Como seres sociales y porque convivimos con otras personas, las habilidades sociales son esenciales para sentirnos bien con nosotros y con los demás.
Podemos definir las habilidades sociales como conductas, pensamientos y emociones que nos permiten relacionarnos con otras personas. Y son relevantes, como dice la psicóloga Patricia Ramírez, para:
- Expresar amor, agrado y afecto. Porque hay personas que no son capaces de decir "te quiero" o que no sabes cómo demostrar su afectividad.
- Pedir favores. Hay personas que les cuesta muchísimo porque sienten que molestan o que van a hacer que otros le dediquen su tiempo.
- Aceptar halagos. Hay personas que se sienten vulnerables ante los halagos y hacen como que no se los dicen para no "ablandarse".
- Decir que no. Tanto si nos piden hacer algo como si nos invitan a algún evento por un sentimiento de no defraudar a quien nos lo pide y que no cambie su concepto de nosotros.
- Afrontar situaciones que nos molestan y decirlo. Muchas personas prefieres tragarse la incomodidad que les supone un hecho antes que confrontarlo con la personas para evitar que vuelva a suceder o simplemente, no aceptarlo esa vez.
- Hablar en público. Y es que esto es un acto social en el que queremos agradar a todos y en el que de antemano nos sentimos juzgados.
- Pedir trabajo. Hoy día que es tan importante la red de contactos para acceder al entorno laboral, es esencial perder el miedo a pedir a los demás un trabajo.
- Expresar opiniones encontradas. Por miedo a hacer el ridículo, por no defraudar al grupo o al interlocutor, caer bien, por creer que nuestra opinión no es importante…
- Superar el estrés. Si estamos estresados normalmente estamos muy afectados por el entorno, que nos domina y nos supera. Las exigencias de los demás o las autoexigencias nos fuerzan a hacer esfuerzos extra que a veces no sabemos manejar.
El desarrollo de las habilidades sociales, según Daniel Goleman, en su libro La práctica de la Inteligencia Emocional , nos lleva a practicar en las siguientes áreas:
- Influencia: utilizar tácticas eficaces y trabajar la capacidad de persuasión. Invitar a hacer algo, ofrecer los beneficios para la persona si lo hace,… Y si una táctica no funciona, no insistir e insistir, ¡cambiarla por otra!
- Gestión de Conflictos: negociar y resolver los desacuerdos. ¿Qué podemos hacer para que ambos podamos adecuarnos a las circunstancias que nos hemos encontrado? Buscar el ganar-ganar comprendiendo las necesidades e intereses de las partes afectadas, desarrollando la empatía antes que el ataque y el cierre en posiciones.
- Comunicación: transmitir mensajes claros, directos y convincentes. Mensajes desde el yo, con asertividad, aprendiendo decir no, a dar las gracias, siendo honesto con uno mismo. Afrontar la situación lo antes posible para no quedárnoslo rumiando.
- Liderazgo: inspirar, orientar, guiar… Por eso recuperar el propio liderazgo es esencial para liderar a los demás. Comenzar por uno mismo. Para ello, es importante tener visión, ilusión y ese nuevo objetivo servirá de motor para uno mismo permitiéndonos mirar al futuro, soñar y después, contagiar el sueño a otros.
- Catalizador de Cambios: iniciar, promover o acompañar el cambio paso a paso. Si algo nos molesta de nuestro propio comportamiento o de la forma en que nos tomamos las cosas, cambiémoslo. Si es algo de los demás, pidámoselo. Si no cambia, asumamos nosotros la forma en la que llevarlo mejor. "Si no cambias tú, tendré que cambiar yo".
- Establecer vínculos: alimentar las relaciones. Cada vez buscamos servicios y productos más personalizados. Se hace necesario saber tratar a los clientes, conocerlos, saber cubrir las necesidades de los clientes, adaptarnos a ellos, relacionarnos e interactuar con ellos. Es igual que hacemos para mantener una amistad, llamamos, nos preocupamos, nos mantenemos en contacto… Hoy en día todo el entorno digital permite esto de una forma más sencilla, ayudémonos de la tecnología a nuestro alcance.
- Colaboración y cooperación: trabajar con otros para alcanzar objetivos compartidos. Juntos somos más creativos, podemos llegar a más personas, nos podemos beneficiar más, presentar mejores propuestas, más completas,… La satisfacción compartida sube en intensidad. "Lo puedo hacer yo solo aunque… ¿y si lo hago contigo?¿qué más se aportaría?"
- Habilidades de equipo: crear sinergias para trabajar por las metas colectivas. Personas enfrentadas dentro del equipo, malas caras a un compañero… dan muy mala imagen y nos hacen no querer ir al trabajo. ¿No sería mucho mejor aprender a valorar a los compañeros, sus habilidades y poder decir al cliente: “espera un momento que llamo a Miguel que te responderá mejor porque él domina completamente este tema”?
Para completar esta información os dejo un vídeo con 12 consejos de nuestra comunicación no verbal para desarrollar las habilidades sociales.
Ahora que sabes algunas tácticas para practicar y mejorar tus habilidades sociales ¿qué vas a empezar a hacer?
Aprendiendo en el camino del crecimiento.
Raquel Bonsfills
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