Tag Archives for coaching

A veces nos encontramos muy cansados o nos enfocamos tanto en un problema que sin querer lo maximizamos, y dramatizamos la situación hasta tal punto que se nos hace mucho más dura y cuesta arriba.

¿Por qué es importante bajar la intensidad?

Es cierto que hay personalidades que necesitan vivir las emociones de forma más intensa para sentirse más vitales, sin embargo, dramatizar suele tener consecuencias que pueden afectarnos incluso a la salud.

Poner intensidad a las emociones que nos provocan un mayor bienestar puede hacer que exageremos. Seguro que conoces personas que en su forma de hablar utilizan frases o palabras del tipo: “Lo mejor que he probado en la vida”, no rico, sino “delicioso”… siempre con una sensación de que lo que te está contando es lo más.

Mientras que poner intensidad en las emociones más desagradables hace que suframos y que generemos mucha más negatividad y catastrofismo. Además, alimentamos las dificultades buscando factores que sumen a empeorar lo que ocurre o puede llegar a suceder.

En cualquier caso, dramatizar forma parte de idealizar, de traer algo a la realidad que no es del todo así y tiene como base la continua observación, la atención insistente de la realidad, de las personas, de las situaciones y de las relaciones entre unas y otras, o con uno mismo.

¿Qué podemos hacer para desdramatizar?

Ponle objetividad. Trata de plantear los hechos reales que han sucedido, las palabras concretas que se han dicho, la secuencia en la que se dado… Lo importante es darte cuenta de cuándo estás haciendo una montaña de un grano de arena o saber que estás creando una película, normalmente bastante fea, de lo ocurrido, que en cualquier caso es irreal. Bajar a la realidad será de gran ayuda para no exagerar.

Tomar distancia y perspectiva. Cuando algo nos afecta sobremanera, enfriar la situación suele ser una opción muy beneficiosa. Por eso, alejarnos de ella, ya sea físicamente o incluso mentalmente, pensando en otras cosas, nos ayudará a distraernos y darnos tiempo para actuar después de una mejor manera.

Utiliza un diario de emociones en el que anotar también el nivel de intensidad en el que estás viviendo cada una. De esta forma podrás tomar consciencia de qué situaciones te generan una mayor inestabilidad emocional y podrás comenzar a plantearte cómo gestionarlas de una forma más adecuada.

Rodéate de personas que han superado esa situación y averigua cómo lo han hecho. A veces necesitamos referentes. Tener un modelo con el que comprobar que se puede, te da esperanza. Nunca va a ser exactamente igual la situación vivida por el otro que la tuya, pero seguro que puedes aprender formas que te pueden resultar de ayuda para probar, al menos, para dejar de dramatizar.

Ponte en lo peor y busca la solución para ello. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Si te pones en la peor posición, todo lo que pase distinto será mejor. Y si has podido idear un plan de acción en caso de que ocurra lo peor, te sentirás más tranquilo, ya que no te sorprenderá ninguna situación para mal y sabrás qué hacer, saliendo del desasosiego y la incertidumbre y avanzando por un plan que te genera un mayor bienestar.

Foco en las soluciones. Si en lugar de enfocarte en el problema de forma continua, comienzas a ponerte en modo soluciones, en buscar el cómo dejar de dramatizar, ya tu cerebro se pone a plantearse alternativas. Así que, querer cambiar te ayudará y te pondrá en una mejor disposición para estar mejor.

Nunca va a pasar tal y como te lo imaginas. Tener esta frase en mente te puede servir para bajar un poco la intensidad. No podemos controlar lo que no esté en tu mano o lo que el otro va a hacer, no estamos en su cabeza, no sabemos si actuará como tenemos en mente o no. Entonces, no te atormentes con lo que te estás imaginando pues puede que no se dé.

En cualquier caso, si quieres saber si eres una persona dramática, te dejo el enlace al test que desarrolló el psicólogo Scott Frankowski traducido y compartido por el equipo de la revista Moi.

Por si te ha salido que tienes un alto nivel de drama en tu vida, piensa que la dramatización en determinadas ocasiones puede ser de gran ayuda, porque en psicología se utiliza el psicodrama para poder expresar inhibiciones, superar límites, abordar frustraciones o anticipar situaciones que presentan cierta agresividad ensayando para conseguir controlarlo antes de afrontar el momento en la realidad. Se hace representando roles, teatralizando la escena. Pero, eso sí, siempre con ayuda de psicólogos y para casos concretos, no dejes que domine tu vida.

Con lo que te he compartido, ¿qué vas a comenzar a hacer? ¿Cómo vas a desdramatizar eso que estás maximizando y no te hace bien? Recuerda que la toma de consciencia será tu aliada para mejorar tu bienestar y reducir el drama.

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

Querido compañero,

¿Disfrutas con tu vida? ¿Sientes que fluyes o, por el contrario, sientes que vas contra corriente?  

Hoy quiero hablarte de la importancia de disfrutar y fluir con la vida para ser más feliz.

¿Qué es fluir?

Fluir con la vida es encontrar la mezcla perfecta entre disfrutar y tener retos. El doctor en psicología, Mihaly Csikszentmihalyi, formuló la teoría del flow o teoría de la experiencia óptima en 1975.

El Flow o Experiencia Óptima es un “estado en el que la persona se encuentra completamente absorta en una actividad para su propio placer y disfrute, durante la cual el tiempo vuela y las acciones, pensamientos y movimientos se suceden unas a otras sin pausa”.

El nombre de la teoría del flow se debe a que, durante las entrevistas y terapias de este psicólogo, sus pacientes describían estas experiencias utilizando la metáfora de una corriente de agua que los llevaba hacia adelante. Estás haciendo algo que realmente te apetece con tu atención puesta solamente en ese hacer.

