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Querido compañero,

¿Aceptas tu belleza física? ¿Qué imagen corporal percibes de ti?

La imagen corporal es la representación mental que cada persona tiene sobre su propio aspecto físico. Es cómo la persona se ve a sí misma y cómo se percibe cuando se mira al espejo, es decir, cómo la persona cree que es.

10 claves para sentirte a gusto con tu belleza

La mayoría de personas tienen una imagen corporal negativa de sí mismas. Con imagen corporal negativa me refiero tanto a los sentimientos leves de insatisfacción y a una falta de atractivo como a una obsesión extrema por tu aspecto físico que impide un funcionamiento normal en el día a día. ¿Tienes una imagen corporal negativa?

Ya en mi anterior artículo sobre culto al cuerpo te hablé de las creencias irracionales que nos llevan a sentirnos insatisfechos corporalmente por los juicios valorativos que hacemos sobre el cuerpo que usualmente no coinciden con las características reales de cada uno.

Ahora quisiera compartirte algunas claves para que puedas sentirte más a gusto con tu belleza física:

1. Aplica la técnica ABCDE

Aplica la técnica ABCDE para combatir tus pensamientos irracionales. Esta técnica se basa en demostrar que las creencias que tenemos son irracionales. Para ello, tenemos que realizar una tabla en la que detallemos por columnas lo siguiente:

  • A: El acontecimiento.
  • B: Evaluación que hacemos de lo que ha pasado. El pensamiento puede generar emociones muy negativas o simplemente negativas. La diferencia va a estar en la evaluación que la persona hace del acontecimiento.
  • C: Emoción que nos genera y lo que hacemos.
  • D: Cuestionarse los pensamientos irracionales para crear un nuevo pensamiento racional.
  • E: Nuevo pensamiento racional.

Vamos a trabajar un ejemplo:

ABCDE
IRRACIONALMe levanto y me pesoPeso 55 kg, estoy gordaMe siento triste, con rabia y con ansiedad por haber engordado¿En qué te basas para decir que estás gorda? Plantea hechos y datos realistas de la etiqueta que te hayas puesto.Me molesta haber engordado 2 kg esta semana, voy a poner cuidado en lo que coma la próxima.
RACIONALMe levanto y me peso
Peso 55 kg. He engordado 2 kg
Me siento molesta.Hay un hecho reconocido. He engordado 2 kgNo hay pensamiento irracional.

2. Define quién quieres ser y cómo quieres que te vean

Defínete de forma realista y objetiva en tu vida personal y profesional. ¿Eres óptico-optometrista, asesor inmobiliario, directivo de una multinacional…? ¿Madre, colega, amiga…? ¿Qué mensaje quieres dar? Cuando sepas esto, compórtate con tu identidad, muestra una actitud acorde, comunícate con coherencia a tu identidad y que tu aspecto físico sea el complemento de la imagen que quieres proyectar. Pon consciencia y coherencia en todo tu yo (mental, físico, emocional y energético).

3. Emplea tiempo en ti

  • Cuídate, come y bebe alimentos saludables, aprende qué alimentos son buenos para ti y qué cantidad es la adecuada.
  • Haz ejercicio o practica algún deporte.
  • Duerme mínimo de 7-8 horas.
  • Mímate y haz cosas que te gustan.

4. Cuida tu aspecto

Evita pasar de tu aspecto porque nadie te vaya a ver, cuídate para ti. Cuida tu higiene personal, tu pelo, uñas, tu piel, tu boca, tus manos, tu ropa, zapatos, complementos… que estén lo mejor posible. Ser natural nada tiene que ver con ir mal vestida, despeinada, con mala cara…

5. Habla con una persona de confianza

Habla por ejemplo con un familiar o un amigo, sobre los sentimientos que tienes hacia tu cuerpo, esto puede ayudarte a sentirte mejor y si esto no es suficiente, pide ayuda a un profesional.

6. Haz una lista de cosas positivas de ti

Haz una lista de cosas positivas de ti mismo, de tu físico y de las que no tengan nada que ver con el físico. Luego lee el listado y comienza a fijarte en todo lo bueno que tienes y no solo en lo que te falta. Intenta establecer un diálogo más positivo respecto a tu cuerpo y tu imagen. ¿Qué pasa con tus maravillosos ojos verdes, tu precioso pelo o tu piel sedosa? Tu cerebro se cree lo que te digas, así que elige decirte y convencerte de todo lo bueno que tienes y que vas a estar cada día mejor. Escribe un mantra que te guste, por ejemplo: “Me mantengo activo y con una actitud joven” y dítelo cada día. ¡Notarás los cambios!

7. Fíjate en tus comportamientos

Fíjate en todos los comportamientos que llevas a cabo por la imagen que percibes de ti. ¿Qué cosas, actividades o planes dejas de hacer? Te pongo ejemplos: dejar de comer alimentos, dejar de ir a lugares donde te tengas que poner el bañador (playa, piscina, tomar el sol…). ¿Qué haces de modo compulsivo? Pesarte todos los días, practicar deporte de forma exagerada, ponerte ropa que no te gusta por disimular partes de tu cuerpo… Hecha esta lista, elige una tarea a comenzar a realizar o a dejar de hacer. Te será inicialmente complicado o incómodo, pero con el tiempo el malestar de hacerlo o dejar de hacerlo, disminuye y comenzarás una aceptación mayor de ti.

8. Aprende a sacar el mayor partido de ti mismo

Nadie nos ha enseñado a saber qué prendas, complementos, maquillaje, colores… son los que más nos favorecen a cada uno. No te avergüences por no conocer tu estilo.

Reconocer tus características físicas es una herramienta fundamental, ya que te ayudará a seleccionar las prendas que más te favorecen y las que te ayudan a equilibrar el cuerpo para estilizarlo.

Trata de identificar los colores que te favorecen, que logran iluminar tu rostro, no opacarlo. Descubre combinaciones acertadas con tus diferentes prendas para optimizarlos. Indaga por internet según tus características lo que más puede ir contigo, pregunta a tus amigos cómo te ven más favorecido o recurre a un profesional que te ayude a mejorar tu imagen.

9. Deja de creer en el canon de belleza establecido

El mundo está lleno de mujeres y hombres cuya imagen está muy alejada de ese canon de belleza y que resultan irresistibles. Deja de creer que la buena imagen tiene algo que ver con ser “rubia, alta, delgada y joven”.

10. Ponte en acción

Deja de quejarte y actúa. Mejorar es cuestión de ponerte atención, de conocerte, de informarte y de poner en práctica lo que sea mejor para ti.

¡Te invito a que practiques el aspecto que te haga sentir seguridad y orgullo de ser quién eres!

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para sentirte a gusto con tu belleza física?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Querido compañero,

¿Respetas a los animales? ¿Qué sientes cuando no son respetados?  

