Llevamos una temporada larga que parece que vamos superando día a día con esfuerzo, un par de años de lucha, de trabajo, de sacar adelante proyectos, relaciones, niños, ideas… y es muy probable que te sientas cansado/a. Sobre todo, si lo has vivido así.
Si coger vacaciones suele ser necesario para recuperar fuerzas cualquier año, éste aún más, porque muchos no se las han podido coger antes, porque la seguridad sanitaria no lo permitía, por miedo, por trabajo, por la economía, etc. Y todo guerrero/guerrera necesita descansar.
La necesidad de hacer un descanso
Cuando estamos cansados nos sentimos más malhumorados, estamos más lentos en nuestras respuestas, podemos contestar de peor manera, hacer lo mismo nos cuesta el doble, tenemos menos energía, también por el calor que hace, y parece que la cabeza, el cuerpo y todo nuestro ser nos pide a gritos ¡VACACIONES!
Puede que no siempre sea tan fácil porque hay que poder, hay que planificarlo, tener días, que la economía te lo permita… Sin embargo, las opciones están a tu medida, no al revés, quizá eres de los que solo con quedarse en casa ya te consideras de vacaciones.
Aunque la recomendación sea que tengas unos 10 días para irte haciendo a la idea de que estás de vacaciones, relajarte y que vayas preparándote para volver, es más importante la calidad del tiempo que desconectas, que los días que lo haces. Porque si te vas de vacaciones y estás mirando el correo del trabajo de forma continua, si sigues dedicando tus pensamientos al trabajo a diario, o si te enganchas a reuniones, aunque sea solo un par de días un par de horas, te va a costar mucho más sentir que vuelves renovado de tus vacaciones.
El secreto para desconectar
El secreto está en la necesidad de soltar por un tiempo las obligaciones. Para algunos esto será no poner el despertador, para otros, no ponerse el uniforme o no hacer tú la comida. Pregúntate: ¿Qué te permites hacer cuando estás de vacaciones? ¿Qué tiene que pasar para considerar que son vacaciones?
Muchas veces resulta más fácil cuando cambias de escenario, de ahí que viajemos, vayamos al pueblo, a la playa, a la montaña, a ciudades distintas o de visitas culturales. No importa en realidad el lugar, ni que esté cerca o lejos. También puedes plantearte que sea un sitio que suponga un premio para ti, un lugar que te llene, que te ilusione, y que el hecho de ir lo conviertas en el reconocimiento que mereces por todo el esfuerzo realizado durante el año.
Cambiar la rutina es clave para que no parezca que sigues en el día a día laboral. Incluso aprovechar a hacer esas gestiones para las que nunca tienes tiempo, como ir a la peluquería toda la mañana o a revisión médica, puede generar una satisfacción y alivio porque ¡por fin! has conseguido hacer esas tareas pendientes. Toda tarea que tienes procrastinando, es decir, postergando de forma continuada, al llevarla a cabo te hace recuperar la energía y la confianza en ti. Te anima. ¡Tú puedes!
Un ritmo diferente a la hora de abordar cada día también te va a facilitar recargarte. El hecho de no tener que ir siempre corriendo a todo, con la sensación de llegar tarde, mil cosas que hacer para atender a tantas preocupaciones, sino darte tiempo sin prisa, poder terminar un libro antes de decidir hacer la siguiente actividad, o para pasear disfrutando de las vistas en lugar de caminar enfocado en llegar, hace que todo resulte ligero. Por el contrario, a veces el cambio de ritmo es para agilizarlo, por ejemplo, visitando siete ciudades en pocos días o haciendo un recorrido fabuloso en el que descubrir cada rincón. Esa energía de la excitación por conocer y por descubrir también te va a animar. Aunque seguramente en este caso, después necesites algo de tiempo para descansar.
Descansar. Sí. Una de las principales acciones para recuperarnos, liberarnos del cortisol acumulado, dormir un poco más. Parar es necesario física, mental y emocionalmente. Nuestro bienestar y salud lo agradecerán.
En definitiva, se trata de recuperar la energía que necesitas para poder seguir. Como el mundo no se para, aunque nosotros descansemos, para poder seguir avanzando con él, hemos de estar en el mejor estado de forma, cuidando nuestra salud mental, facilitándonos el equilibrio emocional y con nuestras capacidades al mejor nivel para afrontar todo lo que la vida tenga a bien traernos y para seguir dedicando nuestros esfuerzos en todo lo que queramos lograr. Y esto se consigue aprendiendo a parar, sin exigencias ni autoexigencias, dejándonos estar, ser, sin aparentar, respirando…
Por ello, queridos guerreros y guerreras, valientes y resilientes, ahora que sabéis esto, ¿qué vais a comenzar a hacer para estar mejor? Al menos, nuestra recomendación desde 2miradas, es que descanséis estas vacaciones o a ratitos a lo largo del año, para cuidaros y cuidar de quienes queráis. Por muy cortos que puedan ser los días de descanso, en casa o fuera, tened en cuenta estas claves para haceros más fácil la recarga, para conectar de nuevo con vosotros mismos y recuperar vuestras mejores versiones.
¡Feliz verano!
Aprendiendo en el camino del crecimiento.
Raquel Bonsfills
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