Claves para fluir en tu vida

Existen unas claves a tener en cuenta para que las experiencias que vivas sean óptimas y puedas fluir, algunas de las cuales son:

  • Determina tu/s objetivo/s a cumplir. Cuando sabemos lo que queremos, está ya demostrado que el universo te facilita el camino y la información que necesitas para lograrlo o para abandonar cuando no sea lo mejor para ti. Aunque has de saber que los obstáculos están para que se queden atrás aquellos que no lo desean realmente.
  • Ten paciencia y vive más despacio. Reserva tiempo para ti mismo. De esta manera, vamos a prestar más atención en escucharnos y vamos a dedicar más tiempo a observarnos, conocernos y hacer aquello que realmente queremos hacer.
  • Escoge la esperanza en lugar del miedo. Aunque el miedo tenga más argumentos, elige siempre la esperanza, hazlo por ti, busca siempre el modo de vencer lo que pueda detener tu progreso.
  • Elimina el ruido de tu vida y de tu mente. Practica el acallar tu mente, el meditar, el eliminar lo que no te sirve, te agota o no necesitas. De esta manera, te vas a quedar con lo importante, con lo que te causa bienestar o con lo que es valioso para ti.
  • Déjate llevar por tu intuición. Hoy en día, debido a la infoxicación que tenemos resulta muy difícil dejarnos llevar de nuestra propia guía interior, cuando, además, en muchas ocasiones, el mensaje nos llega de una manera complicada de entender. El universo habla con su lenguaje y es necesario conocerlo para fluir con él.
  • Disfruta del camino y no solo del resultado. Aprende a confiar que todo forma parte de nuestra evolución personal. Lo más interesante de un camino no es llegar al objetivo, sino lo que sucede al recorrerlo. En el transcurrir del viaje vas a vivir un disfrute y un aprendizaje incluso mayor que el que supones cuando te fijas llegar a un objetivo, y lo que piensas que experimentarás al lograrlo.

¿Qué otras claves conoces para lograr fluir en la vida?

Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para fluir y disfrutar de la vida?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Llevamos una temporada larga que parece que vamos superando día a día con esfuerzo, un par de años de lucha, de trabajo, de sacar adelante proyectos, relaciones, niños, ideas… y es muy probable que te sientas cansado/a. Sobre todo, si lo has vivido así.

Si coger vacaciones suele ser necesario para recuperar fuerzas cualquier año, éste aún más, porque muchos no se las han podido coger antes, porque la seguridad sanitaria no lo permitía, por miedo, por trabajo, por la economía, etc. Y todo guerrero/guerrera necesita descansar.

La necesidad de hacer un descanso

Cuando estamos cansados nos sentimos más malhumorados, estamos más lentos en nuestras respuestas, podemos contestar de peor manera, hacer lo mismo nos cuesta el doble, tenemos menos energía, también por el calor que hace, y parece que la cabeza, el cuerpo y todo nuestro ser nos pide a gritos ¡VACACIONES!

Puede que no siempre sea tan fácil porque hay que poder, hay que planificarlo, tener días, que la economía te lo permita… Sin embargo, las opciones están a tu medida, no al revés, quizá eres de los que solo con quedarse en casa ya te consideras de vacaciones.

Aunque la recomendación sea que tengas unos 10 días para irte haciendo a la idea de que estás de vacaciones, relajarte y que vayas preparándote para volver, es más importante la calidad del tiempo que desconectas, que los días que lo haces. Porque si te vas de vacaciones y estás mirando el correo del trabajo de forma continua, si sigues dedicando tus pensamientos al trabajo a diario, o si te enganchas a reuniones, aunque sea solo un par de días un par de horas, te va a costar mucho más sentir que vuelves renovado de tus vacaciones.

El secreto para desconectar

El secreto está en la necesidad de soltar por un tiempo las obligaciones. Para algunos esto será no poner el despertador, para otros, no ponerse el uniforme o no hacer tú la comida. Pregúntate: ¿Qué te permites hacer cuando estás de vacaciones? ¿Qué tiene que pasar para considerar que son vacaciones?

Muchas veces resulta más fácil cuando cambias de escenario, de ahí que viajemos, vayamos al pueblo, a la playa, a la montaña, a ciudades distintas o de visitas culturales. No importa en realidad el lugar, ni que esté cerca o lejos. También puedes plantearte que sea un sitio que suponga un premio para ti, un lugar que te llene, que te ilusione, y que el hecho de ir lo conviertas en el reconocimiento que mereces por todo el esfuerzo realizado durante el año.

Cambiar la rutina es clave para que no parezca que sigues en el día a día laboral. Incluso aprovechar a hacer esas gestiones para las que nunca tienes tiempo, como ir a la peluquería toda la mañana o a revisión médica, puede generar una satisfacción y alivio porque ¡por fin! has conseguido hacer esas tareas pendientes. Toda tarea que tienes procrastinando, es decir, postergando de forma continuada, al llevarla a cabo te hace recuperar la energía y la confianza en ti. Te anima. ¡Tú puedes!

Un ritmo diferente a la hora de abordar cada día también te va a facilitar recargarte. El hecho de no tener que ir siempre corriendo a todo, con la sensación de llegar tarde, mil cosas que hacer para atender a tantas preocupaciones, sino darte tiempo sin prisa, poder terminar un libro antes de decidir hacer la siguiente actividad, o para pasear disfrutando de las vistas en lugar de caminar enfocado en llegar, hace que todo resulte ligero. Por el contrario, a veces el cambio de ritmo es para agilizarlo, por ejemplo, visitando siete ciudades en pocos días o haciendo un recorrido fabuloso en el que descubrir cada rincón. Esa energía de la excitación por conocer y por descubrir también te va a animar. Aunque seguramente en este caso, después necesites algo de tiempo para descansar.

Descansar. Sí. Una de las principales acciones para recuperarnos, liberarnos del cortisol acumulado, dormir un poco más. Parar es necesario física, mental y emocionalmente. Nuestro bienestar y salud lo agradecerán.  

En definitiva, se trata de recuperar la energía que necesitas para poder seguir. Como el mundo no se para, aunque nosotros descansemos, para poder seguir avanzando con él, hemos de estar en el mejor estado de forma, cuidando nuestra salud mental, facilitándonos el equilibrio emocional y con nuestras capacidades al mejor nivel para afrontar todo lo que la vida tenga a bien traernos y para seguir dedicando nuestros esfuerzos en todo lo que queramos lograr. Y esto se consigue aprendiendo a parar, sin exigencias ni autoexigencias, dejándonos estar, ser, sin aparentar, respirando...

Por ello, queridos guerreros y guerreras, valientes y resilientes, ahora que sabéis esto, ¿qué vais a comenzar a hacer para estar mejor? Al menos, nuestra recomendación desde 2miradas, es que descanséis estas vacaciones o a ratitos a lo largo del año, para cuidaros y cuidar de quienes queráis. Por muy cortos que puedan ser los días de descanso, en casa o fuera, tened en cuenta estas claves para haceros más fácil la recarga, para conectar de nuevo con vosotros mismos y recuperar vuestras mejores versiones.