Hoy quiero hablarte de la importancia de respetar a los animales, pues cuanto más consciente soy más defiendo que los animales tienen derecho a que se les reconozcan sus derechos, como animales no humanos. Incluso, ya se ha demostrado, que los animales no humanos, son capaces de sentir y de padecer miedo, sufrimiento, alegría, placer…

El punto de vista jurídico

Hay quien considera que las personas tienen prioridad a la hora de ser titulares de derechos porque tenemos una inteligencia más desarrollada o la capacidad de relacionarnos social o políticamente. ¿Disponen de esto todas las personas? No, y, sin embargo, no dejan de tener derechos por ello. Luego, no existe pues ningún obstáculo técnico para otorgar derechos a los animales.

La Declaración Universal de los Derechos de los Animales se proclamó oficialmente el 15 de octubre de 1978 por la Liga Internacional de los Derechos del Animal, las Ligas Nacionales afiliadas y particulares en una sede de la UNESCO en París, ante la presencia de los representantes de 14 países, España estaba entre estos países.

Aunque lamentablemente a nivel jurídico, desde un punto de vista más teórico, hay muchos juristas que dicen que los animales no tienen derechos y, además, en el ordenamiento jurídico español son considerados cosas, propiedades o recursos de los que el ser humano puede hacer uso para satisfacer sus necesidades.

En España cada Ayuntamiento tiene su propia ordenanza municipal de protección animal, donde se regulan los animales de compañía y se sanciona el maltrato y el abandono de un animal, además de recoger, entre otros, los siguientes derechos básicos:

  • Derecho a tener alimento y agua.
  • Derecho a tener un refugio que le proteja de las inclemencias del tiempo.
  • Derecho a tener asistencia veterinaria.
  • Derecho a disfrutar de movilidad.
  • Derecho a no ser maltratado ni física ni psíquicamente, ni de forma activa y/o violenta ni por omisión del deber de cuidado.
  • Derecho a no ser abandonado.

Lo que está en nuestra mano para defender a los animales

¿Qué podemos hacer para que los animales gocen de sus derechos?

  • Desde mi punto de vista es fundamental que exista una educación desde niños de concienciación y respecto a nuestro entorno y los animales, dotando de conocimiento de nuestra responsabilidad hacia los animales y la obligación de respetarlos y cuidarlos.

Y esto se puede lograr, fomentando y desarrollando el respeto, la empatía y la compasión hacia el ser humano y los demás seres vivos, algo indispensable para poder avanzar en la dirección de una sociedad justa y no violenta. Saber respetar a los demás es esencial, pues representa valorar y tolerar las diferencias y comprender que ellas nos hacen crecer. La empatía, poniéndose en el lugar de los animales, comprendiendo sus sentimientos y emociones, y la compasión favoreciendo la conexión con los animales desde un sentimiento de solidaridad para responder a sus necesidades.

Además, sería necesario explicar a los peques los intereses, necesidades y cuidados básicos que necesitan los animales. ¡No son cosas, ni bienes materiales como algunos los consideran!

  • Otra forma de lograr que los animales gocen de sus derechos es concienciar a la sociedad para conseguir el respeto y la protección de todos los animales, para satisfacer sus necesidades, evitar el maltrato y el abandono animal, y garantizar su libertad.
  • También sería necesario conseguir leyes que protejan a los animales y que penalicen la crueldad y el maltrato hacia los animales.
  • Además, ayudaría en este logro el implementar políticas en las empresas que beneficien a los animales.

¿Qué otras acciones se te ocurren que podamos llevar a cabo para garantizar los derechos de los animales?

Son muchas las acciones que aún deben evitarse para que los animales sean realmente libres y respetados como se merecen: evitar la explotación, la supresión de sus hábitats, la utilización de los animales en beneficio de los humanos, el tráfico ilegal, evitar el abandono…

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para respetar los derechos de los animales?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Querido compañero,

¿Sientes que la vida te pesa y no puedes con ella? ¿Qué haces para sentirte más feliz? Hoy quiero hablarte de cómo salir adelante cuando nada o muy poco nos hace sentir felices.¿Qué es para ti la infelicidad?

La infelicidad es la emoción de no poder ser feliz, porque algo o alguien falta, algo no complementa la vida o algo impide alcanzar una justa o deseada felicidad. Pienso que la infelicidad sucede cuando consideramos que nuestra vida no está completa debido a la falta de una persona, una cosa o que nuestra vida no está transcurriendo como nos gustaría.

Todos hemos tenido momentos en que nada nos hace felices. ¿Te ha ocurrido alguna vez que sientes que hagas lo que hagas no te satisface, que la vida ha perdido su sabor, que la música no te provoca cosquilleo o que la sonrisa de los demás no te contagia o que tu trabajo que te apasiona ha perdido su emoción?

Factores que provocan infelicidad

He analizado de donde puede provenir esa “infelicidad” y he encontrado muchos factores que pueden provocarla, como pueden ser: la pérdida de un ser querido o de un amor, no encontrar trabajo, mirar en tu vida y sentir un vacío por todo lo que no has hecho o no has logrado, sentir fatiga nerviosa (estar sobrepasado por las obligaciones y responsabilidades), sentir envidia de lo que tienen los demás y tú no, tener miedo a la opinión pública, creer que tu vida no tiene sentido, definir objetivos o crear expectativas irrealistas, tener poca coherencia entre tus valores, pensamientos, sentimientos y acciones, vivir con adicciones, ser poco social o tener una vida poco activa, no expresar los sentimientos por miedo a ser vulnerable ante el otro, la rutina sin ninguna dosis de sorpresa e improvisación, vivir en el pasado, dar más importancia a la apariencia que al ser, no perdonar, culpar a los demás de lo que te pasa… y por supuesto, tener trastornos psicológicos no diagnosticados y no tratados.

Si sientes que nada te hace feliz, si te das cuenta de que llevas más de tres meses con el ánimo bajo, con problemas de insomnio, inapetencia y con esa apatía con la cual todo ha perdido interés para ti, es recomendable que lo hables con tu médico. Puede que estés sufriendo una depresión, y un profesional es quien te puede ofrecer el diagnóstico y los pasos a seguir de acuerdo a tus necesidades.

