones eficaces. Analiza algunos aspectos que es importante mejorar en las reuniones eficaces: claves para mejorar su gestión

Después de lo que acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para mejorar tus reuniones?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso, te responderé a cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

El dinero que me pagan a final de mes es mi principal motivador para decidir trabajar en una empresa. ¿Es tu caso?

Cuando se firma un contrato laboral llegamos a un acuerdo entre la empresa y el trabajador por el que la empresa hace patente que quiere que el colaborador trabaje, dedique su tiempo, capacidades y conocimientos para alcanzar sus metas u objetivos propuestos; y el trabajador deja sellado su interés en hacer todo eso a cambio de unas condiciones establecidas de salario económico, emocional, beneficios sociales, condiciones laborales, etc. Podríamos decir que eso con lo que hemos estado de acuerdo es nuestra recompensa como trabajadores.

Aunque la teoría motivacional de Herzberg nos dice que cumpliendo meramente el acuerdo podemos llegar a la no satisfacción, si queremos algo más de satisfacción en el trabajo vamos a necesitar que nuestros líderes nos reconozcan, nos valoren, nos potencien, nos faciliten el trabajo, nos comprendan, nos den lo que necesitamos para trabajar, ayuden a promocionarnos, nos capaciten…

Las empresas llevan unos años sumándose a la tendencia de en lugar de pagar un mayor salario ofrecer más recompensas no monetarias. Pero cuidado, es importante que se cumpla un mínimo porque si no, por mucha recompensa, las personas que aceptaron trabajar bajo esas condiciones seguirán buscando un empleo con mejores condiciones. Y luego la empresa se encontrará luchando por la retención del talento o el compromiso de los trabajadores.

Photo by Alexander Mils on Unsplash

Sabiendo que cada generación tiene sus propias necesidades, y que lo que puede satisfacer a una persona con hijos pequeños podría ser diferente de lo que satisface a una persona sénior o a un talentoso joven, cada vez más empresas se plantean recompensas personalizadas. Sin embargo, hay algunos principios importantes a tener en cuenta a la hora de proponer recompensas en nuestra empresa.

Los principios para tener en cuenta son:

  • Preguntar. Como no tenemos una bola de cristal, ante la duda, mejor preguntar. Podemos organizar grupos de discusión que involucren a colaboradores de distintas áreas y sectores de actividad, de diversas edades o diferentes regiones. Esto nos puede ayudar a decidir qué estrategia de recompensa aplicar, qué incentivos son los más adecuados, qué se puede cambiar para mejorar el modelo de reconocimiento o cuáles son las iniciativas que mejor acogida han tenido.
  • Indagar. Conocer el sistema de recompensas de la competencia contribuirá a evitar problemas de rotación, conflictos individuales y colectivos. Si por hacer el mismo trabajo en la otra empresa me dan mejores condiciones o recompensas, no me voy a quedar en ésta. Para tener a los mejores hemos de tratar a nuestra gente como a los mejores.
  • Ser imparcial. Dentro de un mismo grupo o categoría profesional no tienen que existir grandes diferencias entre sus miembros. Ha de haber unas bases para todas las personas, que si hacen o se consiguen lo mismo, la recompensa sea la misma. Por ejemplo, si por tener un hijo tienes como recompensa salir a las 16h para poder ir a buscarlo al colegio, todo el que tenga un hijo en edad escolar podrá acceder a dicha recompensa.
  • Personalizar. Según la teoría de motivación de Stacy Adams, si yo me esfuerzo más, obtendré una recompensa mayor que otra persona que en el mismo puesto se esfuerce menos. Por lo tanto, hemos de entender también una retribución basada en los resultados y comportamientos de las personas. En los que tendremos en cuenta su iniciativa, interés, creatividad, etc. En definitiva, su rendimiento y desempeño. Además, es importante identificar las preferencias personales para establecer estrategias de reconocimiento que sean acogidas con el efecto deseado. Algunas personas prefieren ser obsequiadas con una comida de reconocimiento con los compañeros y otros con unas entradas para disfrutar de un espectáculo en familia.
  • Equidad. Todo esto no puede hacerse sin equidad. Si se percibe una falta de equidad en el reconocimiento individual de los colaboradores es fácil que se genere malestar y que se inicie un proceso de reclamación y queja constante que afectará sin duda al rendimiento. Equidad no es igualdad. Equidad es dar a cada uno lo suyo, lo que merece, que no tiene por qué ser igual que lo que le damos al otro (igualdad), pero sí similar, equitativo.
  • Que haya congruencia. Tiene que existir un equilibrio entre las recompensas individuales y las grupales. Así como proporcionales de forma congruente con el trabajo realizado, la dedicación, la resolución y el resultado obtenido.
  • Ser oportuna. La recompensa funciona cuando se produce en el momento adecuado. Si el equipo ha hecho un esfuerzo enorme por llegar en fecha a una entrega, darles un día libre será más oportuno a continuación de ese esfuerzo que tres meses después, cuando seguramente se habrá olvidado el objetivo que se consiguió y se habrá entrado en un nuevo proyecto. Para que sea oportuno es indispensable que los responsables conozcan lo que ocurre en el día a día, al equipo y los cambios que pueden ser necesarios para fomentar e incentivar el rendimiento del equipo.  Y también es importante asegurarse de que los mandos son conscientes de la importancia que tiene el feedback, cuándo éste ha de producirse de manera informal o con un agradecimiento público.
  • Comunicación clara. Si estamos introduciendo un sistema de recompensa en la empresa debemos asegurarnos de que todo el mundo es consciente de ello. Es importante que todos tengan claro cuáles son los objetivos, qué es lo que se premia y qué factores justifican la recompensa. Habrá que reforzar el mensaje a través de los diversos canales de comunicación disponibles: reuniones, boletines de noticias, portal de Recursos Humanos… El mensaje ha de llegar a todos y todos tienen que saber las reglas del modelo, ya sea trabajando en las oficinas centrales, en delegaciones o teletrabajando. En general es importante informar a la plantilla de los niveles salariales, de las distintas formas de alcanzarlos, y de los conceptos que comprenden cada una de las partidas.
  • Sencillez. Debe ser fácil de entender por la plantilla, evitando que se pudiesen generar malentendidos. Y han de ser tangibles para evitar subjetividades.
  • Ser estable. Implantar un modelo de recompensas tiene que ser persistente bajo unas mismas condiciones. Si cambia con frecuencia puede generar en los trabajadores desconfianza e inseguridad. Lógicamente, debe adaptarse o flexibilizarse en función de la coyuntura económica y de las exigencias del mercado y de la empresa.

Cuando alguno de estos aspectos falla, normalmente nos desmotivamos. Por eso, aunque no seas la persona que decide si esto es así o no, siempre puedes hacer notar que hay otra forma de hacer las cosas para mantener a los colaboradores más contentos. Yo suelo decir, que es mejor proponer que seguir quejándose. Si sabes cómo mejorar, dilo. Si no, tendrás que conformarte con lo que hay. Y entonces tu recompensa será la que estás aceptando. Si quieres que sea de otra forma, ¡ve a por ello!

