Descubre el Poder de tus Emociones en tu salud y productividad

Muchas personas piensan que las emociones son ñoñerías, algo que nos hace débiles, que nos lleva a perder el tiempo y que disminuyen la productividad.

En algo tienen razón, en que afectan a nuestra productividad porque ya está demostrado en diferentes estudios científicos que el estado emocional afecta en el proceso de toma de decisiones y la creatividad (estudio de A.M. Isen), que las emociones más agradables nos aportan una mayor apertura mental y amplían los recursos sociales (Barbara Fredrickson), y que las personas que manejan sus emociones de manera efectiva tienen mejores resultados en el trabajo y una mayor satisfacción laboral, mientras que aquellos que no gestionan bien sus emociones experimentan un menor rendimiento y mayor agotamiento (J.J. Gross).

Te guste o no hablar de emociones, las sientes. Todo ser humano tiene un área emocional que hemos de conocer, atender y manejar porque las emociones nos guían y es crucial aprender a gestionarlas para mantener nuestro bienestar.

Las emociones son útiles

Todas las emociones están ahí para darnos un mensaje, por ejemplo, la ira nos diría que hay algo a lo que poner límites y que hay que actuar para cambiarlo, la tristeza nos lleva a darnos tiempo para cuidarnos y asimilar tras una pérdida real o imaginaria (expectativa incumplida), el asco nos invita a alejarnos de lo que no va con nosotros, el miedo es nuestra estrategia para sobrevivir cuando percibimos peligro o la alegría que nos hace notar que la vida merece la pena vivirla.

Solo hemos de aprender a reconocerlo para empezar a gestionarlas y que puedan funcionar a nuestro favor. No se trata de pelearnos con las emociones o ignorarlas, sino darles las gracias por la información que nos traen y permitirnos sentirlas, porque cuando les damos su espacio, como son temporales, pronto nos llegará una emoción nueva.

Ahora bien, cuando vivimos la emoción con un elevado grado de intensidad, nos va a limitar en nuestras respuestas, por lo que hemos de aprender a gestionarlas para recolocarnos, recuperar el equilibrio emocional y sentirnos mejor. Hemos de reconocer cómo nos movemos por el péndulo de las emociones. El autoconocimiento es el principio.

Por eso, no te quedes solo con qué sientes, sino qué vas a hacer con eso que sientes para poder gestionar las emociones. No se gestionan solas y hacerlo te va a permitir desarrollar la habilidad de tu inteligencia emocional.

Sentirte mejor es posible

Para cuidar tu área emocional te propongo:

Vive en el Presente

Mantenerse en el presente ayuda a reducir la ansiedad y la preocupación. Un estudio de la Universidad de Harvard muestra que el 47% del tiempo estamos pensando en algo distinto a lo que estamos haciendo, en el pasado o en el futuro. Sin embargo, es en el presente donde puedes sentir la alegría, la satisfacción, la serenidad, el disfrute de la vida diaria y el vivir la emoción que toca en el momento oportuno. Por eso te recomiendo:

  • Practica mindfulness y enfócate en el aquí y ahora.
  • Cuando te pilles pensando en otra cosa, ayúdate con la respiración consciente para volver al presente. Mira cómo sube y baja tu abdomen al respirar o cómo entra el aire y sale de tus pulmones.
  • Concéntrate y pon el foco en tareas que requieran tu total atención, no mecánicas. Puedes enfocarte en reconocer lo que estás percibiendo a través de tus sentidos en este instante.

Realiza actividades que disfrutes

Haz más cosas que sabes que te hace sentir bien. Desde quedar con personas que te alegran, hasta jugar con tus hijos. Muchas veces nos olvidamos de disfrutar entrando en la rueda de la vida y dejándonos llevar por la rutina y los quehaceres diarios. ¿Cuándo fue la última vez que te reíste a carcajadas? ¿Haces las tareas sin más esperando al resultado o de verdad disfrutas de lo que haces mientras lo estás realizando? Te recomiendo:

  • Haz una lista de cosas que disfrutas. Puedes anotar desde tomar tu helado favorito hasta viajar o sentarte a admirar el paisaje. Pregúntate: ¿Cuándo fue la última vez que lo realicé? No dejes que pase más de una semana sin regalarte momentos de disfrute. Tú también puedes provocarlos.
  • Apúntate a todo lo que sabes de antemano que te saca una sonrisa. No dejes escapar planes en los que sabes que vas a estar bien.

