El mundo se mueve muy deprisa y las personas que trabajan en las empresas han de saber sumarse a los cambios que el entorno exige para no quedarse obsoletos. Además, las distintas generaciones ponen en valor diferentes aspectos del trabajo y el sentido de pertenencia se convierte en todo un reto. Hoy es muy fácil dejar un empleo y en muchos sectores, existe una alta demanda de profesionales cualificados que no se encuentran.
Por eso, los líderes de todas las empresas han de desarrollar sus capacidades para conseguir mantener a las personas comprometidas en sus puestos si quieren que sus negocios sigan creciendo o incluso, existiendo en el mercado actual.

¿En qué es importante poner el foco hoy en día?
Existen diferentes tendencias cada año sobre las habilidades más requeridas, que muchas veces, son las más difíciles de encontrar. Y de todas ellas, nos parecen fundamentales según nuestra experiencia en consultoría de empresas las siguientes:
Capacidad para incorporar y manejar la tecnología en el día a día.
La IA (inteligencia artificial) ha venido para quedarse. Se hacen imprescindibles cuestiones de ciberseguridad en un mundo en el que todo está guardado en la nube, en el que estamos hiperconectados y tenemos toda la información a golpe de clic. Y aunque parece que el boom del Big Data ya pasó, el uso de los datos comienza a utilizarse para todo. No hay toma de decisiones que no esté respaldada por datos. Y si te estabas resistiendo a aprovechar lo que la tecnología te puede aportar, olvídate del miedo y de reparos, porque comenzar a utilizarlo y tener resultados básicos es más fácil de lo que puedes imaginar.
Los beneficios son elevados. Todo lo que te reduce tiempo en una tarea te ayuda a ahorrar costes, mejora la productividad y te permite optimizarla. Desde hacer presentaciones, trascribir textos, crear imágenes que apoyen tu comunicación, organizar el trabajo, plantear objetivos hasta hacerte un cuadro de mando. Existen herramientas para todo y muchas gratuitas.
Si como líder no empiezas a familiarizarte con las nuevas aplicaciones y herramientas, algún miembro del equipo seguro que ya las conocerá. Generaciones más jóvenes las llevan usando un tiempo. Puedes pedirles ayuda para aprender o puedes aprender y proporcionárselas para agilizar su trabajo. ¡No te quedes atrás!

La inteligencia emocional en el trabajo y el cuidado de las personas.
La satisfacción en el trabajo y que quieran quedarse son sentimientos. Quien no está a gusto, se va a ir. Quien no se siente valorado, aguantará un tiempo y si no puede irse, acabará de baja, con estrés o viendo afectado su trabajo por mucha profesionalidad que trate de poner en ello.
Los temas de acoso laboral, que están creciendo en España, demandan la atención de los líderes quienes más que nunca han de gestionar la forma en la que nos relacionamos, el clima laboral, la motivación, la comunicación, la colaboración y devolver los valores a unas formas de trabajar que apetezcan.
Además, la flexibilidad laboral se convierte en prioridad para favorecer la comprensión de las necesidades específicas personales de cada colaborador, la conciliación, la deslocalización y el trabajo en remoto. La adaptabilidad a las circunstancias que los nuevos tiempos y las personas requieren hoy es esencial.
Fomentar la tribu como vía para hacer equipo. Hay que escuchar, estar atentos a los demás, respaldar, acompañar, apoyar, porque eso nos hace sentir que importamos. “Te conozco, te veo, te reconozco, sin ti no sería igual” son fundamentales para crear comunidad y lazos más allá de lo meramente laboral. La distancia entre lo personal y lo profesional se acorta. Es más difícil dejarlo a un lado. Cada persona es ella misma y sus circunstancias en el puesto de trabajo.

La capacidad de pensar y la creatividad.
No todo lo hacen las máquinas. Las habilidades como seres humanos para discernir, para salirnos del patrón establecido, para resolver situaciones que no se han dado nunca, para no creernos todo lo que se dice y se cuenta, para cuestionarnos y tomar decisiones adecuadas a cada momento son imprescindibles en este tiempo tan tecnológico.
En este sentido, también es necesaria la capacidad de crear productos o servicios nuevos, abrir el abanico de posibilidades, imaginar escenarios, encontrar estrategias diferentes y sorprender. No conocemos el futuro, pero podemos crearlo con lo que tenemos en el presente.
¿Y si las máquinas se estropean? ¿Y si no te cuadran los resultados que te están dando? Solo para saber que algo no está bien ya tienes que pensar. Por eso, es importante que los líderes desarrollen la capacidad de resiliencia planteando opciones que permitan a la empresa y al equipo seguir adelante, aportar soluciones con pensamiento crítico.

Estar y fomentar el aprendizaje continuo.
La sabiduría de la experiencia viene de muchas situaciones vividas y de haber aprendido de ellas. Si no, no hay sabiduría. Pero no todo es experiencia, también hay que formarse y aprender a utilizar las nuevas herramientas, capacitarse en gestión de equipos diversos, adquirir técnicas para resolver conflictos interpersonales, saber estar cerca de las personas y a la vez saber darles autonomía. No todo lo tenemos aprendido y a veces, no nos damos cuenta de que podemos cambiar comportamientos y facilitar el día a día creando buenos ambientes de trabajo.
Cuando el líder se mantiene aprendiendo, acude a formaciones, se capacita y le da importancia a hacerlo, también impulsa al equipo a seguirle y a mejorar. Propondrá cursos que ayuden a sus equipos, estará más atento a las necesidades de sus equipos para ofrecerles los conocimientos que requieren, aunque sean técnicas de autocuidado y gestión del estrés, aunque sea de forma egoísta. Si el equipo sabe más, hará mejor su trabajo. Si el equipo se cuida más, estará menos de baja laboral y obtendrá mejores resultados.
Los líderes, también, han de aprender a mirarse al espejo para ver cómo lo hacen con el equipo, su influencia, su comunicación, su relación. Han de aprender a tomar consciencia de sí mismos. Han de capacitarse para atender las nuevas necesidades de las personas que trabajan con ellos y también, actualizar su forma de captar personas, seleccionar e incentivar para atraer a los profesionales más valiosos.
Hoy que una persona quiera trabajar contigo y decida dar lo mejor de sí en una empresa depende fundamentalmente de las condiciones y del líder. Así que revisemos condiciones y formémonos como los mejores líderes, aquellos a los que admirar.
Y ahora que lo sabes, como líder, ¿qué vas a comenzar a hacer para mantenerte al día y conseguir que tus equipos quieran seguir a tu lado?
Aprendiendo en el camino del crecimiento.
Raquel Bonsfills

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