¿Cómo quieres que sea tu recompensa? ¿Qué recompensa es la que mejor va contigo? ¿La obtienes ya en tu trabajo? Si no, ¿qué vas a hacer para conseguirla? Ponte en marcha, tienes todo el año para obtener mejores recompensas.

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

31 diciembre, 2019

 

Desde 2miradas, deseamos que:

Encuentres y mantengas en tu vida a esas personas que te elevan, que sacan lo mejor de ti, que te invitan a vivir y a brillar.

Dejes atrás aquello que te pesa y te limita tu avance y crecimiento personal o profesional.

Sigas aprendiendo de aquello que la vida te trae, de los caminos que vas eligiendo o te encuentras.

Sepas discernir las mejores opciones y que saques las posibles conclusiones.

Dibujes en tu cara la mejor de tus sonrisas para conquistar el mundo.

Actúes para conseguir lo que sueñas.

Pienses cada día que tu vida merece la pena.

Ames, rías, crezcas.

Y sobre todo, mantén la ilusión de los buenos comienzos porque con ese fin en mente, el camino se hace más llevadero.

¡Feliz año nuevo!

Raquel Bonsfills y Milagros García

 

Feliz Año Nuevo

 

 

 

 

Feliz Navidad 2019

 

Desde 2miradas con todo nuestro Amor y Cariño:

Feliz Navidad

Milagros García y Raquel Bonsfills

 

 

¿Sientes miedo a fracasar? ¿Qué haces para superar el miedo al fracaso?

Photo by M.T ElGassier on Unsplash

Realizar una interpretación inadecuada de una situación nos podría llevar a evitarla por considerar que el riesgo es excesivo y que no estamos en disposición de afrontarla.

También, en ocasiones amplificamos las posibles consecuencias de cometer un error al enfrentarnos a la situación, anticipándonos a los resultados y haciendo previsiones con una visión catastrofista y negativa cuando aplicamos el dicho popular de: piensa mal y acertarás.

Además, pensamos que tener éxito o fracasar nos define como personas, confundiendo “tener un fracaso” con ser un o una “fracasada”, y caemos en una simplificación que reduce la riqueza y complejidad de la persona.

Para algunas personas fracasar supone algo irreparable, imperdonable… un resultado que no se “pueden permitir”. Desde esta perspectiva, la presión por evitar el fracaso podría llevar a dejar incluso de actuar.

Las emociones que generan una visión tan “determinante” del concepto de fracaso, limita nuestra capacidad de afrontar las metas propuestas, e implica que la persona tenga la creencia de que no puede asumir futuros proyectos por miedo a la posibilidad de fracasar.

El miedo al fracaso está en gran parte condicionado por tres factores:

  • La interpretación que realizamos de la situación.
  • La anticipación que hacemos de las posibles consecuencias.
  • La valoración que hacemos de nosotras o nosotros mismos a partir del resultado que obtengamos.

Es necesario poner responsabilidad en la gestión de un fracaso:

  • La gestión del fracaso es necesaria para poder innovar en las organizaciones.
  • Es necesario para adaptarnos a un entorno cada vez más cambiante
  • Gestionar un fracaso nos lleva a aprender de los errores cometidos estableciendo un entorno de mejora continua y desarrollando las habilidades de nuestros colaboradores.

Te comparto 9 técnicas para superar el miedo al fracaso:

  1. Establece metas realistas y alcanzables para que tengas la sensación de competencia y de avance en cumplir tus objetivos.
  2. Considera el fracaso como una oportunidad de aprendizaje, un proceso en el que puedes demostrarte tu capacidad para tras tropezar, levantarte y seguir caminando.
  3. Piensa que no hay fracaso si lo has intentado. Sea cual sea el resultado, siempre hay un logro al enfrentarnos a nuestros miedos.
  4. No te recrees en tus errores. Identifícalos y a continuación pasa a otra cosa. Lo importante es tener una perspectiva amplia ante los resultados.
  5. No digas “no puedo”, “esto no es lo mío” o “no lo voy hacer bien”. Piensa de forma realista y cree en tu capacidad para afrontar las situaciones que se presentan. Ten la seguridad de que en el proceso de intentarlo siempre está la mejor manera de realizarlo con la información que posees en ese momento.
  6. No te exijas un resultado perfecto. Acaso ¿todo lo que sale bien es porque se ha llevado a cabo de manera perfecta? Invertir esfuerzo de un modo flexible y adaptativo es siempre la mejor estrategia.
  7. Lo importante no es hacerlo todo bien a la primera, lo que importa es tener capacidad para intentarlo las veces que sean necesarias o valorar otras opciones, y regular adecuadamente nuestra tolerancia a la frustración.
  8. No conseguir algo tal y como esperabas no es fracasar, o ser «un fracaso», sólo significa que en la siguiente ocasión sería conveniente que hicieras las cosas de un modo diferente para obtener resultados diferentes.
  9. Una comunicación transparente a todos los niveles facilitará el análisis de los fracasos pasados que será fundamental para garantizar grandes éxitos en el futuro.

¿Qué otras técnicas manejas para superar tu miedo al fracaso?

Recuerda que con cada fracaso estás un paso más cerca de conseguirlo si aprendes de ello. Con el fin de complementar lo que estoy hablando te dejo un vídeo que habla sobre Cómo superar el fracaso (Claves y ejercicios psicológicos).

Después de lo que acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para mejorar tu miedo al fracaso?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso y que te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Un día te duele la cabeza y te tomas un analgésico o te vas a dormir pensando que mañana estarás mejor. Otro día te quedas afónico sin sentido cuando has de exponer un proyecto que era importante para ti. Y también puede pasarte que te sientes cansado pero no es físico, tu energía está bajo mínimos. ¿Te ha ocurrido algo de esto? ¿O conoces a alguien a quien le haya sucedido?

Cada una de nuestras emociones tiene una repercusión en nuestro cuerpo. De la misma manera que cuando estamos nerviosos se nos encoge el estómago, existen numerosas afecciones provocadas por nuestras emociones. Y de ahí a las enfermedades psicosomáticas, enfermedades con causa psicológica, emocional y no física, que hoy en día llegan a ser un tercio de las enfermedades que sufrimos, como ha identificado en sus estudios la neuróloga Suzanne O'Sullivan.

Photo by Olenka Kotyk on Unsplash

No vamos a evitar la relación entre el cuerpo y las emociones, que sucede en todo momento.  Lo que podemos hacer es gestionar nuestras emociones. Podemos actuar sobre nuestros pensamientos para mejorar nuestra regulación emocional, podemos actuar sobre la emoción bajando su intensidad y podemos actuar sobre el cuerpo, por ejemplo, y como ya hemos hablado, hay técnicas como Alba Emoting que relacionan los movimientos y posiciones corporales con las emociones, utilizando el cuerpo para actuar en la gestión emocional. Como ya explicaba Pilar Jericó en su artículo, con un gesto prolongado 2 minutos podemos cambiar nuestra emoción. O si quieres sentirte contento, pon cara de felicidad, achinando los ojos hasta que salgan las arrugas de los lados durante al menos 2 minutos y te sentirás más alegre. Si no te lo crees, pruébalo.

