Hoy quisiera hablar de una distinción importante, la diferencia entre ayudar y apoyar.
Como líderes y directores o jefes de equipos, es necesario tener claras nuestras funciones. Unas funciones que en ocasiones tienen que ver con apoyar al equipo y en otras, con ayudar al equipo. Es posible que a estas alturas del post estés algo confuso ¿no es lo mismo apoyar que ayudar? No.
Apoyar, según el diccionario de la Real Academia Española es «Hacer que algo descanse sobre otra cosa».
Ayudar, según la RAE es:
1. tr. Prestar cooperación.
2. tr. Auxiliar, socorrer.
3. prnl. Hacer un esfuerzo, poner los medios para el logro de algo.
Una visión gráfica de lo que significa «apoyar» versus «ayudar» podría ser la siguiente:
Expresado de otra forma, podría decir que para mí:
- Apoyar supone dar soporte y sostener al equipo. Impulsar desde abajo, dejando que brille por sí mismo.
- Ayudar supone tirar del equipo, echar una mano, asistirle desde arriba, ejerciendo el poder que como representante del equipo se posee.
Entonces, ¿cuándo apoyamos al equipo?
- Cuando respaldamos sus decisiones y su actuación, asumiendo el riesgo y las posibles consecuencias.
- Cuando nos responsabilizamos de los errores que pueden cometer.
- Cuando les servimos de referencia.
- Cuando saben que pueden contar con nosotros.
- Cuando dotamos de las herramientas y recursos necesarios.
- Cuando les escuchamos y atendemos en sus necesidades.
- Cuando comprendemos sus motivaciones individuales y sabemos potenciarlas.
- Cuando damos la base de conocimiento y formación requerida para su mayor capacitación.
- Cuando acompañamos en la superación de hechos que no han salido como se esperaba o de aquellos sobre los que hay que aprender.
- Cuando supervisamos el camino hacia los objetivos, validando los avances realizados.
- Cuando sabemos trasladar toda la información relevante y necesaria para poder llevar a cabo su trabajo.
- Cuando damos feedback constructivo.
- Cuando delegamos de manera que contribuya al desarrollo de las personas.
- Cuando acudimos a la historia de la empresa, a la experiencia, y narramos la esencia de las bondades, de los casos de éxito y de la cultura, que determina quiénes son y por qué están en la empresa. En definitiva, por qué son importantes.
Y ¿cuándo ayudamos?
- Cuando somos líderes facilitadores de cara a los agentes externos al departamento.
- Cuando les proponemos para ascensos, promociones internas e incluso al facilitar su salida de la empresa si es lo mejor para ellos.
- Cuando reconocemos el trabajo y buen hacer diario.
- Cuando resolvemos dudas y tomamos decisiones que les orientan en su trabajo.
- Cuando mediamos en conflictos y cuidamos el clima laboral.
- Cuando sabemos vender el buen trabajo que hace nuestro equipo.
- Cuando peleamos para que nuestro equipo tenga mejores condiciones, las más adecuadas y coherentes.
- Cuando marcamos objetivos SMART-E.
- Cuando planteamos incentivos motivadores que fomenten el logro de dichos objetivos.
- Cuando pedimos una mayor partida en los presupuestos para nuestro departamento, por ejemplo, para poder innovar.
- Cuando somos flexibles ante las necesidades especiales y particulares de cada persona.
- Cuando impulsamos el cambio, premiamos la proactividad, la innovación y la mejora continua.
- Cuando realizamos reuniones eficaces con el objetivo de que fluya la comunicación y se sume.
- Cuando inspiramos y mantenemos la ilusión por lograr la misión y visión de la empresa.
Hemos de recordar que además de nuestras tareas más técnicas, hemos de ejercer tareas de dirección, desarrollar nuestro liderazgo, estar pendiente del equipo, conocerlo, para saber cuál es la mejor forma de apoyarlo o ayudarlo. Como en tantas otras habilidades, la virtud está en el equilibrio.
¿Qué más acciones se os ocurren que podrían caber entre las que pertenecen a apoyar?, ¿y a ayudar?
Y tú, ¿eres de los que ayudan? o ¿eres de los que apoyan?
Te espero aprendiendo en el camino del crecimiento.
Raquel Bonsfills
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