Cada vez que miro Facebook o Instagram veo un montón de “me gustas” a diferentes publicaciones. Muchas de ellas están relacionadas con curiosidades, con temas que pueden sorprender, con fotos que atraen… y me doy cuenta de que muchas, pero muchas, están relacionadas de un modo u otro con el AMOR.
En unos casos, ensalzando el amor al prójimo con publicaciones como: una pareja de personas mayores apoyando la cabeza el uno en el otro o cogidos de la mano, amigos abrazándose… Otras, alabando el amor a los animales y es que nos gusta descubrir animales que hacen monerías porque nos dan ternura; o el amor a la naturaleza, al compartir parajes insólitos. También hay muchas publicaciones elogiando el amor a uno mismo, por ejemplo, con frases que nos animan al cuidado propio, y un largo etc.
¿Por qué? ¿Estamos faltos o necesitados de amor?
En nuestro blog os hemos hablado numerosas veces del amor, y me temo que no vamos a dejar de hacerlo porque, como dice el Dr. Mario Alonso Puig, “el amor tiene el poder de curar y la falta de él, tiene la capacidad de enfermar”.
Estudios de física cuántica también muestran la importancia del amor para afrontar la vida, porque el amor es un estado cuántico completo, que es espiritual e incondicional por definición. El amor nos une como seres vivos. Transciende las dimensiones del tiempo y del espacio porque podemos amar a alguien que está muy lejos y a lo largo de los años, ¿verdad?
Así que, de alguna forma, el amor nos conecta, pero eso, no sucede de la nada. Para que haya amor de verdad, ha de reconocerse tanto lo más bonito como lo más feo, lo que más nos gusta como lo que menos, de nosotros y de los demás. Digamos que para que haya amor es importante ver la realidad tal y como es, con todas sus facetas.
¿Acaso disimulas o niegas que te gustan las películas románticas? ¿Vas de fría o frío cuando ves la inocencia de un cachorro? ¿Piensas que una frase del tipo: “tú puedes más de lo que piensas” es una milonga? ¿Sueles evitar relacionarte con otros para que no dependas ni dependan de ti? ¿Prefieres no mirarte al espejo porque si te miras solo te sacas defectos? Todo eso también forma parte de ti. No has de juzgarlo, solo reconocerlo para amarte incondicionalmente.
Incondicional, así es como nació nuestro amor. Luego, al ir creciendo, empezamos a vivir situaciones en las que nos sentíamos queridos cuando hacíamos las cosas bien pero no tanto cuando nos salían mal. Nos miraban con amor cuando dábamos o nos anticipábamos a lo que el otro esperaba, cuando ganábamos, cuando sabíamos las respuestas, cuando éramos divertidos, cuando no dábamos problemas… y aprendimos a amar de forma condicionada.
Por eso, ver el amor incondicional en frases e imágenes nos resuena, nos recuerda aquello con lo que nacimos que en el fondo anhelamos recuperar.
Reconociendo el amor incondicional
Para recuperarlo, es necesario tomar conciencia y conocernos. ¿Cómo funciona en ti el amor? ¿Cómo amas? ¿Cómo te amas? ¿Qué amas? ¿Qué no juzgas? ¿Qué aceptas tal cuál es? Por ejemplo, saber que sueles perder tu bienestar por satisfacer a otra persona es importante para que aprendas a frenarlo, a ponerte límites que te hagan sopesar el hasta dónde conscientemente estás dispuesto a llegar para dar gusto al otro sin perder el darte gusto a ti u obtener un beneficio que te compense.
Otro ejemplo, si te das cuenta de que te pasas el tiempo queriendo que la otra persona sea de otra forma, entonces es que no aceptas que es así, y que en realidad quieres a otra persona distinta a la que tienes delante. Y piensa eso no solo en temas de pareja, sino de compañeros de trabajo, tu jefe o tu padre. No por eso has de dejar a tu pareja o jefe (o quizá sí), sino que tienes la oportunidad (siendo consciente) de aprender a quererle tal y como es.
El amor cuida de nosotros, de los demás y del mundo
Para cuidar de nosotros, para darnos cuenta de que esto o aquello nos sienta bien o, por el contrario, no es para nosotros hemos de parar, observarnos y atendernos desde el amor.
¿Escuchas a tu Pepito Grillo cuando te dice que mejor te alejes? Muchas veces tu bienestar y tu supervivencia depende de que tomes las decisiones adecuadas, quizá desde tu mente analítica o siguiendo un impulso, una fuerza inexplicable que te lleva. Lo importante es que en cada decisión estés alineado contigo, que la tomes desde tu autenticidad, fuera de que sea lo políticamente correcto o lo socialmente establecido. ¿Te tienes en cuenta en cada decisión que tomas? Pon amor siempre desde el respeto hacia ti y hacia los demás.
De igual forma cuidando la naturaleza y a los animales. ¿Te da igual que haya plásticos y latas por el campo? ¿Te hace gracia ver hacer perrerías a animales? El amor lleva a cuidar, no a dañar, agredir ni destruir. El amor lleva a mimo, a compasión, a embellecer, a solidaridad, a generosidad, a relacionarnos de una forma sana con lo que nos rodea, con una perspectiva en la que yo importo tanto como tú y viceversa. Es constructivo.
Al final, cuando miramos a través de los ojos del amor, vibramos en una frecuencia que nos hace que encajemos con quienes vibran en esas mismas frecuencias, que nos acoplemos con la tierra, con la naturaleza, con todo ser vivo, porque ni los animales ni las plantas tienen maldad.
El amor nos permite vivir en armonía con el mundo y hace que nos ocurran cosas buenas porque el Universo siempre busca nuestra supervivencia y crecimiento en equilibrio.
Así que, dejémonos impregnar por todo aquello que nos recuerda nuestro amor incondicional. Tratemos de poner límites al amor con condiciones que nos rodea, con consciencia para aprender a hacerlo mejor cada día y cuidémonos, también a lo que nos rodea, deseando lo mejor para todos los seres vivos, vibrando desde el AMOR.
Ahora que sabes esto, ¿qué vas a hacer para reconocer el amor en ti y el que das, te das y ofreces al mundo?
Aprendiendo en el camino del crecimiento.
Raquel Bonsfills
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