Y ¿qué pasa con nuestra energía? Las emociones también derivan en estados energéticos más elevados o más bajos. Por ejemplo, con emociones como la ira o la alegría nuestra energía es mayor, mientras que con emociones como la tristeza o el asco nuestra energía es menor.

Por otra parte, en los años 50, Alexander Lowen junto con John Pierrakos introdujo el concepto de Análisis Bioenergético que deriva de los estudios de Wilheim Reich, quien comenzó a incorporar el cuerpo como instrumento terapéutico.

La bioenergética es una corriente de psicoterapia que ayuda a la conciencia y flujo de nuestra energía vital bloqueada en nuestro cuerpo y que también se manifiesta mediante la rigidez del carácter. La mayoría de las veces, estas tensiones o bloqueos tienen un origen en las necesidades emocionales no cubiertas de cada persona y cómo nuestro cuerpo se adapta a esto a lo largo de una vida.

Por tanto, para tener un mayor grado de bienestar, necesitamos mantener alineados, equilibrados y en coherencia nuestras 4 partes del ser humano: mente, cuerpo, emoción y energía.

Y para ello, hemos de estar atentos a:

  • Nuestras emociones:
    • ¿Qué siento? Poner nombre a nuestra emoción.
    • ¿Cómo funciona nuestra emoción? ¿Cuándo se activa? ¿Cómo reacciona mi cuerpo ante ella? ¿Dónde la siento?¿Cómo es?
    • Y después, utilizar técnicas de gestión emocional para regular la intensidad de nuestra emoción y mantenerla en equilibrio, permitiéndonos actuar de una forma adecuada y oportuna. Y desarrollar una madurez emocional y nuestra inteligencia emocional.
  • Nuestra energía:
    • ¿Qué nivel de energía tengo? Del 1 al 10, ¿cómo estoy? Más o menos activo.
    • ¿Cómo funciona nuestra energía en nosotros? ¿Cuándo se activa? ¿Cómo reacciona mi cuerpo ante ella? ¿Dónde la siento?¿Cómo es?
    • Para darnos información podemos ponernos en una postura neutra, con los ojos cerrados, las rodillas semiflexionadas , columna estirada, mandíbula aflojada o boca entreabierta, sin tensión muscular.

  • Y por ejemplo, para regular nuestra energía corporal podemos utilizar la técnica de Jin Shin Jyutsu. Con nuestras manos podemos abrazar de manera suave y firme cada uno de nuestros dedos, porque a cada emoción se asocia un dedo (manos y pies) y el bloqueo de energía que produce esta emoción puede transformarse envolviendo suavemente el dedo respectivo, según lo que se quiera tratar o “eliminar”.

Fuente: Ayurveda y armonía

  • Nuestro cuerpo:
    • ¿Dónde me molesta o dónde tengo tensión? Pásate el escáner mental por tu propio cuerpo para detectarlo.
    • Puedes ayudarte realizando una visualización, una meditación o ejercicio de mindfulness en la que sentado o en una postura cómoda sin cruzar manos ni pies, respires profundamente tres veces, y con los ojos preferiblemente cerrados te centres en conocer tu cuerpo, y vayas subiendo desde los pies hasta la cabeza relajando articulaciones y músculos.
    • ¿Cuándo se activa? ¿Cómo reacciona mi cuerpo ante ello?¿Cómo es? ¿Qué me limita?
    • Para mantener tu cuerpo en buen estado, es conveniente que permanezcas activo, que hagas gimnasia suave con picos de actividad que cambien tu ritmo y ejercicios que potencien tu flexibilidad.

Habiendo hecho esto, podrás darte cuenta de si está en coherencia lo que sientes, lo que piensas, lo que tu cuerpo te dice y tu energía. Cuanto más practiques, podrás estar más alineado y sentirte mejor.

Aprendiendo de mi cuerpo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

¿Qué haces cuando negocias? ¿De qué maneras negocias? ¿Cuál suele ser el resultado de tu negociación?

10 claves para conseguir una negociación efectiva

 

freepik.es/foto

La negociación según la wikipedia es un esfuerzo de interacción orientado a generar beneficios.

Sus objetivos pueden resolver puntos de diferencia, ganar ventajas para una persona o grupo, diseñar resultados para satisfacer varios intereses, mejorar situaciones actuales, resolver conflictos o llegar a un punto neutral de la información.

El modelo Harvard define la negociación efectiva como una conversación entre dos o más partes para conseguir un arreglo de intereses divergentes o un acuerdo mutuo, con la habilidad de crear un ambiente de colaboración y compromisos duraderos.

Ya te compartí hace tiempo en otro artículo las 6 fases de un proceso de negociación  hoy quiero compartir contigo algunas claves para poder lograr una negociación efectiva:

  1. Prepara la negociación. Seguro que recuerdas uno de mis refranes que numerosas veces te he compartido en mis artículos: “lo bien preparado resultado esperado, lo mal preparado resultado caótico”.  Y en esta preparación comienza por prepararte tú, trabaja en tus 4 partes del ser humano: emocional (gestionando cómo estás y como te pueden llegar a sentir durante la negociación), energética (que vayas con una energía positiva y limpia con ganas e interés por desarrollar la negociación de forma efectiva para ambas partes), tu parte física (muestra una buena y saludable imagen y una postura corporal que invite a querer negociar) y por supuesto, la parte mental (aprende lo que puedas sobre la negociación, sobre las partes implicadas, posibles acuerdos, prepara estrategias, desarrolla habilidades negociadoras…). Te dejo mi artículo donde hablo sobre algunos trucos para preparar la negociación.
  2. Define los objetivos de la negociación. Es necesario saber lo que queremos lograr para saber planificarnos y poder pensar las diferentes opciones a llevar a cabo para lograrlos. Cómo saber definir objetivos racionales lo puedes comprobar con la técnica del SMART-E.
  3. Gestionar toda información posible. Todos sabemos que la información es poder, así que: obtén la mayor cantidad de información sobre las partes implicadas y recoge, a ser posible, por escrito toda la información necesaria que sustente tus intereses y respalde tu posición para poderla presentar cuando sea necesario.
  4. Plantea estrategias y alternativas desde el ganar-ganar. Si quieres hoy en día llevar a cabo una negociación exitosa es necesario trabajarla desde el ganar-ganar y que los intereses de todas las partes se encuentren atendidos, si esto no se produce toda solución que pase por ganar-perder o perder-ganar pondrá en riesgo la negociación, y podría acabar no avanzando o rompiendo la negociación.
  5. Crea un MAAN (Mejor Alternativa a un Acuerdo Negociador). Plantéate los diferentes escenarios posibles que podrías aceptar, así como lo que puede resultar inaceptable para ti. Trata de ponerte en el lugar de las otras partes pensando las zonas de interés y satisfacción de la parte contraria, lo que la otra parte quiere y necesita. Con este análisis seremos capaces de encontrar una zona de intereses común.
  6. Sé duro con el problema y sensible con las personas. Concéntrate en la solución y no en destruir a tu oponente. Las negociaciones se hacen entre personas y es importante cuidar las relaciones. Negociar con respeto, ética, sinceridad y transparencia favorece negociaciones futuras.
  7. Practica durante todo el proceso negociador la comunicación asertiva, la escucha activa y la empatía. Esta forma de afrontar una negociación te llevará a generar un mayor número de alternativas, e incluso para ceder en un momento dado, esto con la finalidad de que el beneficio para las partes negociadoras sea mutuo.
  8. Pregunta, no des nada por supuesto. No presupongas atrévete a preguntar, no tengas miedo a dar una imagen de que no sabes algo. Aclara las situaciones para evitar malos entendidos y poder encontrar las mejores opciones para ambas partes.
  9. Insiste, resiste y persiste. Un “no” inicial en un proceso negociador puede ser un “sí” posterior. Es necesario que no nos rindamos ante la primera dificultad, es importante persistir para lograr un acuerdo favorable para ambas partes. En mi artículo Pilares de la Persuasión te dejo 6 claves para ser persuasivos.
  10. Cerrad la negociación con un compromiso. De una forma clara y concreta especificar el acuerdo de la negociación o los siguientes pasos a llevar a cabo si no se ha logrado en ese momento un acuerdo, así como establecer cómo y cuándo se debe cumplir. De esta manera evitaremos los malos entendidos posteriores o las frustraciones futuras y tendremos un plan de cumplimiento.