Date permiso para sentir lo que sientes

Sientes, todos sentimos, no pasa nada. Reprimir emociones solo consigue que salgan en mal momento o de forma poco adecuada y puede conducir a problemas de salud mental y física. Por eso, si has tenido una pérdida, no toca ser superman o superwoman, solo has de dejarte estar triste. Si algo te da miedo, permítete sentirlo para saber cómo funciona en ti y acógete con amor, que es lo que más cura el miedo.

Para evitar reprimir emociones:

  • Para un momento y pregúntate: ¿Cómo estoy?
  • Identifica la parte del cuerpo donde estás sintiendo esa emoción.
  • ¿En qué grado de intensidad lo sientes?
  • ¿Puedes responder de forma adecuada aun sintiendo esa emoción o te supera, te bloque o te hace más reactivo/a?
  • Si te permite responder, sigue con tu vida aún con esa emoción, sin anularla, solo sabiendo que está, acogiéndola y caminando con ella.
  • Si te hace estar muy reactivo y no es el momento, dite mentalmente que después la atiendes. Y después dedica un tiempo a aplicar la forma de gestión que mejor te vaya para bajar el nivel de intensidad de la emoción.
  • Si puedes ayudarte en el momento a regular la intensidad de tu emoción, hazlo. Así no irás acumulando emociones hasta llegar a que el vaso se desborde.

Expresa lo que sientes

Expresar lo que sentimos es esencial para nuestra salud emocional porque solo hacerlo ya nos ayuda a regular el nivel de intensidad de una emoción. A veces, sentimos vergüenza por creencias o porque pensamos que no nos van a entender o nos van a invalidar. Sin embargo, expresar emociones nos hace vernos más humanos y hasta en el liderazgo se considera una actitud valiente y de humildad. Para hacerlo:

  • Utiliza el lenguaje «Yo» al expresar tus emociones: «Yo siento», «Yo creo». Esto facilita la comunicación asertiva y reduce los conflictos.
  • Aplica la asertividad: “yo me he sentido así al escuchar lo que has dicho”. No es “tú me has hecho sentir”. Hemos de responsabilizarnos de nuestras emociones porque soy yo quien lo siente, es mi vivencia, independientemente de lo que sientan los demás y por lo tanto, incuestionable.
  • Amplía tu vocabulario emocional para poner nombre a las emociones y grados de intensidad porque no es lo mismo que estés molesto, que enfadado, que iracundo y trata de expresarlo lo antes posible, en cuanto lo comiences a percibir, para que puedas dar una oportunidad a su resolución antes de que vaya a más.

Apréciate y Valórate

Quiérete. Perdónate. No somos perfectos. No sabemos actuar siempre de forma idónea. No tenemos un libro de instrucciones de la vida. Reconocernos y tener un buen concepto de uno mismo es clave para nuestro bienestar. Según la Clínica Mayo, una alta autoestima está asociada con una mejor salud mental y una vida más feliz. Por eso:

  • Valora lo que sí haces y mucho más lo que haces bien. Créetelo.
  • Ponle buenas intenciones y corazón a tu trabajo y a todo lo que hagas.
  • Mírate de forma apreciativa.
  • Acógete con compasión cada vez que te sientas encogido o pequeñito/a.
  • Cuida de ti.  

En definitiva, es inevitable sentir. Puedes dejarte llevar por lo que sientes o puedes manejarlo, sobre todo, cuando es desagradable para que no te destruya y para proporcionarte un mayor bienestar.

La ventaja de gestionar nuestras emociones es que además de ganar nuestro propio equilibrio emocional, beneficia nuestras relaciones sociales, a nuestro entorno, haciéndonos más empáticos, permitiéndonos manejar mejor los conflictos y nos permite liderar mejor nuestra vida. 

Recuerda que las emociones tienen una influencia profunda y compleja sobre la salud. Emociones desagradables mal gestionadas pueden llevarte a estrés, ansiedad y depresión, que definitivamente hay que tratar. Cultivar emociones agradables, entrenar la gratitud y el optimismo pueden mejorar la salud y contribuir a una vida más larga y plena.

Ahora que sabes esto, ¿qué vas a empezar a hacer para cuidar tu salud emocional?

Aprendiendo en el camino del crecimiento.

Raquel Bonsfills

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SOBRE LA AUTORA:

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Raquel Bonsfills

Licenciada en Administración y Dirección de Empresas con posgrado en Alta Dirección Hotelera por Les Roches, pronto encamina su carrera profesional hacia el área de RRHH realizando el programa superior de Dirección de RRHH de EAE - Deusto. Desde 2009 apuesta por el crecimiento personal y profesional, centrando su carrera en la consultoría y formación para empresas. En la actualidad, es CEO y socia fundadora de www.2miradas.es.

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