8 hábitos de infelicidad y consejos para contrarrestarlos

Si has descartado o confirmado que no es un problema psicológico profundo, te sugiero que te dediques unos minutos a pensar de dónde proviene esa infelicidad y, además, para detectarla te voy a facilitar algunos síntomas o hábitos que puedes estar viviendo y qué hacer para sentirte mejor:

  1. Te quejas constantemente o hablas habitualmente de cotilleos. Ya en otro de mis artículos te hablé de los perjuicios que vivimos cuando estamos en queja constante, El hábito de la queja: una expresión de la insatisfacción vital y otro post en el que hablo de Cómo dejar de quejarse para ser más feliz.
  2. Te sientes víctima de tu vida, en lugar de ser el protagonista y asumir la responsabilidad sobre las situaciones que te suceden, intentando cambiarlas y mejorarlas. Es cierto que tenemos derecho a sentirnos apagados de vez en cuando, aunque es importante saber cuándo estás dejando que afecte a tu forma de ver la vida.
  3. Pasas el tiempo esperando que ocurra algo. “Seré feliz cuando…” En este caso, es importante centrarse en ser feliz en el presente porque no hay garantías de un futuro. Te dejo nuestro artículo sobre la base para ser feliz, que en buena parte depende de ti: Quiero ser feliz.
  4. Vives en una noria emocional. No te sientes bien y sientes rabia, luego tristeza, otros momentos que solo quieres dormir y luego necesitas hablar con alguien… Aquí sería conveniente que te centraras no en lo que sientes, sino en lo que necesitas, por ejemplo, en verte mejor, sentirte útil, encontrar nuevas ilusiones, irte de vacaciones…
  5. Te dejas llevar por tus emociones y tus relaciones suelen ser intensas emocionalmente e insatisfactorias. Te invito a que practiques 7 Pasos para poder gestionarte emocionalmente y que te pares a valorar la importancia y lo que te aporta la relación para que no llegues a perder a alguien que realmente puede favorecer a que tu vida sea más feliz y dichosa.
  6. Te autosaboteas (no acabas lo que empiezas, pospones todo hasta el último momento, no cumples tus promesas, pones excusas o disculpas externas para no conseguir tus objetivos, no vives el Amor porque te sientes no merecedor de ello…) Te sugiero parar y saber lo que quieres, revisar tus creencias limitadoras y afrontar tus retos superando el miedo y saliendo de tu zona de confort.
  7. Te comparas a menudo y sientes envidia. Una persona infeliz piensa que la buena suerte de los demás les está robando la suya, que no hay suficientes cosas buenas. Los felices creemos que poseemos un plan de acción particular y creemos en posibilidades ilimitadas y no nos desanimamos pensando que la buena suerte de alguien limita los resultados en nuestra vida. ¿Cuál es tu plan de acción de lo que quieres lograr?
  8. Sales poco o nada de casa. Si se extiende demasiado puede llevar a volverse sumamente negativo porque al aislarse demasiado la persona va perdiendo poco a poco seguridad en sí misma, la depresión y la tristeza aumentan, se pierde la relación con las demás personas o se pierde la oportunidad de conocer más gente, se puede llegar a perder la autonomía personal, etc. Si llevas tiempo sin salir de casa, te sugiero obligarte a salir, aunque al principio te cueste, si lo haces, terminarás sintiéndote mejor. Puedes comenzar por acudir a lugares más tranquilos, donde sigas yendo “solo” pero puedas cambiar de aires, ver gente alrededor. Y después, empieza por quedar con personas que no te generen exigencia, que puedas ser tú mismo/a. Y así poco a poco.

Cuando eres infeliz, ¿qué otros síntomas o hábitos tienes?

Podrás ser feliz en el momento en el que dejes que tu felicidad dependa de ti, de causas internas a ti, y no de aspectos externos que no puedes controlar.

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para ser más feliz?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Siempre recuerdo la frase de Coco Chanel que decía: “viste vulgar y solo verán el vestido, viste elegante y solo verán a la mujer”. Y lo mismo aplicado a cualquier persona.

No nos gusta que se nos etiquete en función de nuestras apariencias porque en realidad quienes lo hacen, nos están juzgando. A veces, nos resistimos a ir vestidos siguiendo unas determinadas normas porque sentimos que nos perdemos a nosotros mismos o nos sentimos disfrazados. También hay personas que eligen un tipo de ropa en concreto para ocultarse detrás de ella, muchas veces por falta de autoestima, porque no se sienten cómodos en la situación que se encuentran, para pasar desapercibidos o para que el grupo les acepte. Mientras que hay otras personas que alteran su forma de vestir por resistirse a crecer o por rebeldía.

¿Qué podemos considerar elegancia?

Ahora bien, la elegancia no está solo en la ropa que llevas o lo bien peinado o peinada que vas, y del mismo modo la vulgaridad. La elegancia tiene un fondo mucho más profundo que podemos aplicar para determinar cuan elegante es una persona. Está en su SER.

Elegante es aquel que:

  • Muestra nobleza en sus comportamientos.
  • Abierto a la escucha.
  • Atiende con generosidad.
  • No busca venganzas ni va con maldad.
  • Va de frente, sin ambigüedades.
  • Aporta claridad y transparencia, sin hipocresía.
  • Hace del “menos es más” un valor.
  • No necesita de accesorios innecesarios porque su belleza está en la luz que transmite solo con estar presente.
  • No sobrecarga ni su comunicación ni su imagen.
  • No se enreda en demasiadas vueltas ni explicaciones aún sin faltarle un detalle.
  • Posee soltura en sus movimientos y en su comunicación.
  • Con capacidad de respuesta.
  • Tiene facilidad para cambiar de tema y no resultar pesado.
  • Sabe estar y sabe irse.
  • Sabe reconocer a los demás, posicionándoles en el lugar más destacado.
  • Tiene talante y talento.
  • Sabe reconducir una situación con estilo, sea su interlocutor afín a él o no.
  • Muestra su buen gusto en todo lo que hace y disfruta, desde el arte hasta la comida.
  • Distinguido por la forma que tiene de expresarse y mostrarse con los demás.
  • Cuidadoso y respetuoso, incluso cariñoso, con mimo.
  • Admira al ser humano.
  • Tiene la capacidad de ver la belleza que hay a su alrededor.
  • No utiliza palabras malsonantes, no las necesita.
  • Su humor es blanco.
  • Sus gestos son suaves, no agresivos.
  • La voz es clara y se expresa con el volumen adecuado.
  • No pierde el tiempo en luchas de poder porque todos somos igualmente personas.
  • La empatía es su virtud.
  • La sutileza de sus insinuaciones es suficiente para inspirar.
  • Sabe guardar un secreto.
  • Es honesto y humilde.
  • Dedicado e implicado sin avasallar.
  • Deja a cada uno su espacio y su ritmo.
  • Brilla y hace brillar.

¿Cuántas de estas cualidades también las posees tú? ¿Cómo de elegante eres en tu forma de ser y estar?

La elegancia de tu interior

Como ves, la elegancia no trata de la ropa que llevas sino de la imagen que transmites, lo que va también en tu comunicación verbal y no verbal, y en la energía que emites. Está relacionada con la veracidad que hay en ti, con la coherencia, la educación y la amabilidad con la que te relacionas. Y se alimenta de la identidad de quien realmente eres.

