Solo porque te has sentido vulnerable, te has hecho fuerte. Solo porque has visto tu debilidad sabes lo que significa superarse. Hasta en las historias y las películas el héroe/la heroína es una persona normal que acaba desarrollando una habilidad o haciendo algo que otros no se atreven, que se esfuerza, que actúa y se encamina a sus sueños u objetivos, normalmente por el bien común.
Hoy incluso desde Harvard nos explican que el líder no tiene que ser perfecto, que puede mostrar su vulnerabilidad, hablar de sus miedos o de la ansiedad que le producen los acontecimientos. Y hacerlo le permite desarrollar una mayor confianza, flexibilidad y apertura mental. Ya no tiene que saberlo todo, sino que su objetivo es crear un equipo que sepa resolver las situaciones y los conflictos juntos. El líder ha de crear líderes que hagan crecer las empresas, y nada mejor que facilitándoles la posibilidad de pensar.
Si el líder lo sabe todo, las cosas se harán como dictamine el líder, sin posibilidad de cambio o mejora, con una sola visión, con una sola opción, yendo por un camino marcado ajeno a posibles mejoras que aportarían otras perspectivas.
¿Un líder que expresa sus emociones?
Cuando el líder muestra sus dudas sobre el futuro, los que escuchan comienzan a pensar en cómo podría ser ese futuro. Cuando el líder se enfada porque alguien ha cruzado un límite, el equipo entiende que se deben mantener unas reglas comunes para todos, unos valores y la identidad de la empresa u organización, y comienza a pensar en cómo actuar sin cruzar los límites o en cómo flexibilizar esos límites si fuese necesario.
Cuando el líder se alegra por el trabajo realizado por el equipo, les reconoce y reconforta, los anima a seguir haciendo un buen trabajo. Cuando el líder se entristece porque no se han obtenido los resultados esperados, al igual que lo siente el equipo, se dan cuenta que el líder es realista, que no vive ajeno a lo que ellos hacen y, sobre todo, le permite al líder evaluar si los objetivos marcados eran los adecuados o si han de revisarlos juntos. Si eran asequibles, entonces podrán pensar en cómo tratar de conseguirlos la siguiente vez.
Además, cuando una persona pide ayuda, como seres humanos nos disponemos a tratar de hacer lo que esté en nuestra mano de una mejor gana que si nos imponen o nos expresan la directriz de forma ruda y dictatorial. Por eso, el líder que pide ayuda a su equipo para hacer un buen trabajo día a día, para salir adelante, expresándoles el fin que se desea obtener (mejor cuando se hace ver que es un fin común del que todos son partícipes), tendrá a su equipo más dispuesto a lograrlo.
¿Qué tiene que ver el dar al equipo la capacidad de pensar con expresar emociones?
La expresión de las emociones del líder ha de ser previamente regulada. Es necesario el desarrollo de la inteligencia emocional de líder. Un buen líder es aquel que maneja bien sus emociones, que sabe autogestionarse, sabe reconocer la emocionalidad del equipo e influir adecuadamente para canalizarla hacia un mayor bienestar que repercutirá en productividad. Para ello, ha de comenzar por uno mismo y saber reconocer sus emociones, preguntándose ¿qué siente?
Una vez que toma consciencia de las emociones que vive, si están impidiéndole manejar la situación de una forma adecuada habrá de gestionarlas. La influencia de las emociones del líder sobre el equipo es enorme, hasta el punto de que las personas que lo componen quieran acercarse, confíen o admiren a su líder, o, todo lo contrario.
Cuando comience a saber cómo funcionan las emociones en él/ella, podrá descubrirlas más fácilmente en los demás, en su equipo. Cuando comience a practicar técnicas de gestión emocional y vea qué le funciona, podrá aplicarlas con el equipo, ayudarles a expresarlas de forma más adecuada e incluso, saber cómo actuar cuando algún miembro del equipo se desborde.
Espacios seguros en el trabajo para una buena salud mental
Dado que hoy la salud mental es fundamental también laboralmente, esta tarea del líder emocionalmente inteligente se hace cada vez más importante. Y como ejemplo que es para su equipo, será el primero en crear espacios en los que se permita la expresión de las emociones sin dejar que esa comunicación sea tóxica para los compañeros. Velará por el bienestar emocional del equipo.
Si hemos de tener cuidado con las emociones es porque pueden llegar a causar estrés y enfermedades. No queremos personas enfermas en nuestro equipo, no queremos que estén de baja y mucho menos que acaben yéndose de nuestro lado porque no hayamos sabido cuidar de ellos. Siempre partiendo de la premisa de que queremos a nuestro equipo, que cada persona está ahí porque ha sido “la elegida” en cada caso y porque esa persona también ha querido estar en ese puesto con nosotros.
La importancia de la capacitación emocional
Expresar emociones es necesario, hacerlo de la forma más adecuada también y muy especialmente cuando hablamos de emociones desagradables como la irá, el miedo o la tristeza. Por cuestiones principalmente culturales, parece que un líder no puede enfadarse porque parecería agresivo y tampoco puede mostrar su vulnerabilidad porque parecerá pasivo, incapaz o débil.
Sin embargo, reconocer que no sabes es un acto de valentía. Reconocer que te has equivocado es humildad. Reconocer que no puedes, da pie a que te ayude quien sí pueda o a conseguir los recursos necesarios. Reconocer que no tienes fuerzas para hacerlo solo, es una invitación para quien quiera sumarse. Reconocer que no sabe todo, o que no tiene la certeza del futuro próximo, le pone en una disposición de aprendizaje y de escucha para descubrir o crear junto con su equipo mejores respuestas o soluciones, de forma que las decisiones no provengan de una sola mente pensante sino de la suma de las capacidades de todo el equipo.
Así que, ahora que sabes algunos de los beneficios de mostrar tus dificultades, ¿qué vas a comenzar a hacer? Capacítate en inteligencia emocional, comienza por ti, no tienes que ser el líder para promoverlo, puedes comenzar en tu ámbito personal. Y si eres el líder, trata de ser ese héroe normal que se propone hacer algo diferente, como expresar sus emociones y su vulnerabilidad para conseguir ser el mejor líder del mundo.
Aprendiendo en el camino del crecimiento.
Raquel Bonsfills
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