El ser humano utiliza los mapas para orientarse, para tratar de representar la realidad. Una realidad que igualmente podía estar representada desde un mapa político, un mapa físico, un mapa dibujado por un niño, una fotografía o tan solo la idea que cada uno de nosotros tiene en la cabeza sobre cualquier cuestión.
Por ese motivo, y buscando la forma de representar la realidad o incluso de imaginar el futuro de lo que podría ser una situación, un proyecto o incluso una idea, surgen los mapas mentales. Desarrollados por Tony Buzán en los años 60’s, nos proporcionan una forma gráfica de clarificar información utilizando ambos hemisferios cerebrales.
Esta técnica parte de la teoría del pensamiento radiante: el cerebro maneja inicialmente los pensamientos a nivel central y después los irradia a través de los procesos sinápticos en todas direcciones. Y se reúnen en su representación habilidades tanto lingüísticas, como de imágenes, colores, lógica y de manejo del espacio, permitiendo el desarrollo del cerebro con la práctica.
Los mapas mentales son dinámicos y pueden tener diversas tipologías, ya que su uso está abierto a cualquier ámbito de tu vida. Los hay más rectilíneos o más curvos (aunque nuestro cerebro se estimula más con los curvos), con más imágenes y colores o sólo con tres colores, muy grandes o más sencillos.
Sean como sean, todos ellos siguen unas pautas para su realización:
1. Se comienza en el centro de una hoja en blanco indicando el tema sobre el que se va a tratar. Mejor si se pone un dibujo o una imagen que lo represente.
2. Desde el centro salen ramas que suponen los aspectos principales a tratar en ese tema. Estas ramas después se pueden ramificar tantas veces como sea requerido.
3. Cada rama se hace corresponder con una palabra clave.
4. Se recomienda el uso de los colores porque son más estimulantes para nuestro cerebro y más fáciles de recordar. Y también el uso de las imágenes porque con una imagen se puede representar más de una palabra.
El uso de los mapas mentales es útil por ejemplo, para:
- Desarrollar la creatividad
- Tomar decisiones
- Mejorar la capacidad de análisis y concreción
- Estructurar el pensamiento, separando lo importante de lo accesorio.
- Trabajar la concentración
Hasta tal punto que hoy día los facilitadores gráficos tienen esta técnica como una de las más importantes de su trabajo.
Así que te toca a ti ¿Te atreves a crear tu mapa mental? ¡Prueba!
Recuerda, ¡te espero en el camino del crecimiento!
Raquel Bonsfills
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