por 30 de mayo de 2023Coaching

Cómo cuidar los detalles en el trabajo

En el día a día del trabajo pasan muchas cosas. Hay días que parece que todo sale rodado y otros que vamos tropezando, que no terminan de salir las cosas como queremos. También hay momentos en los que estamos más distraídos por temas familiares o personales, por nuestra salud o por la preocupación de alguien del entorno.

En el trabajo no solo pasan cosas de trabajo

Sí, no todo lo que sucede en el trabajo es un asunto laboral. Somos personas completas, con diferentes áreas en nuestra vida que nos afectan y que precisamente por pasar la mayor parte de nuestro tiempo en el trabajo, no podemos evitar llevarnos lo de nuestro día a día al trabajo.

Las relaciones humanas no siempre son sencillas y en el trabajo se dan muchos roces, ya sea con compañeros, con jefes o con personal que también trabaja allí, aunque no sean de nuestro equipo. Nos afecta que estén demasiado pendientes de nosotros, así como que nos ignoren. Nos gusta tener autonomía a la vez que estén pendientes de nosotros, que nos valoren, que nos escuchen… en definitiva, que nos cuiden y sentir que importamos. Y una de las mejores formas de conseguirlo es cuidando los detalles

Un detalle es un rasgo de cortesía, amabilidad, afecto… según dice el diccionario de la R.A.E. Sin embargo, no todo el mundo es detallista, aunque quien lo es, se gana a quienes tiene a su alrededor. ¿No crees que es mejor serlo que no serlo?

Si eres líder de un equipo, te merece la pena. Yo diría que, incluso, debería ser un rasgo indispensable y estoy segura que si piensas en algún líder que hayas conocido, es una persona que tenía detalles por los que le recuerdas.

10 claves para ser más detallista en el ámbito laboral

Ser detallista es más bien una actitud, es algo que te nace, que has de querer hacer y también, se puede aprender. Por eso, te voy a compartir algunas claves para ser detallista con quienes tengas a tu alrededor (lo que puede funcionar del mismo modo en tu entorno personal).