Ahora que lo sabes, ¿crees que tú también puedes ser una persona elegante? ¿Qué vas a hacer para serlo un poco más y que te vean a ti en lugar de perderse en calificativos? Esto está muy relacionado con tu marca personal. ¿Sabes la huella que dejas en los demás? ¿Alguien te tiene es su mente como una persona elegante? Si es que sí, sigue practicando la elegancia. Si es que no, ¿por qué no? ¿Quieres serlo? Ponte un plan de acción. Aquí ya tienes una buena lista de ideas por donde empezar a trabajar.

Te mando mucho ánimo para lograrlo porque recuerda, si quieres, tú puedes ser elegante.

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

23 noviembre, 2021

¿Vives con Pasión? ¿Qué haces para vivir con Pasión?

La pasión , viene del verbo en latín, patior, que significa sufrir o sentir. Es una emoción definida como un sentimiento muy fuerte hacia una persona, tema, idea u objeto. Así, la pasión es una emoción intensa que engloba el entusiasmo o deseo por algo. El término también se aplica a menudo a un vivo interés o admiración por una propuesta, causa, actividad, y otros. Se dice que a una persona le apasiona algo cuando establece una fuerte afinidad, a diferencia del amor que está más bien relacionado con el afecto y el apego.

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 Foto de Unsplash

 “Cuando una gran pasión se apodera del alma, el resto de los sentimientos se apretujan en un costado” Luci Montgomery

Ya escribí sobre la necesidad de tener pasión en lo que haces como una de las características necesarias de un emprendedor en el entorno VUCA en el que nos movemos y otro artículo que habla sobre la pasión, un don que se puede lograr y mantener. Hoy quisiera compartirte cómo puedes vivir con Pasión.

¿Qué significa vivir con pasión?

Conozco a muchas personas que tienen una vida rutinaria con los mismos quehaceres diarios y viven la vida sin pasión. Un ejemplo típico sería alguien que se levanta, se dirige a su trabajo, regresa al hogar, comparte lo mínimo con los suyos, si no vive solo, ve la televisión o lee y se va a la cama. ¿Qué piensas de esto? No sé tú, para mí esto no es vida.

Observo que quien lleva este tipo de vida con el paso del tiempo se vuelve gris; es decir, una persona sin apenas sentido del humor, con baja energía, predecible, común y que normalmente no deja huella. Una persona que vive así no logrará tener lo que desea en la vida a menos que se decida a cambiar y comenzar a brillar.

Para mí, la Pasión y el Amor son las dos emociones más intensas que vivo. No entendería este mundo sin vivir todo lo que hago en mi día a día con amor de forma apasionada.

Saber si sientes pasión es relativamente fácil averiguarlo teniendo en cuenta tres premisas: la primera sería fijarte si el tiempo pasa o no deprisa con lo que estés haciendo, la segunda podría ser si te supone placer o un gran esfuerzo lo que realizas y la tercera, pon el foco en si la tarea o el proyecto podrías abordarlo en cualquier momento o no.

Vivir con pasión mi vida supone vivir cada día como si fuera el último, disfrutando de cada cosa que decido hacer (sea o no habitual), intensamente y con plena consciencia, con agradecimiento de todo y por todo, creciendo constantemente y sin lugar a duda, compartiendo ese Amor por la vida y las personas, con la mayor cantidad de seres humanos posible.

5 pasos para vivir con pasión

Recientemente leí un artículo de la mente maravillosa que nos habla de seguir 5 pasos, si eres de las personas que desean sentir pasión por lo que hacen, sueñan o viven en su día a día:

  1. Escribe una lista de tus 15 pasiones: lo que más te guste, sea más especial para ti o forme parte de la base de tu felicidad.
  2. Ahora escoge las 3 que más te gusten.
  3. Escribe 4 o 5 sensaciones que describan lo que ocurrirá cuando estés viviendo cada una de las 3 pasiones.
  4. Escribe los pensamientos negativos que te impiden hacer realidad y vivir estas pasiones.
  5. Piensa cómo podrías hacer de tus hobbies una forma de vida que te facilite recursos o ingresos, teniendo en cuenta que pasión y éxito son dos ingredientes inseparables.

Con el fin de complementar lo que te he comentado, te dejo un vídeo que habla de cómo vivir con pasión, más allá de la edad

Después de lo que te he compartido, ¿Qué vas a hacer para vivir la vida con pasión? ¿Cuándo vas a empezar a llevarlo a cabo?

"Tu propósito te apuntará a la dirección correcta pero la pasión será lo que te impulse" Travis Mc Ashan

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

22 febrero, 2021

"Ojalá un día te veas como yo te veo a ti" ¿Alguna vez alguien te ha dicho esto? ¿Alguna vez has dudado de tus capacidades o no has visto fortalezas que otros te han dicho que poseías?

Como nos ven los demás no suele ser como se ve uno mismo, salvo que se haga un gran trabajo de autoconocimiento personal, y aún así, nos seguiremos sorprendiendo por lo que alguien diga de nosotros en un momento dado.

En esas opiniones influyen numerosos factores, entre otros:

  • Autoestima. Aquí está una de las principales claves. Si tengo una buena autoestima, creeré en mí más y me afectarán menos las críticas o comentarios que otros puedan hacer de mí, porque sabré cuándo son constructivas y cuándo son simplemente comparación, desprecio, juicio, envidia o ataque. Mientras que los comentarios positivos servirán de reconocimiento y reafirmación de nuestras capacidades.  
  • Autoconcepto. Es como pensamos que somos. Suele ser más objetivo y empírico, aunque a veces busquemos cumplir el efecto Pigmalión (sobre lo que decimos que es, buscaremos las señales que nos confirmen esa creencia).
  • Proyecciones. Lo que los demás proyectan de sí mismos con cada opinión también influye, porque ante una misma situación, por ejemplo, un error laboral, una persona que está enfadada verá que no haces bien tu trabajo, mientras que una persona más optimista verá que tienes posibilidades de mejora o sacará lo que cree que sí haces bien. 
  • La autoridad que deposito en la persona que lo dice. Si la persona que me hace un comentario es mi mejor amigo, mi jefe, mi madre, un erudito en una materia… solemos darle una autoridad a su criterio muchas veces por encima de la nuestra propia. Lo alabamos en lo que nos decimos a nosotros mismos: “lo dice porque sabe más”, “lo dice porque me conoce mejor que nadie”, “lo dice porque me quiere”.
  • El momento. No siempre estamos preparados para entender o, más bien, integrar lo que nos están queriendo decir. A veces, hemos dicho a alguien que es brillante en algo y la persona no se lo ha creído, pero llega un día que es como si lo escuchase por primera vez. Cuando esto nos pasa, ponemos atención y nos hace un click interior que es como si de repente lo supiéramos, con certeza absoluta. O al menos, algo dentro de nosotros está diciendo: ¡Sí! Aunque ve con prudencia y sigue alerta para terminar de verificarlo hasta creértelo.

