Querido compañero,
¿Alguna vez te has sentido abrumado por la agitación de la vida? ¿Has deseado con toda tu alma un momento de calma en medio del torbellino cotidiano?
«Necesito tener un momento de calma. Necesito un momento para no desbordarme. Necesito calma para poder pensar con mayor claridad. Necesito parar este ritmo. Necesito salir de aquí y marcharme yo solo/a muy lejos».
Si estos pensamientos han cruzado tu mente en algún momento, entonces estás en el lugar adecuado.
Descubre por qué encontrar momentos de calma es esencial en la vida moderna. Explora herramientas y técnicas para gestionar el estrés y mejorar tu bienestar. Aprende a mantener la calma en medio del caos.
Cuando estamos muy alborotados, cuando sentimos estar dentro de un montón de ruido, de muchas exigencias o de quebraderos de cabeza, es cuando más echamos de menos la calma. En esos momentos, además, se nos pueden escapar muchos detalles importantes o podemos estar tan enfocados en aquello que nos quita la calma sin ser capaces de ver nada más.
Como decía Séneca “no hay más calma que la engendrada por la razón”. Porque nuestra cabeza es la responsable de plantearnos la tormenta y también la calma. Nuestros pensamientos tienen la fuerza de cambiar nuestra visión del mundo y de las personas que tenemos delante.
Por eso, la salud mental está siendo foco de atención. Los casos de ansiedad se han multiplicado recientemente, hasta un 42% de las personas la sufre en el trabajo, y el estrés es una de las principales causas de baja laboral a día de hoy.
Es un tema que no hay que descuidar ni a nivel personal ni a nivel profesional.
El estrés, la ansiedad y la angustia afectan a nuestra productividad, a nuestras relaciones, a nuestro cuerpo y también a nuestra autoestima.
Necesitamos calma para:
- No reaccionar, sino responder.
- Recolocarnos.
- Cuidarnos.
- Ser más objetivo y tomar mejores decisiones.
- Tener sueños agradables, en lugar de pesadillas.
- Vivir y disfrutar sin que se te escape la vida.
¿Cómo conseGuir bajar el ritmo para poder tener más calma?
Hay muchísimos métodos para recuperar esa sensación de paz y de serenidad, y no siempre es fácil conseguir llegar a ese estado. Mucho menos con un solo momento en el que pruebes a realizar alguna técnica. Tampoco hay recetas mágicas que acaben con la ansiedad en un segundo. Se requiere de tiempo. Es un proceso en el que aprender a bajar el ritmo, salir del miedo para poder vivir con curiosidad desde la calma.
De hecho, el mejor regalo que te puedes hacer es darte la oportunidad de probar otra vez. No todas las técnicas o recursos para ayudarnos a recuperar o mantener la calma nos funcionan a todas las personas por igual. Por eso, te voy a dejar diferentes herramientas para que puedas ir probando y eligiendo la que más vaya contigo. Ten paciencia si no te ayuda a la primera.
Y sobre todo, piensa que como te puedes estar sintiendo ahora es temporal y que durará menos si haces algo al respecto que te ayude.
Herramientas para la Serenidad
1. Para. Este es un punto que repito constantemente porque en nuestra vida diaria, rara vez hacemos una pausa. Si no estamos trabajando, estamos ocupados con las tareas del hogar, o bien estamos fuera de casa, socializando o planeando lo que viene a continuación. El caso es no parar. No darnos el tiempo ni el momento de parar. Y parar es justo lo que necesitamos para poner los pies de nuevo en el presente. En lo que ocurre aquí y ahora.
Parar y respirar es un gran comienzo. Nuestro cuerpo y cerebro necesitan darse cuenta de que hemos parado.
Como sé que te estarás preocupando pensando que no tienes tiempo de parar, he de decirte que no significa que no hagas nada en 2 horas (que si quieres también sería estupendo) sino que pares un instante y permitas a todo tu ser hacerse consciente de que el mundo sigue girando y tú te has parado a contemplarlo tomando distancia para observarlo con la perspectiva de la calma.
2. Busca un espacio para ti. Es difícil encontrar calma en un espacio de ruido y follón hasta que no tengas práctica con algunas técnicas que te permitan aislarte un poco. Hasta ese momento, puedes ir a otra habitación en la que no haya nadie o irte de fin de semana. Mejor estar solos o en compañía de alguien que nos brinde el espacio que necesitamos para estar con nosotros mismos, sin tener que esforzarnos en nada. Alguien a quien podamos decirle: «no quiero hablar, solo quédate a mi lado».