¡Feliz verano!

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

Cuando estamos bajos de ánimo, preocupados, con estrés, o cuando estamos malitos es difícil dar el 100% en nuestro trabajo o conseguir estar a todo, como haríamos si estuviéramos bien.

El bienestar personal y el bienestar profesional están conectados porque eres tú quien está detrás de los dos. Eres tú, como persona, la que gestiona lo que ocurre en tu entorno personal y laboral. Eres tú quien tiene sueños, quien tiene valores, quien se ocupa de las cuestiones que te acontecen y de las que promueves. Así que no eres ajeno a todo ello y puede que en un determinado momento te afecte.

¿Estás en el círculo vicioso del agotamiento?

Cuando nuestra salud mental se ve afectada, a veces llega al punto de afectarnos físicamente, cargando nuestro cuerpo de cortisol, estando en un estado de agitación y de inflamación, que nos debilita.En esos casos, nos peleamos aún más con nosotros mismos, porque puede que sientas o pienses que no llegas, que te cansas antes, que vas más despacio de lo que te gustaría, que tienes más y más tareas por hacer, que cometes más fallos porque se te pasan por alto detalles que en otro momento no se te pasaban, y para que no “se te note”, te exiges y te esfuerzas aún más, llevando a tu cuerpo a un desgaste aún mayor. Lo que acaba siendo un círculo vicioso de agotamiento.

¿Cómo salir del círculo vicioso del agotamiento?

  • Lo primero: decide salir. Para poder hacerlo has de hacerte consciente de lo que estás haciendo, de cómo te está afectando tu situación, de que tu físico puede ser limitado en un momento dado, o de que te despistas más de lo habitual, o simplemente, que estás tardando más en hacer lo mismo, aunque no tengas tan claro por qué.
  • Empieza por parar. Porque cuando te sobre exiges para conseguir rendir igual que siempre aunque no puedas, te restas tiempo de descanso, haces más horas, te dices que tienes que terminar eso antes de dejarlo… Así que, permítete descansar para recuperar fuerzas. Si no es cada día, que sería recomendable, al menos hazlo cada fin de semana. No te pongas mil quedadas o actividades en los fines de semana. Aprovecha porque precisamente cuando más tienes que hacer, has de descansar mejor. No es que estés parado del todo o sí, si te apetece, sino que te permitas escucharte, hacer lo que te apetezca. Si tienes niños a los que atender, busca las actividades que te permitan fluir a ti. Por ejemplo, llevarlos al parque y que ellos salten y corran mientras tú estás tranquilamente sentada en un banco viéndolos o leyendo o charlando con tu pareja. Sin exigencia para ti.
  • Abandona la prisa. Nos solemos agobiar porque tenemos plazos a los que no llegamos o mil cosas a hacer en esos plazos. Entonces, empieza por las tareas que te llevan más tiempo, sigue las reglas de gestión del tiempo para organizarte mejor, para programarte teniendo en cuenta todo lo que tienes que hacer, pero luego, ponte a hacerlo sin mirar el reloj. El tiempo que tardes en organizarte te valdrá para la tranquilidad de después al hacerlo. Y en tu tiempo no laboral, también, deja que fluya, no te pongas el despertador, ¡no vayas corriendo porque llegas tarde! Llegas cuando puedes. Es mejor que en el tiempo que estés así, no te exijas aún más con el reloj.
  • Haz lo mínimo, pero hazlo. Siempre tratarás de hacer todo perfecto. Y te recuerdo que lo perfecto no existe y la famosa frase de “lo perfecto es enemigo de lo bueno”. Está demostrado que la diferencia entre ese extra que le vas a dar por querer hacerlo perfecto, respecto al tiempo que te supone dárselo, no compensa en cuanto a la eficacia del resultado. Así que quédate con lo bueno. Lo importante es que esté hecho, lo mejor posible, desde luego. Si eres una persona que siempre da lo mejor de sí, por mucho que te quedes en tu mínimo, te aseguro que ya será mucho mejor de lo que otros muchos harían. A veces no nos ponemos en valor, o pensamos que hacerlo perfecto es lo normal. Y te lo digo yo que me enseñaron que sacar un 10 era lo mínimo que se esperaba de mí. Pero no, un 10 es un 10. ¡¡¡Y un 8 está realmente bien!!! Así que cuando hay que sacar adelante muchas cosas, hazlo lo mejor que puedas. Seguro que estará bien.

Cuídate y quiérete

Aunque a veces es tal el estado de agotamiento que ya no puedes hacer lo que deseas, que puede que no tengas ni ganas, ni fuerzas ni el ánimo para empezar, y solo de pensarlo se te hace un mundo. Entonces, en esos momentos, cuida de ti. Haz alguna actividad que te genere bienestar, un paseo, un abrazo, leer un poco algo que te guste, tomar un poco de chocolate negro o pistachos… estimula tus hormonas de la felicidad. Y cuando ya lo hayas hecho, entonces, aprovechando ese mejor estado de ánimo, elige aquello que sea lo que menos te pueda costar hacer. Lo que te suponga menos esfuerzo. Porque si no haces nada, tendrás un sentimiento de culpa que te costará aún más superar. Así que haz algo sencillo, si es mecánico, que puedas hacerlo de manera automática mejor. Aquello que haces bien casi con los ojos cerrados. Solo empieza. Y después te será más fácil seguir.

Háblate bien. Reconócete el esfuerzo. En lugar de estarte fustigando por todo aquello que no haces o por lo que te queda por hacer, respira, empieza a ver lo que sí has hecho. Si en lugar de trabajar 14 horas has trabajado 10, sigue siendo un gran esfuerzo, aunque no hayas llevado el mismo ritmo. Vigila lo que te dices, porque buena parte de tu machaque emocional y mental viene de ahí. Recuerda que lo que te dices y cómo te lo dices, importa.

Cuando más flojitos estamos, es en el tiempo en el que más necesitamos mimarnos, como hacían nuestras madres, queriéndonos para recuperarnos antes. Y eso también es una gran práctica. En lugar de presionarnos más, hemos de querernos más, consentirnos más, ser más generosos con nosotros, perdonarnos más y recuperaremos así más rápido tanto el ánimo como el ritmo.