Te recuerdo que ser un buen negociador implica conducir un suceso para llegar a un acuerdo satisfactorio entre dos partes enfrentadas.

¿Qué otras claves manejas para lograr negociaciones efectivas?

Con el fin de complementar lo que estoy hablando te dejo un vídeo que habla sobre las 6 fases de un proceso de negociación

Después de lo que acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué otros claves tienes en cuenta para llevar a cabo una negociación efectiva? ¿Cómo vas a mejorar un proceso de negociación?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso y que te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

 

 

 

 

 

 

 

 

Muchas veces caemos en la dulce tentación de amar a los demás y darnos por entero a otros. Dejamos que nuestro sentido de vida sea querer hacer felices a los demás porque con su sonrisa crece la nuestra. Nos volcamos en agasajar y homenajear a aquellos a los que queremos.

Y todo esto es muy bonito.

Dar amor, nos enriquece como personas, nos permite mantener mejores relaciones sociales, nos ayuda a llegar más lejos y en muchos casos, nos viene devuelto, porque lo que sembramos, al final, recogeremos.

Niña con un corazón

Photo by Bart LaRue on Unsplash

Ahora bien, ¿cuánto de todo esto te lo das a ti mismo/a? Ah, sí, perdón. Resulta que a veces tenemos una creencia que dice que si te quieres a ti mismo y te antepones o priorizas frente a los demás, eres egoísta. ¿En serio? ¿No será que hay un matiz que dice que cuidar de ti es tan importante como cuidar de los demás, sin ser más que los demás, ni pisar a los demás por hacerlo?

Quererse es, además, la clave esencial de un buen desarrollo de la autoestima. Y la autoestima es una pieza fundamental para mantener nuestro ego a raya, para hablar con asertividad, para avanzar hacia una madurez emocional, para vivir el presente, y para dormir bien contigo mismo/a por las noches.

Y por supuesto, necesitamos autoestima para que no se aprovechen de nosotros, para saber poner  límites, para ponernos en valor, para reconocernos nuestras buenas actuaciones sin demandar el halago de los demás, para dejarnos ser en lugar de ser como los demás quieran que seamos, para aceptar las perfectas imperfecciones que tenemos y que no nos duela que los demás las vean,…

¿Has escuchado eso de "si no cuidas de ti no podrás seguir cuidando de los demás"?   Hace tiempo escribí un artículo que decía, "me olvidé de cuidar de mí" porque queremos llegar a todo, luchamos por nuestros objetivos, lograr el éxito, llevar el pan a casa o vivir tranquilos y para ello nos esforzamos. Pero a veces se nos olvida meternos a nosotros mismos en esa ecuación. Lo hacemos solo para preguntarnos si podemos o si nos sentimos capaces o si aún nos falta mucho por aprender.

Esto no deja de ser un recordatorio de que no se trata solo de llegar, se trata de cómo llegas. Los que hacen el camino de Santiago lo saben bien porque muchos se han tenido que rendir en el camino.

Para que puedas llegar a tu destino siendo tu mejor versión y para poder ofrecer a los demás todo tu amor y tu talento con generosidad, acuérdate de comenzar por quererte a ti. Te propongo algunas ideas para lograrlo:

Conócete. Para amar algo hay que conocerlo. De igual forma ocurre contigo. ¿Cómo vas a apreciar lo buen chef que eres si no te reconoces en esa capacidad? Te propongo que juegues a contestar algunas preguntas sobre ti: ¿Quién eres? ¿Cuáles son tus mejores cualidades? ¿Qué dirían de ti tus amigos y familiares? y otras muchas más preguntas para conocerte que puedes resolver. 

Dite cosas bonitas. Tenemos mucha costumbre de decirnos las cosas que no nos gustan. Frases como "que torpe soy", "mira que soy cabezota", "no aprendo", "con este cuerpo quién se va a fijar en mí"… y otras muchas lindezas que nos dedicamos. Pues no,  haz el esfuerzo de sacarte los rasgos positivos, encuentra lo que haces bien y dítelo porque lo que te dices y cómo te lo dices importa. Por eso, utiliza mejor afirmaciones como "qué bien se me da…", "estoy aprendiendo…", "me mantengo en forma", "estoy seguro de…", y recuerda ponerlas siempre en tiempo presente para que estén a tu alcance.

Dice el doctor Bernie Siegel, "si permites que las afirmaciones impregnen tu conciencia, se te harán cada vez más creíbles, hasta que terminen por ser parte de tu realidad". Así que tanto las buenas como las malas te las puedes acabar creyendo y haciendo realidad, por eso, elige las afirmaciones que te potencien, no las que te destruyan.

Te lo mereces. Tenemos la costumbre de quitar importancia o como que no van con nosotros los halagos que recibimos. Y lo hacemos especialmente cuando aquello que nos alaban no nos lo creemos o nos parece desproporcionado respecto al esfuerzo que nos ha supuesto hacerlo a nosotros.

Un buen ejercicio a realizar es decir "gracias" en lugar de "qué va, si no es nada". Y darte permiso para aceptar lo bueno que te digan o que te suceda. Incluso cuando alguien se fije en nosotros, sonreír en vez de rechazarlo. ¿Te sientes merecedor? Si has hecho algo bien y alguien te lo reconoce, ¡sí!, cuando has dedicado tu tiempo a algo y tiene una recompensa, ¡disfrútala!.  Aprecia todo con humildad y aceptándolo como parte de las alegrías que te da la vida.

Te dejo el tratamiento de merecimiento de la gran escritora del desarrollo personal Louise L. Hay:

Tratamiento de Merecimiento

Date permiso para aprender y cambiar. Si lo supiéramos todo de antemano la vida sería muy aburrida. Nuestra propia evolución como seres humanos y nuestro crecimiento como personas son parte del interesante viaje de la vida. Eso significa que no tienes que saberlo todo, que te puedes equivocar, que a lo mejor hace años respondiste de una forma poco madura y que aprendiste.

