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Me mandan a una formación, ¡con todo lo que tengo que hacer! ¿Cuántas veces has dicho esta frase?  Lo cierto es que si has pensado o dicho esto seguramente eres una persona implicada con tu trabajo. Lo malo, si solo trabajas en lo urgente, nunca te vas a dedicar a lo importante.

¿Por qué digo que es importante? Según la guía para líderes de talento realizada por Cornerstone, para 2025, el 44% de las habilidades que los trabajadores necesitarán para desempeñar sus funciones de forma efectiva habrán cambiado. También nos dicen, que una de cada tres habilidades de cualquier publicación de empleo del 2017 en las áreas de informática, finanzas o ventas ha quedado obsoleta. Y que antes de 2025, 85 millones de puestos de trabajo desaparecerán y 97 millones de puestos de trabajo serán creados.

El 2025, como quien dice, es mañana. Y el trabajo que desempeñemos mañana puede no estar tan relacionado con el trabajo que realizamos hoy o, al menos, puede que no se materialice de la misma manera. 

¿Qué podemos hacer para prepararnos y seguir siendo valiosos en nuestro trabajo?

Tanto si quieres cambiar de trabajo, como si quieres mantenerte en tu empresa ten en cuenta esto:

Necesitas una actitud de apertura

Abrir nuestra mente a los cambios, a lo diferente, a las posibilidades, a movernos. Ya lo hemos hecho con la pandemia, luego somos perfectamente capaces de hacer las cosas de otra forma. No hay excusa, ni vale el “yo soy así y así seguiré”. Es cuestión de necesitarlo y de querer. Por ejemplo, has de saber que los trabajadores con movilidad interna permanecen en la empresa casi el doble, entre otras cosas, porque es más fácil moverse de puesto dentro de una empresa, que conseguir trabajo en otra nueva.

Aprovecha las oportunidades de adquirir conocimientos y habilidades

Como no sabemos lo que nos va a venir mañana, en nuestras empresas las personas de Recursos Humanos, los gestores de la formación suelen prever lo que el equipo va a necesitar en función de la información que tienen de la estrategia de negocio o del entorno. Así que, si nos proponen alguna formación puede ser, fundamentalmente, por tres cosas:

  1. Hemos de cumplir con alguna normativa.
  2. Hay una carencia/necesidad de conocimiento o habilidades.
  3. Se quiere promover un cambio dentro de la organización.

En cualquiera de los casos, salimos beneficiados. Si había una carencia y nos forman, podremos aprender a hacer las cosas mejor, con lo que tendremos mejores resultados y será más fácil mantenernos en el puesto e incluso crecer dentro de la empresa. Si se quiere promover un cambio, mejor sumarse porque los que se queden atrás serán más fácilmente descartables. Cumplir normativa es necesario para todos, por salud, por una cuestión social.

Así que, cada formación a la que te propongan asistir, te invito a realizarla como lo mejor que puedes hacer ese día porque estarás sembrando tu futuro. Además, si no te dieran formación, seguramente también te quejarías de que tu empresa no te tiene en cuenta o no se actualiza.

Piensa en competencias y habilidades

Las competencias y las habilidades son transversales y versátiles para muchos y diferentes puestos de trabajo. Descubre y pon en valor cuáles son las tuyas. De esta forma, si la empresa se ve llevada a reubicar talento, podrá contar contigo en otro puesto en el que sean necesarias o muy valoradas esas habilidades y competencias, porque el conocimiento es más fácil de aprender, se requiere menos tiempo para adquirirlo, un tiempo que normalmente se entiende de adaptación al nuevo puesto.

Trabaja tu desapego

Solemos hacernos fuertes en nuestra mesa, en nuestra oficina, tenemos nuestro sitio cogido para comer, el café que eliges de la máquina es tu café… Desde pequeños aprendimos muy bien eso de “es mío”, también hemos aprendido que todo está en continuo cambio, aunque quizá lo hacemos de forma menos consciente. De la misma forma que te has podido cambiar de casa cuando tus necesidades personales han cambiado, o cuando has cambiado de pareja porque ya no “encajaba” contigo, el puesto de trabajo no tiene por qué ser para toda la vida igual, de hecho, si lo fuera, podría resultar muy aburrido. 

Tenemos un problema de identificación que viene por la forma de expresarnos cuando nos preguntan por nuestra profesión. Solemos decir: “soy informático”, “soy psicóloga”, “soy asesor comercial”… Si te das cuenta, a lo largo de tu vida has ido cambiando esto, ¿verdad? Entonces, ¿por qué te vas a resistir a “ser” ahora otra cosa? Es un trabajo diferente, no pasa nada. Simplemente, tendrá otro nombre.

Ponle ganas

Pon en juego la voluntad para aprender, para comprender las características de un nuevo puesto, de una nueva herramienta para funcionar, de la tecnología que se aplique… Utiliza tu curiosidad para avanzar, para trastear, para preguntar sobre el trabajo que hacen otros, para interesarte por tendencias, estrategias, sistemas de funcionamiento diferentes a lo que tú haces. Ya que lo vas a tener que hacer, hazlo con la mejor de tus intenciones. Si lo ves como un castigo, te va a ir generando rechazo y al final, te perjudicará en la adaptación a lo que tenga que venir. No juegues en tu contra. 

Déjate ver

Preséntate voluntario para nuevos proyectos, para tareas diferentes a la tuya o para hacer trabajos conjuntos con personas de otras áreas. Que te conozcan también facilitará que quieran trabajar contigo en el futuro. Y si además muestras tus capacidades, das lo mejor de ti mismo, eres facilitador del trabajo y promotor de resultados, entonces, sabrán lo que ganan teniéndote a su lado.

Plantéate a dónde quieres llegar

 Ir haciendo movimientos forzados no es igual que ir haciendo movimientos buscados. Si tienes un objetivo, cualquier oportunidad la valorarás en tanto en cuanto te acerca o aleja de tu objetivo. Así podrás ir redirigiendo tu futuro alineando tus intereses con los de tu empresa, lo que os permite crecer juntos.

Las empresas necesitan trabajadores con talento que sepan llevar las riendas en el futuro. Puedes ser tú si te capacitas para ello. La formación y el entrenamiento son tus aliados, no dejes pasar la oportunidad. Comienza hoy mismo, porque el 2025 está a la vuelta de la esquina.  

Ahora que sabes esto, ¿qué vas a comenzar a hacer para prepararte para tu trabajo del futuro?

Aprendiendo en el camino del crecimiento. 

Raquel Bonsfills

Puedes hacer mil cursos, leer cuarenta libros, pero si no pones en práctica nada, nunca mejorará tu motivación, ni tu bienestar.

