Querido compañero,
¿Cuándo escuchas a alguien realmente estás escuchando o estás pensando?
Saber Escuchar, con mayúsculas, de manera verdadera lo que alguien está diciendo es todo un arte.
Cuando se practica una escucha activa o una escucha completa, quien escucha está más enfocado en la otra persona más enfocado en ti que en mí. Empiezo a saber y sentir quién eres por escuchar tu expresión completa.
Hoy quiero compartir algunas claves para que practiques este tipo de escucha:
- Escucha la expresión completa de tu interlocutor/a. No interrumpas a la persona que habla, escuchale de principio a fin.
- Pider precisión y/o clarificación para verificar lo que no hayas entendido. Es importante tener cuidado cuidado con nuestras percepciones, interpretaciones o lo que imaginamos que la otra persona nos indica. Si tenemos cualquier duda, es conveniente pedir aclaración y de esta forma saber que lo que realmente nos quiere indicar quien habla.
- No caigas en las presuposiciones: nuestra propia experiencia ‘filtra’ lo que escuchamos.
- Evita soluciones inmediatas o querer arreglar el problema. A menudo, cuando escuchamos a alguien solemos saber lo que necesita o es mejor para él y solemos dar soluciones. Pero realmente, con esta conducta, nos equivocamos, ya que nadie mejor que uno mismo sabe lo que quiere y lo que le conviene.
- Evita juzgar. ¿Quién soy yo para juzgar o catalogar a otro?
- Evita dar consejos salvo que te los pidan. Cuando alguien habla, la mayoría de las veces solo necesita y quiere ser escuchado, desahogarse o compartir algo.
- Evita interrumpir a quien habla y menos para dar tu opinión. Si interrumpimos al que habla lo normal es que pierda el hilo de lo que dice. Además, se sentirá poco atendido.
- Evita rechazar lo que esté sintiendo el otro. A los participantes de mis cursos siempre les pongo un ejemplo para explicar esta clave. Les cuento que en una ocasión estuve en un dentista de urgencia un sábado, por lo que no era mi dentista habitual. Llevaba ya dos noches sin dormir a causa del dolor que me producía una muela. Cuando llegué al dentista le comenté lo que me pasaba y me dijo: “No pasa nada”. ¿Cómo que no pasa nada? Pensé. Este dentista no me dio confianza y me fui. Él bien podría haberme dicho: “Entiendo lo que te pasa, yo voy a ayudarte para que estés mejor…” pero no lo hizo y sentí malestar.
El desafío de la escucha implica: ¿Estás realmente escuchando? o ¿Estás preparando tu respuesta y esperando tu turno para hablar? ¿Cómo puedes practicar una escucha activa?
Estoy siempre a tu disposición si quieres comentar tu caso o que responda a tus dudas y preguntas.
Te acompaño con pasión hacia tu éxito.
Milagros García.
Yo creo que la escucha activa tiene una buena relación con un alto sentido de empatía, donde las personas que en realidad están escuchando son capaces de sentir el estado emocional de la otra persona.
Los consejos que aquí se dan son muy buenos y no siempre son sencillos de aplicar, porque el sentido del ego siempre buscar dar consejos, opiniones, etc.