Tener 50 años hoy no es comparable con cómo estaban nuestros mayores de 50 años cuando éramos niños. El envejecimiento de la población es un hecho, porque las grandes generaciones están ya superando los 45 años. Sin embargo, hoy, muchas personas de mi alrededor de estas edades se sorprenden cuando empiezan a tener algún achaque o reciben la famosa frase de “son cosas de la edad”.
Aún quedan al menos 20 años de trabajo hasta la jubilación y es posible llegar a ese punto con perfectas capacidades, con la mente lúcida, como una persona madura y experimentada. Incluso después, se puede disfrutar de una forma diferente del retiro laboral porque podemos llegar más activos, más ágiles, más en forma… Claro que, esto solo sucederá si nos cuidamos en todas las áreas de nuestra vida.
motivación
Empezaré por un poco de motivación. Sumar años es un regalo. Es más tiempo para disfrutar de la vida, de su belleza, de sus bondades, de los mil aprendizajes y decisiones más que nos quedan por tomar. Más tiempo para compartir con las personas queridas, para viajar, para desarrollar esas actividades que te encantan, para descubrir nuevos aspectos de ti o de tu trabajo, para innovar, para ponerte al día, para explorar, para dejar atrás malos momentos, para reconocerte tus fortalezas, para seguir creciendo… ¡Creo que no sería capaz de terminar nunca esta lista!
Por eso, y para que puedas disfrutar de todo esto, has de poner de tu parte. Lo que se vive cuando somos mayores depende en gran medida de lo que comencemos a hacer en esta etapa de la vida. Así que, si quieres estar bien, o lo mejor posible, cuando tengas unos años más, te comparto unas cuantas opciones, que sería bueno empezar a realizar ya.
En los próximos artículos voy a abarcar las 4 partes del ser humano: la física, la mental, la emocional y la energética, con lo que sigue atento al blog. Hoy, comenzaré con la parte física.
cómo cuidar tu cuerpo
La salud es esencial. El cuerpo nos trae y nos lleva, pero si no le cuidamos nos va a costar un poquito más tenerle como aliado. Envejecer es inevitable, pero la forma en que llegamos a la jubilación puede ser significativamente mejor si cuidamos nuestra salud física. Te dejo unas cuantas ideas de cómo cuidarte:
El ejercicio físico
El ejercicio físico es crucial. No hace falta que seas el número 1 del gimnasio. Lo importante es que adquieras una rutina de ejercicio. Los últimos estudios indican que una buena musculatura es clave al hacernos mayores. Cuanto mejor mantengamos la musculatura, menos limitaciones físicas tendremos, menos contracturas, más flexibilidad y será más difícil romperse.
Y para que le veas aún más valor, un informe de Harvard Health sostiene que la actividad física regular puede agregar hasta 4.5 años a la vida.
Recomendaciones adicionales:
- Establece una rutina de ejercicio que incluya caminar, bailar o cualquier deporte que disfrutes. Mantener la musculatura fuerte te ayudará a tener menos dolores y más movilidad.
- Entrenamiento de fuerza: Incluye ejercicios de resistencia dos veces por semana. Un estudio de la Universidad de Tufts encontró que el entrenamiento de fuerza aumenta la masa muscular y la densidad ósea.
- Ejercicios de equilibrio: Practica actividades como yoga o tai chi para mejorar el equilibrio y prevenir caídas. La Clínica Mayo resalta la importancia de estos ejercicios para la estabilidad y la coordinación.
alimentación saludable
La alimentación saludable ha de acompañarnos en el día a día. Estudios indican que una dieta rica en frutas, verduras y granos enteros puede prolongar la vida y reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
Según la Escuela de Salud Pública de Harvard, una dieta saludable puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas hasta en un 30%. Pero esto no significa que no comas de vez en cuando algo que no sea tan sano y que te encante. Por favor, date el gusto de disfrutar de la comida. Por suerte hoy en día, hay cada vez más opciones para alimentarnos de forma más saludable.
Recomendaciones adicionales:
- Suplementos nutricionales: Considera suplementos de vitamina D y omega-3. Porque un estudio del British Medical Journal muestra que estos suplementos pueden mejorar la salud ósea y cardiovascular.
- Prueba el ayuno intermitente. La investigación de la Universidad de Alabama sugiere que restringir la ingesta calórica a un período de 8-10 horas al día puede mejorar la salud metabólica y permite al sistema digestivo más tiempo para equilibrarse.
- Compra más alimentos y prepara tú la comida, evitando alimentos procesados. Recuerdo que Arguiñano decía que mejor evitar lo embolsado. Incluso si te apetece un bizcocho o unas patatas fritas, las caseras siempre son la mejor opción.
Bebe agua
En verano es aún más idóneo porque hemos de mantener hidratado el cuerpo. Una hidratación adecuada mejora la función cerebral y la salud física general. De hecho, un estudio de la Universidad de Connecticut encontró que la deshidratación leve puede afectar negativamente el estado de ánimo y la energía.
Además, tienes la posibilidad de añadir frutas que le den algo de gusto, como fresas, kiwi, naranja, limón, lima o puedes añadir hojas de menta, canela, cúrcuma, jengibre, pepino y zanahoria. Elige lo que más te guste porque cada alimento que le añades aporta nutrientes que te favorecen.
Recomendaciones adicionales:
- Infusiones: Alterna con infusiones sin azúcar como té verde o infusiones de hierbas, que aportan antioxidantes y otros beneficios.
- Apps de recordatorio: Usa aplicaciones móviles que te recuerden beber agua durante el día.
DESCANSO ADECUADO
Dormir. Aunque parece que con tanto por hacer no tenemos tiempo de dormir y es fácil encontrarnos descansando apenas 5-6h, estamos haciendo un flaco favor a nuestro rendimiento. Al dormir es cuando nuestro cerebro asienta más información, es cuando se regenera nuestra piel, es cuando hacemos reset mental para poder estar activo y enérgico al día siguiente, incluso ayuda a adelgazar. Por eso, la National Sleep Foundation recomienda al menos 7-9 horas de sueño por noche para adultos y han demostrado que el sueño insuficiente se asocia con un mayor riesgo de enfermedades crónicas. Y para lograr un buen descanso has de aprender a relajarte.
Recomendaciones adicionales:
- Establece una rutina de sueño regular y asegúrate de crear un ambiente propicio para el descanso.
- Mejora tu higiene del sueño reduciendo la exposición a la luz azul antes de acostarte y manteniendo una temperatura fresca en el dormitorio.
- Considera la terapia cognitivo-conductual para el insomnio porque según la Academia Americana de Medicina del Sueño, es una estrategia efectiva para mejorar la calidad del sueño.
En definitiva, incorporar ejercicio físico regular en tu rutina es esencial para un envejecimiento saludable. No sólo te ayudará a mantenerte en forma, sino que también prolongará tu vida y mejorará tu calidad de vida.
Además, mantener una dieta equilibrada es vital para la salud a largo plazo porque una alimentación saludable puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades y mejorar tu bienestar general. Y recuerda incluir el agua como un hábito más.
Dormir bien mejora la memoria, el estado de ánimo y el rendimiento general. Si tienes problemas de sueño, no dudes en pedir ayuda a un profesional.
Cada pequeño cambio positivo que haces hoy, contribuirá a una vida más plena y saludable en el futuro. ¿Por cuál de estas claves empezarás?
Te acompaño aprendiendo en el camino del crecimiento y el bienestar.
Raquel Bonsfills
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