Cada año hacemos formaciones en empresas y muchas de ellas piensan de verdad en qué pueden hacer por sus equipos, qué necesitan y qué los puede preparar para el futuro, que les permita aprender alguna clave o alguna técnica nueva para que funcionen mejor como equipo o individualmente, mejorando su productividad y resultados.

Los que nos dedicamos a capacitar a las personas, sabemos que una formación no siempre va a ser suficiente. Sobre todo, cuando hemos de conseguir desarrollar una habilidad.

Muchas veces, salvo que sea una cuestión técnica, práctica, por implementación de un nuevo sistema o procedimiento, los jefes de equipo no hacen ningún tipo de seguimiento sobre todo lo aprendido durante la formación. Y luego, puede que lo queramos evaluar en su desempeño.

Hoy en día, las tendencias indican la necesidad de recuperar las habilidades blandas, también de formar en habilidades para afrontar las nuevas necesidades tecnológicas del puesto (upskilling) y en competencias que permitan a la persona reubicarse en otro puesto o área de la empresa (reskilling).

Capacitar en habilidades y competencias no se consigue dando una píldora formativa. Se consigue dando a la persona vitaminas para que su competencia crezca, se nutra, se desarrolle fuerte y se note en su capacitación y acción. Lo que lleva tiempo.

Por eso, más que nunca, necesitamos planes de formación a largo plazo, acompañamiento en el desarrollo de los profesionales que dedican su tiempo en nuestras empresas para poder mantenernos en el tiempo con la mejor empleabilidad posible.

Esto va a repercutir en una mayor satisfacción de los colaboradores porque se sienten:

  • Atendidos en sus necesidades reales de formación, las que de verdad van a requerir.
  • Acompañados y no dejados a su suerte tras un día de formación. Hay continuidad en el tiempo.
  • Apoyados por los responsables directos, que harán parte de ese seguimiento de sus capacidades. Y apoyados por la empresa que pone los medios a su alcance para poder desarrollarse dentro de la misma.
  • Reconocidos por los avances logrados.
  • Recompensados por el esfuerzo y el tiempo dedicado a su mejora continua.
  • Empoderados por todo lo aprendido e interiorizado.
  • Etc.

Por eso, como líderes, responsables de equipos, personal de RRHH, gestores de la formación, todos hemos de plantearnos una serie de aspectos de cara a ofrecer formación a nuestros equipos:

  • Para qué quiero formar a las personas. Sí, parece obvio. Sin embargo, este objetivo suele quedar diluido porque no llegamos a consolidarlo con los cómo lo voy a lograr. Sobre todo, si el para qué es el desarrollo de una habilidad, y no solo la adquisición de un conocimiento.
  • Qué forma será más efectiva. A veces la formación es la elegida, otras veces es mejor buscar un mentor, o hacer coaching.
  • Plantear cómo a largo plazo, seguimiento adecuado para valorar el aprendizaje, el desarrollo de la habilidad o de la competencia. Si la elección fue coaching o mentoring, va implícito en el proceso, pero si se hace mediante formación, hemos de valorar también ese seguimiento.
  • Quién evalúa el desarrollo. De nuevo, si hay un mentor o coach, puede ser él quien evalúe el proceso y la capacitación de la persona. Si es una formación la vía elegida, puede pedirse al proveedor de la formación que haga dicho seguimiento o puede ser el responsable directo quien tenga la formación necesaria sobre cómo hacer dicha evaluación. Si no sabe qué hay que conseguir, en qué se tiene que fijar, qué aspectos han de ser visibles, qué indicadores son importantes reconocer, … difícilmente se hará una buena evaluación. Hemos de evitar la subjetividad. También el propio evaluado tendrá que evaluarse y ser capaz de reconocer sus avances.
  • Reconocimiento y/o recompensa. Todo esfuerzo ha de ser valorado para aumentar el compromiso y la motivación. Necesitamos darnos cuenta de que se van alcanzando objetivos, que la meta está cada vez más cerca. Cada paso tendrá su premio, que no tiene por qué ser económico. Esto es importantísimo a nivel de nuestro cerebro, para mantenernos enfocados e ilusionados con el cambio y que, de verdad, se llegue a dar para no perdernos por el camino.

¿Cuántas veces pides a tu equipo que te cuente cuál es su plan de acción tras volver de una formación para llevar a la práctica lo aprendido? ¿O es que le mandaste a la formación para pasar el rato? Como no queremos tirar el dinero de la organización y vamos a querer siempre ofrecer formaciones que sean beneficiosas para el bienestar de los colaboradores y para la mejora del rendimiento de los mismos, hemos de bajar a la práctica y acompañar en la implementación de los aprendizajes y del conocimiento adquirido en las formaciones.

¿Qué vas a comenzar a hacer? ¿Cuántas formaciones necesitas para desarrollar la habilidad que estás aprendiendo? ¿En cuánto tiempo se adquiere esa habilidad? Es mejor leer un libro y extraer el aprendizaje para el día a día que leer veinte libros y que se quede en la cabeza.

Mucho ánimo. Estamos en continua evolución y aprendizaje, así que esto es solo el apoyo que necesitas para que se note todo lo que sabes.

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

El dinero que me pagan a final de mes es mi principal motivador para decidir trabajar en una empresa. ¿Es tu caso?

Cuando se firma un contrato laboral llegamos a un acuerdo entre la empresa y el trabajador por el que la empresa hace patente que quiere que el colaborador trabaje, dedique su tiempo, capacidades y conocimientos para alcanzar sus metas u objetivos propuestos; y el trabajador deja sellado su interés en hacer todo eso a cambio de unas condiciones establecidas de salario económico, emocional, beneficios sociales, condiciones laborales, etc. Podríamos decir que eso con lo que hemos estado de acuerdo es nuestra recompensa como trabajadores.

Aunque la teoría motivacional de Herzberg nos dice que cumpliendo meramente el acuerdo podemos llegar a la no satisfacción, si queremos algo más de satisfacción en el trabajo vamos a necesitar que nuestros líderes nos reconozcan, nos valoren, nos potencien, nos faciliten el trabajo, nos comprendan, nos den lo que necesitamos para trabajar, ayuden a promocionarnos, nos capaciten…

Las empresas llevan unos años sumándose a la tendencia de en lugar de pagar un mayor salario ofrecer más recompensas no monetarias. Pero cuidado, es importante que se cumpla un mínimo porque si no, por mucha recompensa, las personas que aceptaron trabajar bajo esas condiciones seguirán buscando un empleo con mejores condiciones. Y luego la empresa se encontrará luchando por la retención del talento o el compromiso de los trabajadores.

