¿Te ha pasado alguna vez que has llegado al trabajo con la sensación de tener aún la cabeza apoyada en la almohada o que te pesa el cuerpo? ¿Te has sentado en tu puesto y aún estabas pensando en el comentario de tu pareja, la noche que te dio tu hijo o lo rico que estaba el desayuno?
Antes de comenzar una jornada laboral, es importante ponernos en la predisposición y con la actitud necesaria para que cada día sea un gran día. ¿Cómo te preparas para lograrlo?
Ya hablamos en anteriores artículos sobre la importancia de un buen descanso para no llegar malhumorado al trabajo. Ahora bien, cuando te levantas, ¿cómo haces para activarte? ¿Eres de los que va como un zombi hasta que te tomas el café? ¿O eres de los que cantan en la ducha? ¿Con qué energía te levantas?
Al prepararnos para afrontar cada día hemos de tener en cuenta el atender a las cuatro partes de todo ser humano:
La parte física, el cuerpo, al que hay que ayudar a activarse tras el descanso de la noche. Cuidar de nuestro cuerpo es esencial para que nos pueda acompañar con salud a lograr todo lo que nos propongamos. Para ello, os dejo algunas recomendaciones:
- ¡Desayuna! El desayuno es una de las comidas más importantes del día porque a continuación comienza el desgaste y hemos de tener las reservas y nutrientes que nos permitan dar lo mejor de nosotros mismos. Te dejo algunas ideas para que tu desayuno sea saludable.
- El aseo. Las células de nuestro cuerpo tienen memoria y son las responsables de nuestro aspecto y de nuestra salud, en muchos casos. Si masajeamos, si limpiamos, si mimamos nuestro cuerpo, además de estar hidratado (el agua es esencial) favorecemos nuestro bienestar.
- Ejercicio.Desde que nos levantamos podemos estirarnos, ir moviendo cada parte del cuerpo, hasta hacer pequeños ejercicios que vayan aumentando en intensidad. Hacer yoga, taichi, natación, fitness,…además de mejorar nuestra circulación sanguínea nos ayudan a prevenir y combatir el estrés. Te dejo unas recomendaciones de ejercicios según sea tu fisonomía, tanto si eres hombre, como si eres mujer.
- Protección. El frío, el sol, los cambios bruscos de temperatura… nos pueden causar molestias y lesiones. Ponernos la ropa adecuada para cada momento, usar protector solar o gafas de sol, etc., nos ayuda a prepararnos para nuestro día ya antes de salir de casa.
La parte emocional, nuestros sentimientos. Cada vez vamos hablando más de las emociones en el trabajo, de las ventajas de los líderes emocionalmente inteligentes y también desde niños, se empieza a educar para que sepan reconocer sus emociones.
- Chequear cómo estamos emocionalmente, si estamos tristes, contentos, nerviosos, con fuerza y determinación,…
- Detectar si podemos hacer algo al respecto para poder actuar buscando nuestro equilibrio, y si no es así, dejarlo pasar. Ocuparse en lugar de preocuparse nos ayuda a cuidar nuestra parte emocional.
- Música. La música tiene un efecto en nosotros que nos permite cambiar nuestro estado emocional. A veces un sonido nos lleva a recuerdos agradables, o alegres, o melancólicos. Elige la música que te sirva para disfrutar de tu día, para salir ¡a comerte el mundo! Y es que el sol está brillando:
La parte mental. Tenemos mucho que aprender, que analizar, que ordenar, que desarrollar cada día. Nuestro cerebro está continuamente atendiendo a la cantidad de información que recibe. Podemos ayudarle a enfocarse según el mensaje que le demos.
- Lo que nos decimos importa. Por ejemplo, si pensamos: «mi jefe está de mal humor». Nuestro cerebro va a ir detectando todas las señales que confirman nuestra teoría. Si por el contrario, nos planteamos que «hoy va a ser una gran día», es más fácil que lo sea. Por este motivo, es interesante detectar nuestros pensamientos y cuidar el mensaje que tenemos en la cabeza y la forma de hablarnos.
- Tener clara la agenda del día y organizarnos. Cuando «me he hecho a la idea» de que iba a hacer alguna actividad, parece que todo nuestro ser se alinea con eso, de forma que cuando nos lo cambian, muchas veces nos quedamos como descolocados. Al programarnos se nos centra la atención en aquello que tenemos por delante. Así es más fácil que relacionemos ideas, experiencias y personas para conseguir llevar a cabo lo planteado. Nuestra mente está orientada a lo que el día nos depara.
- Saber a quién acudir para lo que pueda necesitar o qué puedo aportar para hacer mejor mi trabajo son cuestiones que nos facilitan la activación mental y nos ayudan a predisponernos de una forma más clara para afrontar cada día.
- Técnicas de control mental como el mindfulness también nos permiten centrar nuestra mente y recrearnos con cada tarea que realizamos.
La parte energética. ¿Con qué energía te has levantado? ¿Qué trasmites? ¿Cómo estás de receptivo?
- Realizar una visualización sobre cómo quiero que sea mi día ayudará a que sea así, nos encamina a conseguir lo que queremos.
- Practicar la meditación. Esta técnica nos permite alinear las 4 partes del ser humano. Y hay meditaciones rápidas, con lo que no valen excusas de no tengo tiempo. Además, cada día descubren más beneficios de tomarse el tiempo de parar dentro de este acelerado mundo en el que vivimos.
- Abrazoterapia. ¿Has notado cómo cambia todo tu ser cuando alguien te da un buen abrazo? Está estudiado que abrazos de 12 segundos son terapéuticos, y a tu pareja no le importará… 😉
- Biodanza. Tal y como dice la International Biocentric Foundation, la biodanza es «un sistema de integración humana, renovación orgánica, reeducación afectiva y reaprendizaje de las funciones originarias de vida. Su metodología consiste en inducir vivencias integradoras por medio de la música, del canto, del movimiento y de situaciones de encuentro en grupo». Puedes ver aquí los muchos beneficios que tiene esta técnica.
Y ahora que tienes varias opciones para prepararte para comenzar tu día ¿qué vas a empezar a practicar para estar enfocado con todo tu ser?
Te espero aprendiendo en el camino del crecimiento.
Raquel Bonsfills
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