Ahora que lo sabes, ¿qué vas a empezar a hacer para protegerte en lugar de exigirte más y de ese modo tener más fuerza para avanzar? Recuerda, hacer el mínimo es mucho más de lo que crees. Haz el mínimo con todo lo mejor de ti, por poquito que sea.

¡¡¡Mucho ánimo!!!

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills  

Querido amigo/a,

¿Te está resultando más difícil comunicarte hoy que antes del confinamiento? ¿Cómo está afectando el Covid-19 en tu forma de comunicarte?

 

Si hasta hace unos meses nos resultaba difícil llegar a comunicarnos de forma asertiva, eficaz y eficiente, imagínate en estos momentos viviendo tantas emociones encontradas (estrés, irritabilidad…), llevando mascarillas, usando guantes, estableciendo una distancia de dos metros, sin poder ni tocarnos, etc. Es fundamental conocer nuevas formas de comunicación adaptadas a la situación que estamos viviendo y esto nos va a requerir un mayor esfuerzo y concienciación, además de aprendizaje porque la forma en que nos comunicamos con otros y con nosotros mismos determina la calidad de nuestras vidas.

Está demostrado que aprender a comunicarse mejor facilita el desarrollo de las personas, aporta  una mejor relación de las parejas, familias y organizaciones, así como evita muchos malestares, malentendidos y conflictos.

A través de una buena comunicación pasamos del aislamiento de la persona al encuentro con otros con el fin de acercarse, coordinarse, emocionarse y realizar proyectos sumando fuerzas. Cuando mantenemos una conversación auténtica uno puede sentirse tan molesto y herido con las palabras, como acogido y arropado por ellas. 

¿Qué puedes hacer para que el otro lo sienta o perciba de la mejor manera posible el mensaje?

  • Ten claro tu mensaje. Y dótalo de una estructura y orden. Esto nos llevará a tomarnos nuestro tiempo para preparar lo que queremos decir y hacernos entender de una manera más clara y no decir lo primero que se nos viene a la cabeza, que, en muchas ocasiones, nos arrepentimos de soltarlo, pues no es lo que realmente pensamos, ni queremos transmitir. 

  • Elige el mejor momento para decirlo y algo que me parece absolutamente decisivo para cómo lo va a recibir el otro, es el cuidar desde dónde hablamos; es decir, tener en cuenta la emoción que nos acompaña antes de comunicarnos. No es lo mismo comentar algo desde la irascibilidad o desde el desasosiego que desde la tranquidad o la comprensión. Así que te invito a que antes de iniciar conversaciones estés lo más relajado posible. El enojo te generará una mala conexión con otras personas. 

  • Empatiza. Igual que has detectado la emoción que vive en ti, pon atención a la emoción que muestra el otro. Esto, además, de ayudarte a elegir el mejor momento, también te ayudará a empatizar con él, proporcionando una mayor sintonía entre ambos.

  • Actitud. ¿Cuál es tu actitud antes de comunicarte? Quieres hablar para imponer tu criterio o tu actitud es negativa y todo lo que te propongan lo vas a ver mal o, por el contrario, tienes una actitud de apertura, estás dispuesto a practicar la escucha, el consenso y tu actitud es claramente positiva.

Comunicación verbal: cuida cómo dices tu mensaje

  • Practica el hablar más despacio para que des tiempo a que el otro comprenda mejor tu mensaje.
  • Sé breve, intenta no hablar más de tres minutos seguidos sin que el otro participe. Nuestro cerebro desconecta muy fácilmente.
  • Sé agradecido, inicia con un cumplido y acaba con otro que demuestre tu interés y agradecimiento.

Comunicación no verbal: retos

Es importante que durante la comunicación estés atento a tu comunicación no verbal y la del otro. Hoy en día, si nos comunicamos con gente en la calle que lleva mascarilla, es más difícil apreciar su comunicación no verbal, así que tenemos que ser más precisos con las palabras, estar más atento y ser más observador. Además, te invito a que tu tono de voz sea cálida y que aporte apoyo, sinónimo de liderazgo personal porque genera más satisfacción, cooperación y compromiso con el que hablas.

Después de lo que te he compartido ¿De qué otras maneras podrías mejorar tu comunicación? ¿Cuándo vas a empezar a hacerlo? 

¡Tú puedes, puedes lograr lo que te propongas, además, te lo mereces!

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso y que te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito, que eres TÚ.

Milagros García Arranz

Cita


Querido compañero/a,

¿A menudo te quejas de lo que haces o de las personas que tienes que ver? ¿Has perdido la creatividad, la emoción y el entusiasmo por tu trabajo? ¿Aún no has encontrado el Amor de tu vida? ¿Sientes que tu vida personal o profesional necesita mejorar?

Ha sido el día de San Valentin y aunque para ti pueda ser solo un día comercial lo que sí nos debe recordar es la importancia del AMOR como pilar básico en cada una de las facetas de nuestra vida.

Ya te hablado en otros artículos de la importancia del Amor: Los beneficios de poner amor en todo lo que haces, Claves para vivir desde el Amor o mi querida socia ha escrito el artículo ¿Podemos mirar a los empleados con amor? 7 claves de por qué hacerlo …

Para todo el equipo de 2miradas es realmente importante sentir y transmitir Amor en todo lo que hacemos. Ya John Ruskin, maestro de la prosa inglesa y muy influyente en los pensamientos de Gandhi,dijo una vez: “Cuando la habilidad y el Amor se juntan, se crean obras maestras”.
Te invito a crear tu obra maestra, una vida lo más feliz posible, la tuya.

Para comenzar quiero proponerte cómo identificar y mejorar aquellos planos de tu vida que te están impidiendo avanzar, progresar y sentir cada día que amas tu vida en su globalidad.