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Sabiendo que cada generación tiene sus propias necesidades, y que lo que puede satisfacer a una persona con hijos pequeños podría ser diferente de lo que satisface a una persona sénior o a un talentoso joven, cada vez más empresas se plantean recompensas personalizadas. Sin embargo, hay algunos principios importantes a tener en cuenta a la hora de proponer recompensas en nuestra empresa.

Los principios para tener en cuenta son:

  • Preguntar. Como no tenemos una bola de cristal, ante la duda, mejor preguntar. Podemos organizar grupos de discusión que involucren a colaboradores de distintas áreas y sectores de actividad, de diversas edades o diferentes regiones. Esto nos puede ayudar a decidir qué estrategia de recompensa aplicar, qué incentivos son los más adecuados, qué se puede cambiar para mejorar el modelo de reconocimiento o cuáles son las iniciativas que mejor acogida han tenido.
  • Indagar. Conocer el sistema de recompensas de la competencia contribuirá a evitar problemas de rotación, conflictos individuales y colectivos. Si por hacer el mismo trabajo en la otra empresa me dan mejores condiciones o recompensas, no me voy a quedar en ésta. Para tener a los mejores hemos de tratar a nuestra gente como a los mejores.
  • Ser imparcial. Dentro de un mismo grupo o categoría profesional no tienen que existir grandes diferencias entre sus miembros. Ha de haber unas bases para todas las personas, que si hacen o se consiguen lo mismo, la recompensa sea la misma. Por ejemplo, si por tener un hijo tienes como recompensa salir a las 16h para poder ir a buscarlo al colegio, todo el que tenga un hijo en edad escolar podrá acceder a dicha recompensa.
  • Personalizar. Según la teoría de motivación de Stacy Adams, si yo me esfuerzo más, obtendré una recompensa mayor que otra persona que en el mismo puesto se esfuerce menos. Por lo tanto, hemos de entender también una retribución basada en los resultados y comportamientos de las personas. En los que tendremos en cuenta su iniciativa, interés, creatividad, etc. En definitiva, su rendimiento y desempeño. Además, es importante identificar las preferencias personales para establecer estrategias de reconocimiento que sean acogidas con el efecto deseado. Algunas personas prefieren ser obsequiadas con una comida de reconocimiento con los compañeros y otros con unas entradas para disfrutar de un espectáculo en familia.
  • Equidad. Todo esto no puede hacerse sin equidad. Si se percibe una falta de equidad en el reconocimiento individual de los colaboradores es fácil que se genere malestar y que se inicie un proceso de reclamación y queja constante que afectará sin duda al rendimiento. Equidad no es igualdad. Equidad es dar a cada uno lo suyo, lo que merece, que no tiene por qué ser igual que lo que le damos al otro (igualdad), pero sí similar, equitativo.
  • Que haya congruencia. Tiene que existir un equilibrio entre las recompensas individuales y las grupales. Así como proporcionales de forma congruente con el trabajo realizado, la dedicación, la resolución y el resultado obtenido.
  • Ser oportuna. La recompensa funciona cuando se produce en el momento adecuado. Si el equipo ha hecho un esfuerzo enorme por llegar en fecha a una entrega, darles un día libre será más oportuno a continuación de ese esfuerzo que tres meses después, cuando seguramente se habrá olvidado el objetivo que se consiguió y se habrá entrado en un nuevo proyecto. Para que sea oportuno es indispensable que los responsables conozcan lo que ocurre en el día a día, al equipo y los cambios que pueden ser necesarios para fomentar e incentivar el rendimiento del equipo.  Y también es importante asegurarse de que los mandos son conscientes de la importancia que tiene el feedback, cuándo éste ha de producirse de manera informal o con un agradecimiento público.
  • Comunicación clara. Si estamos introduciendo un sistema de recompensa en la empresa debemos asegurarnos de que todo el mundo es consciente de ello. Es importante que todos tengan claro cuáles son los objetivos, qué es lo que se premia y qué factores justifican la recompensa. Habrá que reforzar el mensaje a través de los diversos canales de comunicación disponibles: reuniones, boletines de noticias, portal de Recursos Humanos… El mensaje ha de llegar a todos y todos tienen que saber las reglas del modelo, ya sea trabajando en las oficinas centrales, en delegaciones o teletrabajando. En general es importante informar a la plantilla de los niveles salariales, de las distintas formas de alcanzarlos, y de los conceptos que comprenden cada una de las partidas.
  • Sencillez. Debe ser fácil de entender por la plantilla, evitando que se pudiesen generar malentendidos. Y han de ser tangibles para evitar subjetividades.
  • Ser estable. Implantar un modelo de recompensas tiene que ser persistente bajo unas mismas condiciones. Si cambia con frecuencia puede generar en los trabajadores desconfianza e inseguridad. Lógicamente, debe adaptarse o flexibilizarse en función de la coyuntura económica y de las exigencias del mercado y de la empresa.

Cuando alguno de estos aspectos falla, normalmente nos desmotivamos. Por eso, aunque no seas la persona que decide si esto es así o no, siempre puedes hacer notar que hay otra forma de hacer las cosas para mantener a los colaboradores más contentos. Yo suelo decir, que es mejor proponer que seguir quejándose. Si sabes cómo mejorar, dilo. Si no, tendrás que conformarte con lo que hay. Y entonces tu recompensa será la que estás aceptando. Si quieres que sea de otra forma, ¡ve a por ello!

¿Cómo quieres que sea tu recompensa? ¿Qué recompensa es la que mejor va contigo? ¿La obtienes ya en tu trabajo? Si no, ¿qué vas a hacer para conseguirla? Ponte en marcha, tienes todo el año para obtener mejores recompensas.

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

¿Sientes miedo a fracasar? ¿Qué haces para superar el miedo al fracaso?

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Realizar una interpretación inadecuada de una situación nos podría llevar a evitarla por considerar que el riesgo es excesivo y que no estamos en disposición de afrontarla.

También, en ocasiones amplificamos las posibles consecuencias de cometer un error al enfrentarnos a la situación, anticipándonos a los resultados y haciendo previsiones con una visión catastrofista y negativa cuando aplicamos el dicho popular de: piensa mal y acertarás.

Además, pensamos que tener éxito o fracasar nos define como personas, confundiendo “tener un fracaso” con ser un o una “fracasada”, y caemos en una simplificación que reduce la riqueza y complejidad de la persona.

Para algunas personas fracasar supone algo irreparable, imperdonable… un resultado que no se “pueden permitir”. Desde esta perspectiva, la presión por evitar el fracaso podría llevar a dejar incluso de actuar.