Aunque el ser humano tiene el arte de tropezar dos veces sobre la misma piedra, también tiene la gran capacidad de ser un eterno aprendiz. Es importante perdonarse y perdonar a los demás dejando el pasado en el pasado. Saber que nuestra adaptabilidad es inmensa. Y como dice mi madre "obligado te veas", pero aún sin estar en una situación extrema, podemos decidir que lo que nos gustaba hace años ya no es lo que queremos en nuestra vida hoy. Y no por eso somos peores personas. Solo hemos crecido. Así que relájate y no seas tan duro/a contigo mismo/a.

Revisa tus creencias y valores. No solemos parar a pensar cuáles son nuestras creencias más profundas, a veces ni somos conscientes de cuándo están nuestros valores en juego. Piensa en qué cosas te molestan y por qué, con qué saltas como un resorte o qué te hace callar.

Descubre si tus creencias te limitan o si te ayudan a abrir tu mente. Si juegan a favor de la consecución de tus objetivos o si te encasillan y te quitan libertad.

Dedícate tu tiempo. Una máxima para querernos es dedicarnos un poquito a nosotros mismos. Aquello a lo que le pones interés puedes acabar amándolo, incluido/a tú. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo que te apetecía a ti? ¿Cuándo fuiste al cine? ¿Cuándo viste a ese amigo al que echas de menos? ¿Cuándo te diste un tiempo para ir a pasear por el campo o la playa? ¿Cuándo te permitiste "estar" en lugar de "ir"?

Un ratito de relajación y meditación, una mirada al espejo, una frase de reconocimiento, una sonrisa, una acción en la que te priorices…pasos que sería bueno que programases, al menos una vez al mes y mejor una vez a la semana. Si eres capaz de dedicarte un tiempo cada día entonces estarás de enhorabuena. E incluso en los días de "hoy no soy buena compañía para nadie" déjate sentir tu emoción y después sal de nuevo a relacionarte con el mundo.

Recuerda, “éste es tu momento. Ámate a ti mismo/a porque eres una persona maravillosa y te lo mereces. Quiérete para apreciarte. Quiérete para mantenerte bien. Quiérete para poder tomar mejores decisiones. Quiérete para hacerte feliz. Quiérete para ser libre”.

Yo sigo aprendiendo a quererme en el camino del crecimiento. ¿Y tú? ¿Cuándo vas a comenzar?

Raquel Bonsfills

¿Te comportas de manera similar una y otra vez? ¿Generas malestar en los demás?

Quisiera antes de entrar en materia comentarte la diferencia entre conciencia y consciencia.

La consciencia es la capacidad del ser humano para percibir la realidad y reconocerse en ella, mientras que la conciencia es el conocimiento moral de lo que está bien y lo que está mal.

En mi último artículo te hablé de los 6 pasos para tener una mayor conciencia. Hoy quiero aportarte claves para lograr tener una mayor conciencia pero empecemos por el principio: ¿Qué es la toma de conciencia?

Desde el enfoque psicológico de la Gestalt, la toma de conciencia es “la capacidad de darse cuenta de cómo la persona funciona como ser organísmico (mente, emoción y cuerpo), como ser social, como sujeto transpersonal y como ser ecológico”.

Al tomar conciencia comprendemos para qué vivimos lo que vivimos. Darnos cuenta de lo que vivimos es una oportunidad para crecer en nuestra experiencia de vida y nos hace responsables de ello. Sin toma de conciencia nos creemos las víctimas y responsabilizamos a los demás de lo que sucede en nuestra vida.

Cuando comprendemos dejamos de posicionarnos, perdonamos, nos liberamos del victimismo y alcanzamos una madurez emocional.

Te dejo el vídeo: Cuando se toma conciencia - Enric Corbera Institute

¿Quieres tener una mayor conciencia? Te comparto 9 claves para que puedas conseguirlo:

  1. Reconocer que puedo mejorar mi estado de conciencia. El principio de cualquier cambio es el darte cuenta que cometemos errores y querer subsanarlos. Asumir que el cambio es posible.
  2. Mejorar y/o formar la conciencia. La formación de la conciencia es una tarea para toda la vida, para ello es necesario discernir lo bueno de lo malo y de la mentira, evitando la falta de sinceridad y de autenticidad.
  3. Realizar Autoanálisis objetivos. Es importante para mejorar nuestra conciencia el comenzar a observarnos de la manera más objetiva y vernos de la forma más realista y honesta posible, evitando la imagen falsa que tenemos de nosotros mismos. Tomando, en especial, conciencia sobre nuestras debilidades.
  4. Cuestionarte. ¿Por qué lo hago? ¿Qué me lleva a actuar así? ¿Qué gano con esto? ¿Qué pierdo?
  5. Ser coherente. Ser coherente es pensar, decir y obrar de la misma manera. La coherencia nos va a llevar a mejorar y tener una mayor conciencia. Nos va a aportar madurez en nuestro comportamiento.
  6. Ser sincero. Saber decir "sí" y "no" ante cualquier circunstancia, saber poner límites y decirlo con asertividad ayuda a mejorar nuestra conciencia.
  7. Cumplir lo que prometes. Ser fiel a nosotros mismos, a nuestras palabras y compromisos y mantenernos fiel a la palabra dada es fundamental para desarrollar nuestra conciencia.
  8. Hacerte responsable de tus actos y palabras y extraer las consecuencias de cada resultado. Para poder mejorar y aumentar nuestra conciencia es necesario hacernos responsables de nuestras acciones y palabras y las consecuencias que éstas tendrán en nuestro entorno. Hemos de valorar la situación generada y por supuesto, poner los medios necesarios para superar nuestros errores.
  9. Trabajar en la mejora continua. No sirve de nada ser consciente de tus errores o tus debilidades si no practicas el cambio y la mejora. La toma de conciencia no sirve de nada si no existe una evolución. Es fundamental reconstruir nuestra realidad y mejorar la versión de nosotros mismos.

¿Qué otras cosas haces para alcanzar una mayor conciencia? Con el fin de complementar lo que te acabo de comentar te dejo este vídeo de Pilates porque también podemos aprender a ser más conscientes a través del conocimiento de nuestro cuerpo: ejercicios de conciencia corporal.

No te olvides de que “si quieres crecer personalmente es necesario que crezcas en tu toma de conciencia”.

Después de lo que te he compartido ¿qué vas a hacer para mejorar tu conciencia? ¿Cuándo vas a empezar a hacerlo?

¡Tú puedes, puedes lograr lo que te propongas, además, te lo mereces!

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso, yo  te responderé a cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Amor, amor incondicional y no condicionado a que me des lo que te pido. Amor, amor sincero  que me abre a mí y a los demás. Amor sin exigencias ni obligaciones. Amor que sale de uno sin más.

¡Qué difícil es hablar de amor!, y cuántos libros hablan del amor y de las sensaciones que esta emoción nos ofrece. ¿Cómo explicamos lo que se siente al sentir amor?

¿Por qué te quiero? Porque te quiero.

El amor es considerado como "un conjunto de comportamientos y actitudes, incondicionales y desinteresadas, que se manifiestan entre seres capaces de desarrollar inteligencia emocional o emocionalidad. Un sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno" según la definición de EcuRed.

