Manejo de la Ira: Sí, yo también me enfado

Todos tenemos derecho a enfadarnos. Además de ser una emoción esencial en todas las personas, nos puede ser de gran utilidad.

Ya os compartí algunas herramientas que os pueden ayudar a gestionar mejor vuestra ira. Quiero hoy poner de relieve la importancia de enfadarnos. No todas las situaciones que vivimos son como las queremos vivir. Hay hechos que nos agradan y otros que nos desagradan. Algunos los mantenemos o permitimos porque no nos afectan directamente o porque tenemos algún beneficio en mantenerlos. Pero hay otros momentos o sucesos que no es bueno para nosotros, ni para nuestro entorno, mantenerlos. Seguro que tienes alguno en mente.

A veces se utiliza la ira conscientemente, como hacen los niños con su «pues me enfado» y así aflojamos y consiguen lo que querían. De adultos también lo hacemos. A eso ya se llama chantaje emocional y no nos suele gustar.

Enfado Diseñado por Freepik

 

De entre todas las emociones, la ira es la que nos aporta más fortaleza, y además:

Nos lleva a la acción. Dicen que la mejor defensa es un buen ataque. Esto no es una invitación a la venganza. Es solo que la rabia nos lleva actuar. Por ejemplo, ante expresiones del tipo: «Tú no puedes hacer eso!» o «No hay huevos…». Solemos responder un «¡¿Cómo que no?!»La ira puede servirnos de revulsivo. Hay que tener cuidado cómo y con quién lo utilizamos porque puede afectar a la autoestima y no ayudar a la persona. Pero también puede ser muy útil cuando nos gustan los retos, somos competitivos o no nos gusta que nos juzguen (por lo que haremos todo lo posible por cambiar esa opinión del otro si no es la deseada).

La ira nos ayuda a poner límites. «Esto no me gusta y te agradecería que no lo hicieses más». «Hasta aquí hemos llegado». La rabia nos facilita el hacer cambios ante situaciones indeseadas. Después de pedir que se pare con la actuación que nos molesta podemos tomar cierta distancia, alejándonos físicamente de la persona y del lugar donde nos hemos sentido agredidos. Así podemos tomarnos un tiempo fuera donde distraernos o despejarnos hasta recuperar la calma.

Nos ayuda defender el territorio. El sentido de protección y la oxitocina son buenos aliados de la ira para sacar toda nuestra fuerza. Quizá hayas escuchado las expresiones: «defenderlo como una loba» o «defender alguien a capa y espada». Es por la fiereza que podemos mostrar para defender lo que nos importa, la familia, a los amigos… Quizá hayas sentido ese instinto de protección máximo con alguien.

Nos es útil para expresar lo que nos desagrada y romper con aquello que nos genera frustración. Solo si hacemos esto podremos aportar soluciones, analizar las causas del problema y estimular la creatividad poniendo foco en lo que necesitemos. Además, genera un sistema de pensamiento más flexible. Bernard Nijstad, científico holandés dice que: “Cuando la gente está brava busca conseguir cosas positivas e intenta diferentes caminos para llegar a ese fin”.

Nos sirve para saltar obstáculos. Quizá hayas visto en alguna ocasión cómo en un accidente varias personas han levantado un coche para salvar a alguien que está atrapado. Esa fuerza viene de la rabia. Aquí os dejo un ejemplo:

Liberarnos y desahogarnos. Es importante distinguir entre sentirse enfadado y actuar con violencia. Puedes estar muy enfadado y no pegar a nadie ni romper nada, con buen juicio y alto raciocinio. Y una forma de mostrar nuestro enfado puede ser a través de gritos desgarradores en un espacio abierto (sin ir contra nadie) o decir groserías. Algo que está ya demostrado que es beneficioso para nuestra salud mental, como puedes leer aquí. También hay terapias interesantes para liberar la rabia como la «CrashTeraphy» que consiste en destrozar cosas en un entorno protegido. Al fin y al cabo, reprimir las emociones es mucho más perjudicial para nuestro cuerpo que expresarlas, con lo que viviremos más.

Como dijo Steve Yeschek, especialista de la Asociación Nacional del Manejo de la Ira, en Estados Unidos, en una entrevista a la publicación SEMANA de hace unos años, “la ira podría ser una fuerza positiva para el cambio y ayudar a las personas a enfocarse en una meta o a solucionar un problema”.

Después de lo que te ha compartido, ¿te animas a expresar tu rabia de una forma más sana?

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

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SOBRE LA AUTORA:

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Raquel Bonsfills

Licenciada en Administración y Dirección de Empresas con posgrado en Alta Dirección Hotelera por Les Roches, pronto encamina su carrera profesional hacia el área de RRHH realizando el programa superior de Dirección de RRHH de EAE - Deusto. Desde 2009 apuesta por el crecimiento personal y profesional, centrando su carrera en la consultoría y formación para empresas. En la actualidad, es CEO y socia fundadora de www.2miradas.es.

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