Las emociones que generan una visión tan “determinante” del concepto de fracaso, limita nuestra capacidad de afrontar las metas propuestas, e implica que la persona tenga la creencia de que no puede asumir futuros proyectos por miedo a la posibilidad de fracasar.

El miedo al fracaso está en gran parte condicionado por tres factores:

  • La interpretación que realizamos de la situación.
  • La anticipación que hacemos de las posibles consecuencias.
  • La valoración que hacemos de nosotras o nosotros mismos a partir del resultado que obtengamos.

Es necesario poner responsabilidad en la gestión de un fracaso:

  • La gestión del fracaso es necesaria para poder innovar en las organizaciones.
  • Es necesario para adaptarnos a un entorno cada vez más cambiante
  • Gestionar un fracaso nos lleva a aprender de los errores cometidos estableciendo un entorno de mejora continua y desarrollando las habilidades de nuestros colaboradores.

Te comparto 9 técnicas para superar el miedo al fracaso:

  1. Establece metas realistas y alcanzables para que tengas la sensación de competencia y de avance en cumplir tus objetivos.
  2. Considera el fracaso como una oportunidad de aprendizaje, un proceso en el que puedes demostrarte tu capacidad para tras tropezar, levantarte y seguir caminando.
  3. Piensa que no hay fracaso si lo has intentado. Sea cual sea el resultado, siempre hay un logro al enfrentarnos a nuestros miedos.
  4. No te recrees en tus errores. Identifícalos y a continuación pasa a otra cosa. Lo importante es tener una perspectiva amplia ante los resultados.
  5. No digas “no puedo”, “esto no es lo mío” o “no lo voy hacer bien”. Piensa de forma realista y cree en tu capacidad para afrontar las situaciones que se presentan. Ten la seguridad de que en el proceso de intentarlo siempre está la mejor manera de realizarlo con la información que posees en ese momento.
  6. No te exijas un resultado perfecto. Acaso ¿todo lo que sale bien es porque se ha llevado a cabo de manera perfecta? Invertir esfuerzo de un modo flexible y adaptativo es siempre la mejor estrategia.
  7. Lo importante no es hacerlo todo bien a la primera, lo que importa es tener capacidad para intentarlo las veces que sean necesarias o valorar otras opciones, y regular adecuadamente nuestra tolerancia a la frustración.
  8. No conseguir algo tal y como esperabas no es fracasar, o ser «un fracaso», sólo significa que en la siguiente ocasión sería conveniente que hicieras las cosas de un modo diferente para obtener resultados diferentes.
  9. Una comunicación transparente a todos los niveles facilitará el análisis de los fracasos pasados que será fundamental para garantizar grandes éxitos en el futuro.

¿Qué otras técnicas manejas para superar tu miedo al fracaso?

Recuerda que con cada fracaso estás un paso más cerca de conseguirlo si aprendes de ello. Con el fin de complementar lo que estoy hablando te dejo un vídeo que habla sobre Cómo superar el fracaso (Claves y ejercicios psicológicos).

Después de lo que acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para mejorar tu miedo al fracaso?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso y que te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

¿Qué haces cuando negocias? ¿De qué maneras negocias? ¿Cuál suele ser el resultado de tu negociación?

10 claves para conseguir una negociación efectiva

 

freepik.es/foto

La negociación según la wikipedia es un esfuerzo de interacción orientado a generar beneficios.

Sus objetivos pueden resolver puntos de diferencia, ganar ventajas para una persona o grupo, diseñar resultados para satisfacer varios intereses, mejorar situaciones actuales, resolver conflictos o llegar a un punto neutral de la información.

El modelo Harvard define la negociación efectiva como una conversación entre dos o más partes para conseguir un arreglo de intereses divergentes o un acuerdo mutuo, con la habilidad de crear un ambiente de colaboración y compromisos duraderos.

Ya te compartí hace tiempo en otro artículo las 6 fases de un proceso de negociación  hoy quiero compartir contigo algunas claves para poder lograr una negociación efectiva:

  1. Prepara la negociación. Seguro que recuerdas uno de mis refranes que numerosas veces te he compartido en mis artículos: “lo bien preparado resultado esperado, lo mal preparado resultado caótico”.  Y en esta preparación comienza por prepararte tú, trabaja en tus 4 partes del ser humano: emocional (gestionando cómo estás y como te pueden llegar a sentir durante la negociación), energética (que vayas con una energía positiva y limpia con ganas e interés por desarrollar la negociación de forma efectiva para ambas partes), tu parte física (muestra una buena y saludable imagen y una postura corporal que invite a querer negociar) y por supuesto, la parte mental (aprende lo que puedas sobre la negociación, sobre las partes implicadas, posibles acuerdos, prepara estrategias, desarrolla habilidades negociadoras…). Te dejo mi artículo donde hablo sobre algunos trucos para preparar la negociación.
  2. Define los objetivos de la negociación. Es necesario saber lo que queremos lograr para saber planificarnos y poder pensar las diferentes opciones a llevar a cabo para lograrlos. Cómo saber definir objetivos racionales lo puedes comprobar con la técnica del SMART-E.
  3. Gestionar toda información posible. Todos sabemos que la información es poder, así que: obtén la mayor cantidad de información sobre las partes implicadas y recoge, a ser posible, por escrito toda la información necesaria que sustente tus intereses y respalde tu posición para poderla presentar cuando sea necesario.
  4. Plantea estrategias y alternativas desde el ganar-ganar. Si quieres hoy en día llevar a cabo una negociación exitosa es necesario trabajarla desde el ganar-ganar y que los intereses de todas las partes se encuentren atendidos, si esto no se produce toda solución que pase por ganar-perder o perder-ganar pondrá en riesgo la negociación, y podría acabar no avanzando o rompiendo la negociación.
  5. Crea un MAAN (Mejor Alternativa a un Acuerdo Negociador). Plantéate los diferentes escenarios posibles que podrías aceptar, así como lo que puede resultar inaceptable para ti. Trata de ponerte en el lugar de las otras partes pensando las zonas de interés y satisfacción de la parte contraria, lo que la otra parte quiere y necesita. Con este análisis seremos capaces de encontrar una zona de intereses común.
  6. Sé duro con el problema y sensible con las personas. Concéntrate en la solución y no en destruir a tu oponente. Las negociaciones se hacen entre personas y es importante cuidar las relaciones. Negociar con respeto, ética, sinceridad y transparencia favorece negociaciones futuras.
  7. Practica durante todo el proceso negociador la comunicación asertiva, la escucha activa y la empatía. Esta forma de afrontar una negociación te llevará a generar un mayor número de alternativas, e incluso para ceder en un momento dado, esto con la finalidad de que el beneficio para las partes negociadoras sea mutuo.
  8. Pregunta, no des nada por supuesto. No presupongas atrévete a preguntar, no tengas miedo a dar una imagen de que no sabes algo. Aclara las situaciones para evitar malos entendidos y poder encontrar las mejores opciones para ambas partes.
  9. Insiste, resiste y persiste. Un “no” inicial en un proceso negociador puede ser un “sí” posterior. Es necesario que no nos rindamos ante la primera dificultad, es importante persistir para lograr un acuerdo favorable para ambas partes. En mi artículo Pilares de la Persuasión te dejo 6 claves para ser persuasivos.
  10. Cerrad la negociación con un compromiso. De una forma clara y concreta especificar el acuerdo de la negociación o los siguientes pasos a llevar a cabo si no se ha logrado en ese momento un acuerdo, así como establecer cómo y cuándo se debe cumplir. De esta manera evitaremos los malos entendidos posteriores o las frustraciones futuras y tendremos un plan de cumplimiento.