  1. Escucha. Estar atento a lo que les importa a las personas, sus gustos, de lo que hablan es esencial para poder ser detallista. Porque imagínate que a alguien le gusta la música rock y tú, por tener un detalle con esa persona, le regalas dos entradas para ir a escuchar un concierto de música clásica. Pues puede apreciar tu buena intención, pero seguro que habrá un punto de incomodidad que se reflejará en su cara, que tampoco te hará gracia a ti y te quedarás pensando que no lo ha puesto en valor, y encima de que has conseguido las entradas para él, acabarás como la víctima de tu propio detalle. Así que, para que sea un buen detalle, que se aprecie, escucha.
  2. Sé oportuno. A veces no se trata de que sean detalles de alto valor económico, sino que sea lo que la persona necesita en ese momento. Si un equipo ha estado haciendo muchas horas para llegar a la fecha límite de un proyecto y cuando lo completan y lo presentan en tiempo les dices que se vayan a casa y descansen, que se lo merecen, será un detalle más oportuno que si no haces nada o si solo te fijas en los resultados que obtengan con su trabajo para valorar si cumplen o no los objetivos.
  3. Ayuda a conciliar. La mayor parte de los detalles que se agradecen están relacionados con el poder conciliar la vida laboral con la personal. Por ejemplo, si un padre tiene el festival de fin de curso de su hijo ese día, permite que vaya sin tener que cogerse vacaciones. Si un compañero tiene que llevar a su madre al médico porque es mayor y ya no puede ir sola, valorará que pueda salir ese rato para quedarse tranquilo con lo que el médico diga, en lugar de estar impaciente en el trabajo y distraído esperando noticias.
  4. Mantente atento a lo relacionado con los hobbies. Aunque no te guste entrometerte en la vida privada de quienes te rodean, saber qué suelen hacer en su tiempo libre es muy útil para ser detallista. Por ejemplo, si sabes que una persona es una apasionada del teatro y siempre que puede va, o si sabes que le gusta leer o ir a pescar, ya tienes la pista para el detalle perfecto además de un tema de conversación con el que seguro acertarás.
  5. Anticípate. La capacidad de anticiparte viene de haber hecho todo lo anterior y es el culmen de ser detallista. Para ello, la agenda será tu mejor aliada. Cuando te enteres de que algo pasará que es importante para esa persona, te lo anotas. Así no tienes que tirar de memoria, pues seguramente que se te olvide debido a las mil cosas que tienes en la cabeza. Y cuando vaya a llegar el día, quedarás fenomenal anticipándote con algún detalle que le dé alegría y que le haga sentir que te preocupas por su bienestar. Recuerda apuntarte no solo las fechas de cumpleaños de tu equipo, sino también las de sus hijos, sus aniversarios o momentos especiales como que tengan un evento importante para ellos.
  6. Sé equitativo. Para cada persona el detalle será significativo de una forma diferente. No ha de ser siquiera del mismo valor económico, pero sí ha de ser equitativo. Ha de haber un cierto equilibrio. Y, sobre todo, no le ha de faltar a nadie aunque sea en distintos momentos en el tiempo. Ten en cuenta que un detalle con una persona marcará precedentes porque si ante la misma circunstancia otro miembro del equipo no recibe nada, se sentirá menospreciado. Esto, por desgracia, ha hecho que muchas veces se decida no tener detalles con nadie para que así nadie se sienta ofendido, pero en mi opinión, siempre es mejor dar porque en el día a día, estás recibiendo lo que cada persona aporta en el trabajo.
  7. Mantente al tanto de las emociones. La emocionalidad del equipo puede llevar al éxito o al fracaso. La productividad de una persona se ve alterada por las emociones. Por eso, estar atentos a cómo están los demás es imprescindible. No sobrecargar a alguien que no está en su mejor momento, llevarte a alguien a tomar un café cuando se bloquea o saber cuando sorprender para motivar, reconocer o calmar ánimos son detalles que se agradecen. Y las señales que te van a permitir tener esos detalles van a ser las expresiones de las emociones, que podrás detectar a través del lenguaje no verbal y también de lo que se dice o se rumorea.
  8. Averigua las necesidades subyacentes. Si quieres ser detallista, averigua qué es lo normal en cada una de las personas para poder saber rápidamente cuando algo no va tan bien. Y ten en cuenta que detrás de un enfado, una protesta, un silencio o una justificación hay una necesidad que necesita cubrirse. Ese detalle puede ir justo orientado a facilitarle eso que está demandando.
  9. A veces un detalle marca la diferencia. Pongamos el caso de dos vendedores de ropa encantadores que tras asesorarnos en lo que nos quedaba mejor y atender nuestras necesidades de talla, largo y complementos nos acompañan a la caja. Uno de ellos cuando mete la ropa en la bolsa para darte tu compra, te dobla adecuadamente la prenda. El otro simplemente lo mete en la bolsa como cae. ¿Cuál prefieres? Parece que los detalles con los clientes los tenemos mucho más claros porque buscamos satisfacerles, ya que de ello dependen los beneficios de la empresa y, en consecuencia, que siga perdurando nuestro puesto de trabajo. Ahora piensa en qué hacen las demás personas del equipo para marcar la diferencia, cuáles son esos detalles que tienen en el trabajo diario, si los tienen. Observa cómo se relacionan entre ellos, fíjate en cómo se hablan, cómo visten, cómo caminan, cómo escriben…y trata de encontrar esos detalles que les gustan.
  10. Anticípate a futuros problemas y evita que se produzcan. Ver y abordar los pequeños problemas antes de que se conviertan en mayores es una forma de ser detallista en el trabajo. Cuando conoces a tu equipo sabes lo que le molesta a cada uno, adelantarte a que un pequeño problema o malentendido vaya a más, es un detalle como líder que te evitará grandes dolores de cabeza y que apreciará tu equipo.

Si eres una persona detallista, sorprenderás gratamente a quien te rodea porque la amabilidad, la cortesía y la atención a los demás, hoy, en sí mismas, son un detalle.

¿Cómo vas a marcar la diferencia con detalles que merezcan la pena recordar para ser un gran compañero o líder del equipo?

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

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SOBRE LA AUTORA:

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Raquel Bonsfills

Licenciada en Administración y Dirección de Empresas con posgrado en Alta Dirección Hotelera por Les Roches, pronto encamina su carrera profesional hacia el área de RRHH realizando el programa superior de Dirección de RRHH de EAE - Deusto. Desde 2009 apuesta por el crecimiento personal y profesional, centrando su carrera en la consultoría y formación para empresas. En la actualidad, es CEO y socia fundadora de www.2miradas.es.

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