Como en toda emoción podemos encontrar niveles de intensidad y según sea nuestro vocabulario emocional podremos diferenciar entre "te aprecio", "me da ternura", "siento un gran afecto", "me gustas", "te quiero", "te adoro", "te amo", "me apasionas"… palabras que expresamos a veces como sinónimos, que pueden ir evolucionando a lo largo de una relación aunque hay quien tiene claro que no son lo mismo.

Según los estudios de Helen Fisher, antropóloga y bióloga, el ser humano posee una necesidad de sentirse amado. Se da un deseo de vinculación, de generación de proyectos comunes y  ganas de compartir la vida que constituyen un potente sistema de motivación.  Puedes ver aquí su interesante charla sobre el "amor romántico".

Aunque haya más de 100 formas de expresar el amor, Robert Sternberg, con su “Teoría triangular del amor” habla de las combinaciones entre intimidad, pasión y compromiso para determinar cada tipo de relación que podamos mantener. Sin embargo, cada uno de nosotros vive el amor a su manera, ya sea porque así lo ha visto en su familia, en su cultura o porque ha descubierto nuevas formas de amar.

Aún así hay unas características que suelen ser comunes. Por ejemplo, al amar y no hablo de enamoramiento ni de deseo:

  • Miramos a la otra persona con ternura.
  • Apreciamos a la persona por su Ser y no solo por su Estar o por su Parecer.
  • Se nos llena el pecho que parece que vibre en su interior.
  • Ponemos en valor entendiendo que se es perfecto en cada imperfección (porque ¿para quién se es imperfecto?, no se juzga.
  • Es una energía que sale de nosotros como queriendo llegar hasta el otro.
  • Nos aporta dopamina, adrenalina, serotonina, oxitocina… por lo que nos resulta placentero. Toda una revolución química en nuestro cuerpo que nos engancha.

¿Para qué sirve el Amor?

El amor nos permite llegar a la compasión, al deleite, a la solidaridad, a la empatía, al consuelo, a la amistad, a la cercanía, a ayudar, a motivar, a alentar, a cumplir, a proteger, a entregar, a aceptar…

No está restringido a relaciones de pareja, se puede amar lo subjetivo y lo objetivo, amar la vida o a una persona. Amar a los animales, a las plantas o el mundo de la fantasía. Todo aquello que despierta nuestro interés ya lo estamos atendiendo con cierto aprecio que proviene del amor.

Por eso, el amor crece cuando prestas tu atención a aquello que quieres. Cuando dedicas tiempo a ese amigo, a tu madre, a tu compañera,… y no tiene por qué ser ni físicamente, solo pensar en esa persona ya te lleva a quererla más. Como decía el principito "fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante".

Y del mismo modo te puede pasar con tu trabajo. Si te gusta lo que haces ya es un nivel de amor, si además, le dedicas tiempo porque te motiva, te generará una mayor satisfacción. Y eso hará que quieras hacerlo de nuevo, mejor cada vez, permitiéndote ser cada día más experto.

Solo cuando hay amor te animas a buscar nuevas vías para mejorar, incluso para mejorarte. Aunque sea una contradicción, recuerda que del amor al odio hay un paso, y que algo que odias te lleva a cambiarlo en pro de algo mucho mejor para ti, queriéndote dar lo mejor a ti mismo.

Amar te permite ser detallista, buscar la forma de sacar una sonrisa, te hace fuerte y delicado en igual medida. Te hace osado a veces, valiente. Y como en toda emoción, cuando es desmedido también te puede llevar a hacer locuras que te pueden hacer perder la salud.

El amor es una emoción que necesita también su equilibrio. Un equilibrio que da sosiego y seguridad, que genera confianza, aporta estabilidad y te lleva al compromiso sin obligación.

 El amor se comparte, nadie está obligado a dárnoslo ni nosotros a darlo. El amor es generoso. Cuando se ofrece no se pierde sino que se reafirma. Y cuando cumple con todo esto, nos hace felices.

Y es tan incomprensible, a veces, alejado de la razón, que hasta Chaucer dijo que “el amor es ciego”. Y es que cuando sientes el amor, simplemente, amas. Sin lógica ni explicación, porque no existe el "amor correcto".

Para añadir un poco más de claridad sobre qué es el amor, te dejo un vídeo de Álex Rovira explicando la base del amor.

Por todo lo que te he compartido, te invito a detectar todo aquello que amas. Date cuenta de todo lo que te genera esa emoción, las personas que te rodean con las que quieres estar y con las que se pasa el tiempo volando, porque el amor, como dicen en la película de "Love Actually", está en todas partes.  Así que disfrútalo. ¡Ama!

Ah! Y cuando sientas amor, dilo. No te lo guardes.

¡Qué el amor nos cosa a leches!

Y si has leído hasta aquí, yo también te quiero. La gratitud es un símbolo del amor.

Sigue amando…

Raquel Bonsfills

¿Cómo te sientes cuando repites tus malas acciones? ¿Qué haces cuando generas malas sensaciones en los demás?

6 Pasos para tener mayor conciencia

Es algo muy normal en nuestra vida que repitamos patrones ante determinadas circunstancias o en nuestras relaciones y que, en muchos casos, no sepamos por qué. Cuando ponemos conciencia comenzamos a comprendernos y a comprender nuestros comportamientos.

¿Qué significa “Tomar Conciencia”? Dice Mercedes Cobo que es "reconocer lo que en realidad te lleva a hacer lo que haces. Conocerte y no negarte tus intereses y tus necesidades a la hora de actuar y de interactuar con los demás."

Por el contrario, actuar sin tomar conciencia quiere decir actuar sin reconocer los verdaderos motivos que te llevan a hacer lo que haces.

Platón ya nos habló en el mito de la caverna que la toma de conciencia es pasar de ese universo de las sensaciones, los autoengaños y las sombras a una esfera mucho más elevada, libre y auténtica.

La mente maravillosa nos recuerda que la toma de conciencia es, por encima de todo, un despertar. Es abrir los ojos desde el interior para hacer consciente lo inconsciente y así poder dar el paso e iniciar toda una necesitada revolución personal. Solo entonces seremos capaces de sanarnos, de desprendernos de lo que hace daño y, sencillamente, avanzar hacia lo que merecemos.

¿Quieres avanzar hacia lo que mereces? Te dejo los seis pasos para lograrlo:

  1. Preparación.  Elige un lugar adecuado donde estés tranquilo y puedas reflexionar y pensar. Para ayudarte te propongo respirar lenta y abdominalmente 3 veces para relajarte un poco más.

    Presta atención a todo lo que te está sucediendo en ese momento, mirando lo que está sucediendo en tu mente, cuerpo, energía y en tu corazón. Enfócate en el aquí y en el ahora e intenta evitar cualquier distracción. Explora tus sensaciones, pregúntate cómo te sientes, busca si te duele algo e indaga en tu cuerpo…

  2. Aceptación de lo desagradable, doloroso o de las dificultades por las que estás pasando. Este paso consiste en inicialmente centrarnos en lo “negativo” que nos esté pasando. Es fundamental abrazarlo y admitir sin ningún juicio lo que nos ocurre, aceptando con compasión nuestro sufrimiento sin rechazarlo. Haciendo esto seremos capaces de mirar nuestra experiencia no grata y probablemente descubrir que no es tan dura o difícil como creíamos.