Te recuerdo que ser un buen negociador implica conducir un suceso para llegar a un acuerdo satisfactorio entre dos partes enfrentadas.

¿Qué otras claves manejas para lograr negociaciones efectivas?

Con el fin de complementar lo que estoy hablando te dejo un vídeo que habla sobre las 6 fases de un proceso de negociación

Después de lo que acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué otros claves tienes en cuenta para llevar a cabo una negociación efectiva? ¿Cómo vas a mejorar un proceso de negociación?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso y que te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

 

 

 

 

 

 

 

 

"Si no trabajas no hay rendimiento, si cierras no hay ingresos, si apagas y te vas después toca comenzar de forma más dura…" ¿O no?

Muchas de estas frases las hemos escuchado desde niños y forman parte de nuestras creencias. Y eso nos lleva en muchos casos a ver autónomos que no se permiten ponerse malos, que están bajo un nivel de exigencia muy elevado e incluso estrés por puro agotamiento.

Pero como ser autónomo parece ser sinónimo de superman o superwoman, pensamos que las vacaciones no forman parte de las necesidades de un trabajador por cuenta propia. Y cada vez más autónomos buscan la forma de "no cerrar" por vacaciones. Algunos llevándose el trabajo y, otros no yéndose.

Desconectando en la playa

 

Sin embargo, tener vacaciones es posible e incluso, diría yo, necesario. El año laboral se nos hace largo, se van yendo los demás y muchas veces nos malhumoramos porque el que se queda ha de asumir su trabajo y el de los demás. O si no, el trabajo se queda estancado.

Por eso, os dejo algunas pautas para poder organizaros mejor y plantearos unos días de vacaciones:

Las vacaciones son un tiempo de desconexión útil, de recuperación de energía, de cambio de escenario, salir de la rutina, lo que invita a la creatividad, a encontrar nuevas ideas o soluciones. No te prives de esta oportunidad porque tu salud mental y física te lo agradecerán y todas la buenas ideas, que te plantees sobre tu empresa serán interesantes para ayudarte a hacerla más potente.

No tienes que coger todo un mes, solo elige el momento. Una cosa que hemos aprendido a hacer los autónomos, sobre todo, es a repartirnos las vacaciones. Nos podemos adaptar a los momentos de menor demanda por parte de nuestros clientes, de menor producción por parte de nuestros proveedores… aunque para tu tranquilidad, seguro que en algún momento te has tenido que ir por algún asunto importante o excepcionalmente te has puesto malo. Y ¿qué ha pasado? ¿A qué no se ha ido a pique la empresa? Por unos días no va a pasar nada.

Aprende a delegar. Si cuentas con otras personas, si tienes un pequeño equipo o si colaboras con alguien que te eche una mano, ¡aprovéchalo! Hay personas deseando aprender nuevas funciones, personas que puede estar pendientes de tu trabajo durante un tiempo. Pero para ello has de formarles. Explicarles qué hacer, dedicarles algo de tiempo porque es una inversión en tranquilidad. Si no confías en quien puede darte ese apoyo, trabaja durante todo el año para ganar esa confianza, no lo dejes para el último día.

Utiliza la tecnología para facilitarte el tiempo de ausencia. Desde los famosos mensajes de "fuera de la oficina" hasta CRMs que permiten tener constancia de todo lo sucedido, mails, llamadas de clientes,… y que cualquier persona del equipo que acceda podrá dar una respuesta adecuada al cliente.

Puedes elegir desconectar, reconectar, o mantenerte conectado, pero elijas lo que elijas, acuérdate de disfrutar. No te amargues las vacaciones porque luego pasan y te las habrás perdido. Así que aprovecha el momento. ¡Carpe Diem!

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

 

Raquel Bonsfills

 

Hace años una carrera profesional consistía en entrar en una empresa de jovencito y a partir de ahí ir ascendiendo puestos por el organigrama de la empresa. Hoy en día ésta es solo una de las opciones y cada vez menos frecuente, sobre todo, porque nadie pasa toda su vida en la misma empresa. El diseño de las carreras profesionales está cambiando y de eso os quiero hablar. Ya no hay un único camino para desarrollarse profesionalmente.

Lo primero de todo es descubrir tu pasión. Pasamos suficiente tiempo en el trabajo como para que nos guste mínimamente lo que hacemos, o al menos que no nos desagrade. Sobre esto ya Milagros os ha escrito varias veces en sus artículos: "Vivir con pasión" o "la pasión, un don que se puede lograr y mantener".

Ir caminando.  Muchas veces pensamos que no podemos ir avanzando si no tenemos claro exactamente el destino final e incluso cada paso a seguir. Sin embargo, yo he aprendido que lo importante es ir acotando posibilidades. Puede que no sea 100% lo que deseas porque no lo tengas claro pero se puede aproximar, así que prueba por ahí. Lo esencial es que sepas discriminar lo que no te gusta y dentro de lo que podría ser ir avanzando. Por ejemplo, si te gusta mucho dibujar, desde tatuador hasta ilustrador, pasando pos diseñador gráfico, pintor o graffitero… mira si tienes opciones. Y todas dentro del abanico de tus posibilidades, de tus fortalezas, de la oferta de empleos que haya en el mercado relacionadas con ellas. Solo si pruebas sabrás si es o no es lo que esperabas.

Trabajos circunstanciales. Siempre me acuerdo de una persona que conocí que decía que no hay caminos malos, solo trabajos circunstanciales. Un trabajo circunstancial es aquel que necesitas para cubrir tus necesidades básicas pero tú sabes que no es el que quieres estar desarrollando toda tu vida y que ha de permitirte seguir dando pasos hacia esos que sí deseas.

