En estos tiempos de pandemia, nos hemos animado más que nunca a realizar formaciones desde casa. Han aumentado las formaciones online y virtuales, muy especialmente las gratuitas. Nos hemos capacitado de forma autodidacta más que nunca a través de vídeos y tutoriales, podcast que nos han enriquecido e incluso hemos utilizado el formato de televisión para nuestro crecimiento.
Sin embargo, también ha sido muy alto el número de personas que han abandonado dichas formaciones.
¿Por qué no terminamos lo que empezamos?
Muchas veces es porque no nos sentimos capaces. Esa falta de capacidad la podemos sentir cuando nos cuesta aprender las cosas. De adulto no aprendemos tan rápido sobre todo si no tenemos la costumbre. Al cerebro le supone un esfuerzo. De ahí la importancia de mantenerse mentalmente activo.
También podemos sentirnos incapaces en cuanto al tiempo que hemos de dedicarle, puesto que a veces requiere de más del que habíamos previsto o que se nos complica con los niños, el trabajo o las demás cosas que también tenemos o queremos hacer.
A veces nos decidimos a formarnos porque nos ha llamado la atención un curso, pero luego cuando nos requiere esfuerzo, cuando paramos a pensarlo, nos viene el “para qué me habré metido yo en esto”. Y lo que fue un impulso, a la hora de la verdad, no nos apetece tanto.
Las dificultades tecnológicas también nos frustran mucho. Aunque en general las plataformas de formación cada vez son más intuitivas y nos vamos acostumbrando a su uso y diseño, es frecuente tener problemas puntuales de conexión, de los “no me deja entrar”, “se ha caído el servidor” o “¿dónde dices que viene eso?”. Y lo que iba a llevarme dos horas se convierte en cuatro y querer tirar el ordenador por la ventana. También puede surgir el hecho de que la formación no sea como yo esperaba. Que de lo que se vende a lo que es hay diferencia y no cumple con mis objetivos al elegirla. Aunque yo creo que siempre se puede sacar algo bueno, nuestro tiempo es un regalo para quien se lo dedicamos, por eso hay que elegir bien.
Claves para afrontar una formación online
En psicología recomiendan siempre terminar lo que empiezas. De ahí que os quiero compartir algunas claves para afrontar una formación online sobre todo si es de larga duración.
- Revisa tu motivación: Es importante que te hagas consciente de por qué has decidido hacer ese curso o máster. También, para qué lo haces. ¿Qué quieres conseguir cuando lo hayas completado? ¿Cómo te quieres ver?
- En anteriores artículos te he comentado por qué cae la motivación en cualquier proyecto que nos surja en la vida, es algo que va a pasar dado que la motivación no es constante, sino que tiene altos y bajos. Por eso, has de estar preparado y revisar tu motivación para poder seguir adelante. ¿Cómo de importante es hacerlo para ti? Quizá sea bueno que esto te lo plantees antes de elegir una formación u otra.
- Conócete. Cada persona tiene su manera de vivir, su sentido de la responsabilidad, sus valores y compromisos. Hay quien tiene más tiempo por las mañanas y otros que prefieren la tranquilidad de la noche. Los que solo pueden hacer formaciones en fin de semana y los que eligen entre semana. Hay quien prefiere actividades en movimiento y hay quien prefiere la quietud. Personas más mentales y analíticas, personas más de acción o más relacionales, que prefieren hacer cualquier cosa siempre que sea con otros. Piensa en si una formación online es una opción de aprendizaje apropiada para ti.
- Conoce la herramienta de aprendizaje. Una vez te has decidido a hacer la formación, es el momento de trastear, pinchar en los botones a ver qué hay, probar. Siempre recuerdo algo que me decía mi hermana cuando comenzamos a usar los ordenadores, que ha sido esencial para mí en el manejo de las nuevas tecnologías: “lee”. A veces queremos saber a qué botón dar sin leer lo que dice dicho botón. Incluso al navegar por internet necesitas palabras clave. Te aseguro que quien crea las plataformas de formación trata de hacer comprensible el lenguaje y no llevar a equívocos. Por lo que, si pone “diccionario o glosario”, seguramente tenga una lista de palabras con sus definiciones, si pone “mis cursos” lo más probable es que estén listados los cursos a los que tienes acceso…etc. Confía y bucea para familiarizarte con la forma de funcionamiento de esa plataforma.
- Pide ayuda. Si tienes problemas, lo más seguro es que no serás el primero al que le ha pasado. Por eso, siempre hay un servicio técnico, una persona de contacto, un coordinador de la formación o incluso el comercial que te lo vendió a quien puedes preguntar, quien puede pasar la incidencia a quien corresponda para que se te solucione. Aunque no sea tan inmediato como te gustaría, ten paciencia. Se solucionará.