  3. Disfrute de todo lo agradable que estés sintiendo. En este tercer paso te propongo centrarte en los aspectos placenteros del momento presente. Es muy normal que cuando estamos sumidos en problemas o en el dolor nos olvidemos de otros momentos gratos, puede ser algo tan simple como un cosquilleo en el estómago o ver un rayo de sol entrando por la ventana…  Por supuesto, disfrutar de lo agradable no lleva a olvidarnos o a una distracción de lo que no es tan grato, sino dar espacio a todo lo que nos pasa.
  4. Ganar perspectiva. Este paso consiste en ver con más amplitud, profundidad y ecuanimidad tanto los aspectos agradables como los aspectos desagradables de nuestra experiencia, tanto desde un punto de vista interior como exterior.
  5. Mostrar apertura al dolor. Forma parte de la naturaleza humana el evitar el dolor y el aferrarnos a lo placentero. Abrirte al dolor supone tener una actitud bondadosa hacia ti y extender esa actitud hacia los demás, entendiendo que los demás sufren igual que tú.

    Este paso te llevará a vivir la experiencia con empatía y conexión con los demás y contigo mismo.

  6. Vivir eligiendo en cada momento lo que quieres. Este paso es el más difícil, es dejar de ser víctima de las circunstancias y empezar a ser verdaderamente responsable de tu vida.

    Enfrentándonos a nosotros mismos, afrontando lo que nos pasa, tomando conciencia de nuestras debilidades y atreviéndonos a transformarlas en fortalezas.

    Eligiendo y creando una perspectiva más amplia te llevará a no reaccionar, sino a responder, especialmente ante las dificultades de la vida.

La toma de conciencia es una habilidad que se va desarrollando, no es una capacidad que se adquiere cuando nacemos sino la vamos consiguiendo a medida que interactuamos con los ámbitos interno y externo.

Con el fin de complementar lo que te acabo de compartir te dejo este vídeo que habla de lo que es el Midfulness y de la atención consciente.

Alejandro Jodorowsky nos dice “Tu verdadera responsabilidad social, es sembrar conciencia” algo en lo que estoy totalmente de acuerdo y que practico con todas las personas que acompaño en mi día a día.

Después de lo que te he compartido ¿qué vas a hacer para lograr una mayor conciencia? ¿Cuándo vas a empezar a hacerlo?

¡Tú puedes, puedes lograr lo que te propongas, además, te lo mereces!

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso, te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

 

 

 

Dicen que a las chicas se nos conquista cuando nos hacen reír. Y creo que tiene sentido porque cuando reímos y sonreímos, nos relajamos, soltamos, somos más nosotras mismas y puede que en el fondo, como todos queremos ser felices, tener a una persona cerca que logra que vivamos esos momentos de alegría, nos inspira a querer estar junto a ella.

¿Pero solo les pasa a las chicas? Nooo. A todas las personas, en general, nos alegran las personas que se ríen o que sonríen. Y no lo digo solo como para buscar pareja sino, además, en el trabajo o con los amigos.

Por ejemplo, el otro día fui a la pescadería (sí, los trabajadores y autónomos también hacemos esas cosas) y el chico que me atendió tenía una gran destreza con el cuchillo, sabía elegir las mejores piezas para darme, aprovechaba al máximo los ejemplares que despachaba… un buen profesional y sin embargo, cuando le pagué le dije: "¿te puedo pedir una cosa más?", a lo que me contestó muy amablemente que sí, claro. Y le dije: "que sonrías". En ese momento hizo una mueca más que una sonrisa. Fue que se dio cuenta que no lo estaba haciendo. Y cuando me alejaba del puesto, me giré a verle y ahí estaba sonriendo.

Un gran cambio”

 


Tu sonrisa ilumina el mundo

Y es que todos estamos mucho más guapos y guapas cuando sonreímos porque parecemos más saludables, como explica el psicólogo Alex Jones en su estudio, aunque parezcamos algo mayores, según otros estudios. En cualquier caso, se nos ilumina la cara. A veces es eso de "tienes el guapo subido", y por si no te has dado cuenta, lo sueles tener cuando estás contento/a.

A modo de ejemplo, os comparto el trabajo del fotógrafo Jay Wienstein, "les pedí que sonrieran".

 

 

"Y por este motivo, quiero invitarte con este artículo a que sonrías"

La primera pregunta es: ¿Qué te hace sonreír? No, no sigas leyendo, piensa en ello. Seguro que hay algo más, sigue pesando…. Pensando en la respuesta ya sonríes, verdad? ¡Conseguido!

Y para cuando nos cuesta un poco más, algunas ayudas:

Saber que puedes cambiar tu humor y sonreír si te lo propones. Y como ejemplo, te dejo las conclusiones del experimento de Isra García, en el que se propuso sonreír de forma deliberada durante 31 días.

La risa es contagiosa. Así que ponte series de humor donde se oyen las risas como del público o visualiza vídeos, escucha reír a personas. Por ejemplo, utiliza estos vídeos recopilados por cribeo para hacerte reír. ¿Sabías que el humor (científicamente demostrado) es buenísimo para el cerebro y reduce las posibilidades de que te dé un infarto? .

Ayúdate de tu cuerpo. Si fuerzas una sonrisa aunque aún no sientas la emoción que te lleve a sonreír durante un par de minutos, se comienzan a activar las emociones asociadas. Es decir, que si tú sonríes aunque no sea el mejor día, con una sonrisa de esas en las que se achinan los ojos (porque son las verdaderas), te vas a sentir más feliz, como demostraron en varios estudios en 2014.

Ten cerca personas alegres. Hay personas que tienen una alegría que se agradece. No es sobreactuada, sino ajustada al momento, con sus comentarios simpáticos o, a veces, con su sola forma de mirarte o de mirar al mundo. No sé si se puede decir que son optimistas, pero desde luego son un buen bálsamo para sacarnos nuestra sonrisa. Además, rodearse de personas positivas tiene un montón de beneficios para nuestra salud.

Hacer ejercicio. Las famosas endorfinas o la serotonina que liberamos cuando hacemos ejercicio nos llevan a sentirnos mejor, más relajados, con una mejor percepción de nuestra vida y nos proporcionan un mejor estado de ánimo. Así que, aunque no sea más que por estar algo más contento o simplemente más sereno, merece la pena hacer un poco de ejercicio, pero sobre todo será indispensable en momentos de mayor estrés o inquietud por lo que nos rodee.

La música nos provee de píldoras de satisfacción. Cada uno tiene unas preferencias musicales. y sean cuales sean, en el momento que escoges la que te gusta, tu alma se conecta. Elige canciones que te saquen tu sonrisa, como esta "sonrisa" de Ana Torroja.

 

Haz cosas que te gustan. Ya sea en el trabajo o en tu tiempo de ocio. Haz tu lista de aquello que te resulta agradable y proponte hacerlo al menos una vez a la semana. Porque ¿cuándo fue la última vez que leíste un libro, con lo que te gusta leer? ¿Cuándo fuiste al cine? ¿Cuándo quedaste con tus amigos? ¿Cuándo tomaste eso tan rico que te cambia el ánimo?... Pues ahora no tienes excusa. Depende de ti. ¡Ponle fecha!

Seguro que sabes muchas más formas de sacarte tu propia sonrisa. Y ya sabes que son todo beneficios, incluso para que tu trabajo sea más motivador. Por eso también hablamos de la sonrisa laboral.

¿Por qué no probar a sonreír? Tu inteligencia emocional te lo agradecerá. Y tú lo disfrutarás.

Así que ¡sonríe, eres maravillos@!

Raquel Bonsfills

 

¿Cómo te sientes a tu vuelta de vacaciones? ¿Qué haces cuando vuelves de vacaciones?

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Photo by Marvin Meyer on Unsplash

 

Cuando volvemos al trabajo tras un periodo vacacional supone  tener ciertas dificultades. Hay numerosos estudios que indican que más de la mitad de los trabajadores sufrimos consecuencias en esta vuelta a la cotidianidad laboral. Este hecho es conocido como síndrome postvacacional.

Gabriel Schwartz, director de Psicología Laboral, indica que aunque nuestro trabajo nos apasione, esta vuelta puede ser vivida con agobio y malestar.

Es algo muy normal que al volver a las rutinas diarias de trabajo nos genere desánimo, irritación, desmotivación, dificultad para conciliar el sueño, falta de concentración, tensión muscular, e incluso, problemas relacionales con otros compañeros… porque volver de las vacaciones conlleva: madrugones, atascos, cansancio, vuelta al colegio de nuestros hijos, otro tipo de alimentación, estrés…

Todo esto es cierto, pero podemos llevarlo mucho mejor si sigues algunas claves que hoy voy a compartir contigo:

  1. Deja al menos un día entre las vacaciones y tu vuelta al trabajo. Hacer esto te ayudará a mentalizarte para afrontar la nueva situación y a que el cambio sea menos traumático. Además, para facilitarte esta transición, una opción podría ser quedar con familiares y/o amigos y compartir vuestras vacaciones.
  2. Mantén unos horarios regulares y genera tiempos de descanso durante la jornada laboral. Es importante crear rutinas, tanto durante el día, como en las horas de acostarse y levantarse. De esta forma, será más fácil adquirir unos hábitos de sueño saludables porque es necesario contar con tiempos de descanso adecuados, ya que la falta de sueño incrementará los síntomas del síndrome postvacacional. Expertos recomiendan establecer descansos dentro de la oficina, como por ejemplo, realizar un descanso de unos 15 minutos si la jornada es de más de 6 horas. También indican que cada dos horas sería conveniente relajar la vista, estirar un poco la espalda y el cuello y tomar conciencia de la postura, intentando mantener la espalda recta y una postura correcta con el teclado. Nos aconsejan levantarse para dar un paseo, estirar las piernas y beber agua para estar hidratados. Durante las horas de trabajo, busca momentos de pausa para reactivar la respiración, variable esencial en los procesos de control del estrés y la ansiedad.  Estas recomendaciones ayudan a que no se resienta la salud, ni el rendimiento laboral.
  1.  Practica una vida saludable. Lleva una dieta equilibrada y una alimentación ordenada, haz ejercicio físico y mental, vigila tu salud, deja de fumar, duerme al menos 8 horas… Está demostrado que llevar una vida saludable de forma regular contribuye a mantener una buena salud y a prevenir enfermedades, a la vez que ayuda al carácter, la disciplina y a la toma de decisiones en la vida cotidiana.  Una vida saludable contribuye a establecer un bienestar físico y mental, mejorando la autonomía de la persona, la memoria, rapidez de ideas, rebaja la tensión y el estrés, mejora la relajación y promueve sensaciones como el optimismo y la euforia, al tiempo que se mejora la autoestima de las personas.  Si te sientes bien será más fácil que te adaptes a la vuelta al trabajo más rápidamente.
  1. Trabaja tus pensamientos. Pensamientos como “vaya mierda, de nuevo al trabajo”, “quien pudiera volver de vacaciones” … minan nuestro momento e incluso lo negativizan. Seamos realistas: ni las vacaciones son ideales, ni el trabajo es un horror. Las dos situaciones son necesarias y tienen su parte positiva.   Las vacaciones nos ayudan a tomar nuevo aire, a desestresarnos, a cambiar la monotonía… y el trabajo nos da estabilidad, nos proporciona una mejor situación económica… Cuida tu actitud y tus pensamientos.
  2. Organiza y planifica de forma eficaz y eficiente tu agenda. Seguro que tendrás muchos nuevos problemas a resolver, muchos correos a contestar, muchas llamadas a realizar, nuevos proyectos a afrontar, asistir y organizar nuevas reuniones… no te agobies desde el primer momento.  Comienza haciendo una lista con los asuntos y tareas que vas a afrontar y adapta tu agenda de forma progresiva a la vuelta a la rutina, sin que las tareas se te amontonen, prográmalas. Te recuerdo que te puedes comer un elefante, pero sólo a trocitos. No quieras solucionar todo desde el primer minuto, tómate tu tiempo en organizarte para afrontar tu trabajo y tus nuevos quehaceres y tareas.
  3. No esperes a las siguientes vacaciones, emplea tiempo en ti y en lo que te gusta. Tenemos tiempo libre y días festivos, organiza una nueva salida o actividades que te gusten, queda con tus amigos, lee, ve tus series favoritas… Combina tu actividad laboral creando nuevos espacios y momentos que te proporcionen sentirte bien, romper con la monotonía y despejar tu mente.
  4. Redecora tu espacio de trabajo. Incorpora elementos y accesorios que aumenten tu comodidad en el trabajo y creen un entorno de trabajo más agradable. Por ejemplo, incorporando una iluminación más suave, comprando una silla ergonómica o poniendo alguna foto de las vacaciones que te provoque al mirarla alguna sonrisa o que te aporte una sensación de bienestar o te traiga algún pensamiento positivo.
  5.  Busca apoyo en personas de tu confianza y ponte en el lugar de los demás. Expresa a tu familia, amigos e incluso, compañeros cómo te encuentras para que puedan entender tu malhumor o tu tristeza y empatiza con tu entorno, ya que ellos pueden estar pasando por algo muy similar a ti.  Ponernos en el lugar de los demás es clave para mejorar nuestras relaciones laborales y personales y mejora los vínculos de cercanía y confianza.

¿Qué otras cosas haces para afrontar tu vuelta de las vacaciones?

Con el fin de complementar lo que te acabo de comentar te dejo el siguiente  enlace para que pinches sobre el y escuches el video que a continuación te presento:

Vuelta al trabajo tras las vacaciones

Después de lo que te he compartido ¿qué vas a hacer para afrontar mejor tu vuelta al trabajo tras las vacaciones? ¿Cuándo vas a empezar a hacerlo?

¡Tú puedes, puedes lograr lo que te propongas, además, te lo mereces!

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso y que te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García