Creciendo dentro de la empresa. Una vez que entras en una empresa tienes varias opciones:

    • Desarrollo profesional vertical. Esta forma de crecer dentro de la empresa es la que conocemos tradicionalmente, la más habitual. Es la manera de ir promocionando hacia puestos de una categoría profesional superior, de más responsabilidad y de forma ascendente en el organigrama de la empresa. Por ejemplo, pasar de ser auxiliar administrativo a administrativo, a responsable de administración,…

    • Desarrollo profesional horizontal. Esta forma de crecer dentro de la empresa consiste en pasar por diferentes puestos pero dentro de una misma altura dentro del organigrama. Normalmente es un cambio de departamento que no supone un cambio de categoría. Por ejemplo, pasar de ser el director comercial a ser el director de exportación.

    • Desarrollo profesional oblicuo. Esta forma de crecer dentro de la empresa consiste en pasar a otras áreas que no van directamente relacionadas con el puesto actual pero que surgen como posibilidad debido a habilidades y capacidades de la persona para abordarlas. Por ejemplo, un técnico de producto pasa a ser el responsable de I+D de la empresa.

    • Desarrollo aleatorio. Hoy en día se trabaja mucho por proyectos, se abordan propuestas que pueden no ser lo más habitual en la empresa pero que surgen como oportunidad. A veces para plantear nuevos productos y servicios, a veces a modo de desarrollo de la gig economy, a veces como vía de empoderamiento de colaboradores o simplemente que puedan hacer otras funciones no propias de su puesto habitual. Por ejemplo, en la Fundación Bill y Melinda Gates, los trabajadores de la empresa son también los que atienden a los visitantes de la fundación y les explican lo que se hace en ella. 

Cambio de tercio. A veces nos damos cuenta que tenemos un hobby que se nos da especialmente bien. ¿Por qué no hacer de él nuestro trabajo habitual? O simplemente después de muchos años haciendo un tipo de trabajo descubrimos que nos apetece empezar por otra línea. ¿Y por qué no? Lo único que has de saber es que comenzarás como cualquier otra persona sin experiencia en ese ámbito. Es como empezar a aprender a andar por un nuevo territorio.

Todo lo que hagas, todo aquello en lo que trabajes o a lo que dediques tu tiempo como profesional va a ir marcando tu experiencia. Esa experiencia creará tu camino profesional, te dará conocimientos y habilidades y te permitirá ir conociendo de primera mano si eso que haces es lo que te gustaría seguir haciendo o si crees que hay otra cosa esperándote donde tú puedas aportar todo el valor que posees.

Las empresas pueden ofrecerte oportunidades para moverte por ellas, y a veces es en otra empresa donde lo encontrarás. Busca tu sitio para ser el mejor profesional, el sitio donde poder ir aprendiendo y aportando lo mejor de ti, donde puedas sentirte realizado y sobre todo, no te olvides de disfrutar del camino.

Aprendiendo en el camino del crecimiento. 

Raquel Bonsfills

¿Te cuesta delegar?  ¿Te cuesta mucho tomar decisiones? ¿Crees que haces las cosas mejor que los demás?

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Hoy quiero hablarte de "la importancia de dejar de ser perfeccionista" y lo hago porque me estoy encontrando muchas personas a mi alrededor tanto alumnos, como compañeros y familiares que se empeñan en ser perfectos y esto, les está robando, entre otras cosas, muchas oportunidades de lograr nuevos éxitos.

El perfeccionismo, según la RAE, es la tendencia a mejorar indefinidamente un trabajo sin decidirse a considerarlo acabado. Algunos sinónimos serían: concienzudo, detallista, exigente, cuidadoso, prolijo, exacto, minucioso…

¿Eres una persona perfeccionista? Emol nos recuerda que en diciembre de 2013 The Huffington Post publicó un artículo en el que indicaba 14 signos característicos de las personas perfeccionistas que a continuación paso a explicaros:

  1. Siempre estás dispuesto a agradar. Desde que somos pequeños nuestros mayores, nos premian y castigan en función de nuestros éxitos o logros, por lo que se incentiva el querer gustar y agradar.
  2. Sientes que nunca es suficiente. Un perfeccionista siempre siente que algo les falta y que no consiguen lo que desean, ya que la perfección no existe.
  3. Tienes un alma culpable. Un perfeccionista no se deja ver, no muestra cómo es en realidad, ya que no muestra su fragilidad, ni su vulnerabilidad.
  4. Te cuesta abrirte hacia los demás. Al buscar la aceptación, evitan tocar con los demás sus inseguridades, miedos o debilidades.
  5. Te gusta dilatar. Un perfeccionista teme equivocarse y fracasar, luego dilatan la toma de decisiones y posponen tareas.
  6. Ser del "montón" te pone nervioso. Los perfeccionistas quieren ser los mejores y sobresalir entre los demás.
  7. Criticas a los otros. Una manera de defenderse un perfeccionista es juzgando o etiquetando a los demás, su exigencia les lleva a no aceptar en los demás lo que no aceptan de sí mismos.
  8. Apuntas siempre a lo grande. Un perfeccionista no se arriesga si no piensa que juega a caballo ganador, si no piensa que el proyecto será exitoso.
  9. Lloras sobre la leche derramada, aunque sabes que no debes hacerlo. Los perfeccionistas no admiten los errores y cuando cometen alguno lo toman como un gran fracaso por muy pequeño que sea.
  10. Disfrutas con los errores de los otros. Al no aceptar sus errores cuando otros los cometen se sienten mejor, otro de sus lemas es “mal de muchos consuelo de todos”.
  11. Tomas todo a modo personalUn perfeccionista en lugar de ver el problema cada vez que pasa algo piensan que son el problema.
  12. Sientes nostalgia de tu época escolar. En la época colegial conocíamos fácilmente quien iba bien o mal en los estudios por las notas y esto les hacía sentir seguros a los perfeccionistas.
  13. Te pones a la defensiva cuando te critican. Un perfeccionista se esfuerza mucho por cuidar su imagen y tienden a defenderse ante la más mínima crítica.
  14. Sabes que buscar la perfección te hace daño, pero crees que es el precio que debes pagar por el éxito. Desde su niñez les dicen que “lo que cuesta es lo que vale”. Este es uno de los lemas de un perfeccionista.

El perfeccionismo aunque para muchos puede resultar una conducta positiva puede en realidad provocar serios daños colaterales. Te indico algunos daños que padecen los perfeccionistas:

Pueden presentar problemas físicos. La Universidad de Brock, en Ontario tras un estudio elaborado sobre la relación entre perfeccionismo y salud física de 492 personas, de entre 24 y 35 años de edad, concluyeron que las personas perfeccionistas son más propensas a sentirse mal, y a quejarse de falta de sueño, dolor y fatigas que aquellas que no lo son. E incluso, presentar problemas digestivos, intestinales, cefaleas tensionales, jaquecas, dermatitis, etc.

