- En esta época que vivimos donde lo colaborativo prevalece sobre lo competitivo, ¿nos puede ser útil la envidia? La envidia la tenemos asociada con una emoción a evitar, sin embargo, es también un elemento promotor en el desarrollo del ser humano. Y me explico, no sólo la creatividad y la innovación son esenciales para progresar. A veces, desear lo que otro tiene es un aliciente muy efectivo para superarnos y para lograr el éxito.
- Como dice la Dra. Moreschi en este vídeo, la envidia también puede ser positiva. Y es en este sentido en el que quiero escribir hoy, tomando la envidia como un motor y no para dejarnos llevar por el dolor que causa la prosperidad de los otros (como la definía Aristóteles) o buscando que al otro le vaya mal.
La envidia, por tanto, nos puede servir para:
- Si el otro puede, ¡yo también! Miremos, por ejemplo, la preparación de los Juegos Olímpicos de Pekín, ¿Podían las chicas chinas poner el entusiasmo y el arte de las Cheerleaders norteamericanas? Sí. Los organizadores de los Juegos Olímpicos dijeron que si Estados Unidos podía tener un espectáculo de Cheerleaders de referencia, aprenderían de ellas. Y pusieron los medios: se llevaron al conjunto de animadoras del equipo de fútbol americano New England Patriots para enseñarlas.
Por tanto, aprender del otro es clave para conseguir lo que tiene, si es eso lo que deseamos. Y como ejemplo, las innumerables marcas imitadoras de productos que existen en el mercado. Las preguntas que nos podemos hacer serían: ¿Quién es la referencia? ¿Cómo lo hace?
- Ir más lejos. Ser menos conformistas. Además de tratar de conseguir los resultados la envidia nos puede ayudar a superarnos con un extra, que también se puede extrapolar a la venta de cara a aportar a nuestros clientes ese algo más que les hace tener/saber más que los demás.
Las preguntas que nos podemos hacer serían: ¿Qué más puedo ofrecer a mi cliente para que le vaya aún mejor, para que tenga más que su competidor directo o para que funcione mejor?
- Afinar nuestro marketing. Y es que la intención de compra aumenta cuando nuestro actor favorito usa tal perfume, porque «si yo me lo echo, me verán igual de atractivo». Será útil preguntarnos: ¿Qué pueden desear de mi producto? ¿Quién puede ser un gancho para que los demás quieran imitarlo/ comprarlo?
- Mejorar nuestra capacidad para recordar y analizar, porque la envidia mejora nuestra atención, como demostraron en diferentes estudios en la Universidad de Texas. Eso sí, hemos de tener cuidado porque puede ser agotador mantener la atención continuamente en nuestro competidor o «rival». Es lo que los psicólogos llaman «agotamiento del ego». Además, de la inactividad operativa que podemos tener obre nuestro trabajo diario.
Ahora bien, estar alerta a lo que hace nuestro competidor principal para sacar la copia, mejorada o no, lo antes posible es una práctica habitual en el mercado. Estar alerta a cómo ir mejorando nuestras habilidades para hacer un mejor trabajo diario, es una práctica que lleva a la excelencia.
- Competir con nosotros mismos. Se trata de superarnos, de invertir la energía que la envidia nos genera en desarrollar nuestros propios recursos, en buscar nuestras propias oportunidades, en crecer desde nuestro potencial para conseguir cada vez mayores logros.
- Y en cualquier caso, utilizar la envidia para mirarnos y ver las posibilidades de mejora que aún tenemos, los retos y el recorrido que nos marca el camino hacia la consecución de nuestros objetivos.
- ¿Cómo vas a utilizar a partir de ahora tu envidia?
- Te espero aprendiendo en el camino del crecimiento.
Raquel Bonsfills
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