1. Como inicio es necesario que hagas una lista de las áreas que sabemos que son verdaderamente sustanciales para tu vida, te señalo algunas posibles:
o Área física / autocuidado (salud, aspecto físico, cuidados, comidas, higiene personal, deporte…).
o Área familiar (miembros que componen tu familia de nacimiento: padres, hermanos, primos, tíos…).
o Área amorosa y social (pareja, hijos, suegros, círculo más cercano de amigos).
o Área laboral (me refiero no solo a tu área profesional sino además a tus las inquietudes e intereses culturales e intelectuales).
o Área económica (Situación económica y de solvencia).
o Área de desarrollo personal (me refiero a lo que haces para ser mejor persona cada día y para lograr ser lo más feliz posible en cada momento).
o Area ocio (intereses, diversión y actividades de tiempo libre o descanso de nuestras ocupaciones habituales)
o Área espacio físico / entorno (donde vives, donde sueles ir, dónde trabajas, por dónde te mueves…)

Rueda de valor de 2 miradas

2. Reconocidas tus diferentes áreas es importante que evalúes del 1 al 10 cómo te sientes en la actualidad con cada una de ellas. Verifica cómo vas viviendo, funcionando y cuán satisfecho te sientes en cada una de ellas . Es importante que tras hacer este ejercicio no analices ni el por qué ni te culpes o victimices por no sentirte mejor, en tu mano, en tu corazón y en tu buen hacer estará conseguir lo que quieres y sé que podemos lograrlo.

3. Ahora haz otra puntuación de cada área, tomando como reseña como vives o te gustaría vivir cada una de ellas. Si quieres emprender nuevas metas y sentirte mejor o si te sientes contento y satisfecho con permanecer donde estás.

4. Dependiendo de la puntuación que hayas dado y de la mayor o menor importancia que des a cada aspecto de tu vida, elige aquella área que necesites corregir y/o mejorar. Recuerda que un elefante solo te lo puedes comer a trozos, no de golpe, y también ten en cuenta que es básico alcanzar el equilibrio.
Crea un plan de mejora y hazte preguntas. Como Coach Profesional te dejo algunas:
o ¿Qué quiero conseguir? ¿Qué me gustaría mejorar?
o ¿Cuál es tu situación ahora? ¿Qué diferencias hay entre el resultado deseado y tu situación actual?
o ¿Qué puedes hacer? ¿Qué alternativas tienes? ¿Y si no sale a la primera?
o ¿Qué vas a hacer? ¿Para cuándo? ¿Cómo puedo yo ayudarte a mantener tu responsabilidad ante tu compromiso?

5. Realizado tu plan de acción, pregúntate qué grado de motivación tienes para abordarlo y puntúalo del 1 al 10. Si tu resultado es menor de 7 formúlate una nueva pregunta: ¿qué puedes hacer para que tu nivel de ganas de emprender las acciones concretas que te has fijado sea un 9 ó un 10?.

6. Y ahora ponte en acción realizando todo lo que te has propuesto con compromiso y con AMOR hacia ti mismo. Te recuerdo, como ya te he compartido en algún otro artículo, que solo lo que se hace desde el Amor obtendrá resultados coherentes contigo mismo y sostenibles con tus deseos. En lugar de acometer las tareas de mala gana, puedes hacerlo con diligencia y agradecido (como un acto de amor hacia ti mismo), comprobarás que así obtienes mejores resultados. Tómatelo y aprovéchalo como una oportunidad de quererte más y mejor, de aprendizaje, de crecimiento y valor. Y lo más importante, date la opción de dejar de sobrevivir y poder ser más Feliz con tu VIDA.

7. Con el fin de ayudarte a que cumplas tus nuevas acciones te invito a que:
o Analices tus rutinas e identifiques tus comportamientos o hábitos no saludables. Sin juzgarte, mirándote con amor.
o Pongas frases, objetos o fotos que te recuerden, estimulen e inviten a llevar a cabo tus nuevos cambios por tu hogar o en tu oficina o puesto de trabajo.

¿De qué otras maneras puedes planificar acciónes que mejoren tu vida? Con el fin de perfeccionar lo que te he propuesto, te sugiero que también leas un artículo en el que se ofrecen 6 acciones que podrían mejorar tu vida.

Después de lo que te he compartido ¿qué vas a hacer para ser más feliz, vivir sintiendo más amor y progresar en las diferentes áreas de tu vida? ¿Cuándo vas a empezar a hacerlo?

¡Tú puedes, puedes lograr lo que te propongas, además, te lo mereces!
Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso y que te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García Arranz

¿Cómo realizas una reunión? ¿Qué haces para llevar a cabo una reunión efectiva?

unsplash.com/photos

Antes de nada, me gustaría compartirte la diferencia entre eficacia, eficiencia y efectividad. Según la Real Academia de la Lengua Española, eficacia se refiere a la “capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera”, mientras que eficiencia es definida por la RAE como la “capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado”.

Por aclarar un poco más estos dos conceptos, hablamos de una persona eficaz cuando consigue cumplir con un objetivo en el tiempo señalado y en cambio, será eficiente si alcanza la meta empleando los menos recursos posibles.

La clave está en hallar el equilibrio entre ambos parámetros, lo que se traduce en un tercer concepto, la efectividad, entendida como una solución ponderada entre lograr los objetivos marcados con un gasto adecuado.

Cada grupo tendrá sus propias reglas del juego para que la reunión sea más efectiva. Hoy quiero hablarte de algunas de las reglas que mejor ayudan a ser ágiles, no tener que repetir las cosas, mantener la atención y reducir el tiempo que lleva la reunión.

Haciendo reuniones efectivas ahorramos tiempo, dinero y energía. Te comparto diez reglas fundamentales para lograr realizar reuniones efectivas:

  1. Diseña un plan concreto de la reunión. Antes de nada es fundamental plantearse la pregunta ¿es necesaria la reunión? No hay nada peor que esa manida manía de montar reuniones por el mero hecho de pensar que forman parte del trabajo. Si es necesaria una reunión, es necesario elaborar un plan de cómo irá la reunión y envíaselo a todos los participantes para ello debes fijar: la hora, la duración, el lugar, las personas que asistirán y los puntos y el orden del día de la reunión. Además, es necesario que fijes el/los objetivo/s de la reunión de forma clara y concisa. Antes de convocar una reunión debemos tener claro cuál es o cuáles son los objetivos de la misma y debemos ser capaces de enumerarlos. Organiza la reunión con una semana de antelación, como mínimo. Es muy difícil alinear todas las agendas de los participantes. Diseñar un buen plan nos lleva a todos a saber los temas a tratar.
  2. Convoca a las personas implicadas. Para poder llevar a cabo una reunión efectiva es necesario citar a las personas necesarias y que cada miembro del equipo vaya con la idea de cuáles son sus fortalezas en los temas que se van a tratar en la reunión para conseguir el éxito y que llegue a compartirlas con los demás.
  3. La puntualidad. La puntualidad es un requisito importante en una reunión. Es preciso exigir a todos los participantes, para no perder un minuto y, además, transmitir el valor que tiene el factor tiempo como recurso escaso en una organización y para cada participante de una reunión.
  4. Respetar la palabra. Es muy importante respetar el turno de palabra de cada una de las partes que estén dialogando, facilitando de esta forma el entendimiento de las posiciones que se exponen, para llegar a conocer los argumentos de cada participante.
  5. Ser breve e ir al grano. El principal problema de hablar de más es que sin darte cuenta abrirás muchísimos frentes, y todo esto desvía la atención de tu cliente o desvía la atención de los participantes de la reunión. Es muy positivo ir al grano, no dar rodeos y no andarse por las ramas, esto ahorra en una reunión tiempo y complicaciones.
  6. Explicar el punto de vista calmadamente. Es necesario exponer todos los temas en un tono calmado sin promover agresividad, ni posiciones a la defensiva.
  7. Mantener una mentalidad abierta. Además de acudir con humildad para asumir errores y poder seguir aprendiendo.
  8. Escuchar sin parcialización. En la escucha global o en la escucha sin parcialización, la empatía y la intuición se alían para transcender más allá de las palabras, de las emociones y del contexto pudiendo comprender lo que el otro dice sin interpretarlo.
  9. Evitar conversaciones laterales. Es muy fácil que en una reunión se dé por ejemplo que uno se ponga a discutir prioridades, otro contando chistes, otro comentando un tema nuevo… El mantener una conversación paralela con un miembro en una reunión, mientras otro habla es una de las formas más comunes de perder el tiempo y de perder información.
  10. Respetar las opiniones de los demás. Las soluciones a los problemas se resuelven hablando y no peleando. Nos cuesta muchísimo entender algo tan básico desde mi punto de vista, como es la comunicación y lo más importante, que en esa comunicación se dé la tolerancia a las opiniones de los otros.

Toda regla debe tener una consecuencia en caso de incumplimiento que debe ser:

  • Consensuada por todos.
  • Equitativa con la regla a la que hace referencia.
  • Conocida por todos.
  • Recordada cuando se incumpla. Determinar quién lo hará.
  • Realizada. Asegurarnos que se cumple la consecuencia hará que las personas se comprometan con la regla.

¿Qué otras reglas llevas a cabo para realizar reuniones eficientes?

Con el fin de complementar lo que estoy hablando te dejo un vídeo explicativo sobre reuniones eficaces. Analiza algunos aspectos que es importante mejorar en las reuniones eficaces: claves para mejorar su gestión

Después de lo que acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para mejorar tus reuniones?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso, te responderé a cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

¿Sientes miedo a fracasar? ¿Qué haces para superar el miedo al fracaso?

Photo by M.T ElGassier on Unsplash

Realizar una interpretación inadecuada de una situación nos podría llevar a evitarla por considerar que el riesgo es excesivo y que no estamos en disposición de afrontarla.

También, en ocasiones amplificamos las posibles consecuencias de cometer un error al enfrentarnos a la situación, anticipándonos a los resultados y haciendo previsiones con una visión catastrofista y negativa cuando aplicamos el dicho popular de: piensa mal y acertarás.

Además, pensamos que tener éxito o fracasar nos define como personas, confundiendo “tener un fracaso” con ser un o una “fracasada”, y caemos en una simplificación que reduce la riqueza y complejidad de la persona.

Para algunas personas fracasar supone algo irreparable, imperdonable… un resultado que no se “pueden permitir”. Desde esta perspectiva, la presión por evitar el fracaso podría llevar a dejar incluso de actuar.

Las emociones que generan una visión tan “determinante” del concepto de fracaso, limita nuestra capacidad de afrontar las metas propuestas, e implica que la persona tenga la creencia de que no puede asumir futuros proyectos por miedo a la posibilidad de fracasar.

El miedo al fracaso está en gran parte condicionado por tres factores:

  • La interpretación que realizamos de la situación.
  • La anticipación que hacemos de las posibles consecuencias.
  • La valoración que hacemos de nosotras o nosotros mismos a partir del resultado que obtengamos.

Es necesario poner responsabilidad en la gestión de un fracaso:

  • La gestión del fracaso es necesaria para poder innovar en las organizaciones.
  • Es necesario para adaptarnos a un entorno cada vez más cambiante
  • Gestionar un fracaso nos lleva a aprender de los errores cometidos estableciendo un entorno de mejora continua y desarrollando las habilidades de nuestros colaboradores.

Te comparto 9 técnicas para superar el miedo al fracaso:

  1. Establece metas realistas y alcanzables para que tengas la sensación de competencia y de avance en cumplir tus objetivos.
  2. Considera el fracaso como una oportunidad de aprendizaje, un proceso en el que puedes demostrarte tu capacidad para tras tropezar, levantarte y seguir caminando.
  3. Piensa que no hay fracaso si lo has intentado. Sea cual sea el resultado, siempre hay un logro al enfrentarnos a nuestros miedos.
  4. No te recrees en tus errores. Identifícalos y a continuación pasa a otra cosa. Lo importante es tener una perspectiva amplia ante los resultados.
  5. No digas “no puedo”, “esto no es lo mío” o “no lo voy hacer bien”. Piensa de forma realista y cree en tu capacidad para afrontar las situaciones que se presentan. Ten la seguridad de que en el proceso de intentarlo siempre está la mejor manera de realizarlo con la información que posees en ese momento.
  6. No te exijas un resultado perfecto. Acaso ¿todo lo que sale bien es porque se ha llevado a cabo de manera perfecta? Invertir esfuerzo de un modo flexible y adaptativo es siempre la mejor estrategia.
  7. Lo importante no es hacerlo todo bien a la primera, lo que importa es tener capacidad para intentarlo las veces que sean necesarias o valorar otras opciones, y regular adecuadamente nuestra tolerancia a la frustración.
  8. No conseguir algo tal y como esperabas no es fracasar, o ser «un fracaso», sólo significa que en la siguiente ocasión sería conveniente que hicieras las cosas de un modo diferente para obtener resultados diferentes.
  9. Una comunicación transparente a todos los niveles facilitará el análisis de los fracasos pasados que será fundamental para garantizar grandes éxitos en el futuro.

¿Qué otras técnicas manejas para superar tu miedo al fracaso?