Un perfeccionista presenta una baja autoestima y una falta de confianza y seguridad, como he indicado rechazan cualquier error, fracaso e imperfección, nunca están conformes con lo que consiguen.

Además de que son personas que temen mucho un fracaso y necesitan siempre ser perfectos y como todo esto es imposible de lograrse en cada momento, pueden sentir mucha frustración e incluso, llegar a estados depresivos.

Los perfeccionistas quieren todo bajo control y son obsesivos. Las personas demasiado perfeccionistas podrían llegar a tener el temido trastorno obsesivo-compulsivo.

También las personas perfeccionistas son pesimistas al marcarse objetivos poco realistas y muy altos, su exigencia les obliga a esforzarse tanto por sus metas que les impide disfrutar de cada momento.

En el artículo paradoja del perfeccionismo puedes ver más síntomas físicos y emocionales.

Thomas Curran nos recuerda que nuestra peligrosa obsesión por el perfeccionismo está empeorando.

Después de lo que acabo de compartir ¿qué vas a hacer para dejar de ser perfeccionista? ¿Cuándo vas a empezar a hacerlo?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso, yo te responderé a cualquier duda o pregunta que quieras realizarme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Aún recuerdo en la universidad cuando hicimos noche para inscribirnos y poder elegir las asignaturas con los profesores que queríamos y no quedarnos sin plaza. En especial, queríamos coger la clase de fiscal con un profesor en concreto con el que no solo decían que se aprobaba, sino que en realidad era un hombre que hacía comprensible la asignatura que explicaba con amabilidad.

Recientemente se habla de líderes facilitadores, que acompañan a las personas, y aún más, de los líderes amables y bondadosos que nos comparte Isabel Carrasco en el blog de Hablemos de liderazgo.

Como he dicho ya en numerosas ocasiones: "ya no queremos que nos dirijan igual". Queremos líderes que sepan poner en valor a sus equipos, que los ayuden a crecer para hacer crecer las empresas, que tengan un buen equilibrio emocional, que sean equitativos en sus recompensas y que sepan comunicarse con sus equipos, escuchándolos para saber motivarles mejor... Y podría continuar la lista, sin embargo, me quiero centrar en las implicaciones que tiene la gestión del líder, su desempeño a la hora de motivar y generar una mayor satisfacción de los colaboradores, en especial a la hora de atraer talento.

mejor_líder_mayor_capacidad_de_atraer_talento

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Según los resultados de Merco Empresas y Líderes España 2019 compartidos por compromiso RSE, el directivo con mayor reputación de España es Juan Roig (1º) de Mercadona; seguido de Pablo Isla (2º) de Inditex; Ana Patricia Botín (3º) de Santander; Amancio Ortega (4º)  de Inditex; José MaríaÁlverez-Pallete (5º) de Telefónica… y resulta que las empresas con mayor reputación según este índice son: Inditex (1º), seguida de Mercadona (2º), Repsol (3º), Santander (4º) yTelefónica (5º). ¿Casualidad? No.

Un buen líder puede favorecer que la empresa resulte un buen lugar en el que trabajar. Y conseguir eso, lleva a que la empresa resulte atractiva para otras personas con talento. Queremos ir a 

las empresas donde creemos que se "vive" mejor, donde se nos trata mejor, donde a la gente le gusta estar, y no solo eso, donde le gusta quedarse.

Y ¿qué podemos hacer como líderes para lograrlo? Os dejo algunas claves:

Todos tenemos redes sociales.

Cuando nos reunimos con amigos o familiares y nos preguntan por nuestro trabajo ¿qué decimos? ¿Les contamos que nuestra empresa es estupenda porque hace tal o cual cosa o nos quejamos de lo que no nos gusta de ella? Como líderes podemos ayudar a poner el foco en lo que sí hace la empresa por sus colaboradores o lo que hacen los líderes por y para sus equipos. 

Los equipos de marketing han de fidelizar al cliente interno. ¿Cuántos seguidores tiene la empresa? ¿Cuántos son colaboradores? ¡Deberían ser todos! En algunas empresas se están haciendo campañas para que los colaboradores entren en las redes sociales, les den "me gusta" a las acciones que realiza la empresa o compartan momentos de su día a día en el trabajo. Los líderes directos son esenciales para ayudar a que eso suceda. Pueden ser ejemplo, haciendo una foto a sus equipos dándolo todo en su trabajo y así haciendo un reconocimiento a su equipo. Si como líder haces ver que en tu equipo son unos cracks, el beneficio es para el equipo, para la imagen del líder y para la empresa, porque será más fácil atraer talento.

No vale ser bueno, hay que parecerlo.

Si hay buenas acciones, hay que comunicarlo. Que se sepa. A veces las personas creen que muchas empresas tienen una fachada donde ponen lo bonito que hacen, pero luego internamente es un espejismo. Hemos de hacer consciente a los colaboradores las políticas que se ejecutan diariamente por su bienestar. Que sepan las oportunidades con las que cuentan y descubran lo que tienen a modo de salario emocional.

Las políticas y normas de la empresa han de ser coherentes. Igual que los incentivos, la toma de decisiones o la capacidad de dar autonomía y empoderar a los equipos.

Líderes preparados.

Si un 75% de las personas se van de su puesto por el jefe directo, ¿por qué no capacitamos mejor a los mandos, responsables, directivos en habilidades de liderazgo con el foco en las personas? Perder talento hoy es regalar talento a la competencia.

Hay aplicaciones ya como Glassdoor donde se puede votar a los líderes y a las empresas. De la misma forma que das tu opinión a restaurantes, hoteles o a modo de reseñas de google, puedes calificar a tus líderes. Seguro que una mala calificación de los mismos hará que las personas no quieran ir a trabajar con ellos o a esas empresas.

Empezar por una buena selección de los miembros del equipo.

El proceso de selección es la base del equipo que tendremos después. Y recordar que el proceso no termina hasta que no acogemos a la persona en el equipo, hasta que le incorporamos a la empresa, le introducimos en las formas de trabajar, las reglas del juego, centramos expectativas, dotamos de los recursos y herramientas necesarias para comenzar a trabajar…todo influye en lo que vamos a hacer sentir a nuestro nuevo colaborador de forma que mantengamos su motivación e ilusión por trabajar con nosotros. El líder tendrá la capacidad de tomar medidas para no desilusionar al nuevo colaborador tras la contratación.

Prestar el tiempo necesario a cada miembro.

Como responsable forma parte de tus funciones. No es menos importante que la reunión de dirección porque es ese equipo que tienes el que va a cumplir los objetivos y lograr el éxito.