- Márcate unos objetivos, una planificación y programa tu agenda. La mejor forma de avanzar es que te vayas poniendo metas. Por ejemplo, llegar hasta el tema 3 en el mes de octubre, siempre que puedas ir avanzando a tu ritmo. Y si es la propia formación la que marca la pauta dentro de un horario establecido, después necesitarás tiempo para estudiar, hacer tareas, ejercicios, aplicaciones, etc. Ese tiempo que has de dedicarle tienes que contemplarlo en tu agenda porque si no, nunca lo vas a tener y te agobiarás. Si tu formación es los viernes por la tarde de 16 a 20 horas, cuenta con ese tiempo en tu agenda y además elige otra hora o dos horas más para hacer las demás cuestiones, por ejemplo, el sábado por la mañana de 10 a 12 horas. Cuando veas que van pasando los días y se van cumpliendo tus metas, te sentirás más capaz, confiado y motivado.
- Elige un espacio propicio para el aprendizaje. Evita lugares ruidosos y con distracciones porque, aunque puedas ponerte auriculares, si es una formación larga puedes acabar cansado de llevarlos, y con mucho movimiento y jaleo alrededor te será muy difícil concentrarte. Busca en la medida que puedas un lugar tranquilo, cómodo, bien ventilado y con una iluminación adecuada para estar tanto tiempo delante del ordenador.
- Descubre tu mejor forma de aprender y aplícatela. Está demostrado que cuantos más sentidos pones en lo que aprendes más fácil te es aprender y retener lo aprendido. También cuando aplicas lo aprendido, lo explicas y practicas más desarrollas tus capacidades. Sin embargo, hay personas que captan mejor la información a través de lo que ven, otros de lo que oyen, otros según se sienten, otros al leer y escribir… Test como los desarrollados por Honey y Mumford, o el Modelo VARK de Neil Fleming y Collen Mills, pueden ayudarte a identificar qué te resulta más fácil a ti para que te lo apliques a la hora de hacer la formación. Por ejemplo, si resulta que no eres una persona demasiado auditiva y la formación es en forma de vídeos que hay que ir escuchando, puede que te cueste un poco aprender los contenidos. Si según escuchas te tomas notas, te haces esquemas, piensas en aplicaciones o lo haces a la vez que lo escuchas, tu integración de lo aprendido será más rápida y mejor.
- Aprovecha la fuerza del grupo. Participa porque una pregunta es un tesoro. Las dudas se comparten y se piensa en grupo la respuesta o el que la sabe la aporta y enriquece al resto. Los más fuertes tiran del grupo ayudando a los demás. Así pueden ir dándose cuenta de qué saben ya y en qué han de seguir profundizando. Los debates y las reflexiones sobre el tema nos llevan a tomar perspectivas, a entender, a integrar y exponer soluciones, aplicaciones, pasando de ser receptor pasivo de información a participante activo y creativo del aprendizaje.
- Si ves que te desenganchas, antes de abandonar, busca apoyos. A veces, en determinados momentos necesitamos ayuda para seguir, sobre todo en formaciones de larga duración. Coaches, psicólogos, entrenadores, mentores, coordinadores de la formación, directores de máster, algún profesor con el que tengas confianza…pueden ayudarte. Hay factores que influyen mucho en nuestra capacidad de aprender y en sentirnos bien ante la exigencia de hacer una formación que depende solo de ti y tu disciplina para abordarla. La alimentación, el estado de ánimo, las circunstancias personales, familiares y laborales, el ejercicio, el descanso, el nivel de estrés… pueden estar causando estragos. Un profesional adecuado puede ayudarte a detectar cuál es el inconveniente y a poner remedio en lo posible para que lo lleves mejor. Recuerda que no estás solo.
- Celebra los éxitos. Con cada meta conseguida has de hacerte consciente de tu avance, porque estás más cerca del final, más cerca de conseguir aquello que te motivó a hacer la formación. Parar a reconocerte te permite ir valorando si el método que utilizas es el mejor para tu aprendizaje, qué te falta y qué necesitas, así como establecer los siguientes pasos y mejoras necesarias. Prémiate, celebrarlo en grupo, aunque sea virtualmente. Eso te animará a seguir.
Todo lo que vayamos aprendiendo en nuestra vida nos mantendrá activos y en crecimiento. Si queremos progresar en nuestra carrera profesional, cambiar y reorientarnos, descubrir más sobre nuestros intereses, mejorar nuestra forma de entender el mundo y relacionarnos con nosotros mismos y con los demás, continuar capacitándonos, también en lo personal, hemos de seguir formándonos, aprendiendo de los demás y del mundo que nos rodea.
Las formaciones online suponen un reto, sí, para tu disciplina, para tu compromiso, para tu motivación, para tu éxito y para ti. Un reto que se puede superar. Con lo que te he compartido, ¿qué vas a comenzar a hacer para asegurarte de que finalizarás tu formación?
Hagas lo que hagas, ¡nunca dejes de aprender!
Aprendiendo en el camino del crecimiento.
Raquel Bonsfills
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