Recuerda que con cada fracaso estás un paso más cerca de conseguirlo si aprendes de ello. Con el fin de complementar lo que estoy hablando te dejo un vídeo que habla sobre Cómo superar el fracaso (Claves y ejercicios psicológicos).

Después de lo que acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para mejorar tu miedo al fracaso?

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso y que te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

Hace años una carrera profesional consistía en entrar en una empresa de jovencito y a partir de ahí ir ascendiendo puestos por el organigrama de la empresa. Hoy en día ésta es solo una de las opciones y cada vez menos frecuente, sobre todo, porque nadie pasa toda su vida en la misma empresa. El diseño de las carreras profesionales está cambiando y de eso os quiero hablar. Ya no hay un único camino para desarrollarse profesionalmente.

Lo primero de todo es descubrir tu pasión. Pasamos suficiente tiempo en el trabajo como para que nos guste mínimamente lo que hacemos, o al menos que no nos desagrade. Sobre esto ya Milagros os ha escrito varias veces en sus artículos: "Vivir con pasión" o "la pasión, un don que se puede lograr y mantener".

Ir caminando.  Muchas veces pensamos que no podemos ir avanzando si no tenemos claro exactamente el destino final e incluso cada paso a seguir. Sin embargo, yo he aprendido que lo importante es ir acotando posibilidades. Puede que no sea 100% lo que deseas porque no lo tengas claro pero se puede aproximar, así que prueba por ahí. Lo esencial es que sepas discriminar lo que no te gusta y dentro de lo que podría ser ir avanzando. Por ejemplo, si te gusta mucho dibujar, desde tatuador hasta ilustrador, pasando pos diseñador gráfico, pintor o graffitero… mira si tienes opciones. Y todas dentro del abanico de tus posibilidades, de tus fortalezas, de la oferta de empleos que haya en el mercado relacionadas con ellas. Solo si pruebas sabrás si es o no es lo que esperabas.

Trabajos circunstanciales. Siempre me acuerdo de una persona que conocí que decía que no hay caminos malos, solo trabajos circunstanciales. Un trabajo circunstancial es aquel que necesitas para cubrir tus necesidades básicas pero tú sabes que no es el que quieres estar desarrollando toda tu vida y que ha de permitirte seguir dando pasos hacia esos que sí deseas.

Creciendo dentro de la empresa. Una vez que entras en una empresa tienes varias opciones:

    • Desarrollo profesional vertical. Esta forma de crecer dentro de la empresa es la que conocemos tradicionalmente, la más habitual. Es la manera de ir promocionando hacia puestos de una categoría profesional superior, de más responsabilidad y de forma ascendente en el organigrama de la empresa. Por ejemplo, pasar de ser auxiliar administrativo a administrativo, a responsable de administración,…

    • Desarrollo profesional horizontal. Esta forma de crecer dentro de la empresa consiste en pasar por diferentes puestos pero dentro de una misma altura dentro del organigrama. Normalmente es un cambio de departamento que no supone un cambio de categoría. Por ejemplo, pasar de ser el director comercial a ser el director de exportación.

    • Desarrollo profesional oblicuo. Esta forma de crecer dentro de la empresa consiste en pasar a otras áreas que no van directamente relacionadas con el puesto actual pero que surgen como posibilidad debido a habilidades y capacidades de la persona para abordarlas. Por ejemplo, un técnico de producto pasa a ser el responsable de I+D de la empresa.

    • Desarrollo aleatorio. Hoy en día se trabaja mucho por proyectos, se abordan propuestas que pueden no ser lo más habitual en la empresa pero que surgen como oportunidad. A veces para plantear nuevos productos y servicios, a veces a modo de desarrollo de la gig economy, a veces como vía de empoderamiento de colaboradores o simplemente que puedan hacer otras funciones no propias de su puesto habitual. Por ejemplo, en la Fundación Bill y Melinda Gates, los trabajadores de la empresa son también los que atienden a los visitantes de la fundación y les explican lo que se hace en ella. 

Cambio de tercio. A veces nos damos cuenta que tenemos un hobby que se nos da especialmente bien. ¿Por qué no hacer de él nuestro trabajo habitual? O simplemente después de muchos años haciendo un tipo de trabajo descubrimos que nos apetece empezar por otra línea. ¿Y por qué no? Lo único que has de saber es que comenzarás como cualquier otra persona sin experiencia en ese ámbito. Es como empezar a aprender a andar por un nuevo territorio.

Todo lo que hagas, todo aquello en lo que trabajes o a lo que dediques tu tiempo como profesional va a ir marcando tu experiencia. Esa experiencia creará tu camino profesional, te dará conocimientos y habilidades y te permitirá ir conociendo de primera mano si eso que haces es lo que te gustaría seguir haciendo o si crees que hay otra cosa esperándote donde tú puedas aportar todo el valor que posees.

Las empresas pueden ofrecerte oportunidades para moverte por ellas, y a veces es en otra empresa donde lo encontrarás. Busca tu sitio para ser el mejor profesional, el sitio donde poder ir aprendiendo y aportando lo mejor de ti, donde puedas sentirte realizado y sobre todo, no te olvides de disfrutar del camino.

Aprendiendo en el camino del crecimiento. 

Raquel Bonsfills

Últimamente me encuentro con numerosas personas que están en un proceso de cambio laboral, de reenfoque en sus carreras profesionales e incluso, en el momento de esa difícil primera decisión de encaminarse por un área profesional.

Aún recuerdo a mi orientador del colegio diciéndome "tú puedes lograr todo lo que te propongas, así que elige el camino que quieras". Y si bien era un bonito discurso, me dispersó aún más que me enfocó. Y es que "ningún viento es favorable para quien no sabe dónde va", como decía Séneca.

autoconocimiento_la_base_de_tu_orientacion_laboral

Foto de Unsplash

En mi experiencia como profesional de la orientación laboral y del coaching, cuando he acompañado a personas en sus elecciones profesionales, siempre he trabajado de la misma forma: Primero la persona, luego el profesional.