Conocer al equipo para saber qué le pasa, cómo motivarle o incluso como no desmotivarle.

Cuidar la gestión emocional propia y saber detectar y canalizar la emocionalidad de los miembros del equipo así como del equipo en su conjunto. Hoy en día el equilibrio emocional es una de las cualidades que más se piden en las empresas a los líderes de equipos. El líder ha de empezar por sí mismo para poder acompañar mejor a sus equipos. Las emociones se contagian ya ha de saber crear el ambiente propicio para que las personas puedan dar lo mejor de sí mismas. Desde el miedo nuestras capacidades se merman y no creo que a ningún jefe eso le compense.

Saber tener visión, ser guía, que el equipo sienta que el líder sabe a dónde va y sepa dar sentido a su trabajo. El colaborador no es solo un hacedor, es una parte indispensable del resultado obtenido.

El líder es humano y humilde. Se equivoca y sabe reconocer sus errores. Aprender y crecer, superando obstáculos, siendo modelo para los demás.

Somos seres sociales, las relaciones entre los miembros del equipo serán claves para nuestra satisfacción en el trabajo. Si vamos a una empresa donde nos sentimos a gusto querremos ir más veces. Si nos tratan bien, con educación, con respeto, donde nos animan a aprender y crecer, donde se construye como norma en lugar de destruir, donde se permite ser y se valora cómo eres, querremos seguir yendo. Nos gusta estar donde nos sentimos apreciados.

El líder puede favorecer todo esto y mucho más para que el día a día sea mejor. Si añade un poco de ilusión, pasión por su trabajo y dedicación a las personas, es muy fácil que todos quieran estar a su lado. Si se corre la voz será muy probable que acabe alguien haciendo lo posible por trabajar en esa empresa y con él.

Sigamos haciendo de las empresas lugares agradables en los que trabajar. Estén o no en la lista de los Best place to work.

Raquel Bonsfills

¿Por qué el coaching está tan presente en nuestra vidas? ¿Es cierto que el coaching me puede ayudar a conseguir lo mejor de mi mismo? 

El concepto de coaching es bien conocido en nuestros tiempos actuales, hay muchos tipos de materia, pero hoy queremos hablaros del coaching estructural.

Vivimos en un entorno en el que todo lo que la rodea define la personalidad hasta cierto grado. A ello le podemos sumar los factores como el entorno familiar o la cultura han condicionado el desarrollo de las personas desde la infancia. A menudo las personas se sienten incapaces de enfrentarse a según qué tipo de problemas, hasta el grado de no avanzar en diversos ámbitos.

Debemos saber gestionar como llegar a un conocimiento interno con las personas, para ver como podemos efectuar los cambios en un sentido determinado, que cambie nos permita aumentar la autoestima y saber hasta donde podemos llegar, todos podemos evolucionar y mejorar mucho más de lo que creemos, lo que ocurre es que todo está en nuestra mente, que nos limita. Este proceso, es el coaching estructural

Cada persona tenemos una esencia diferente al resto y ello lo debemos de tener en cuenta. Lo más eficaz es que la persona por sí misma vea que puede tener unos cambios positivos en cuanto a la mejora de sus acciones, puesto a que los bloqueos, miedos que tiene en su mente, pueden que sean creados por factores expuestos durante toda su vida y que a menudo es lo que le mantiene estancada.

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Métodos del coaching estructural

La gran diferencia con el resto de las diversas metodologías de coaching, es, que el coaching estructural es que no se basa en ninguna herramienta, para el análisis de las personas.

Como hemos reseñado anteriormente, acompaña al proceso del autoestima, la persona en cuestión tiene que saber que con atreverse a hacer realidad un proyecto, conociendo sus límites reales, no los impuestos "de fábrica" y ver hasta dónde se puede realmente llegar.

El desconocimiento es nuestro primer "aliado" negativo, pero mediante el coaching estructural tendrás la oportunidad, de tener un nuevo modo de ver  las cosas y saber interpretarlas.

El coaching es una metodología de estudio que está al alza, ya que te hace mejorar y potenciar todas tus aptitudes positivas y afrontar las negativas, para saber trabajar en ellas y que pasen al lado positivo, al comienzo del estudio de esta técnica, un gran porcentaje de las personas que comenzaron con ello, estaban estudiando coaching para la mejora suya personal, pero a día de hoy hemos visto que podemos sacar provecho de esta técnica y enfocarla a un ámbito profesional.

Por ello voy a marcaros unas pautas sobre como podemos aplicar dicho coaching a nuestro ámbito más profesional, para poder desarrollar las competencias comerciales y las oportunidades de mejora, las que se pueden aplicar en:

  • Enfoque y preparación de una entrevista personal
  • Desarrollo de atención y escucha, para poder replicar adecuadamente.
  • Generar aspectos positivos como empatía y confianza.
  • Saber negociar tus condiciones y cerrar tú empleo con las mejores condiciones posibles para tí.

¿Qué sabemos de los orígenes del coaching estrucutural?

  • El coaching en sus origines tiene influencias filosóficas y psicológicas, por otra parte muchas están activas y han funcionado.
  • Además, tiende a ser un método versátil usado en distintos ámbitos: personal, educativo y organizacional
  • Los coaches brindan su apoyo a sus seguidores como resultado al revisar sus vidas Sócrates “Conócete a ti mismo” 
  • De hecho, desde el 2011, esta técnica de coaching tiene la mejor demanda por las empresas enfocada en el talento comercial, nació en Barcelona-España.
  • En cuanto al 2012 se impartió la primera cátedra a nivel mundial de coaching comercial a cargo de la CIEB 
  • Al final el reflejo del trabajo de equipo esta en su coach.

La eficiencia del coaching estructural

  • Elaboración de nuevos argumentos y cierres.
  • Mayor orientación al cliente.
  • Protocolos para el abordo de objeciones.
  • Estimulación del compromiso.
  • Aumento del sentido de pertenencia.
  • Gestión autónoma de los objetivos comerciales.
  • Generar habilidades para la fidelización de los clientes.
  • Potenciación de  las habilidades de comunicación.
  • Tiempos de venta y postventa, minimizarlos lo máximo posible
  • Nuevas oportunidades de negocio.

Por último y para finalizar tenemos que tener en cuenta que el primer paso de un proceso de coaching consiste en que se observe y analice su conducta y pensamientos, para después lograr la toma de conciencia sobre los efectos de sus decisiones. Saber qué se busca, dónde queremos llegar, determinar cómo dirigirse hacia ese objetivo, evaluarlo cada periodo de tiempo, el camino elegido para modificar las actuaciones, son pasos necesarios.