Necesitamos descubrirnos

Todo ser humano tiene múltiples capacidades, virtudes, facetas, caras más amables y caras más oscuras. 

Muchas veces nos vendamos los ojos y no nos queremos ver en el espejo porque puede que nos dé miedo decepcionarnos de lo que la imagen nos muestre, porque sabemos que si lo hacemos seremos muy autocríticos, porque pensemos que no vale la pena o porque no nos reconozcamos. No querer vernos, nos lleva a tampoco saber encontrar nuestro potencial, nuestro talento ni nuestro brillo personal. Si no miras, no verás: ni lo malo, ni lo bueno. 

Hay personas que tienen un ojo especial para descubrir el brillo de los demás. Incluso Gallup lo incluye entre su lista de talentos. Muchos seleccionadores de Recursos Humanos han aprendido a desarrollarlo, pero no es algo exclusivo del ámbito laboral. Saber ver lo bueno que hay dentro de cada persona con la que nos encontramos, con cada amigo o miembro de nuestro equipo, o tener a una persona profesional del desarrollo personal y marca personal que sepa potenciarlo y orientarte, es cada día más importante. 

El mundo nos necesita con todas nuestras capacidades y potencialidades. Salir adelante de situaciones difíciles requiere de dar lo mejor de nosotros. Necesitamos dejar de ver lo negativo para comenzar a ver lo positivo. Necesitamos creernos las altas capacidades que tenemos

Necesitamos confiar

Necesitamos confiar en lo que sabemos, mucho o poco, es lo que nos ha enseñado la experiencia. Y los que tenemos esa capacidad de ver más allá de la superficialidad de los comportamientos de las personas, los que podemos levantar a los que se caen, los que podemos capacitar a quienes lo necesitan, cada uno desde su posición, hemos de volcarnos en ayudar a abrir los ojos a cada persona para que la respuesta a esa frase de “ojalá te vieras como yo te veo” sea sin más: “gracias, ya me veo”.

Hemos de aprender a vernos con una mirada más bondadosa, con amor hacia uno mismo y hacia los demás, con objetividad, con visión de futuro sobre la que proyectarnos y hacia la que avanzar. 

Brillar comienza por uno mismo 

Para brillar solo hay un comienzo: el autoconocimiento y el reconocimiento. Después necesitarás marcarte un objetivo, entrenamiento, práctica, mejora continua, crear o detectar oportunidades, creatividad, estrategia, un plan de acción y querer ser más feliz. 

Dar el paso a la introspección no es fácil, pero el resultado es, sin duda, enormemente satisfactorio. Es un viaje desde dentro de nosotros, desde nuestra esencia, hasta donde queramos llegar. Elige ser tu mejor versión y muéstrasela al mundo. El mundo te necesita. 

¡Permítete brillar! Date la oportunidad. Y recuerda, tu luz, ilumina a los demás. 

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills 

23 octubre, 2020

Cuando el resultado que obtenemos tras haber trabajado, estudiado, dedicado nuestro tiempo y esfuerzo no es el que esperábamos o deseábamos, solemos entrar en justificaciones, excusas, balones fuera, culpabilizaciones, en auto-reafirmaciones del tipo “yo lo he dado todo”, en quejas y victimismo porque “el mundo está contra mí” o autodestrucción “yo no valgo para esto”. 

“No puedo” y “todo lo que he hecho no vale para nada” son expresiones que no reflejan la realidad.

Supera tu zona de confort

Y digo esto porque está demostrado que siempre podemos mucho más de lo que pensamos. Nuestro cerebro nos avisa antes de tiempo de nuestro límite porque busca nuestro confort, busca que no nos expongamos demasiado, no sea que nos pase algo. Y su función esencial es nuestra supervivencia. Así que habrá que convencerle de que no pasa nada por sacar la patita de nuestra zona de confort para ir un paso más allá en lo que estamos realizando o queriendo lograr. 

Valora cada paso del camino

Por otra parte, hagamos lo que hagamos siempre vale la pena. Si hemos estado estudiando para un examen y hemos suspendido, cuando tengas que ir a la recuperación lo estudiado será la base, ya no te tienes que estudiar todo de nuevo, será más bien un repaso, porque lo que sabes, ya lo sabes, y si no lo habías aprendido de la forma correcta, te va a servir para aclarar términos y entenderlo mejor. Desde luego llevarás una ventaja frente a otro que ni se lo miró. Además, está el hábito de estudio. Solo se adquiere cuando nos ponemos a estudiar. Los hábitos son acción, práctica. Solo con la repetición se consiguen adoptar. Por lo tanto, todo lo que hacemos nos ayuda porque nunca volveremos a estar en la situación de partida que estábamos cuando no habíamos comenzado aún.

Del mismo modo, con cualquier otro proyecto que nos planteemos en nuestra vida. El camino nos transforma. Emprendedores que crean empresas y cierran o no consiguen vivir de ello. Tampoco es un esfuerzo baldío. La decisión de tener hijos, su búsqueda, el proceso en el que se aprende sobre cómo, cuándo, qué hacer para tener más posibilidades. Pensad en cualquier objetivo que os hayáis puesto y en el que hayáis dedicado vuestra energía y esfuerzo. Desde los principios a cómo finalmente terminó, seguro que aprendisteis mucho, incluso se puede decir que no sois ya la misma persona, habéis crecido personal y/o profesionalmente aun no consiguiendo el resultado deseado. 

Trabaja duro y esfuérzate

Es importante tener confianza en que se va a lograr lo que nos planteamos, porque si no, no empezaríamos, pero también hay que trabajar. Sin hacer nada no se consigue nada. Como ejemplo, os recomiendo leer el libro “La buena suerte” de Alex Rovira y Fernando Trías de Bes.  

Necesitamos confianza, pero no ciega. Toni Nadal cuenta que, para entrenar a Rafa Nadal, todo un ejemplo de esfuerzo y dedicación, le decía: “más vale que sepas a lo que te enfrentas y a partir de ahí vamos a encontrar soluciones”. Aceptar la realidad y no estar todo el tiempo con el mensaje positivo de “eres el mejor” o “lo vas a conseguir”. Aceptar que no tenemos todas con nosotros, que las cosas pueden salir mal, que quizá no eres tan bueno, te pone en disposición de esforzarte, aprenderestar alerta,  prepararte mejor para desarrollar en ti una mayor capacidad que te permita alcanzar los propósitos.

Y luego ir un paso más allá. También Toni Nadal entrenaba a Rafa Nadal diciéndole que jugara cada partido como si le fuera la vida en ello, porque solo así tendría más opciones de victoria. Si quieres sacar un 10 trabaja y estudia como para 12 que si algo se tuerce, aún puedas lograr tu objetivo. Hasta el marketing de guerrilla se basa en eso. Apunta a las estrellas, porque si te quedas corto, aún bailarás en la Luna. Solo si lo has dado todo podrás sentirte satisfecho de verdad, si sabes en el fondo de ti que podrías haber hecho algo más, seguramente te arrepientas toda tu vida.

El carácter de supervivencia lo tenemos todos, ahora bien, para valorar el esfuerzo y no desgastarnos en él, hemos de forjarnos un carácter de superación y de resistencia. “Te molesta, te aguantas”. Recuerdo que Álvaro Cuadrado, gran empresario y persona, contaba que cuando era niño iba a correr a la playa con su padre y cuando él protestaba, su padre le hacía correr por un tramo de playa más, y así hasta que dejó de protestar. El carácter se forja con la dificultad. Podéis pensar en el gimnasio, cualquier entrenador sabe que la serie en la que ya estás al límite diciendo “no puedo más”, ésa, es la que más vale. Después, te das cuenta cada día de que si al inicio llegabas corriendo hasta la primera esquina, siguiendo y siguiendo, podrás llegar a correr la maratón.

Ante el esfuerzo, resiliencia. Saber que podemos superarlo y recomponernos es una gran ventaja. El esfuerzo es solo parte del camino. El esfuerzo nos pone a prueba en alguna de nuestras capacidades físicas, mentales o emocionales. Nos supone un esfuerzo aquello que representa un cambio hasta que lo hacemos nuestro. Tras el esfuerzo, es importante la reflexión y el aprendizaje para no repetir errores y para avanzar hacia un mayor desarrollo personal y profesional, con madurez y caminando hacia la excelencia. Cuando lo vemos con perspectiva, nos damos cuenta que aquello fue y que aquello sirvió, aunque en el momento en el que sentimos esfuerzo nos cueste más verlo.

Al final, aprender depende de cada uno. Podemos vivir situaciones y salir de ellas sin haber aprendido nada, o podemos salir de la situación que nos ha retado y averiguar cómo llegar a los mismos resultados o mejores aplicando menor esfuerzo. Así que, no dejes de poner todo lo mejor de ti en lo que hagas y sigue aprendiendo para que el esfuerzo sea más efectivo.

¿En qué aspectos de tu vida estás poniendo todo tu esfuerzo? ¿Estás aprendiendo? ¿Cómo está calando este esfuerzo en tu carácter? 

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills 

Querido compañero,

¿Qué haces para evitar la tiranía del cerebro reptiliano? ¿De qué manera te cuidas? 

Como sabemos, el cerebro ha estado en constante evolución a lo largo de más de 250 millones de años y en todo este proceso ha ido adquiriendo nuevas funciones y capacidades cada vez más complejas.

A través de los estudios e investigaciones del médico y neurólogo Paul MacLean podemos comprobar que todos los seres humanos tenemos tres cerebros en uno. Estos tres cerebros son, en orden evolutivo, el Reptiliano (supervivencia inmediata), el Límbico (emociones) y el Neocórtex (razonamientos). Cada uno de ellos ha ido apareciendo en nuestra línea evolutiva de manera secuencial; es decir, que estos tres cerebros son relativamente independientes y que se relacionan entre sí siguiendo una jerarquía, dependiendo de su antigüedad y de sus funciones de cara a nuestra supervivencia. 

Hoy quisiera hablaros de cómo funciona nuestro cerebro reptiliano y lo que podemos hacer para nuestro autocuidado y para mejorar nuestras relaciones.

Para Paul MacLean, el concepto de complejo reptiliano servía para definir la zona más baja del prosencéfalo, donde están los llamados ganglios basales, y también zonas del tronco del encéfalo y el cerebelo. Al ser el primero en aparecer, sería la estructura que lleva a cabo las funciones más básicas y más importantes para sobrevivir en el aquí y el ahora

La función principal de este cerebro es la supervivencia, el mantenernos protegidos ante cualquier amenaza que se presente, así como defender nuestro hogar, cuidar nuestras pertenencias y a las personas más cercanas a nosotros. Además, se encarga de regular las funciones básicas vitales como: la respiración, los procesos digestivos, regulación de la temperatura, funciones cardiacas… También activa nuestro instinto y motivación sexual para que nos atraigan otras personas y podamos reproducirnos.

Este instinto de supervivencia es muy egocéntrico y no tiene paciencia, quiere todo ya (cuando estoy cansado quiero dormir, cuando estoy sediento quiero beber…) y cuando no logramos satisfacer de forma inmediata cualquiera de nuestras necesidades, nos frustramos y aparece la rabia. Esto puede llevar a que no solo nos hagamos daño a nosotros mismos por permitir que nuestro cerebro reptiliano exagere la inmediatez de lograr algo; sino que también podemos dañar nuestras relaciones con los demás.

Quisiera comentaros algunas recomendaciones para amainar la sensación de hostilidad, de rabia no sana que genera este cerebro fruto de los estados de exageración instintiva que nos hace sentir:

  1. Hacernos conscientes de si es realmente una cuestión de supervivencia o no. Este cerebro reptiliano saltará cuando sienta que hay peligro, pero ¿realmente es una cuestión de vida o muerte? O es una cuestión que me duele, me molesta, perturba mi estabilidad económica y sobre la que tengo alternativas. Por suerte, la mayoría de nosotros no estamos en una situación de supervivencia, así que calmemos nuestros pensamientos derrotistas para aplacar al cerebro instintivo.
  2. Practicar la calma, por ejemplo, aprender a respirar profundamente o trabajar el control mental realizando meditación o mindfulness.
  3. Comer sanamente, parar antes de entrar en la gula y elegir lo que le va a sentar mejor a mi cuerpo. Beber agua y no dejar que pase demasiado tiempo sin comer. Debido a toda el hambre que hemos vivido en el pasado tendemos a comer en exceso para que el instinto quede satisfecho y con reservas para poder sobrevivir por si nos faltara el alimento.
  4. Realizar hábitos saludables de vida como: la higiene, el practicar deporte, respirar aire puro, conectar con la naturaleza, reír, tener propósitos y hobbies…
  5. Evitar las adicciones como tabaco, alcohol, drogas, azúcares…
  6. Intentar dormir 8 horas al día. Cuanto menos dormimos y menos descansados estamos, actuaremos de forma más reactiva.
  7. Sal de tu zona de confort. A este cerebro le gustan las rutinas, hábitos, costumbres y que no hagamos cambios, ni improvisaciones. Te propongo que salgas de tu zona de confort siempre que puedas (por ejemplo, vete a trabajar por otro sitio), viaja, prueba cosas nuevas…

