Querido compañero,
¿Crees que el Amor va unido al sufrimiento? ¿Sufres por Amor?
Muchos de nosotros en algún momento hemos creído que el Amor y el sufrimiento van unidos y es que lo llevamos en nuestro ADN, ya que desde pequeños nuestros padres, abuelos o maestros nos han dicho frases como: “quien bien te quiere te hará llorar”, “para estar guapa hay que sufrir”, “para alcanzar cualquier tipo de placer, te tiene que doler” … Tenemos la creencia masoquista de que el sufrimiento es una prueba de Amor.

Defiéndete de creencias erróneas
Nos han hecho creer que el sufrimiento forma parte de vivir una relación, que resulta “inevitable” y que este sufrimiento es directamente proporcional a la profundidad e intensidad del Amor. Desde luego nos han vendido una mentira. ¿Acaso harías algo que conscientemente supieras que iba a causar dolor a alguien que realmente te importa y quieres?
Aquellas personas que no saben vivir el querer o el Amor sanamente y que lo tienen asociado al sufrimiento, te harán daño una y otra vez sobre temas similares. O cuando les menciones que algo te ha dolido, te dirán frases como: “eres una exagerada”, “tienes la piel muy fina y no aguantas nada”, “solo me pasa contigo”, “desde luego, ¡qué cosas tienes!, este tema es tuyo”… Incluso no te escucharán o te dirán que son tonterías. También apoyándose en buenas intenciones habrá algunas personas que te digan que van a cambiar y, sin embargo, es probable que continúen haciéndote daño ya con conocimiento.
Las personas que piensan que el Amor duele es porque sus experiencias pasadas así se lo han confirmado y vuelcan sobre su actual pareja el dolor de relaciones anteriores, donde la amargura y la desconfianza están muy presentes.
Quien te quiere de forma sana puede hacerte daño una vez, pero evitará que vuelva a pasar cualquier situación similar y cuando le digas que algo te ha dolido, te atenderá, te escuchará empáticamente y sabrá conectar con tu dolor. Además, te cuidará, apreciará, te dará paz frente a la adversidad, sabrá crecer a tu lado sabiendo sobrellevar las dificultades y participará en crear una relación sincera basada en la reciprocidad.

Claves para vivir de manera más sana un Amor o un querer
En mi desarrollo personal sobre este tema me he dado cuenta, de algunas claves para vivir de manera más sana un Amor o un querer:
- Trabajar mi consciencia. El Amor es algo que se aprende. Como he indicado tenemos una serie de creencias que nos llevan al dolor, a la dependencia y la carencia afectiva y, por lo tanto, a desarrollar relaciones complejas, muy lejos de lo que es el Amor. Por eso Amar requiere esfuerzo y conocimiento. Erich Fromm nos habla en su libro: “el arte de Amar” que podemos descubrir que el amor más que suerte, es un arte.
- Mejorar mi autoestima y mi honestidad conmigo. Amándonos a nosotros mismos y aceptándonos lograremos relaciones sanas con los otros. No podré dar lo mejor de mí al otro sin aprender a amarme a mí. Crea tu propia frase, tu propio mantra, la mía es: “me separo del sufrimiento, elijo vivir en Paz y en Amor”.
- Desarrollar mi madurez emocional. Así deja de tener cabida el sufrimiento en una relación donde hay verdadero Amor porque me comprendo, me acompaño, me recompongo, me quiero también cuando algo no me gusta, aprendo a superar situaciones difíciles, a reequilibrar mis emociones para seguir adelante.
- Conectar conmigo y lograr mi tranquilidad personal, por ejemplo, practicando mindfulness o meditación. Dedicarme tiempo para escucharme, para darme lo que necesito y para atender a la sabiduría de mi cuerpo. Buscar momentos y espacios de quietud. Respirar.
- No abandonarme y ser yo misma; es decir, ser natural, hacer lo que me sienta bien y me parece correcto. Ser auténtica, no tratar solo de agradar y complacer dejando mi forma de proceder, pensar y sentir de lado. Poder compartir mis propias maneras de ver el mundo y expresarme en libertad.
- Practicar el hecho de que yo soy tan importante como lo es mi pareja. No olvidar vuestros hobbies, gustos, aficiones, expectativas y sueños, sean compartidos o no.
- Cada persona es diferente. No tenemos que querer todo al mismo tiempo, no tenemos por qué darle la misma importancia a un hecho, no tenemos por qué ser iguales, pero sí tenemos que respetarnos. Y para llevarlo a cabo en la práctica es necesario el permitir al otro ser, no que sea como nosotros queremos que sea, y darle su espacio para lo que quiera. Si le quieres cambiar, no es la persona porque el amor es aceptación de lo que es y ve la belleza en lo que haya, tal cual sea.
- Comunicación, comunicación, comunicación. Casi todo se puede resolver hablando. Hasta en una discusión, podemos dejar que pase la tormenta y después con calma retomarlo. Seguro que has experimentado algunas tormentas y diferencias de opinión, porque podemos pensar, actuar y reaccionar de manera muy diferente. Así que hemos de aprender a escuchar y comprender las diferencias y apoyarnos y reforzar las similitudes.
- Tener el pasado resuelto es fundamental para afrontar de manera sana el presente y, por supuesto, una nueva relación. Tomar el pasado como experiencias y mucho aprendizaje. Si hemos aprendido, el pasado no tiene por qué repetirse.

Como suele decir Raquel Bonsfills, “el amor está en los ojos del que mira”, por lo que has de hacerte consciente de cómo estás mirando a tu pareja, a tus hijos, a tus familiares, a tus amigos para aprender a diferenciar cuando miras con amor, con juicio, con desprecio o con anhelo. Cuando miras para ver la realidad tal cuál es o cuando miras desde la nebulosa de cómo te gustaría que fuese. Cuando es una proyección tuya lo que ves o cuando eres capaz de ver al otro como la persona más bonita del mundo.
Después de lo que te acabo de comentar espero que veas que el sufrimiento está excluido de lo que es vivir un Amor sano, pues el dolor, lo envenena y lo termina matando.
¿De qué te has dado cuenta? ¿Qué vas a hacer para eliminar la creencia de que dolor va de alguna manera unido al Amor?
Te recuerdo que estoy siempre a tu disposición, si quieres hablarme de tu caso te responderé cualquier pregunta o duda que quieras hacerme.
No te olvides que te acompaño con pasión hacia el logro de tu éxito.
Milagros García Arranz
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