Querido compañero,
¿Te quieres a ti mismo? ¿Cómo te comportas?
Estoy leyendo el libro de Walter Riso: “Ámate a ti mismo” porque tengo muchas dudas de cómo se puede amar uno a sí mismo sin resultar egocéntrico y quisiera compartirte algunas conclusiones a las que estoy llegando.
Una vez que entramos en la adolescencia, cuando desplegamos nuestra área social, comenzamos a poner el foco en el prójimo, pudiendo llegar a pensar en muchos casos, que amar al prójimo es más importante y valioso que amarse a uno mismo.
Si partimos del hecho de que quererse a uno mismo es considerarse digno de lo mejor, fortalecer el autorespeto y darse la oportunidad de ser feliz por el solo hecho, y sin más razón, de estar vivo. ¿No crees que no es necesario el sufrimiento masoquista que nos propiciamos a nosotros mismos en aras de “limpiar culpas” o “tratar de ser dignos” para que alguien nos ame?
Quererse a uno mismo es quizás el hecho más importante que garantiza nuestra supervivencia en un mundo complejo y cada vez más difícil de sobrellevar. Aun así, y curiosamente, gran parte del aprendizaje social se orienta a sancionar o subestimar el valor del amor propio, posiblemente para evitar caer en las garras del engreimiento. Por ejemplo, si decides felicitarte con cualquier gesto, es probable que las personas que te rodean evalúen tu conducta como ridícula, narcisista o pedante.
Sin embargo, una cosa es ser ególatra (endiosado de sí mismo), egoísta (avaricioso e incapaz de amar al prójimo) o egocéntrico (incompetente para reconocer puntos de vista distintos), y otra muy distinta es ser capaz de aceptarse a sí mismo de manera honesta y genuina.
¿Cómo se puede amar uno a sí mismo sin resultar narcisista?
Es verdad que no hace falta gritar a todo pulmón lo maravillosos que somos ni publicarlo en primera página, vanagloriándonos, pero reprimir lo que sí somos, negarlo o contradecirlo termina por herirnos emocionalmente, por ejemplo, cuando caemos en la vergüenza de ser lo que somos o cuando nos sentimos mal por ejercer o ignorar nuestros derechos personales o cuando pensamos que no los merecemos… ¿Hasta qué punto nos estamos poniendo en valor? Esta puesta en valor está relacionada con nuestra autoestima.
Será importante, entonces, desarrollar nuestra Autoestima. La autoestima nos ayuda a sentirnos mucho mejor con nosotros mismos, lo que influye en nuestro comportamiento. Por lo tanto, una buena autoestima puede ayudarnos a conseguir querernos tal y como somos.
¿Cuáles son los beneficios de mejorar nuestra autoestima?
Algunos de los beneficios que vas a encontrar al mejorar tu autoestima son:
- Tener una mayor autoconfianza para afrontar cualquier proyecto o propósito en la vida. No te darás por vencido muy fácilmente, perseverarás en las metas y te sentirás competente y capaz de lograr lo que te propongas en la vida.
- Incrementar las emociones positivas y mejorar la salud mental. Te alejarás de la ansiedad, la tristeza y la depresión, y te acercarás a la alegría y a las ganas de vivir mejor.
- Asumir responsabilidades y afrontar problemas. Afrontarás los problemas y responsabilidades porque te sentirás seguro y confiado de tus capacidades para lograrlo.
- Conectar mejor con las personas. Te quitarás de encima el incómodo miedo al ridículo y la necesidad de aprobación, porque tú serás el principal juez de tu conducta. No es que no te interesen los demás, sino que no estarás pendiente de los aplausos y los refuerzos externos, y tomarás las críticas más objetivamente. Además, tendrás una mayor facilidad para relacionarte de forma adaptativa con las demás personas y preferirás evitar interactuar con personas conflictivas y/o negativas.
- Conseguir relaciones sanas y armoniosas con los otros, ya sean amorosas o de amistad. Podrás amar a tu pareja y querer a tus amigos más tranquilamente. Dependerás menos y establecerás un vínculo más equilibrado e inteligente, creando lazos de igualdad, sin el terrible miedo de perder a los otros.
- Ser una persona más independiente y autónoma. Te sentirás más libre y segura a la hora de tomar decisiones y guiar tu vida.
Peligros de una autoestima baja
Los hallazgos realizados en el campo de la psicología cognitiva en los últimos veinte años muestran claramente que la visión negativa que se tiene de uno mismo es un factor determinante para que aparezcan trastornos psicológicos como: fobias, depresión, estrés, ansiedad, inseguridad interpersonal, alteraciones psicosomáticas, problemas de pareja, bajo rendimiento académico y laboral, abuso de sustancias, problemas de imagen corporal, incapacidad de regular las emociones y muchos más. La conclusión de los especialistas es clara: si la autoestima no posee suficiente fuerza, viviremos mal, seremos infelices y nos mostraremos ansiosos.
¿Narcisismo o autoestima?
Tanto el narcisismo como la autoestima buscan de alguna manera la legitimación del ser pero existen algunas diferencias como: el narcisista se da una importancia exagerada y realmente distorsionada, quien tiene una alta autoestima alude a una satisfacción mucho más interior, menos inflada y mejor argumentada. Otra diferencia es que una persona con autoestima es asertiva, sin embargo, un narcisista su foco es la necesidad de atención. Además, una persona con sana autoestima es colaboradora y un narcisista no es generoso, si no va a obtener un beneficio. También el narcisista muestra compasión por sí mismo, mientras que quien tiene autoestima tiene presente el reto que supone ayudar a los demás y basa su bienestar en las relaciones satisfactorias.
¿Se te ocurren formas de cómo quererte a ti mismo para que no te pase algo de todo esto? En mi próximo artículo te lo contaré, hasta entonces te invito a ser valiente y enamorarte de ti para que cada día seas más feliz y más resistente a las embestidas de la vida cotidiana.
Después de lo que te acabo de compartir ¿de qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para mejorar el Amor a ti mismo?
Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.
No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.
Milagros García
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