Además de practicar todo lo que acabo de indicar para calmarnos a nosotros mismos, para que este cerebro no sea tan reactivo de cara a nuestros encuentros relacionales sería conveniente seguir los siguientes consejos:

  • Cuidar nuestra forma de comunicar, que sea asertiva y efectiva, no andes con rodeos y evita ser malinterpretado.
  • Como es un cerebro tan reactivo, antes de hablar para poder responder y no reaccionar, cuenta hasta 10. Esto es muy importante también para trabajar la demora en la impulsividad o en la gratificación.
  • Cuida la proxemia con el otro, respeta y cuida los cuatro grandes tipos de espacios: íntimo, personal, social y público, según la distancia establecida entre las personas. Mantente atento al lenguaje no verbal para saber dónde está el límite.
  • Para invitar a la buena convivencia, indica al otro lo que te pueda molestar que pueda hacer de forma reptiliana. Por ejemplo, cambiarte de lugar tus cosas o coger tu libro favorito o subirse de pie en el sofá…
  • Aprende a perder con elegancia, perdonar, ceder, aceptar lo que es, aprende a no querer siempre la razón.

¿Qué otras formas tienes tú de cuidarte de tu cerebro reptiliano y que no se dañen tus relaciones?

Después de lo que acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para manejar mejor a tu cerebro reptiliano?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Según los estudios sobre el futuro del trabajo, cada vez tomará más relevancia el pensamiento crítico y creativo. Salir de situaciones adversas, responder al mercado cambiante y ofrecer un nuevo producto, requiere de creatividad. No podemos perdernos por querer seguir haciendo lo mismo.

Si lo pensamos bien, hasta en los productos básicos de primera necesidad, como pueden ser la leche o el pan, ya tenemos una amplísima variedad. Variedad que se ha desarrollado a base de creatividad.

Podremos tener ayuda de la inteligencia artificial, e incluso se ha demostrado que la tecnología puede ayudarnos a expandir nuestra creatividad, pero si queremos progresar, hemos de ser nosotros quienes pensemos y creemos y dejar que las máquinas nos faciliten la elaboración. Y no mantenernos al servicio de ella, sino ellas al nuestro. Como dice Isabel Salama, “el ser humano es un organismo, no un mecanismo” y hemos de aprovechar todas nuestras capacidades

La creatividad se va perdiendo con la edad, incluso a una velocidad increíble. Para hacernos una idea, con 15 años ya solo tenemos un 10% de la que teníamos de niños y a partir de los 15 años apenas nos manejamos con un 2%, y vaya lo que somos capaces de hacer con ese 2%. ¡Imagina lo que podríamos lograr si la potenciamos! 

Silvia Leal, en su ebook sobre fresh thinking, habla de la necesidad de leer, de aprender a programar y de estudiar. Si ya decíamos que la sociedad y el mundo requiere de learnability, hoy, ante las circunstancias y necesidades de supervivencia y superación en las que nos encontramos, lo necesitamos más que nunca. No podemos dejar nuestro futuro laboral solo en manos de las empresas en las que trabajamos o de los gobiernos. Hemos de crear, creer en nuestras capacidades y contribuir a nuestro bienestar y el de los demás. Si el mundo no es como te gusta, si tu trabajo no te llena, ¿qué vas a hacer? Invéntalo.

  • Escúchate. Seguro que has dicho más de una vez algo así como: “quitarnos este papeleo nos facilitaría el trabajo” o “si solo pusiéramos una bandeja aquí, accesible para todos, resolveríamos la situación”. Y como estos, mil ejemplos de nuestras ideas para mejorar las cosas. Se nos ocurren procedimientos a mejorar, nos sale el crítico constructivo cuando nos vemos con el conocimiento sobre cómo se agilizarían procesos, se obtendrían mejores resultados o se mantendrían relaciones más óptimas. Así que escúchate, hazte consciente de lo que se te ocurre y como suele hacer Richard Brandon, no dejes la idea ahí, sino haz lo necesario para poner tu idea en acción. Sí, ya lo sé, no siempre depende de ti, pero si no lo propones, no va a hacerse nunca. ¿O esperas que se le ocurra a otro y se lleve el mérito él?
  • Piensa fuera de la caja. Esto es algo que ya se va aplicando al mundo empresarial desde hace años. Sin embargo, ¿cómo se hace? Sobre todo, buscando utilidades diferentes a las habituales. Salir de lo obvio. Por ejemplo, un tenedor, ¿cómo puedo utilizarlo? Además de para comer, me puede servir para recogerme el pelo, como pincho donde ir poniendo comandas o tickets, para rascarme la espalda, para pintar, etc. Y puedes decir, vale eso no es muy original, ya se le ha ocurrido a alguien antes, bien, cuanto más practiques, más irá creciendo tu habilidad para encontrar alternativas más originales.
  • Relaciona ideas. ¿Qué tiene que ver el helado con las bicicletas? ¿Podríamos conseguir hacer una asociación entre ambas que supusiera una idea de negocio? Seguramente sí. De hecho, ya hay una empresa que se dedica a ofrecer helados y bicis para pasar una tarde estupenda. Puedes tomarlo como un juego para encontrar los puntos de unión entre dos cosas diferentes. ¿Qué tiene que ver una pluma con un coche? Podemos pensar en asientos acolchados, que mantienen la temperatura… Sigue jugando.
  • Cambia el diseño de aspectos como el color, la forma, la textura, el orden, la localización… Una buena pregunta es ¿qué pasaría si…? Y esto es válido para cualquier tema laboral, no solo para productos, sino para colocar la recepción de una oficina, decidir poner mesas compartidas, teletrabajar, cambiar la jerarquía y modificar la estructura de la organización hacia una redarquía. Solo tienes que probar y valorar las consecuencias. Validar lo que sea necesario será un tema posterior para tomar decisiones y poner en marcha definitivamente las ideas.
  • Utiliza el método SCAMPER de Bob Eberle. Es una forma de preguntarte sobre los productos, servicios, estructuras, procedimientos, nuevas propuestas, que te dará una mayor perspectiva y te ayudará a la generación de ideas. Hay muchas preguntas que puedes encontrar en internet sobre cada etapa de este método.
    • S: Sustituye - ¿Qué se puede sustituir?
    • C: Combina - ¿Qué puedes combinar con otras cosas?
    • A: Adapta - ¿Qué se puede adaptar para que tenga otra función o aspecto?
    • M: Minimiza o maximiza - ¿A qué se le puede dar más o menos énfasis?
    • P: Pon otra utilidad - ¿En qué otra área se podría aplicar?
    • E: Elimina - ¿Qué se podría eliminar?
    • R: Al revés - ¿Qué se podría hacer en sentido inverso?
  • Comparte tu idea. A muchos no les gusta compartir porque piensan que se las pueden quitar, o que si son una gran idea, mejor no decir nada hasta que esté en marcha. De acuerdo. Hay momentos en los que hay que guardar el secreto profesional. Sin embargo, las actuales teorías de lean management proponen que preguntes a tu público qué les parece tu idea antes de gastarte el dinero de montar toda una estructura empresarial para llevarlo a cabo. Esto ahorra muchos esfuerzos innecesarios. También en agile management se comparten ideas de mejora continua de los productos y proyectos en los que se va trabajando hasta encajar la forma en la que se cubren las expectativas, funcionalidades y las necesidades. Y recuerda la espiral de las ideas, para compartir en lugar de repartir. Con tu idea yo incorporo mi percepción y la mejoramos; con mi aportación tú le vas a dar una nueva perspectiva y la idea crece. Así que fomenta los espacios de creación de ideas.

