Empatía, simpatía o antipatía

Querido compañero,

¿Eres más empático o más antipático? ¿En qué momentos utilizas la simpatía?

Hoy quisiera hablarte de tres conceptos relacionados con la empatía. Para ello, pongamos el caso de una persona que nos cuenta su historia, una historia dramática o desagradable. Está enfocada en su problema, en su situación o en su pena. Nosotros tenemos tres posibles alternativas de actuación:

Simpatía: Es el caso en el que al escuchar esa historia o lo que nos está trasladando esa persona, nos sintamos tan conmovidos e implicados, que nos quedemos sintiendo las mismas emociones que la persona que nos lo cuenta aunque no sea nuestra propia situación. Nos quedamos enganchados y nos cogemos el problema como propio. Nos contagiamos de su emoción.

Cuando nos pasa esto, dejamos de tener el foco en la otra persona pasando a ser protagonistas de la historia.

Un ejemplo para ilustrar esta situaciónpuede ser: la otra persona te cuenta que acaba de perder el trabajo y que está viviendo un momento muy delicado por las consecuencias económicas que le supone. Entonces tú te conectas con su emoción recordando el despedido de una empresa que te supuso también un grave problema en tu vida.

Antipatía: Es el caso en el que al escuchar la historia del otro no queramos implicarnos, incluso la evitemos, poniéndonos corazas para no sentirnos afectados por lo que nos pueda contar.

Esto les pasa mucho a algunos médicos, que parece que no comprendan la situación de sus pacientes, que se encuentran enfermos. A veces esta antipatía es positiva, porque nos permite cuidar de nosotros si no estamos lo suficientemente fuertes para atender emocionalmente a la persona que tenemos delante.

Empatía: Es el caso en el que escuchamos a la otra persona y nos ponemos en su lugar, sabiendo que la situación no la estamos viviendo nosotros y que después podremos continuar con nuestra vida.

Podemos dedicarle nuestro tiempo a la persona, reconocer lo que la ocurre, acompañarla en el momento y después, volver a nuestra posición, recuperar nuestros propios zapatos. La situación que vive la otra persona no es la que vivimos nosotros, luego no tenemos por qué sentirnos igual.  

Desde ahí, desde nuestra propia posición, podemos preguntar si podemos  ayudar, ya que en ese caso tendremos una perspectiva diferente del problema, nuestra propia perspectiva, ajena a la de la persona con la que estamos. Si nos deja, seremos de gran ayuda y mantendríamos el foco en el otro.

Ser empático tiene muchos beneficios para mantener y mejorar nuestras relaciones sociales. Te invito a leer mi anterior artículo en el que hablo de sobre la empatía y algunas claves de su uso.

Con el fin de complementar lo que te he comentado, te dejo un vídeo sobre Sentir lo que otros sienten:

Después de lo que te he compartido ¿qué vas a hacer cuando alguien te cuente algo? ¿Cuándo vas a empezar a ser más empático?

¡Tú puedes, puedes lograr lo que te propongas, además, te lo mereces!

Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso y que te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.

No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.

Milagros García

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SOBRE LA AUTORA:

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Milagros García

Ingeniera que pronto reconduce sus pasos hacia la administración empresarial, siendo Master Business in English: International Trade, Business negociations & Marketing. Más tarde da el salto a la Consultoría, Formación y Coaching Personal, Profesional, Grupal y Organizacional. Cuenta con 20 años de experiencia en dirección de compañías internacionales.

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