Por otro lado, si por ejemplo te encuentras en la oficina y trabajas en tu propio ordenador, puedes configurar una imagen que te transporte a un lugar donde sabes que te sientes tranquilo. Cierra los ojos un segundo y recuerda esa sensación: esa visión del lugar, su sonido agradable y los sentimientos que te evocan. Recréalo a través de tus sentidos. Hacer este ejercicio durante 1 minuto puede ayudarte a bajar tu nivel.
3.. Respira. La atención a la respiración y llevarnos a respirar de forma más plena es importante porque cuando estamos en ansiedad nuestra respiración suele ser más rápida y de la parte alta de los pulmones. Por eso, este ejercicio implica llenar los pulmones de aire hasta que también se llene nuestro abdomen, es decir, realizar respiraciones abdominales, que son las que más contribuyen a la sensación de calma.
Puedes empezar con la técnica del 4-8-7, que es tomar aire por la nariz contando hasta 4, después mantener el aire el tiempo en el que cuentas hasta 8 y después soltar el aire por la boca en el tiempo que cuentas hasta 7. Ten en cuenta que ha de ser más el tiempo de espiración que el de inspiración para que no hiperventiles y te marees.
Antes de realizar este ejercicio, también puedes identificar las zonas en las que estás experimentando tensión, ansiedad o estrés en tu cuerpo. Una vez que las hayas localizado, agradece a tu cuerpo por señalarlo, y luego, comienza con los ejercicios de respiración hasta que notes que la tensión acumulada en tu cuerpo se reduce. ¿Te ha funcionado?
4. Pinta y colorea. Hay numerosas técnicas a utilizar para recuperar la calma dibujando. Por ejemplo:
- Puedes pintar en una hoja el color que identificarías con tu estrés. Y después al lado pinta el color que identificarías con tu calma.
- Coge un rotulador y dibuja líneas hacia arriba cada vez que inhales, luego continúa con líneas hacia abajo cada vez que exhales, sin soltar el rotulador del papel. Comienza desde un extremo y haz las líneas bastante juntas para llenar la hoja. Sin prisa.
- Dibuja un objeto o un escenario que te proporcione calma.
- Elige un color con el que expresarías cómo te sentiste ayer y pinta con él. Después elige otro color con el que expresarías cómo te sientes hoy y pinta con él debajo. Y finalmente, elige un color con el que identificarías cómo te quieres sentir mañana y pinta un trozo aún más grande.
5. Muévete. Si el miedo no te paraliza, sino que tienes mucha ira contenida por todo eso que te exigen o te exiges, que lo que te apetece es gritar, ¡hazlo! Ve a un lugar al aire libre y saca toda esa rabia que te come por dentro. Si necesitas dar una patada o un puñetazo en la mesa, acude a un gimnasio de boxeo y pide una sesión de prueba, o ¡apúntate! Si lo que te pide el cuerpo es salir corriendo, ponte unas deportivas y sal a correr. Haz el sprint más intenso de tu vida. Lo importante es soltar. Sacar la energía contenida para que no vaya en tu contra. De esta forma podrás recuperar un poco la calma.
Cultivar la calma para salud mental
Obsesionarte por hacer, no te lleva a hacerlo más deprisa ni necesariamente mejor, porque las prisas no son buenas compañeras. Sin embargo, tener la cabeza en calma para organizarte y generar ideas que te permitan llevar a mejores soluciones y más eficaces, sí te va a ayudar a llegar a todo. Incluso si eres capaz de parar y analizar la situación con claridad, gracias a recuperar el estado de calma, podrás valorar si la mejor solución es pedir ayuda, delegar, o simplemente decir que no puedes abordar nada más.
Por lo tanto, cultiva la calma y no la dejes para mañana ni para el día en que ya te hayas desbordado. Recuerda que solo se desborda el vaso que ya está lleno, por lo tanto, aprende a drenarlo gradualmente para evitar que llegue al punto de desbordarse.
Ya sabes que, si necesitas más apoyo o más ideas que vayan contigo, estoy aquí para proporcionarte 2miradas más y que puedas elegir lo mejor para ti, para tu bienestar.
¿Qué vas a empezar a hacer diferente para cuidar tu salud mental?
Te acompaño en el camino del crecimiento.
Raquel Bonsfills
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