Y volviendo al principio, dado que de niños nos era más fácil desarrollar nuestra creatividad, suelta tu imaginación, juega, vuela, cambia de escenario, inventa, prueba, mezcla, como un niño, sin prejuicios, porque ya habrá un tiempo posterior de análisis de las ideas. Pero no cortes las alas a la creatividad de antemano. Fomenta la creatividad y después evalúa.

¿Cómo vas a entrenar tu creatividad para cambiar aquello que no te gusta? Aprovecha y diviértete creando. Pon en acción tu hemisferio derecho. 

Y si lo necesitas, estamos a tu disposición para ayudarte. Todos tenemos la capacidad de la creatividad en nosotros. Solo hay que ayudarla a salir. ¡Tú puedes! 

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills  

Querido compañero,

¿Pones límites en tus relaciones personales y profesionales? ¿Por qué hacerlo? 

Hoy quisiera hablarte de los límites, de su dificultad y de sus múltiples beneficios.

2miradas. La necesidad de poner límites

Seguramente te han pasado alguno de estos casos: llegas a la conclusión de que tienes que poner límites en alguna relación pero no sabes cómo hacerlo o has querido ponerlos y no te has atrevido o los has puesto y luego te has sentido culpable o querías poner los límites y no sabías cómo…  Probablemente muchas veces, ¿verdad?

Poner límites en las relaciones significa hacer saber a las demás personas que se tienen deseos y necesidades diferentes a las suyas, y respetarnos como seres humanos únicos que somos.

Y es que pueden ser muy complicadas las relaciones hasta llegar a establecer un equilibrio sin asediarnos, mientras conocemos al otro y nos ganamos su confianza, nos conectamos o vinculamos.

¿En qué consiste no poner límites?

No pones límites cuando permites, por ejemplo: cosas que te duelen, palabras malintencionadas, golpes, negligencias, que abusen de ti física o verbalmente, que te juzguen o te critiquen, que te hagan sufrir con su comportamiento o sus palabras, que se aprovechen de tu predisposición o bondad, que invadan tu espacio, vulneren tu intimidad o valores o que no se respete tu forma de pensar… Con el tiempo las consecuencias son nefastas porque literalmente te estás faltando al respeto a ti, cargando tu autoestima y dañando tu dignidad

Decimos que una persona que te quiere te va a decir las cosas como son, muchas veces las que no quieres escuchar, pero no se puede justificar la dureza y vehemencia de las palabras solo “porque te quiere”, cuando en realidad no te está valorando. Y los motivos del “agresor” pueden ser múltiples: inseguridad, carencias de su infancia, aprendizajes inconscientes, cubrir su falta de autoestima, sentido de superioridad y posesión… Muy probablemente, sus acciones sean, bien por sus propias carencias o bien porque le estás haciendo espejo de lo que él realmente es y verse ¡¡¡duele!!!

¿Por qué nos cuesta tanto poner límites? Algunas de las razones que he vivido podrían ser: no querer entrar en conflicto, no saber asertivamente poner límites, creer que eres egoísta por no ceder a lo que nos piden, creer que puedes con todo, temer ser rechazado por el otro, tener miedo a que te dejen de querer, a que te despidan, bloquearte ante la actitud que muestra el otro…

No poner o poner límites en tu vida: las consecuencias

Cuando permitimos este tipo de actitudes y comportamientos nocivos y tóxicos del otro, tanto físicos como emocionales, repetidamente sin hacer nada, además de hacerte mucho daño a ti mismo, como ya he indicado, no le das al otro la opción de cambiar su forma de actuación y de alguna manera retroalimentas que el otro repita sus acciones, y muy probablemente, cada vez peor, estableciendo una relación de dominancia – sumisión por no saber pararle los pies.

Poner límites nos ofrece ser líderes de nuestra vida, tener una mayor autonomía, autorregularnos y cuidarnos, lo que es una base para mejorar nuestra autoestima y bienestar. Además, establecerás relaciones de igual a igual, promoviendo la reciprocidad (el yo cuido de ti y tú de mí, el yo te respeto y tú a mí), te conocerán realmente como eres, vas a prevenir estrés, tristeza y frustración innecesaria, te vas a mostrar más coherente contigo mismo, vas a aumentar el respeto por parte de los demás… 

El primer paso: hazte responsable de lo que te ocurre con esa persona

Este es el primer paso para poder llegar a poner límites. Puedes plantearte preguntas como: 

  • ¿Por qué permito que no me trates de igual a igual?
  • ¿Por qué acepto que me juzgues por mis actos y comportamientos? 
  • ¿Por qué permito que me critiques por ser como soy? 
  • ¿Por qué permito que me violentes?

Busca el beneficio último por el que lo estás permitiendo y no pones límites. Decide si quieres mantener ese beneficio y qué pasaría si lo pierdes, ¿qué otras puertas sí se abren para ti?

La reacción de la otra persona ante el límite

Cuando planteas límites no sabes cómo puede esa persona reaccionar. Te lo puede agradecer, te puede dejar o puede que se aleje de ti. Lo que está claro es que cuando alguien TE QUIERE en mayúsculas, sin egos, ni carencias, te acepta, respeta y abraza tal y como tú eres, sin exigirte ser lo que considera que tienes que ser o cómo considera que tienes que actuar.
La calidad humana de una persona se nota, especialmente, por cómo trata a los demás y estoy convencida (y seguro que tú también), que quien es buena persona no hace daño a los demás, ni tiene interés en ello.

La persona más importante en nuestra vida, eres tú misma, y no debemos permitir que las personas nos traten mal, o hagan con nosotros lo que ellos consideren. Por eso, aprender cómo poner límites es algo que se puede y es conveniente desarrollar. 

¡Ánimo, que siempre hay tiempo para echar un paso adelante y poner el freno a ciertas situaciones!

Después de lo que acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para poner límites?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García