Esto quiere decir que es importante conocerse, saber quiénes somos, qué es importante para nosotros mismos, qué nos gusta, qué nos disgusta, qué nos interesa, qué nos desespera, cuáles son nuestras principales habilidades, nuestros gustos, nuestros valores, con qué se nos pasa el tiempo volando o con qué soñábamos de pequeños. Y éstas son solo algunas de las preguntas que me parecen esenciales dado que hay muchas más que nos ayudan a descubrirnos, reconocernos, valorarnos…

Las crisis de los 30, de los 40, de los 50 y demás son momentos de auto-reflexión en las que en realidad tratamos de hacer ajustes en nuestra vida, buscando alinear lo que queremos para nosotros y lo que somos con la realidad que vivimos. Y son vitales y necesarias de cara a nuestro bienestar y a sentir que nuestra vida merece la pena.

Estos ajustes muchas veces pasan por analizar si nuestra situación laboral es la deseada e incluso permitirnos cambiarla si creemos que es posible. Y ahí está la clave, es posible. Si lo pensamos bien, estar en el lugar de trabajo que estamos es nuestra decisión. Mantenernos en la empresa o realizando ese trabajo es nuestra decisión. Y me dirás: "ya, pero a veces no puedes permitirte cambiar o quedarte fuera del mercado porque tienes gastos que afrontar o una familia que mantener". Y es cierto, no es fácil. Lo que sí te digo que igual que estás en ese trabajo por necesidad puedes estar en otro trabajo que te haga más feliz, aunque sea también por necesidad. Lo único que ocurre es que has de ponerte en marcha en la búsqueda de ese empleo, porque no va a cambiar tu situación por sí sola. Si quieres algo distinto para ti has de moverte. Y al principio, lo más importante, es convencerte de que puedes y creer en ti.

¿Pero cómo vas a creer en ti si no te conoces, ni reconoces tus fortalezas y capacidades? De ahí la importancia de empezar por el principio: el autoconocimiento.

Hoy en día existen numerosos test que nos ayudan a conocernos mejor. Existen test más o menos simpáticos gratuitos en los que, por ejemplo, se te pide elegir qué árbol te gusta más, del que dejo el vídeo a continuación o test más elaborados y más técnicos que recomiendan incluso cómo sería la mejor forma de liderarte.

 

Para orientarte profesionalmente uno que puede servirte es el ofrecido por Alipso. Su test de orientación vocacional, que puedes hacer online de forma gratuita, es un test autorizado por Lawrence K. Jones en el que se indica el porcentaje que posees de cada uno de los seis tipos de personalidades: Realista, Investigativo, Artístico, Social, Empresario o Convencional. Y donde se mostrarán las carreras que se incluyen en cada una de estas categorías. Así puedes enfocarte un poco mejor en la dirección en la que tus habilidades están más desarrolladas.

Eneagrama. El eneagrama, como ya te hemos compartido, es una herramienta a través de la cual podemos descubrir nuestra esencia, cómo funciona nuestro ego, nuestros comportamientos, virtudes e incluso nuestra evolución, lo que nos vendría bien y lo que nos desgasta. Toda una herramienta de autoconocimiento que puedes aprender con nosotras.

Hay 9 personalidades posibles que se desdoblan en otras más según seas y se determina por el ala con la que están relacionadas. 

Aunque para capacitarse en esta herramienta es mejor conocer los eneatipos y dejarse sentir para poder identificarse en alguno de ellos, para darte una pista te dejo el test de eneagrama extraído del libro "La Sabiduría del Eneagrama" de Don Richard Riso y Russ Hudson, expertos en este tema, que ofrece una versión breve y una más ampliada, más exacta.

El PersonalMap de MapsTell. Es una herramienta basada en el DISC pero que se desarrolla de una forma más visual, como si de un mapa personal se tratara. En él puedes encontrar un análisis de tus comportamientos y de tu forma de comunicación, incluyendo cómo otros te ven y perciben, tus principales escollos y todo ello en un documento sin largos informes al que añaden un vídeo explicativo de tu mapa personal.

Como ellos mismos explican, con 24 preguntas, MapsTell mide tres partes diferentes de tu estilo de comportamiento, lo que lleva a un resultado validado en el que se analizan los porcentajes de estos tras ámbitos de actuación:

  • El estilo Activo muestra cómo los demás perciben a alguien y muestra la impresión que él o ella quiere hacer. Muestra su capacidad de adaptación y la forma en que se comunican.
  • El estilo instintivo muestra la manera en que una persona reacciona naturalmente ante situaciones inesperadas o cuando está bajo presión.
  • El estilo Reactivo es una combinación de los estilos mencionados anteriormente y muestra la forma en que una persona reacciona en un entorno familiar.

16 Personalities. Este test gratuito ofrece un informe extenso sobre 16 tipos de personalidad, en las que explica de cada una: tus fortalezas y debilidades, relaciones de pareja, familiares, de amistad, sobre cómo eres en tu desarrollo de carrera profesional o tus hábitos para trabajar mejor.

Está basado en los cinco grandes rasgos de personalidad, en las teorías de Myers-Briggs, a su vez basadas en la teoría de las tipologías psicológicas de Jung, Socionics, las variedades del temperamento de Keirsey o los estilos de interacción de Linda Berens entre otros. Estos cinco grandes rasgos de personalidad que se identifican son:

  • Mente: Determina cómo nos relacionamos con el entorno. Si somos más o menos introvertidos o extrovertidos.
  • Energía: Determina cómo vemos el mundo y procesamos la información. Si somos más observadores o intuitivos.
  • Naturaleza: Determina cómo tomamos decisiones y nos manejamos con las emociones. Si somos más racionales y objetivos o si nos dejamos más llevar por los sentimientos.
  • Tácticos: Determina cómo afrontamos el trabajo, nos planificamos o tomamos decisiones. Si analizamos o juzgamos las situaciones de forma ordenada o si somos más de improvisar, flexibles y dejando la puerta abierta a las posibles oportunidades.
  • Identidad: Determina cómo de confiados nos mostramos con nuestras habilidades y decisiones. Cuánto confiamos en ellas. Si estamos más seguros de nosotros mismos y tenemos una mayor resistencia al estrés o si somos más conscientes de nosotros mismos nuestras emociones y tenemos un deseo de mejora continua.

Para completar aún más este artículo, te comparto 90 preguntas que te pueden servir para conocerte mejor y para conocer mejor a los demás.

Ya tienes por dónde empezar tu autoconocimiento. Y si quieres siempre puedes contar con nosotras para ayudarte en este camino y enfocarte mejor hacia ese área profesional en el que puedes dar lo mejor de ti mismo/a. ¿Te animas a probar? ¡Empieza por Conocerte!

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills