Hemos hablado muchas veces de la necesidad de fluir, de ser como el bambú que puede llegar a tocar el suelo si hay un vendaval y que puede volver a enderezarse cuando sale el sol. Es decir, se mueve al son de las inclemencias del entorno manteniendo sus cualidades y utilizando de la mejor forma sus recursos. El sentido de fluir, para mí, tiene una connotación de armonía en cualquier circunstancia, de disfrute de la vida en cada momento. Incluso nos proporciona una mayor energía en nuestro...

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